tag:blogger.com,1999:blog-79202284383052862242024-03-05T08:06:47.929-08:00La biblioteca de Cristina María Cristina AlonsoMaría Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.comBlogger179125tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-23679048383857478602023-03-23T13:26:00.003-07:002023-03-23T13:31:17.676-07:00Lo que recuerdo. La Plata. Facultad de Humanidades 1973-1976.<p> <span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Por María Cristina
Alonso</span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><span style="font-family: arial;">. <b>1. Cerca de Joaquín V. González</b></span></span></p>
<div style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;">Empecé la carrera de Letras en la Facultad de Humanidades de la UNLP en el 73, durante la llamada primavera
camporista que duró cuarenta y nueve días. Nada. Pero, con el pasar de los años
pareciera que ese período se extendió por una eternidad. Tengo 18 años. El
tiempo no tiene ninguna importancia. Nadie mide el tiempo, sólo se vive con esa
intensidad, ese miedo, esa pasión. Creemos que para la muerte falta mucho. Sin
embargo la muerte nos come los talones. Por las venas abiertas de América
Latina mana sangre. Gabriel Celaya nos dice con la voz de Paco Ibáñez que la
poesía es un arma cargada de futuro. Y le creemos.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: arial; font-size: small;"><span lang="ES-AR" style="font-weight: normal;">Salí de la escuela
secundaria de mi pueblo y desemboqué en los pasillos de la facultad de
Humanidades casi con los ojos cerrados. Venía de escuchar discursos
autoritarios de un director borracho que gritaba como si estuviera hablando
ante el </span><span style="color: black; font-weight: normal;">Reichstag y pronto me
habitué a los cánticos desaforados de la JP, al luche y vuele, al patria si,
colonia no.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">La facultad de Humanidades era un
apéndice del edificio de la Universidad donde estaba la carrera de Derecho. Se
entraba por una puerta del costado, a la derecha de la estatua de Joaquín V.
González que, cómodamente sentado en su sillón, miraba el devenir de la calle 7</span></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black; font-weight: normal;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmJIbtlYZLBBphyTcZb9ozn60MAdocCGg5OyaFT2FQWZWQi5IJQTHnYOjxkbVFiEIqyYSMT2DBbkSXXLLMuEi3IrSPoGbuL-Aorvlj29EH0n-YM9Y-__Bza68b_vcyiae5LV5_Dt878CBO4IZ9p4XdMt9vlNxJtrhBTP6C6JMPFoAr5eRDMlOcQ8TWOQ/s1500/0000419094.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="870" data-original-width="1500" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmJIbtlYZLBBphyTcZb9ozn60MAdocCGg5OyaFT2FQWZWQi5IJQTHnYOjxkbVFiEIqyYSMT2DBbkSXXLLMuEi3IrSPoGbuL-Aorvlj29EH0n-YM9Y-__Bza68b_vcyiae5LV5_Dt878CBO4IZ9p4XdMt9vlNxJtrhBTP6C6JMPFoAr5eRDMlOcQ8TWOQ/w400-h233/0000419094.webp" width="400" /></a></div><br /><div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-weight: normal;"> </span><span style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">Puedo recorrerla con la memoria, porque ya no
existe. Entrabas por una puerta de madera llena de pegatinas y avanzabas por un
pasillo atiborrado de inscripciones y proclamas políticas. A la izquierda la
ventanilla de la oficina de “Alumnos”, donde nos inscribíamos y atrás una
escalera que subía a la planta alta. Recuerdo a Ricardo Piglia subiendo esa
escalera en el ‘73, cuando nadie imaginaba los libros que iba a escribir y que
yo iba a leer y subrayar hasta el cansancio. En la planta baja había varias aulas
donde fuimos cursando el accidentado profesorado que por un lado tenía el
bastión de la más recalcitrante derecha que anidaba en la cátedra de Latín
dictada por el ideólogo y jefe de la CNU, Carlos Disandro, y la izquierda
proponiendo leer a la América latina desde las producciones de los pueblos
originarios. Todo duró poco.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Del pensamiento nacional, de las discusiones
sobre la patria socialista pasamos a la universidad intervenida, a la clausura
de octubre de 1974 y a las clases clandestinas, de resistencia, que se hacían
en una iglesia evangélica cerca de la terminal de micros. De eso sólo recuerdo
el miedo, la adrenalina que producía imaginar que, en cualquier momento caía la
policía.</span></span></div>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">2. Recuerdos de muerte<span style="font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></span></span></h1>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">De esos años previos a la
dictadura recuerdo momentos acotados. Ir al cine de la calle 7 con una
compañera y comentar cuánta gente se había asesinando en ese año 75. No
recuerdo la película, si a la compañera que no he vuelto a ver.<o:p></o:p></span></span></h1>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">Otro recuerdo de muerte. Matan a
Achem y Miguel. Yo vivo en la calle 54 (la misma en la que vivía Rodolfo Walsh
pero a media cuadra de Plaza Moreno). Veo por la diagonal 73 cómo avanza la
marcha de antorchas que va al velorio. Creo, o tal vez es el recuerdo de otro,
haber pasado por la casa donde velaban a los dos gremialistas asesinados por la
CNU en octubre del 74. <o:p></o:p></span></span></h1>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">3. Septiembre</span></span></h1><div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">Allende es asesinado en Chile
por el brutal golpe de Estado de Pinochet. En los pasillos de la facultad se
agolpan las distintas organizaciones que apoyan al destituido gobierno de
izquierda. Se grita “Armas para Chile, carajo”. ¿Yo me sumo a ese coro? No lo
recuerdo. Sigo siendo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una chica de
pueblo que estudia Letras y que, de a poco, empieza a adquirir cierta
conciencia nacional, cierta idea de solidaridad social, algo de esperanza de
que el mundo puede cambiar. Y no. Pronto las balas perforan cuerpos y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desgarran la noche. La larga noche que
comienza cuando muere Perón y queda ese personaje increíble que es Isabelita. Ella
habla en el balcón. Detrás el Brujo le dicta el discurso. El ventrílocuo y su
muñeca. El país se convierte en una comedieta sangrienta.</span></span></div>
<h1 style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black;"><span style="font-family: arial; font-size: small;"><span style="font-weight: normal;">4</span>. Ana María Estevao<o:p></o:p></span></span></h1><div><span style="color: black;"><span style="font-family: arial; font-size: small;"><br /></span></span></div>
<h1 style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">El paso del tiempo
confunde las cosas y muchos creen que el golpe fue algo que empezó el 24 de
marzo de 1976. El golpe es un monstruo grande que venía creciendo y
diversificando sus tentáculos en el caldo de la pasión política. <o:p></o:p></span></span></h1>
<h1 style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">La Triple A ejecuta a
militantes desde mucho antes. Es la sala de entrenamiento de los grupos de
tareas de la dictadura.<o:p></o:p></span></span></h1>
<h1 style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: black; font-weight: normal;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: small;"> </span></o:p></span></h1>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: small;"><br /></span></h1><h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-size: small;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG0Aoyn8QV887Sa00lVohEv9Fga7k-6mD3F33S00-e6aqgI6Mxd_Jyn2QWGcvJVu2snhNYWuP6T4OLV2rIP_428TCvsellyaQ5mTice2It3bHgRRbq92WHi2N6SCHoYf1y-nK_xKiQj9oC9hhvbDqCMFOuJ1CdK5fIWA1dev5otkyL_EXEuAf7a2QzPA/s256/ANA%20MARIA%20ESTEVAO.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="151" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG0Aoyn8QV887Sa00lVohEv9Fga7k-6mD3F33S00-e6aqgI6Mxd_Jyn2QWGcvJVu2snhNYWuP6T4OLV2rIP_428TCvsellyaQ5mTice2It3bHgRRbq92WHi2N6SCHoYf1y-nK_xKiQj9oC9hhvbDqCMFOuJ1CdK5fIWA1dev5otkyL_EXEuAf7a2QzPA/w189-h320/ANA%20MARIA%20ESTEVAO.png" width="189" /></a></div><br /></span></span><div><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: small;">A<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ana María Estevao le encantaba tejer.
Estudiaba griego tejiendo pulóveres y tiraba volantes de la agrupación de
izquierda por la ventanilla del colectivo que la llevaba de la cursada en La
Plata hasta San Vicente Solano donde vivía. Charlábamos un rato antes de
empezar la clase en los asientos de madera del Instituto de Filología que
quedaba en 44. Un día seguimos la charla en un bar frente a Plaza Italia. Habló
de su trabajo como periodista en La voz de Solano. Me mostró los volantes que
iban a repartir ese día. Me invitó a participar. No le dije nada. Nunca más
pude decirle nada.</span></span></div></h1>
<div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black; font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">El 21 de octubre de 1975 –al día
siguiente de nuestra charla en el bar- aparece su cadáver junto al de Raúl
Kossoy, torturados y baleados. Ambos son dirigentes de Vanguardia Comunista. La
facultad se cierra en señal de duelo. La Triple A se adjudica las muertes. Ana
tenía 22 años, le gustaba tejer, creía en la revolución, llevaba unos panfletos
mal impresos en su bolsa de lana. El miedo es eso que empieza a comerte por los
pies. Charly lo sabe, en inviern</span>o no hay sol.</span></div>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black;"><span style="font-size: small;">6. La casa de la calle 6<span style="font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></span></span></h1>
<div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black; font-family: arial; font-weight: normal;">Preparo las materias de tercero
de la carrera de Letras con una compañera que vive en una casa antigua de la
calle 6. La casa me fascina. Los techos altísimos están disimulados con telas
de liencillo que cuelgan en globo. Usan frascos de mermelada en lugar de vasos
y mi amiga cocina fideos y polenta. El novio con el que vive es roquero y está
todo el día tocando con su banda las canciones de Suis Generis. Charly García
entra en mi vida a través de las desafinadas versiones que hacen de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Confesiones de invierno. A casi todos los del
grupo los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">habían echado del cuarto</i> y
ensayaban ahí, al margen de las discusiones políticas de otros jóvenes que sólo
hablaban de revolución y escuchaban a Víctor Jara y Quilapayún. </span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black; font-family: arial; font-weight: normal;">Ese invierno los lobos nos comen
la carne y la radio nos confunde a todos. Pero aun es marzo. Voy caminando por
54 hasta 6. Compro La Opinión en el quiosco frente a la Plaza San Martín. Los
titulares de todos los diarios anuncian que gobierna la junta militar. Yo miro
a una mujer que barre la vereda como si el mundo no fuera un caos. Ella barre
su orden diario. En adelante habrá mucha gente así que finge que no pasa nada.</span></div>
<h1 style="background: white; margin-bottom: 9.6pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 9.6pt; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: small;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: black;"> </span><b style="background-color: transparent; font-family: Arial, "sans-serif"; text-align: justify;">7.</b><b style="background-color: transparent; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"> El golpe y después</span></b></span></h1>
<div style="text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-family: arial; line-height: 115%;"> De un día para otro Humanidades cambia. Se
limpian las paredes, el ejército está en la puerta, nos palpan de armas cuando
entramos. Damos clase en el subsuelo del edificio que están construyendo en la
parte de atrás de la facultad. Hay filtraciones de agua y las aulas están
inundadas. Cursamos con los pies en los charcos. Un profesor, Juan Carlos
Ghiano, nos grita. Nos dice que se acabó para siempre la subversión, que ni se
nos ocurra llevar alguna publicación del Centro Editor de América Latina que es
una cueva de sediciosos, marxistas pro cubanos, montoneros, enemigos de la
patria. Patria. Lo dice con mayúscula. La Patria ha sido recobrada, insiste y
grita. Bajamos la cabeza.</span></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span><b style="font-size: 12pt;">8. Patricia Dillon</b></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"><br /></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; font-size: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijugGzrHrUSytHPNj1CBeaPMJ7ETC2JZcxG8_v4AwteSoWDK5ZViABGY0UnWM5ysBswWBJkQfZFEaVYzRvTd1W0McKuOHpJdYhgX91iyAYM2ljmg7HOX50hWCo_RfiYKVpY24nSab4-pF75Cg7g_XbFuLPWzw132AJRQDYIA3AkUHta5XSC-kbRlLCCg/s410/080612_dillon_02.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="410" data-original-width="275" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijugGzrHrUSytHPNj1CBeaPMJ7ETC2JZcxG8_v4AwteSoWDK5ZViABGY0UnWM5ysBswWBJkQfZFEaVYzRvTd1W0McKuOHpJdYhgX91iyAYM2ljmg7HOX50hWCo_RfiYKVpY24nSab4-pF75Cg7g_XbFuLPWzw132AJRQDYIA3AkUHta5XSC-kbRlLCCg/w240-h356/080612_dillon_02.jpg" width="240" /></a></div><div><span face="Arial, "sans-serif"" style="line-height: 115%;"><br /></span></div><div><span face="Arial, "sans-serif"" style="line-height: 115%;">L</span><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;">a facultad se queda en silencio.
Desaparece el bullicio, las consignas, los cánticos, desaparecen los chicos del
centro de estudiantes que grababan y desgrababan las clases, desaparecen
profesores, algunos se van al exilio.<o:p></o:p></span></span></div><p></p>
<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="line-height: 115%;">Patricia Dillon tiene 23
años. Se sienta en uno de los banquitos de la cocina en mi departamento de 54 y
sonríe mientras pongo una piza en el horno. Tiene el pelo largo y lacio. Está
apurada porque ha dejado a su bebé en alguna parte y viene a pedirme los
apuntes de Introducción a la Literatura. Pero se toma un momento para fumarse
un cigarrillo. Creo que no sé de su militancia, seguro hablamos de tonterías de
la facultad. Yo abro el horno y pongo la fuente, ella se ríe sentada en el
banco de mi cocina, recostada contra los azulejos celestes.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después se va. Así me queda su sonrisa en la
memoria para siempre. El 7 de diciembre de 1976 la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>secuestraron en la calle. Su cuerpo, como el
de su marido, Luis Ciancio, fue identificado en 2012 por el Equipo de
Antropología Forense. El bebé que debía pasar a buscar por la casa de sus
suegros, Federico, es un músico prestigioso, especialista en música barroca,</span><span style="background: white; color: #141827; line-height: 115%;"> </span><span style="background: white; color: #141827; line-height: 115%;">clavecinista,
arpista y director</span><span style="line-height: 115%;">. Patricia sigue sonriendo en mi cabeza y
recién han pasado 46 años de ese día en que la vi por última vez.<o:p></o:p></span></span></div>
<p class="MsoNormal"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;"><b>7. Con el tiempo quién es quién</b><o:p></o:p></span></span></p>
<div style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;">En la clase de Literatura
Argentina, el profesor Pedro Barcia (ahora integrante de la academia argentina
de tataata) despliega su histrionismo frente a sus alumnas, todas mujeres.
Estamos en el aula frente al kiosco de EUDEBA que supo tener libros baratísimos
y ahora está clausurado. Es una clase en la que el profesor se luce en su
soliloquio. Nosotras calladitas. Mediados del 76, ya aprendimos que ni ahora
que estamos solas, ni cuando se sentaban a nuestro lado los de la CNU con sus
sobretodos bajo los cuales escondían las pistolas, era conveniente opinar.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8CpIv2SgThwZOk0D1tSkA86_mnXAD3D7y2duw8Vvj5CiWbeDzq242X4lXyvrAPg9f97SPGnciOCLLEVazQqNL2SGbDbOmGBkdeXD6FrNqG2_hWgUCO-2h2k9vWHbL2M42bFn7lTu5tngdMONTV1njjqwik_5aWj9x5gcvQ0vRu0KT0J2KtMv0IaNNtQ/s1000/Ricardo+Piglia+%C2%A9+Archivo+del+autor.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1000" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8CpIv2SgThwZOk0D1tSkA86_mnXAD3D7y2duw8Vvj5CiWbeDzq242X4lXyvrAPg9f97SPGnciOCLLEVazQqNL2SGbDbOmGBkdeXD6FrNqG2_hWgUCO-2h2k9vWHbL2M42bFn7lTu5tngdMONTV1njjqwik_5aWj9x5gcvQ0vRu0KT0J2KtMv0IaNNtQ/w247-h178/Ricardo+Piglia+%C2%A9+Archivo+del+autor.jpg" width="247" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-family: arial;">Pero la rubia que se ha
incorporado tarde a la cursada y que viene de otra facultad levanta la mano y cuenta
-con tanta inocencia- que está asistiendo a los cursos que Ricardo Piglia da en
su casa, al ser cesanteado en la universidad. No lo dijo así, pero quedaba
claro que era como una especie de “universidad de las sombras”, un lugar sin
censuras.</span></div>
<div style="text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-family: arial; line-height: 115%;">Recuerdo cómo Barcia olvida
su sonrisa pegajosa y grita desaforado. Acusa a Piglia de subversivo,
transgresor, amenaza a la alumna, le dice que está pisando en falso. La chica
rubia se va aplastando, empequeñeciendo y trata de contener las lágrimas pero
no puede. Llora bajito. Barcia sigue con Lugones.</span></div>
<div style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face="Arial, "sans-serif"">Cuatro décadas después las piezas se acomodan.
Barcia es alabado por el diario La Nación, ha sido invitado a la mesa de Mirtha
Legrand y, a veces, alguien le pregunta sobre el lenguaje inclusivo para que
despotrique como </span><span face="Arial, "sans-serif"">un desquiciado. Piglia ha muerto. Tengo todos
sus libros, he disfrutado y aprendido de sus clases en la televisión pública,
leo y releo Critica y Ficción, Respiración artificial, El último lector, Blanco
nocturno, Prisión perpetua. A Barcia se lo recuerda como el secretario de
Asuntos Académicos de la FAHCE, encargado de centralizar el control sobre el
material bibliográfico que se compraba en la Facultad durante la dictadura y
autor de un montón de libros soporíferos que nadie lee.</span></span></div>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="text-align: justify;"><b>8. Farenheit 451.</b></span></span></p>
<div style="text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-family: arial; line-height: 115%;">También hay que limpiar los
departamentos, hacer desaparecer -qué palabra que pronto tendrá otro
significado- todos los panfletos que nos
han dado en la facultad y quedan entre los libros, esconder los libros de
autores de izquierda,, de título sospechoso, dudamos ante cada tapa. ¿El
Quijote estará prohibido? Exceso de imaginación. ¿La poética de Aristóteles?
Está muy subrayado, puede ser sospechoso de contener mensajes cifrados.
Quemamos y tiramos lo obvio: fotos del Che, afiches de Carpani con robustos
hombres de puño alzado, Los condenados de la tierra de Fanon, y Sartre claro,
aunque lleve el título de ¿Qué es la literatura?.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwqvtCgExWs7CpDSPRgrx0btCyvcM9njx7VPBwtg71yTKRcuneVSUHHCgvDYxpMD7aHM3rx89Msesn8y3t-m0DKzFPrb6AmRCMaS1vEw2yf1oF--ZDmpp0u9TlhOAu_VvhEgvyOr_33JCJXpP9hocOsgW3OlD86SnBmajnu5NZWUQhnltAtSvEpasy7w/s1200/revista-crisis.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwqvtCgExWs7CpDSPRgrx0btCyvcM9njx7VPBwtg71yTKRcuneVSUHHCgvDYxpMD7aHM3rx89Msesn8y3t-m0DKzFPrb6AmRCMaS1vEw2yf1oF--ZDmpp0u9TlhOAu_VvhEgvyOr_33JCJXpP9hocOsgW3OlD86SnBmajnu5NZWUQhnltAtSvEpasy7w/w400-h225/revista-crisis.webp" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-family: arial; text-align: justify;">Estaba faltando algo. No,
tirar las revistas Crisis, no. Es como tirar todos esos años en que fui
entendiendo cómo venía la mano en esto de ser latinoamericana, subdesarrollada,
pobre, colonizada. Milagrosamente llega desde Bragado mi viejo. Nos lleva a
comer, nos da dinero y se lleva, debajo de la alfombra del baúl del Renault 6,
toda mi colección de revistas Crisis que salieron entre 1973 y 1976. Ahí se
fueron con el viejo los reportajes a Cortázar, artículo de Carpentier, de
Haroldo Conti contando su viaje a Cuba, crónicas de explotados en cualquier
parte de Latinoamérica, versos de Roque Dalton, de Juan Gelman, charlas con
García Márquez, discursos de Salvador Allende. Uf. Todavía están en el último
estante de mi biblioteca. Intactas, esperando oleadas de jóvenes que tengan
ganas de leerlas, de escuchar la música de los 70. ¿Habrá?</span></div>
<p class="MsoNormal"><span face="Arial, "sans-serif"" style="line-height: 115%;"><b>9. <span style="font-family: arial;">Final</span></b><span style="font-family: arial;"><o:p></o:p></span></span></p>
<div style="text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-family: arial; line-height: 115%;">Me recibí de profesora en Letras en octubre de 1977.
Volví a Bragado. Nadie con quien hablar.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Ya estaba dando clases cuando el mundial del 78. La gente seguía
anestesiada. Vino Malvinas. Primera hora de clases después del 2 de abril. ¿Qué
piensa profesora de la guerra? Y dije todo lo que un docente, una mujer, una
persona sensata puede opinar de la guerra. Imaginen lo que se dijo en la sala
de profesores de mí. </span></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;">Cada 24 de marzo recuerdo
cosas. Hago memoria, aunque tenga esto poquito que contar. Era una estudiante de Letras que miraba el devenir
de la historia con los ojos de una chica de pueblo. Que iba aprendiendo cosas
con cada lectura, y que veía cómo el mundo se volvía oscuro y silencioso. Escribo
para que nunca más, nunca más las dictaduras militares o las que se ganan en las
urnas nos escondan el sol.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></p>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-92152371585153735002023-02-28T07:46:00.005-08:002023-02-28T07:49:38.794-08:00¿Dónde vas a ir, Alicia? Otra mirada sobre Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll<p> <b><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por
María Cristina Alonso</span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">1. Cómo nace la historia<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Desde la biblioteca de Chist
Church College de Oxford, donde<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tiene un
despacho como subdirector,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el Reverendo
Charles Lutwidge Dodgson mira con deleite a las hermanas Liddell que juegan al
cricket.<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="WhatsApp Image 2023-01-26 at 13.05.20.jpeg" id="_x0032_4_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1044" style="height: 388.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 424.5pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="WhatsApp Image 2023-01-26 at 13.05.20" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEguyF46h4bkL3fo8SixgEv7P0OOA-wfRvUiPjzooGPRIK5ihWvFzK53sxut1VncwFOVHaA7wFUfL6stsLMDxDYWPq3erSPP14TS5K_CL44EkJX-XH9PiKbh9t5zC2EBI9U479y0BOD49qfmaXJApraWhMavevYHLsAc_CcGRftZdYU7ridXdUWy7ejV6Q" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="813" data-original-width="890" height="277" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEguyF46h4bkL3fo8SixgEv7P0OOA-wfRvUiPjzooGPRIK5ihWvFzK53sxut1VncwFOVHaA7wFUfL6stsLMDxDYWPq3erSPP14TS5K_CL44EkJX-XH9PiKbh9t5zC2EBI9U479y0BOD49qfmaXJApraWhMavevYHLsAc_CcGRftZdYU7ridXdUWy7ejV6Q=w304-h277" width="304" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ilustración: Mirella Musri<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">El aburrido profesor de
matemática, un poco tartamudo y asimétrico como sostienen sus biógrafos y
muestran sus retratos, oye las risas de Lorina, Alicia y Edith Liddell, hijas
del decano d<span style="background: white;">el <span style="mso-bidi-font-style: italic;">College</span> </span> y quisiera volar hacia ese jardín para
jugar con sus amiguitas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Porque si en
algo destaca<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>este solterón exigente,
irritable y asexuado, es por su enorme facilidad para entablar relación con las
niñas. Por ellas, abandona su adusta expresión de catedrático y hace un ratón
con un pañuelo, un barco con <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>papel, les
enseña a jugar el ajedrez, inventa acertijos, juegos, rompecabezas y trucos de
magia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL_9jXHgzNrraaCb4U0aWukikwZ74fNWuf8qrSSiZgVvuQPJfEG3lAp8GB2ani36GddH8uZUvfIy7iN1lXi4BGzxbGp3bKiCtsn-vI7qbHC85ddXbRDaf6RgLqCy0d5p9PkCVrEazZthYPjhwaQrtekbpZvPUwA_PLj41iA7pWCjLhkjAmM2f1JKI2iw/s800/2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="535" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL_9jXHgzNrraaCb4U0aWukikwZ74fNWuf8qrSSiZgVvuQPJfEG3lAp8GB2ani36GddH8uZUvfIy7iN1lXi4BGzxbGp3bKiCtsn-vI7qbHC85ddXbRDaf6RgLqCy0d5p9PkCVrEazZthYPjhwaQrtekbpZvPUwA_PLj41iA7pWCjLhkjAmM2f1JKI2iw/s320/2.jpg" width="214" /></a></div><br /><v:shape alt="main-qimg-5c388a4edfd039d674995b4b2be6b8c1-lq.jpg" id="_x0031__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_s1027" style="height: 156pt; left: 0px; margin-left: 1.2pt; margin-top: -0.15pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 104.35pt; z-index: 1;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="main-qimg-5c388a4edfd039d674995b4b2be6b8c1-lq" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image002.jpg">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape><v:shape alt="main-qimg-5c388a4edfd039d674995b4b2be6b8c1-lq.jpg" id="_x0031__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_s1027" style="height: 156pt; left: 0px; margin-left: 1.2pt; margin-top: -0.15pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 104.35pt; z-index: 1;" type="#_x0000_t75"><br /></v:shape><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Tiene
otra pasión además de la de frecuentar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>niñas entre siete y diez años con las que
entabla amistad. Ha sido fotógrafo por más de 24 años hasta el punto de
convertirse en un maestro de ese incipiente arte. Fotografía paisajes,
animales, esqueletos, personas y muchas, muchas niñas, algunas de ella con poca
ropa o desnudas. Llega a acopiar más de 3000 imágenes en su estudio de las que
sobreviven un tercio de ellas.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En la rígida sociedad
victoriana, no se ve mal que un adulto se entretenga con niñas despiertas e
imaginativas como Alicia Liddell. Por lo tanto, la famosa tarde del 4 de julio
de 1862, el profesor Dodgson acompañado por su amigo el becario del Trinity
College Robinson Duckworth, lleva de paseo a las tres hermanas Liddell a una
excursión en barca por el Támesis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En su diario, Lewis Caroll,
como firmaría sus ficciones el Reverendo Dodgson, consigna que el recorrido fue
de tres millas, desde Folly Bridge hasta el pueblo de Godtow en cuya orilla
tomaron el té.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y siete meses más tarde
añade:”En esa ocasión les conté el cuento de las aventuras de Alicia bajo
tierra.”<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiV20f479AVWtghW9SCcbQgwUNT5jM9oizO5ftkKIL-G542dm8ZQsdPkbpAN_6xd1C3XnrdUYLEXWZcNgtGN-c5gXsvXKf2BXGtRSZ45Rpk7fCQiOYUafkLOrbjISldc9HjjxLkYQ85R0W0ViGKNUkdMysj2Dnju-CeBxlu7Yz5TSGpsxK5-BB8s4rguQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="558" data-original-width="890" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiV20f479AVWtghW9SCcbQgwUNT5jM9oizO5ftkKIL-G542dm8ZQsdPkbpAN_6xd1C3XnrdUYLEXWZcNgtGN-c5gXsvXKf2BXGtRSZ45Rpk7fCQiOYUafkLOrbjISldc9HjjxLkYQ85R0W0ViGKNUkdMysj2Dnju-CeBxlu7Yz5TSGpsxK5-BB8s4rguQ=w412-h259" width="412" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt;">De regreso, Alicia le pide a
su amigo que escriba la historia que había inventado mientras navegaban. Dodgson
pone manos a la obra y escribe el libro que se convertirá en uno de los más
leídos no solo por niños sino por adultos de todos los tiempos: </span><i style="font-size: 12pt;">Alicia en el país de las maravillas</i><span style="font-size: 12pt;"> que,
en su primera versión, se titula </span><i style="font-size: 12pt;"><span style="background: white; color: #202122;">Las
aventuras subterráneas de Alicia</span></i><span style="background: white; color: #202122; font-size: 12pt;">. Aquella historia que comenzó a
inventar la tarde del paseo fue creciendo en encuentros posteriores. Y si la escribió,
fue por la insistencia de Alicia, su amiga de diez años, que quiso ver el
relato convertido en un libro.</span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">Así nace la primera versión de<i> Alicia en el país de las maravillas</i>.
Dodgson reconstruye las insólitas aventuras de Alicia en un manuscrito con letra
cuidada y clara para facilitar la lectura de la niña y lo ilustra con dibujos
hechos con pluma. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En noviembre de 1864 Alicia recibe el manuscrito con
la historia requerida e ilustrado por el mismo Dodgson. Tiene 90 páginas y una
dedicatoria: «a una niña querida, en memoria de un día de verano»<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="alice-wonderland-111.jpg" id="_x0033__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1042" style="height: 461.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="alice-wonderland-111" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image004.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjeowFbOkCivp9dzv_-pMCAPwdvvOrnE-oKhvMfVly79sQUNNZuwGdsLp81EhqSV_kita7WhOrFtbc5hBlkyJEJeOMFgiA9r85BgSsCxH4u6Cp18TG1lCkiEHZG-H_RAvOCLsBafO-VSfND6j_2HNQMdc8OtNn0kutdNk0lfcZIUkk06EgXDg7Cue1odg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="965" data-original-width="890" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjeowFbOkCivp9dzv_-pMCAPwdvvOrnE-oKhvMfVly79sQUNNZuwGdsLp81EhqSV_kita7WhOrFtbc5hBlkyJEJeOMFgiA9r85BgSsCxH4u6Cp18TG1lCkiEHZG-H_RAvOCLsBafO-VSfND6j_2HNQMdc8OtNn0kutdNk0lfcZIUkk06EgXDg7Cue1odg=w283-h307" width="283" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El libro que hoy leemos y releemos fue publicado en
mayo de 1865 por la editorial Macmillan and Co. Esta vez ilustrado por un
dibujante profesional, John Tenniel, cuyos dibujos han quedado grabados en la
memoria de lectores de todos los tiempos y son los más populares y reconocidos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi2LV6y71tlNHObgOjA-_3bSeqDpYFR33CRuf6N_PpZRDiTtjxrCKNgHQabeuGouUvgGR6K4vpzTUu5VeNWh9C0ITR4LEhasMHHZ_ExGlVgFNLGGQoV0iMfN_qcKnuLwf7hS7x3vBTTaLPuAncm0PodAs-9EMm3WfTK_zn7a-8VE6kFLyT3WvQruz90SA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="542" data-original-width="890" height="294" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi2LV6y71tlNHObgOjA-_3bSeqDpYFR33CRuf6N_PpZRDiTtjxrCKNgHQabeuGouUvgGR6K4vpzTUu5VeNWh9C0ITR4LEhasMHHZ_ExGlVgFNLGGQoV0iMfN_qcKnuLwf7hS7x3vBTTaLPuAncm0PodAs-9EMm3WfTK_zn7a-8VE6kFLyT3WvQruz90SA=w483-h294" width="483" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="alice-wonderland-54.jpg" id="_x0034__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1041" style="height: 258pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="alice-wonderland-54" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image005.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Años más tarde, en 1871 escribe una continuación,
ilustrada también por John Tenniel , <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alicia
a través del espejo</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">La amistad con la Alicia real dura poco, La señora
Liddell comienza a sospechar que Charles Dodgson se ha enamorado de su hija y
que pedirá su mano cuando alcance la edad de casarse. El rumor es que la madre
de Alicia aspira a casar a Alicia con el hijo de algún miembro de la realeza. Por
algún motivo, Dogson no es más recibido en casa del decano y se le prohíbe ver
a las niñas a partir de 1865. Se sospecha que algo ocurre y que se contaría en
el diario de Dodgson </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">y no nos enteramos
porque esas páginas fueron arrancadas después de la muerte del autor.</span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="5fc644d4edc04.jpeg" id="_x0035__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1040" style="height: 165pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 336.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="5fc644d4edc04" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image006.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjv7lAsr74gcfS0qTIqCEGnySpeZjq1SRsoJxkgTRZCWokmXAaN4tCOGHVFlsSEM_4bA_vyO3mC4N9PWhujkiPcvclkQcX1d9qbXRe3FHSO6zaXdeDYEXGfRgTW8-01kJigWIzod8uzFOnru4JOzrRRm9jnnyh1ix-ZGEBv4rIyxMOMMvCeM6nHL1DyOg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="348" data-original-width="706" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjv7lAsr74gcfS0qTIqCEGnySpeZjq1SRsoJxkgTRZCWokmXAaN4tCOGHVFlsSEM_4bA_vyO3mC4N9PWhujkiPcvclkQcX1d9qbXRe3FHSO6zaXdeDYEXGfRgTW8-01kJigWIzod8uzFOnru4JOzrRRm9jnnyh1ix-ZGEBv4rIyxMOMMvCeM6nHL1DyOg=w436-h215" width="436" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Las sesiones de fotos y los paseos por el campo
contando historias a las chicas Liddell se terminan. Sin embargo Dogson, que
firma relatos infantiles como Lewis Carroll, no olvida a su amiga y le sigue
enviando cartas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Lo cierto es que más allá de las extrañas aficiones de
Lewis Caroll, lo que la madre de Alicia no pudo desterrar de la imaginación de
sus hijas - y la de todos los niños y grandes que leyeron sus libros- es a ese
gato que sonríe y desaparece por partes emitiendo paradojas, al Conejo Blanco
que anda siempre apurado e inicia a la niña en su aventura, ni a la Duquesa que
lleva en sus brazos algo que parece un bebé pero es un cerdito, y jamás, jamás
olvidaremos esa mesa de té donde un Lirón, un Sombrerero y una Liebre de Marzo
toman el té incesantemente porque siempre son las seis y las tazas se acumulan
y no hay tiempo para lavarlas.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">2 <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El pasaje</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">La novela fantástica que escribió Lewis Caroll propone
un pasaje de un mundo racional y ordenado a otro donde las cosas funcionan
diferentes. Pablo de Santis llama a esta y otras obras para niños que le
sucedieron como </span><i style="font-family: Arial, "sans-serif"; font-size: 12pt;">El mago de Oz, Peter Pan,
Charly y la fábrica de chocolate</i><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">, “novelas de umbral”, porque en estas
ficciones siempre hay un umbral que nos lleva a un mundo con sus leyes propias.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjWDzYsPSjegfqCvz7YStyFeLqf4nVNIAbjJ-oGY0Tx3Qg6PBk504ueutHh4L_enFQBH_h6yukIalhvarKBNIQEWm2YBC1cIsISeLBGmxDuLKdCo1WD9V15N_XfhnkapVr-dfGuBIWxTiT7H3KdyTOIccEAzFDfu-cZ5xAfy93VRl2VsUmoEI77SgpchQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="567" data-original-width="748" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjWDzYsPSjegfqCvz7YStyFeLqf4nVNIAbjJ-oGY0Tx3Qg6PBk504ueutHh4L_enFQBH_h6yukIalhvarKBNIQEWm2YBC1cIsISeLBGmxDuLKdCo1WD9V15N_XfhnkapVr-dfGuBIWxTiT7H3KdyTOIccEAzFDfu-cZ5xAfy93VRl2VsUmoEI77SgpchQ=w351-h266" width="351" /></a></div><br /><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Cerdo y pimienta ilustrado por John Tenniel para Alicia en el País de las Maravillas - Cine de Escritor.png" id="_x0036__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1039" style="height: 270pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 357pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Cerdo y pimienta ilustrado por John Tenniel para Alicia en el País de las Maravillas - Cine de Escritor" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image007.png">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ilustración: John Tenniel<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Un mundo sin adultos, sin padres que regañan, sin
ejemplos moralizantes como había sido la literatura para las infancias hasta
que aparecieron Edward Lear y Lewis Caroll. Ambos escribieron historias llenas
de disparates, de acertijos, donde el verdadero protagonista es el lenguaje.
Una burla, si se quiere, a la educación represiva que había caracterizado a la
estrecha moral victoriana. Es entonces necesaria la fantasía para liberarse de
la realidad que oprime y encorseta.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Dice la irónica Alicia ante la duda de beber de la
botella que encuentra sobre la mesa de tres patas: “</span><i style="font-family: Arial, "sans-serif"; font-size: 12pt;">No, primero mirararé y veré si dice o no veneno, porque había leído
algunos deliciosos cuentos sobre chicos quemados o devorados por las fieras,
entre otros hechos desagradables, todo por no haber recordado los fáciles
consejos de sus amigos</i><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">…” (Alicia, Capítulo I)</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Las aventuras subterráneas de Alicia comienzan con un
sueño. Aburrida junto a su hermana que leía un libro sin ilustraciones y
embotada por el calor, comienza a adormecerse. De pronto aparece el apresurado
Conejo Blanco que mira el reloj con angustia porque se le hace tarde. Dicho
esto, entra en una madriguera a donde Alicia no resiste la tentación de
seguirle.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhNHpdnLDQjKLJeA_-SPFmPsnfSTTNju6-tn0v6vL_Cu2s7PRuReYqH_5gxbk176hRL980R0wmte2fiLhgSTfLURiSkNiy-2H3a5F7k9cKiRlDoDhdOZdZyZQ3itxyaeOkFocNVMpY0Q3_3FtUJjr2ZM3o3YnF6EL_dTFhFumFx2wSM0x7V9QL9DTkE3g" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="629" data-original-width="393" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhNHpdnLDQjKLJeA_-SPFmPsnfSTTNju6-tn0v6vL_Cu2s7PRuReYqH_5gxbk176hRL980R0wmte2fiLhgSTfLURiSkNiy-2H3a5F7k9cKiRlDoDhdOZdZyZQ3itxyaeOkFocNVMpY0Q3_3FtUJjr2ZM3o3YnF6EL_dTFhFumFx2wSM0x7V9QL9DTkE3g=w177-h284" width="177" /></a></div><br /><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="f4710ce9816c45e86d29d50b2366d34b.jpg" id="_x0037__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1038" style="height: 300pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 186.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="f4710ce9816c45e86d29d50b2366d34b" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image008.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Así se inicia una de las mejores historias, con</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">alguien que se anima a pasar por el umbral, como
esta Alicia que está dispuesta a sumergirse en lo desconocido con tal de saber
por qué a ese Conejo de chaleco se le hace tarde.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">La madriguera se convierte en un pozo y Alicia
desciende por un túnel lleno de armarios y bibliotecas, mapas y cuadros
colgados. Un descenso largo que Caroll demora para que los lectores disfrutemos
ese pasaje, esa brecha que une el aburrido mundo cotidiano de ese otro en el
que suceden cosas extraordinarias.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="f4a6a32e5ec31ce4890217358f532f74.jpg" id="_x0038__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1037" style="height: 567.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 423pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="f4a6a32e5ec31ce4890217358f532f74" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image009.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhwwWICu9LtAcZ-C81E_06H8daTuEVka3639byiq4a76QfZUUibk_3i0DfRu1tMZLwtEhY39IxHp0xaKf4_bo1AaN7amGBiKbkza6AokihDy7jytvwdsFze6zUETOK0KFzrOJ7YFWixxh4X2zdrz4nkQunHEvTseG1A1klKxdId12DZvXZvaiXHa12eBA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1187" data-original-width="885" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhwwWICu9LtAcZ-C81E_06H8daTuEVka3639byiq4a76QfZUUibk_3i0DfRu1tMZLwtEhY39IxHp0xaKf4_bo1AaN7amGBiKbkza6AokihDy7jytvwdsFze6zUETOK0KFzrOJ7YFWixxh4X2zdrz4nkQunHEvTseG1A1klKxdId12DZvXZvaiXHa12eBA=w195-h262" width="195" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Nos cuenta Martin Gardner en su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alicia anotada</i> que en tiempos de Caroll se especulaba sobre qué
sucedería si una persona cayese en un agujero que pasara por el centro de la
tierra. Francis Bacon, Plutarco, Voltaire habían planteado esta cuestión.
Parece que Galileo dio con la solución correcta: “el objeto caería con
aceleración creciente</span> <span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">pero
con aceleración decreciente hasta que llegase al centro de la tierra, en cuyo
momento su aceleración sería cero. A partir de ahí, su velocidad disminuiría al
aumentar su deceleración, hasta alcanzar la abertura del otro extremo; entonces
volvería hacia atrás otra vez.”</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">En Alicia, como en otras novelas del género, el
descenso le permite a la niña</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">entrar en
un mundo donde todos están locos, hablan con acertijos, realizan acciones sin
lógica, dicen disparates porque, el sinsentido, es la esencia de la geografía
subterránea.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">La protagonista de la novela de Caroll es una niña
sensata que observa el mundo y toma distancia. En ese mundo donde las palabras
quieren decir una cosa y también lo contrario, ella, como señalan algunos
críticos, es una niña adulta que se resiste ante los disparates de unos adultos
que parecen niños. Pues, como dice el gato de Cheshire que aparece y
desaparece, a veces dejando su sonrisa en el aire: “Aquí estamos todos locos”.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En la época de los viajes a lugares desconocidos, lo
que cuenta Lewis Caroll es un viaje iniciático, de transición del niño al
adulto. Alicia debe afrontar nuevos retos, encuentros casi de pesadilla,
incomodidades propias de toda persona que crece.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">3. Nonsense<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhGupFrPdPZ8anHxZA-P5gNYsYFoD1mjOqB3C9T84i474EfyEKV-ldpqZ86fRuwwD_lwP_dhlnOs0SYPw26BAy7P9ng4ituErEFqBGRQ7_hVE0GhT4sLgB6JZ2Jn-8Q3oLXQGl9rvEKVetMhoKeq3JBw8ZlU-6XIti5LnIqtgjJa-Zi8gSCxmZVYGLCOw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="435" data-original-width="290" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhGupFrPdPZ8anHxZA-P5gNYsYFoD1mjOqB3C9T84i474EfyEKV-ldpqZ86fRuwwD_lwP_dhlnOs0SYPw26BAy7P9ng4ituErEFqBGRQ7_hVE0GhT4sLgB6JZ2Jn-8Q3oLXQGl9rvEKVetMhoKeq3JBw8ZlU-6XIti5LnIqtgjJa-Zi8gSCxmZVYGLCOw" width="160" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Dice Chesterton en su ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Defensa del desatino</i> que Charles Dodgson vivía con un pie en cada
uno de los dos mundos: el de los serios profesores de Oxford y el de las
historias absurdas que escribe bajo seudónimo. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black;">Su país de las maravillas es una región
poblada por matemáticos locos. Sentimos que todo es evasión hacia un mundo de
mascarada; sentimos que si pudiéramos penetrar sus disfraces, habríamos de
descubrir que Humpty Dumpty y la Liebre de Marzo eran profesores y
doctores en teología disfrutando transformando sus reglas de un feriado
mental.”</span></i><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">En </span><i style="font-family: Arial, "sans-serif"; font-size: 12pt;">Las aventuras
de Alicia en el país de las maravillas</i><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">, el mundo absurdo y los juegos de
palabras organizan los encuentros</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">de la
niña con los habitantes de una geografía donde nada tiene lógica.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">En los dos relatos sobre Alicia, Lewis Carroll propone
juegos conocidos transformando las reglas. Hay carreras que largan en cualquier
parte y en la que todos ganan y reciben premios, un partido de </span><em><span face="Arial, "sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 12pt;">cricket</span></em><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"> en la que los mazos son flamencos rosas y las bolas
erizos. En el primero de los libros se alude al juego de cartas. Jardineros,
soldados y aún el Rey y la Reina pertenecen a un mazo de cartas. En el segundo libro,
detrás del espejo hay un enorme tablero de ajedrez y toda la aventura intentará
seguir sus reglas. Así como en la primera parte Alicia cambia de tamaño
incesantemente, en la segunda parte va cambiando de lugar de acuerdo con los
movimientos de las piezas en el tablero.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiemfgXGMtMDeB0aSfSkAnCGt6KUyDBB02ZCKzJG-FdmmulyCsCT0GgA4ePVgNHT7CAI88m61ZHi2BQsGM38LNJWWWWvYl0h4dfSNc88vhepijt8LLGmpafsG66dYp4Yop0laVblWk5IZ3loolsk2ALb4R7R6-xGAymMosiINsU33dYiiFgoZeO7ZalBQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1004" data-original-width="879" height="339" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiemfgXGMtMDeB0aSfSkAnCGt6KUyDBB02ZCKzJG-FdmmulyCsCT0GgA4ePVgNHT7CAI88m61ZHi2BQsGM38LNJWWWWvYl0h4dfSNc88vhepijt8LLGmpafsG66dYp4Yop0laVblWk5IZ3loolsk2ALb4R7R6-xGAymMosiINsU33dYiiFgoZeO7ZalBQ=w297-h339" width="297" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="1440417628_800425_1440427375_sumario_normal.jpg" id="_x0031_0_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1036" style="height: 480pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 420pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="1440417628_800425_1440427375_sumario_normal" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image011.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ilustración: John Tenniel<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Pero las reglas en estos juegos siempre se traicionan
o cambian caprichosamente. Porque lo que inventa Carroll es el mundo del revés.
Todo está patas arriba como ocurre en la poesía inglesa del nosesense (sin
sentido, disparate).</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Antes que Carroll. Edward Lear (1812-1888), un
escritor y pintor británico cultivó el nosense o poema disparatado.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 115%;">Lo que estos escritores decimonónicos presentan son
juegos del lenguaje, asociaciones fortuitas de sonidos, mensajes que
producen<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desconcierto porque estamos en
el reino del absurdo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">—Toma un poco de vino
—dijo la Liebre de Marzo en tono conciliador. Alicia miró por toda la mesa,
pero no había más que té. <o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">—Yo no veo vino
—comentó. <o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">—No lo hay —dijo la
Liebre de Marzo.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—Entonces, no es muy cortés por su parte
ofrecérmelo —dijo Alicia con enfado</span></i><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">. (Alicia, capítulo VII)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjPSK9WcS9MeHsAE6Om07m6j0lYTDkahsRvNa9f7l2I9S0CUftoSu59I_a2p4kdixlVeATvIKTl4xhdEFKRt3OhY498a0CoX5IXPV0UHMcodljTVMoPEkbDhyfKHCWe_bUGBZZZ1KPPmLDu6qOzeAKww85pXf3HmhGEDaA978rMVEDJ0e5XEvMGQ6mqKg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="890" data-original-width="890" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjPSK9WcS9MeHsAE6Om07m6j0lYTDkahsRvNa9f7l2I9S0CUftoSu59I_a2p4kdixlVeATvIKTl4xhdEFKRt3OhY498a0CoX5IXPV0UHMcodljTVMoPEkbDhyfKHCWe_bUGBZZZ1KPPmLDu6qOzeAKww85pXf3HmhGEDaA978rMVEDJ0e5XEvMGQ6mqKg=w298-h298" width="298" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 115%; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="14591659_1257727267592184_8254282209803623985_n.jpg" id="_x0031_1_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1035" style="height: 425.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="14591659_1257727267592184_8254282209803623985_n" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image012.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 115%;">Como lectores de estos diálogos absurdos tendemos a
pensar como Alicia que, aunque parezcan carecer de sentido, resultan
disquisiciones correctas.<br />
Parece confusa esta afirmación, pero el nosense no es algo reñido con el
significado de las cosas, sino que se trata de formar un nuevo significado bajo
otro sistema referencial.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">4. </span><b style="font-family: Arial, "sans-serif"; font-size: 12pt;">Sueño dentro
del sueño</b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Borges, que en un cuento de su libro Ficciones, “Tlön
Uqbar Orbis Tertius”, había imaginado que una de la escuelas de Tlon, un
planeta desconocido que figura en </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 12pt;">una reimpresión de la <i>Encyclopaedia
Britannica,</i> sostenía que, mientras dormimos aquí, estamos despiertos
en otro lado y que así cada hombre es dos hombres.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por eso<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>escribe un artículo que titula “El sueño de
Carroll” pensando en </span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">los innumerables casos en la literatura cuyo tema es
el sueño y nos dice que los más ilustres se hallan en los libros de Lewis
Carroll.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Es que las dos aventuras de Alicia son sueños. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alicia en el País de las maravillas</i>
concluye con el despertar de Alicia que le cuenta el sueño de sus aventuras
locas a su hermana y esta se adormece contemplando la puesta del sol y sueña
con Alicia y vuelve a pasar el Conejo Blanco y el Ratón asustado chapoteando en
un charco cercano. Y de paso imagina, en el sueño a Alicia adulta contando a
unos niños que la rodean el sueño remoto del País de las maravillas.<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="images.jpg" id="_x0032_5_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1034" style="height: 113.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 249.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="images" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image013.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi4qvjaAM9izC0E_MgBFRxIW56VB8vM8YXa2ugDmcrrqJ7mZklnlk2wSA22NIYli2OOjHmYjKJUhQus1yEIr4VGBaZiWAixaFHY9-s4m6Za0ik4L6WBF1uSr3jnigsEBLAVrBUeF4ZzLClX6qteXpxNgUUrLwy1zTFigepGACjs4ePWp5KEI-Mo_fdQdw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="240" data-original-width="524" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi4qvjaAM9izC0E_MgBFRxIW56VB8vM8YXa2ugDmcrrqJ7mZklnlk2wSA22NIYli2OOjHmYjKJUhQus1yEIr4VGBaZiWAixaFHY9-s4m6Za0ik4L6WBF1uSr3jnigsEBLAVrBUeF4ZzLClX6qteXpxNgUUrLwy1zTFigepGACjs4ePWp5KEI-Mo_fdQdw=w390-h179" width="390" /></a></div><br /><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ilustración: John Tenniel<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El tema del sueño dentro de otro sueño reaparece en
Alicia a través del espejo</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Alicia sueña con el Rey Rojo, pero el Rey Rojo está soñando con Alicia
que también está soñando con el Rey Rojo. Un espejo frente a otro espejo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y dice Borges en su artículo
sobre Carroll “</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia sueña con el rey Rojo, que está soñándola, y
alguien le advierte que si el rey se despierta ella se apagará como una vela,
porque no es más que un sueño del rey que ella está soñando. Los dos sueños de
Alicia bordean la pesadilla.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="gabriel pacheco | Alice in wonderland, Art, Adventures in wonderland" id="Imagen_x0020_6" o:spid="_x0000_i1033" style="height: 172.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 165pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="gabriel pacheco | Alice in wonderland, Art, Adventures in wonderland" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image014.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiP5BQ0ors2YVB-gP3iMz3ylz7Kgvm2ujErZHKX9Wi1LsEeIgx0sNz3cHNGQg1GQqSk80Zfnm7qS5bwpDZt2etNxIY0aLvt5Z2UwDojwRyz-80WYPFC0-OlRD3FmTRaCDVcXtiMaEvBip-yT-EB8cmkaKNDzAHtcOikDmP6j_4PeFLwdAlYFhkMliyaew" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="363" data-original-width="348" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiP5BQ0ors2YVB-gP3iMz3ylz7Kgvm2ujErZHKX9Wi1LsEeIgx0sNz3cHNGQg1GQqSk80Zfnm7qS5bwpDZt2etNxIY0aLvt5Z2UwDojwRyz-80WYPFC0-OlRD3FmTRaCDVcXtiMaEvBip-yT-EB8cmkaKNDzAHtcOikDmP6j_4PeFLwdAlYFhkMliyaew" width="230" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ilustración: Gabriel Pacheco<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Encuentra Borges detrás de los sueños de Lewis Carroll
la melancolía y la soledad de un ho<span style="color: #2d2d2d;">mbre que no
conoció el amor y no tuvo otros amigos más que </span>algunas niñas de amistad
efímera y la pasión por la fotografía que, en su época, aún no era valorada. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como concluye Carrol en la segunda Alicia: “La vida,
acaso, ¿no es más que un sueño?”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">5. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Lectores de Alicia<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La chica que lee <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alicia
en el país de las maravillas</i> en la década del 40 se llama Flora y más tarde
escribirá poemas que firmará como Alejandra Pizarnik. Hija de inmigrantes ruso-
judíos que llegaron a la Argentina huyendo del nazismo, crece escuchando
historias del Holocausto. La tristeza de esos relatos llenos de persecución y
muerte la destierran <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la Infancia, que
se convertirá en un lugar inaccesible. Escribe: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span face="Verdana, "sans-serif"">Hora en que la yerba crece</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;"><span face=""Verdana","sans-serif"" style="background: white; mso-shading-themecolor: background1;">en la memoria del caballo.<br />
El viento pronuncia discursos ingenuos<br />
en honor de las lilas,<br />
y alguien entra en la muerte<br />
con los ojos abiertos<br />
como Alicia en el país de lo ya visto. (Pizarnik, Infancia, de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los trabajos y los días</i>)<span style="color: white;">.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Tea-Tea-Party.AnaJuan.jpg" id="_x0031_4_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1032" style="height: 486pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 318pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Tea-Tea-Party.AnaJuan" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image015.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEglkahnCSjKG5Xh0K6PUo2kI0CKRZSbPIA7eQsaKZqurVts4dHzkJGsER1sZRGJHeUfSGEqcPou5GBt85DFgVgrbqlnIlGfKX5O5let1s3QehbYwgz518Ok8-95iaGt1GYRShMeWZ2AUzuJdCt4dtwyC5yvQOwZ4Lu4wQiygPmajW4LYdQW-eu5XmDMdA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1016" data-original-width="667" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEglkahnCSjKG5Xh0K6PUo2kI0CKRZSbPIA7eQsaKZqurVts4dHzkJGsER1sZRGJHeUfSGEqcPou5GBt85DFgVgrbqlnIlGfKX5O5let1s3QehbYwgz518Ok8-95iaGt1GYRShMeWZ2AUzuJdCt4dtwyC5yvQOwZ4Lu4wQiygPmajW4LYdQW-eu5XmDMdA=w197-h299" width="197" /></a></div><br /><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ilustración
de Ana Juan<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alejandra se siente expulsada de la
infancia donde está el jardín al que Alicia accede cayendo por la madriguera.
Reescribe Alejandra ese viaje hacia el mundo subterráneo que el personaje de
Carroll realiza con cierta lentitud. Titula su relato “El hombre de antifaz
azul” que está incluido en su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
deseo de la palabra.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #0b0e10; font-size: 12pt; mso-shading-themecolor: background1;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #0b0e10; font-size: 12pt;">Alejandra juega con las</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background: rgb(245, 239, 224); color: #0b0e10; font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #0b0e10; font-size: 12pt;">palabras
como aprende en Alicia</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background: rgb(245, 239, 224); color: #0b0e10; font-size: 12pt;">. </span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #0b0e10; font-size: 12pt;">En su diario
anota el 31 de marzo de 1963</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="background: rgb(245, 239, 224); color: #0b0e10; font-size: 12pt;">: “</span><i><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Me desperté a las cinco de la mañana muerta de risa.
Recordaba, después de tanto tiempo, las aventuras de Alicia. La Reina, el Rey,
el Sombrerero, la Liebre Loca, el Lirón, los flamencos para jugar al cricket,
los hongos que hacían crecer y disminuir, el niñito que estornuda en la cocina
llena de pimienta. Pero la tortuga llorona… sobre todo ella</span></i><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">.”</span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: rgb(244, 244, 244); color: black; font-size: 13pt; letter-spacing: 0.1pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="descarga (1).jpg" id="_x0031_8_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1031" style="height: 126pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 225pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="descarga (1)" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image016.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: rgb(244, 244, 244); color: black; font-size: 13pt; letter-spacing: 0.1pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 13pt; letter-spacing: 0.1pt; mso-shading-themecolor: background1;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhnec2qPgxCf6Tr6YhKk4jVk45rcw7l9iYnq4iICoyGFwvShER3AwDGruWnAHKQj2y2zzK4u_EFAy0nGHgmsvwoQLlSizVb5-yx7CAlzSWqu-F8RiYaU19zIREP-4ji1w0OcTDKI4fzlLdKQY2vz0iHRw4WF2mlLyMwg6jxALEMlBChUTHubex1aVDwnQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="267" data-original-width="473" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhnec2qPgxCf6Tr6YhKk4jVk45rcw7l9iYnq4iICoyGFwvShER3AwDGruWnAHKQj2y2zzK4u_EFAy0nGHgmsvwoQLlSizVb5-yx7CAlzSWqu-F8RiYaU19zIREP-4ji1w0OcTDKI4fzlLdKQY2vz0iHRw4WF2mlLyMwg6jxALEMlBChUTHubex1aVDwnQ" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 13pt; letter-spacing: 0.1pt; mso-shading-themecolor: background1;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A., el personaje de Pizarnik quiere entrar a
un bosque, ese lugar perfecto aunque vedado y peligroso. “Bébeme y serás la
otra que temes ser” dice la etiqueta de la botella que encuentra la niña. Duda,
pero bebe, su deseo de llegar al bosque es enorme.</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: rgb(244, 244, 244); color: black; font-size: 13pt; letter-spacing: 0.1pt;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: rgb(244, 244, 244); color: black; font-size: 13pt; letter-spacing: 0.1pt;"><o:p> </o:p></span><i><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">“— ¡Qué
sensación psicodélica! —exclamó A.—. Debo de estar achicándome como un toro
observado desde muy lejos por un pajarito miope que se quitó los anteojos.” </span></i><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">(Pizarnik, El hombre
del antifaz azul)</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Así como la Alicia de Carroll declama que
solo quiere ver un jardín, el personaje de la reescritura de Alejandra, A.,
intuye que ese jardín es la infancia de la que fue arrancada.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Alejandra lee en Lewis Carroll uno de sus
temas predilectos: la infancia y sus espejismos, la expulsión de ese paraíso y
el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>regreso desde su propia escritura.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">No es fácil describir a la Argentina de 1976,
en plena dictadura. Nadie escapa a la censura, pero Charly García se las
ingenia, inventa metáforas para contar lo que nadie se atreve. Escribe y canta “Canción
de Alicia en el país”, una canción que originariamente es compuesta para una
película que intenta satirizar a la dictadura en clave de fábula.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjYexnAAXXmjbfMrvGbETUfnJ7hs7vXWxqpOXKmbNo6G_wKwsRTMvCGyAkQLSMT6N0pBLkYJzcFDPygbecyfEj0RYOUSYvBNsnWsVzFA76ChWvKIHrgdINLBj2nKnibY8V9XpmKf0WjeVp9OC3McoC9_D-cu-bCCwUdpFq86V_0afvc_tjDoxFj0QtO8g" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="474" data-original-width="393" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjYexnAAXXmjbfMrvGbETUfnJ7hs7vXWxqpOXKmbNo6G_wKwsRTMvCGyAkQLSMT6N0pBLkYJzcFDPygbecyfEj0RYOUSYvBNsnWsVzFA76ChWvKIHrgdINLBj2nKnibY8V9XpmKf0WjeVp9OC3McoC9_D-cu-bCCwUdpFq86V_0afvc_tjDoxFj0QtO8g" width="199" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="22ba0dc5d2bd206f2bcb60c6867a3f92.jpg" id="_x0031_5_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1030" style="height: 225.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 186.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="22ba0dc5d2bd206f2bcb60c6867a3f92" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image017.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 10pt;"> Ilustración Yayoi Kusama<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 10pt;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Charly se inspira en el disco de Génesis,
Nursery Cryme que parodia las nursery rhymes, las rimas de las canciones
infantiles británicas del siglo XIX. Y, a partir del libro <i>Alicia en el país de las maravillas</i>, escribe <i>Canción de Alicia en el país.</i> Omite deliberadamente la palabra
“maravillas” y cuenta el mundo de pesadilla que se vive en tiempos en que ya no
hay tortugas, refiriéndose al ex presidente Illia, ni morsas como el dictador
Onganía, ni brujos como el ministro de Isabel Perón, López Rega.</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: #191919;"> “</span><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;">No cuentes
lo que viste en los jardines,/</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;">
el sueño acabó/ ya no hay morsas ni tortugas”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjuBJKSX0e3MZChR94K9ofMFVAti3lKIk79NtWdwaMBYEyAdz_WfIwNK9TcxP2lkgN8KDgO7UdYqqhnsgPldzW0vZcWXH5ISzLd7iQDbCdQBY4xZZ7NdmlsB9LRdZbar0JygbrCgo9GsGj7ONUNRheVVBTeXhLvKakz952ey7zu1vWoURFY-1N2U2qrKA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="502" data-original-width="890" height="219" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjuBJKSX0e3MZChR94K9ofMFVAti3lKIk79NtWdwaMBYEyAdz_WfIwNK9TcxP2lkgN8KDgO7UdYqqhnsgPldzW0vZcWXH5ISzLd7iQDbCdQBY4xZZ7NdmlsB9LRdZbar0JygbrCgo9GsGj7ONUNRheVVBTeXhLvKakz952ey7zu1vWoURFY-1N2U2qrKA=w389-h219" width="389" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="maxresdefault.jpg" id="_x0031_9_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1029" style="height: 239.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="maxresdefault" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image018.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;">Pasan cuatro años de aquel 76 y
Charly le hace algunos cambios a la canción para incluirla en el repertorio de
Serú Girán. Aunque la canción es una crítica directa a los militares parece que
ellos no la entienden y no es censurada. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span><span face="Arial, "sans-serif"" style="color: #191919;">Un río de cabezas aplastadas</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919;">
por el mismo pie<br />
juegan cricket<br />
bajo la luna<br />
<br />
Estamos en la tierra de nadie,<br />
pero es mía<br />
los inocentes son los culpables,<br />
dice su señoría,<br />
el rey de espadas<br />
<br />
No cuentes que hay<br />
detrás de aquel espejo,<br />
no tendrás poder<br />
ni abogados, ni testigos<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgNoBiGCkxV89HPZUgwvhzT1Nrkqu1KidOmfgTP2P79C9lLwc52R7PCKc9nTzwwyUPjXgofKdskQagMjA4Gw-Rg9fylWZUzoIU0Wv-bCRdx90V96M2VDrrjr0WuK6euIu3hIGZ2NzNanSMoTvjPU57ZXfw3R0-GSzLfwmo4QT3taShul_vrZLD22nKJMw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="604" data-original-width="583" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgNoBiGCkxV89HPZUgwvhzT1Nrkqu1KidOmfgTP2P79C9lLwc52R7PCKc9nTzwwyUPjXgofKdskQagMjA4Gw-Rg9fylWZUzoIU0Wv-bCRdx90V96M2VDrrjr0WuK6euIu3hIGZ2NzNanSMoTvjPU57ZXfw3R0-GSzLfwmo4QT3taShul_vrZLD22nKJMw" width="232" /></a></div><br /> <p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="429e67b2b19f03c21c657f4adbdd4bd5.jpg" id="_x0032_0_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1028" style="height: 4in; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 278.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="429e67b2b19f03c21c657f4adbdd4bd5" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image019.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919;">Ilustración de Ester García<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919; font-size: 12pt;">El universo que inventa el
reverendo Dogson para la niña de sus ojos invierte los sentidos, Charly,
además, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuenta el horror. De todos
modos, como en el mundo de Alicia, en la Argentina están todos locos, con la
diferencia de que la locura de la dictadura no consiste en jugar con las
palabras, hacer retruécanos y plantear enigmas, los locos asesinan,
desaparecen, exilian.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #191919;">Estamos en la tierra de todos,<br />
en la mía<br />
sobre el pasado y sobre el futuro,<br />
ruinas sobre ruinas,<br />
querida Alicia<br />
<br />
Quién sabe Alicia, este país<br />
no estuvo hecho porque sí<br />
te vas a ir, vas a salir<br />
pero te quedas,<br />
¿dónde más vas a ir?<br />
<br />
</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="WhatsApp Image 2023-01-26 at 13.01.49.jpeg" id="_x0032_3_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1027" style="height: 312.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 424.5pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="WhatsApp Image 2023-01-26 at 13.01.49" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image020.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgmV19bUNtHH4s7KNZT-ZjV7EfTgM1yxk2W7UFjfDARC85GcQoaMtqdqY4qfmRb03PdWf9N2TFh_8VHQ5nJzyqe-9S1RmH-f7XocpYGcfunGJ_HpaUH9F4KJXUAz-FIxxfZffh15jQdOxxQIYwRqCQI2hjQfEUzj2f8xjbmPJPmToTeGP72D9WH5IvOZA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="657" data-original-width="890" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgmV19bUNtHH4s7KNZT-ZjV7EfTgM1yxk2W7UFjfDARC85GcQoaMtqdqY4qfmRb03PdWf9N2TFh_8VHQ5nJzyqe-9S1RmH-f7XocpYGcfunGJ_HpaUH9F4KJXUAz-FIxxfZffh15jQdOxxQIYwRqCQI2hjQfEUzj2f8xjbmPJPmToTeGP72D9WH5IvOZA" width="320" /></a></div><br /><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Ilustración: Mirella Musri<o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; line-height: 22.5pt; margin-bottom: 18.75pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 18.75pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 13pt;">6. Final del juego<o:p></o:p></span></b></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"">Los libros de Alicia proponen juegos. <span style="background: white; color: #202122;"> </span><span style="background: white;">Ludwig</span> Wittgenstein nos dice que las palabras son cáscaras a las
que encontramos significado por el contexto y a este fenómeno lo llama juegos
del lenguaje.<span style="background: white; color: #202122;"> En las matemáticas
como en el lenguaje ordinario, se trata, de hecho, de aplicar reglas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;"><o:p> </o:p></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;">Lewis
Carroll nos propone en sus relatos para niños, que descubramos cómo construimos
el lenguaje, cómo experimentamos con él.<o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;"><o:p> </o:p></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Carroll era un maestro de la experimentación. Ya
hablamos de su amistad con diversas niñas, además de Alicia. Cuentan sus
biógrafos que les escribía muchas cartas, entre ellas ideó la
carta-jeroglífico, las cartas en forma de molinete circular, cartas que sólo
podían leerse si se las ponía frente al espejo, las cartas mínimas que sólo
podían leerse con lupa, las cartas con efectos visuales por las que se
deslizaba una araña o un escarabajo, cartas con garabatos, chistes y dibujos.<o:p></o:p></span></p><p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;"><br /></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjSeePPDBbW1jeutd6Loo_1jJm68eUmQYLdmeti39xHyT_7ZL_w0k9VPP6p4fUJJvINarO0b99a4LMMHv-CvKhynI4WcKoSISECcjOG_0yUUGHqe5TilDj-LOE5bljUuY5zd5PMQKyB2gO-z1zNKVRhsjbhsazr7ho5FpGMXCnNjPe_3p43O9LFs1fhEA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="290" data-original-width="434" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjSeePPDBbW1jeutd6Loo_1jJm68eUmQYLdmeti39xHyT_7ZL_w0k9VPP6p4fUJJvINarO0b99a4LMMHv-CvKhynI4WcKoSISECcjOG_0yUUGHqe5TilDj-LOE5bljUuY5zd5PMQKyB2gO-z1zNKVRhsjbhsazr7ho5FpGMXCnNjPe_3p43O9LFs1fhEA" width="320" /></a></div><br /><p></p>
<p align="center" style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="descarga (2).jpg" id="_x0032_1_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 137.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 206.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="descarga (2)" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image021.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122;">Solía
pasear por la playa con un maletín negro que contenía rompecabezas de </span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white;">alambre y pequeños
regalos insólitos para atraer a las niñas. Pero nada le dio más resultado que
atraer a las infancias de todos los tiempos con los dos libros de Alicia. Y
también a los grandes.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dadaístas y
surrealistas pusieron atención en el mundo absurdo de Carroll. El absurdo y la
exploración de lo onírico fue la estética predominante<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de principios del siglo XX. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhxgTX0aQGlhUTvORZYrNJ0dUePo0JSwhoWVe7ruCyMSeqXUuEEvRZwdq8HjdNGgOWOoPk8FQKfx7S_fpyJjPIFot84PdkfkX236d_LuHsfYuTxLHNlkUDcqheWGs9qAfJEFvx7APivs-T8tLeHdf7UP5yVJig7TUF9KY6-3Ka3F5fYCfeDje-GRLxCqw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="742" data-original-width="890" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhxgTX0aQGlhUTvORZYrNJ0dUePo0JSwhoWVe7ruCyMSeqXUuEEvRZwdq8HjdNGgOWOoPk8FQKfx7S_fpyJjPIFot84PdkfkX236d_LuHsfYuTxLHNlkUDcqheWGs9qAfJEFvx7APivs-T8tLeHdf7UP5yVJig7TUF9KY6-3Ka3F5fYCfeDje-GRLxCqw=w351-h293" width="351" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="montaje-alicia.jpg" id="_x0032_2_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 354pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="montaje-alicia" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image022.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Los dibujos de John Tenniel
contribuyeron a crear ese mundo de ensueños, ese juego infinito que nos propone
Alicia y todos los habitantes del mundo subterráneo. Lirones, tortugas,
sombrereros, duquesas, reyes, cerditos, orugas, grifos, dodos, gatos con
sonrisa, reyes y reinas, ratones y conejos nos enseñan a los lectores que todos
somos partes del sueño de Carroll y que, como escribe Borges, esos sueños son porciones
de nuestra felicidad. “Ojalá- nos dice-</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>compartan esa
felicidad quienes, más allá de los años y la repetida vigilia, siguen, como yo,
volviendo sus páginas.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #c00000; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Bibliografía<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">.Borges,
Jorge Luis, El sueño de Lewis Carroll , El<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>país, 9 de febrero de 1986<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt;">.Carroll, Lewis. Alicia en el país de las maravillas. A
través del espejo</span></i><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt;">. Edición de Martin Gardner. Akal Ediciones: Madrid,
1984 <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">.Chesterton,
Gilbert Keith “Defensa del desatino”. En Baeza, Ricardo (comp.): Ensayistas
ingleses. Buenos Aires, Jackson. 1901 <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">.De Santis,
Pablo. </span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">Las
narrativas para niños y el género fantástico. Diploma Superior en Culturas y
narrativas para la infancia y la juventud, 2018.</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">.Garralón,
Ana, Historia portátil de la literatura infantil.</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #4d5156; font-size: 10.5pt;"> </span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt;">Ed.
Anaya. 2ª edición. Madrid, 2005.</span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">.López
Orcón, Mónica. En busca de la infancia perdida, Caras y Caretas, Año 60 N°2376
Abril de 2021<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">.Pizarnik,
Alejandra. Prosa completa. Lumen, Palabra en el tiempo, Barcelona, 2001.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">.Wittgenstein,
L. Investigaciones filosóficas. México: Instituto de Investigaciones
Filosóficas. 1988.</span><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p> </o:p></span></p>
<p style="background: white; line-height: 22.5pt; margin-bottom: 18.75pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 18.75pt;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 13pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; color: #202122; font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p> </o:p></span></p>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-6420862302339647292022-07-07T06:48:00.005-07:002022-07-07T06:48:36.450-07:00<p> </p><header class="entry-header" style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Gentium Book Basic", Georgia, "Times New Roman", Times, serif; font-size: 15px; margin: 0px 0px 1.25em; text-align: center;"><h2 class="post-title entry-title" itemprop="headline" style="color: inherit; font-family: Oswald, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 1.6rem; font-weight: 400; line-height: 1.4; margin: 0px; text-rendering: optimizelegibility; text-transform: uppercase;"><a href="http://eldesaguaderorevista.blogspot.com/2022/06/una-fotografia-que-habla.html" style="color: #333333; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;">UNA FOTOGRAFÍA QUE HABLA</a></h2><div class="entry-metanbt" style="color: #a6a6a6; font-family: Oswald, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 0.9em; margin-top: 5px; text-transform: uppercase;">Nota publicada en <a href="http://eldesaguaderorevista.blogspot.com/2022/06/una-fotografia-que-habla.html">El Desaguadero</a>, revista de poesía</div><div class="entry-metanbt" style="color: #a6a6a6; font-family: Oswald, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 0.9em; margin-top: 5px; text-transform: uppercase;"><br /></div><div class="entry-metanbt" style="color: #a6a6a6; font-family: Oswald, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 0.9em; margin-top: 5px; text-transform: uppercase;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWs2M2rxoIq7TVQvbi9WNmThBf5ENVSNZBFpnyfNoPZUbJQdZyUyYfpf2NshF_p7aT3VvaLG-970EkkfWyoTNWiqAiaxHjyvLnat-Plnmqsd3RNJAKT0Kq2yJYaGB-0VN7aokv6g_fcZBworaJhWH_5QfBxAZc6vMCxKkN5QpJ7cz7skyFVkm5at6HUQ/s367/WhatsApp%20Image%202022-06-19%20at%2010.26.44%20AM.jpeg" style="color: #1fa0ae; font-family: "Gentium Book Basic", Georgia, "Times New Roman", Times, serif; font-size: 15px; margin-left: 1em; margin-right: 1em; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;"><img border="0" data-original-height="255" data-original-width="367" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWs2M2rxoIq7TVQvbi9WNmThBf5ENVSNZBFpnyfNoPZUbJQdZyUyYfpf2NshF_p7aT3VvaLG-970EkkfWyoTNWiqAiaxHjyvLnat-Plnmqsd3RNJAKT0Kq2yJYaGB-0VN7aokv6g_fcZBworaJhWH_5QfBxAZc6vMCxKkN5QpJ7cz7skyFVkm5at6HUQ/s320/WhatsApp%20Image%202022-06-19%20at%2010.26.44%20AM.jpeg" style="border: 0px; height: auto; max-width: 100%; vertical-align: middle;" width="320" /></a></div></header><div class="post-body entry-content" id="post-body-8220587388125250222" itemprop="articleBody" style="background-color: white; color: #333333; font-family: "Gentium Book Basic", Georgia, "Times New Roman", Times, serif; font-size: 15px; margin: 0px 0px 30px;"><div><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px; text-align: center;"> <span style="font-size: x-small;"><i>Chicas que escuchaban radioteatros</i>, de María Cristina Alonso.<br />Editorial Niña Pez, Buenos Aires, 2022, 48 pág.<br />Ilustraciones: MCA<br /><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: small;"><i>por <a href="http://www.ciudadeseo.blogspot.com/" style="color: #1fa0ae; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;" target="_blank">Hernán Schillagi</a></i>*</span><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"><br /><a href="http://www.ciudadeseo.blogspot.com/" style="color: #1fa0ae; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;" target="_blank"><i></i></a></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"><br /></p><div style="text-align: justify;"><b>1.</b> Apenas abrimos «Chicas que escuchaban radioteatros», de <a href="https://labibliotecadecristina.blogspot.com/" style="color: #1fa0ae; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;" target="_blank">María Cristina Alonso</a> (Bragado, 1955), el libro presenta 16 textos intercalados por ilustraciones. Sin embargo, inmediatamente se impone la pregunta (o el desafío): ¿Son relatos? ¿Son poemas? ¿Son fragmentos rescatados de un texto perdido? Ya que, de entrada, la propuesta es observar a través de la lente de una cámara. Distancia necesaria desde el presente para convertir en pasado lo inmediato. Todo parte desde una foto familiar antigua que la autora recibió como un tesoro inesperado. Por lo tanto, mirar el pasado ajeno desde las fotografías y escribir. Escribir e ilustrar. En «El arte del error», María Negroni nos dice: «Uno de los malentendidos más viejos en materia literaria es el que se empeña en clasificar las obras en categorías, géneros, escuelas, allí donde, en sentido estricto, no hay más que autores y artistas...»<b> </b>Entonces, los textos se revelan como «epígrafes extendidos», relatos enmarcados que buscan su punto de fuga en la frágil potencia de la poesía:</div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;">En las tardes interminables<br />mi madre sueña el futuro.<br />Casi puedo ver ese sueño<br />en las fotografías<br />que se sacó junto a sus hermanas<br />la tarde de la bicicleta.<br /><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><b>2.</b> Las historias aparecen como fascinación. Con el incierto poder de detener la muerte y hacernos felices, como lo hacen las fotografías. El radioteatro y sus melodramas de la década del 30 son convocados en estas páginas. Para así soñar en el medio de la zona pampeana, fertilidad y vacío que permiten fantasear con otras vidas y expandir una realidad acotada por el duro trabajo y la vida de campo: «Soñaban poco, porque era mucho lo que trabajaban / y caían rendidas sobre las sábanas ásperas…». Aunque no aparece, aquí la fotografía es testimonial. Sin embargo, además surge la poesía como un improbable artefacto de memoria registrada: «Pero cuando lo hacían, eran capaces, / las muy locas, de hamacarse en la luna con sus / piernas espléndidas a la vista de todo el universo…». Las imágenes «congeladas» comienzan a moverse por obra y gracia del poder de las palabras (como en el cuento «Las babas del diablo», de Julio Cortázar). Documentar, entonces, la alegría y la despreocupación de unas mujeres a las que no les estaba permitido el esparcimiento. Madres y tías, jóvenes y felices, hablan por boca de la autora. Cristina, por un lado, toma un registro fiel y preciso y, por otro, deja que la imaginación rompa el marco impuesto por el papel fotográfico.</p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir0AMSlt97XOpSfab-w_ANXsZh7BFOvnWsz9tyP5WO0BiRq6bTmJIp0lXYdD_RyqF0GSOwXI_U5dF0fFfCshQ745fifqb6NSJClOu7QKC0vpxGiJK1bfiwTzWXCBP2CShPm8YDbhedHT_J-HYLvB4sj0P7oX37GlBcJdVSO3Pimg6yy2FUGoOLeCJC5A/s1080/Chicas%20foto%20libro%20abierto.jpg" style="color: #1fa0ae; margin-left: 1em; margin-right: 1em; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir0AMSlt97XOpSfab-w_ANXsZh7BFOvnWsz9tyP5WO0BiRq6bTmJIp0lXYdD_RyqF0GSOwXI_U5dF0fFfCshQ745fifqb6NSJClOu7QKC0vpxGiJK1bfiwTzWXCBP2CShPm8YDbhedHT_J-HYLvB4sj0P7oX37GlBcJdVSO3Pimg6yy2FUGoOLeCJC5A/s320/Chicas%20foto%20libro%20abierto.jpg" style="border: 0px; height: auto; max-width: 100%; vertical-align: middle;" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> <b>3.</b> Debido a que toda historia narrada en prosa quiere mostrar un mundo completo, el formato o el envase del verso se convierte en una herramienta para explorar lo fragmentario. Alonso no ve por una ventana, sino que apenas encuentra rendijas, hendiduras de lo posible y, porqué no, de lo imposible. Apoya su oído de narradora experimentada y ausculta: latidos, golpes sordos, restos de frases. Así, logra amplificar el decir de estas imágenes: «La bicicleta levantó vuelo, / voló tan alto aspirando el aire / de la tarde de otoño…». Vemos que pronto aparece la imaginación, la metáfora que nos traslada a otra realidad para escapar del cuadro, es decir, tanto del campo óptico como del campo real. Esa «bicicleta con alas» se dirige hacia un tiempo íntimo y personal, el de la madre. Ya en la introducción se nos advierte: «Si hay algo que certifica la fotografía es que todo en la vida es efímero y que no hay nada más frágil que la felicidad de un instante…». La narradora se descubre, entonces, como una testigo no presencial, pero que se esfuerza en la omnisciencia para poder entrever los sentimientos y sueños de la madre, en una época donde los mitos estaban aún por nacer:</div><br /><p style="margin: 0px 0px 10px;"></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;">Las chicas escuchaban radioteatros<br />en la llanura.<br />Se amigaban con las lechuzas y hasta habían creído ver<br />un tigre anaranjado salir de los pajonales.<br />Un bello y altivo animal igualito<br />al de un almanaque que colgaba de la despensa.<br /><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><b>4.</b> De este modo, el registro pasa de escritural a una modalidad de estampa. Por eso, los relatos están conectados con las ilustraciones: la llanura, el campo, el arduo trabajo, las faenas rurales, los radioteatros, entre otras cosas que van configurando un tiempo en sepia. El libro avanza y los elementos elegidos no son al azar: una bicicleta prestada y de varón sirve, al mismo tiempo, como un apoyo para estas hermanas que posan alegres, pero también como un símbolo de esa libertad tan cercana como negada. Toda bicicleta necesita de equilibrio y dirección, sin embargo, aquí se utiliza para volar. La época es la década del 30 del siglo XX, más precisamente, 1937. Gardel ha muerto ya, Evita todavía no es un heroína popular. No obstante, aparece como una mujer que salió del campo profundo para volar alto. Así, página a página descubrimos el detrás de escena de la ficción de los radioteatros: «Tormentas de papel de celofán y rayos de hojalata…». Pero el paso del tiempo hace que la magia no se pierda, sino todo lo contrario. Como ya leímos, en plena llanura bonaerense, salta un fabuloso tigre de almanaque. Por fin algo vivo y extraño, la belleza en la imaginación en medio de esta superficie plana como una hoja en blanco. La llanura es interminable, al igual que el trabajo rural y los quehaceres de la casa. El espacio para soñar resulta escaso, pero cuando pueden hacerlo, es de manera épica.</p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><b>5.</b> Hacia el final, el inevitable transcurrir del tiempo se traslada del sueño a la realidad. La rutina, la vejez, las aplastantes tareas hogareñas: «Después, la vida las obligará a nadar en las oscuras /aguas de las cacerolas, / a fregar la ropa, a limpiar los pisos…». Por lo tanto, vuelve la narradora (la poeta, la testigo) y observa desde la lejanía de los años, del espacio, del destino; ya que por ser de otra generación, su vida ha sido muy diferente, con otras libertades, derechos ganados y luchas que han dejado su huella. Sin embargo, hay puntos de contactos: imaginar desde la ficción el mundo, no conformarse con lo que le toca y salir, sonreír ante las adversidades y tomar esa instantánea para afrontar el futuro. De este emotivo y potente material está construido «Chicas que escuchaban radioteatros», como una foto que –una vez revelada– no la podemos dejar de mirar, porque además nos ha capturado.</p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"><span style="font-size: x-small;">*Texto leído en la presentación de <i>Chicas que escuchaban radioteatros</i>, el 27/05/2022, en el Teatro Florencio Constantino, de Bragado.</span><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px; text-align: center;"> </p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px; text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Si-m91GK05NHmKkuL9JfQdVVjokKKQmarwuyk0JGBhXWxYWvkmI6vozvXmE0lu75wyZ7C5JtV9ualUaOjRfyshoE8qDHmF4mXy2l_tsvrJ8etZ6d07Bj5dyzAjr3blP-WAPpu2KUAw4NP7qQ6lKBFNZfaKcwVqhsmjB-wYrgQusZPuqDNM8xLFlxMg/s1280/Mar%C3%ADa%20Cristina%20Alonso.jpg" style="color: #1fa0ae; margin-left: 1em; margin-right: 1em; outline: none; text-decoration-line: none; transition: all 0.14s ease 0s;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="853" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Si-m91GK05NHmKkuL9JfQdVVjokKKQmarwuyk0JGBhXWxYWvkmI6vozvXmE0lu75wyZ7C5JtV9ualUaOjRfyshoE8qDHmF4mXy2l_tsvrJ8etZ6d07Bj5dyzAjr3blP-WAPpu2KUAw4NP7qQ6lKBFNZfaKcwVqhsmjB-wYrgQusZPuqDNM8xLFlxMg/s320/Mar%C3%ADa%20Cristina%20Alonso.jpg" style="border: 0px; height: auto; max-width: 100%; vertical-align: middle;" width="213" /></a></div><br /></div><div style="text-align: center;"> <i>Dos poemas de</i><br /><i></i>Chicas que escuchaban radioteatros<i>,</i><br /><i>de María Cristina Alonso<br /><br /></i></div><p style="margin: 0px 0px 10px;"></p><i></i><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"><b>1</b></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;">En 1937 todavía no había estallado la guerra.<br />Gardel ya se había muerto en Medellín.<br />Las voces de la radio se evaporaban en el aire.<br />Unas muchachas sonreían<br />mientras el viendo le volaba el cabello.<br />El mundo se acaba en la línea del horizonte.<br />Mi madre era joven.<br />El tiempo parecía detenido.</p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;">*</p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;"><b>15</b></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px 0px 10px;">El viento trae el eco de la radio encendida en la cocina.<br />Las chicas que escuchan radioteatros<br />tienen sueños suaves como las medias sedosas<br />que no pueden comprar,<br />y sus polleras, cosidas en la Singer,<br />florecen en las noches azules de la llanura.<br />Sueñan con el gran amor que las llevará muy lejos.</p></div>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-69598934141061276662021-08-09T04:37:00.005-07:002021-08-09T04:46:42.739-07:00Una carta para viajar en el sueño<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">por María Cristina Alonso<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><a href="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSa6MPB0B8DmdDNLePp6RioUop4d_b4hlbcGw&usqp=CAU" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="184" src="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSa6MPB0B8DmdDNLePp6RioUop4d_b4hlbcGw&usqp=CAU" width="328" /></a></span></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><br /></span></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">En su libro La boca del tiempo, Eduardo Galeano<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>recopila historias que vivió o escuchó. Entre
ellas está esta:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-outline-level: 4; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;">“</span></i><a href="https://poemas.yavendras.com/el-padre.htm"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span color="windowtext" face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; text-decoration: none; text-underline: none;">EL PADRE</span></i></a><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Vera faltó a
la escuela. Se quedó todo el día encerrada en casa. Al anochecer, escribió una
carta a su padre. El padre de Vera estaba muy enfermo, en el hospital. Ella
escribió:<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br />
—Te digo que te quieras, que te cuides, que te protejas, que te mimes, que te
sientas, que te ames, que te disfrutes. Te digo que te quiero, te cuido, te
protejo, te mimo, te siento, te amo, te disfruto.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br />
Héctor Carnevale duró unos días más. Después, con la carta de su hija bajo la
almohada, se fue en el sueño.”</span></i><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Escritos%20en%20marcha/Hallazgos_%20Carnevale.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> Eduardo Galeano<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 5.65pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1029" style="height: 216.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 207pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="20210808_102239" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Eduardo Galeano escribe una breve, minúscula historia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de despedida. Es la de un padre enfermo que se
marcha y de una niña, su hija, que le escribe para que viaje <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>protegido. Ese padre, Héctor Carnevale fue un
poeta fugaz, que murió demasiado joven pero que alcanzó a publicar un libro de
poemas luminoso: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">el alimento y los ojos</i></b>.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El mismo Galeano escribe en la contratapa: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">En este poema, la flecha/ es el blanco. Del hambre/ de luz, nacen estos
fulgores. / Ellos atraviesan el/ basural de la tierra/ y la noche del cielo y /
ardiendo van en busca/ de lo que son:/ la ciega mirada que nos/ perdona, la
muda palabra/ que nos comprende</i>.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Bocas del tiempo - Siglo XXI Editores" id="Imagen_x0020_2" o:spid="_x0000_i1028" style="height: 235.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 150pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Bocas del tiempo - Siglo XXI Editores" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image002.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi62AzZnfFxRYoLiOAF9DgsIOD662wAFlphTawLVf9O2PwUAeZulzlpwKPAi0iN2n_vo2WT0qeKUCQA04qoVoNCB4M3wP0QhkZV_XRerRkP_j7-3mCb1Y6w6Couk1El2XVAjx9CqLWsE35S/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="318" data-original-width="204" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi62AzZnfFxRYoLiOAF9DgsIOD662wAFlphTawLVf9O2PwUAeZulzlpwKPAi0iN2n_vo2WT0qeKUCQA04qoVoNCB4M3wP0QhkZV_XRerRkP_j7-3mCb1Y6w6Couk1El2XVAjx9CqLWsE35S/w206-h320/image.png" width="206" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div> <v:shape alt="La Unam le dará el Honoris Causa a Eduardo Galeano | EL TERRITORIO noticias de Misiones." id="_x0000_i1025" style="height: 24pt; width: 24pt;" type="#_x0000_t75"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Galeano, Eduardo - Escritores.org - Recursos para escritores" id="Imagen_x0020_8" o:spid="_x0000_i1027" style="height: 194.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 189.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Galeano, Eduardo - Escritores" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image003.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></v:shape><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Publicado en 1993 <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">el alimento y los ojos</i></b> apenas pudo
ser disfrutado por su autor. Héctor Carnevale murió joven. Había nacido en
Bragado, provincia de Buenos Aires, en 1952 y había estudiado antropología.
Estaba vinculado familiarmente a través de su mujer con el escritor uruguayo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggkO3pgCYRqAxs9g_PLJ7xYM5wUQ5QtX4MM1dhkYvqcE94BDSIS0yhca1ItvSowELxgX-OpXMZPHktZq8mGQaO-MG8I4zuiiOt9X8bxNHtOaJSEw7jvAP0AzIez3Ax1h4CTI2v3hZzkCYd/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="293" data-original-width="280" height="346" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggkO3pgCYRqAxs9g_PLJ7xYM5wUQ5QtX4MM1dhkYvqcE94BDSIS0yhca1ItvSowELxgX-OpXMZPHktZq8mGQaO-MG8I4zuiiOt9X8bxNHtOaJSEw7jvAP0AzIez3Ax1h4CTI2v3hZzkCYd/w330-h346/image.png" width="330" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">En <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">el alimento y los ojos</i></b> las imágenes
están trabajadas con los elementos del sueño, con esa fina sustancia del mundo
que el poeta sabía que iba a dejar: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“He
caído en tu jardín/ soy una piedra/ yo/ carne del tiempo”</i>, escribe en el
inicio. El libro está estructurado como un largo poema dividido en tres partes
que son la desgarrada invocación a un dios de un hombre que siente que la vida
se le va y tiene que encontrarle a eso un sentido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-AR;">Tamara Kamenszain, en
su libro de ensayos <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La edad de la poesía</i></b>, dice -refiriéndose a varios poetas que
escribieron sobre el final de sus días- que “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">la poesía es lo más parecido a una autobiografía porque no hay una
manera humana de abandonar la primera persona gramatical, aunque se ensayen
otras… Escribir en verso, entonces, supone escribir en forma de diario:
extremando en cada escansión, en cada suspensión del sentido, en cada parálisis
narrativa, lo que se está por terminar</i>”.<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Escritos%20en%20marcha/Hallazgos_%20Carnevale.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Es así que como Héctor inicia en primera persona un
diálogo con un dios que parece lejano, ofreciéndole lo que el poeta cree tener
como único bagaje: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Prueba de mí/ <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tú, /divina digestión del universo</i>”. El
dios al que el poeta habla está muy lejos de la realidad de los hombres. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Suena tan lejos tu música blanca/ y aquí
sonido negro cerca del estómago</i>”. Porque la poesía también sirve para dar
al hombre la dimensión de su finitud: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oh,
qué pequeño soy</i>”, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>reconoce.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">En el inicio de ese viaje que el poeta se apresta a
realizar ofrenda “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">esta delicada luz de mi
cuerpo de niño/ que ha soñado/ ser/ alimento de los ángeles”</i>. Toda la
primera parte es una larga interrogación sobre el dolor humano, el basural del
mundo, el tiempo que apresura la muerte. Y si el corazón de dios es alimento,
éste a veces se encuentra negado a los hombres: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Por qué tan abajo enterrado tu corazón?”,</i> se pregunta. La búsqueda
es una travesía, a veces en las tinieblas, donde la Palabra no se encuentra: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Aquí dejo los ojos que me has dado, Señor, /
¡Acéptame la ofrenda!”<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Si en la primera parte de este libro el poeta se llena
de preguntas, en la segunda, titulada “las ofrendas” éstas continúan <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“qué has visto en mi carne?”</i> pero
aparece la certeza de que hay un lugar en donde todo recupera su sentido: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Sé que todo lo que falta/ tiene su lugar./
Sé que el cielo es/ la completud que busco</i>.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Por eso el hambre del poeta se sacia con las palabras,
ellas son su alimento: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Deja una hogaza
en cada estrella// ¡Qué la luna sea tu pan, Señor!”</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">En la tercera parte el poeta halla la respuesta. Una
vez que ha entregado su cuerpo, que ha buscado inútilmente la explicación a los
misterios del mundo y a los de su propia e insignificante humanidad, está listo
para escuchar el verbo divino que no es otra cosa que el espejo de su propia
voz. Por algo Isidoro Blaistein dice, citando a Shakespeare, que </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“los poetas son los espías de Dios y que
Dios es una luz imprecisa que los poeta ven sin enceguecerse, sin entornar los
ojos mientras los boquiabiertos tropiezan en la oscuridad</i><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">.”</span><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Escritos%20en%20marcha/Hallazgos_%20Carnevale.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">En el poema de Héctor Carnevale, Dios habla para
devolver al poeta el material con el que construye sus versos. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“No tengas miedos -le dice- Yo no hablo con
la lengua dulce y extranjera del hombre. / Yo soy la única posibilidad de
entender/ Soy la Palabra”</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Es en el poema que este hombre enfermo busca<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>alguna mínima respuesta. Poesía como alimento,
como consuelo, mirador para ver lo que otros no ven, para apreciar la luz y la
oscuridad, y para añorar lo que se pierde. Como en los versos de Héctor Viel
Temperley, otro poeta que escribió bajo la experiencia de la enfermedad y la
cercanía de la muerte, en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Hospital
Británico</b>: “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Es mi parte de tierra la que llora por los ciruelos que ha
perdido.</span></i><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;">”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Cartas para romper la soledad de muchos mayores" id="Imagen_x0020_11" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 219.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Cartas para romper la soledad de muchos mayores" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image004.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: white; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Para un poeta que busca en las palabras magias y
fulgores para entrar en lo desconocido, la carta de su hija Vera, como cuenta
Eduardo Galeano, debe haber sido el mejor vehículo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para viajar en el sueño.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBGD20yQKH00Soln3YHn5y5lDQ81XxyiTTk78AeCvkypVhAXOreWcivKgLw4m-80F5xqIWWH6QwZ54_wFOTEXu6LaxCE_3Ku8l_WEsYwfLr-xIOB3fkfG36TD3O7w5njXEkmVmhn1aryMe/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="297" data-original-width="571" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBGD20yQKH00Soln3YHn5y5lDQ81XxyiTTk78AeCvkypVhAXOreWcivKgLw4m-80F5xqIWWH6QwZ54_wFOTEXu6LaxCE_3Ku8l_WEsYwfLr-xIOB3fkfG36TD3O7w5njXEkmVmhn1aryMe/w415-h215/image.png" width="415" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Escritos%20en%20marcha/Hallazgos_%20Carnevale.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Galeano, Eduardo, La boca del
tiempo,</span><span lang="ES-AR"> </span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Buenos Aires , Catálogos, 2004<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<h1 style="background: rgb(249, 249, 249); line-height: normal; margin-top: 0cm;"><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Escritos%20en%20marcha/Hallazgos_%20Carnevale.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 9pt; font-weight: normal; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #365f91; font-size: 9pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: major-fareast; mso-themecolor: accent1; mso-themeshade: 191;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 9pt; font-weight: normal; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #729cb3; font-size: 9pt; font-weight: normal; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #111111; font-size: 9pt; font-weight: normal; mso-bidi-font-weight: bold;">Kamenszain, Tamara, La Edad de la poesía, Beatriz
Vitervo Editora, 1996<o:p></o:p></span></h1>
<p class="MsoFootnoteText"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 9pt; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p> </o:p></span></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Escritos%20en%20marcha/Hallazgos_%20Carnevale.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 9pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 9pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 9pt;"> </span><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 9pt; mso-ansi-language: ES-AR;">Blaisten, Isidoro. Anticonferencias, Buenos Aires, EMECE, 1983.<o:p></o:p></span></p>
</div>
</div>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-13358106982285180222021-04-23T11:55:00.003-07:002021-04-23T11:55:48.774-07:00Bicicleta con alas<p> <span style="background-color: white; color: #222222; font-family: arial; font-size: 13.2px;">La bicicleta en la literatura</span></p><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><span style="font-family: arial;">por María Cristina Alonso</span></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://cuadernosdetodo.files.wordpress.com/2016/03/dibujo-poema-bici-alberti.jpg?w=584" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="395" src="https://cuadernosdetodo.files.wordpress.com/2016/03/dibujo-poema-bici-alberti.jpg?w=584" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><br /></div><p align="center" class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Georgia, serif; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;">Dibujo de Rafael Alberti para la Balada de la bicicleta con alas”.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En su exilio argentino, en Totoral, Córdoba, el poeta Rafael Alberti recupera la paz y disfruta de una bicicleta. Ha tenido que abandonar España después de la Guerra Civil perseguido por rojo. En su tierra han quedado amigos asesinados o en la cárcel.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Tiene cincuenta años, la edad en que muchos poseen un yate o un automóvil. Pero él es feliz con su bicicleta. Desterrado y a miles de kilómetros de su patria, corre sobre ella para detenerse frente al río y ver el atardecer. Es que el poeta descubre que a su bicicleta le han salido alas y lo dice en una balada: “</span><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Yo sé que tiene alas./ Que por las noches sueña/ en alta voz la brisa/ de plata de sus ruedas./ Yo sé que tiene alas./ dormida, abriendo al sueño/ una celeste senda./ Yo sé que tiene alas./ Que volando me lleva/ por prados que no acaban/ y mares que no empiezan</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">.” (Balada de la bicicleta con alas)</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Y la ha nombrado. Ha dicho de ella que es una <i>cabra feliz</i>, que es una <i>niña escapada de la aurora</i>, que es <i>una luna perdida</i>. La ha llamado Gabriel arcángel y ha dicho que sus alas le anuncian el aire de los caminos.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Estuvo 38 años en el exilio –recién pudo volver a España en 1977 después de la muerte de Franco- de los cuales 24 vivió en la Argentina junto a su esposa María Teresa León. En Totoral nació su hija Aitana y escribió </span><b><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Entre el clavel y la espada</span></i></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> y <b><i>La arboleda perdida</i></b>.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Georgia, serif; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;"></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2018/10/rafael-alberti-y-maria-teresa-leon-en-una-imagne-del-museo-alberti.jpeg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="587" data-original-width="800" height="294" src="https://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2018/10/rafael-alberti-y-maria-teresa-leon-en-una-imagne-del-museo-alberti.jpeg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">Rafael Alberti y María Teresa León en el exilio<o:p></o:p></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;"><br /></span></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"></div><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Inspiradora de poetas y narradores, la bicicleta ha sido solaz y entretenimiento de muchos escritores. Antes de que la selva le regalara sus verdes vibrantes y su oscuridad, Horacio Quiroga se fascinaba con la bicicleta que su padrastro le comprara en sus épocas de dandy en Salto, Uruguay.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En marzo de 1900, con lo que recibe de herencia, Quiroga se embarca a París, ciudad que lo atraía por varias razones. En primer lugar porque París era la aspiración suprema de todo poeta de la época. Pero también confiesa otros intereses. Además de su deseo de asistir a la Cuarta Exposición Universal en Paris viajaba interesado en las competencias de ciclismo. Lo escribe en el diario que lleva durante su desafortunado viaje. Para el Quiroga joven el ciclismo no era sólo un espectáculo sino también un deporte que había practicado en su tierra y que lo había llevado a fundar el Club Ciclista Salteño. Para el escritor “</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">el gran atractivo de la bicicleta consiste en transportarse, llevarse uno mismo, devorar distancias, asombrar al cronógrafo, y exclamar al fin de la carrera: mis fuerzas me han traído!".</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://www.escritores.org/imag/quiroga.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="276" src="https://www.escritores.org/imag/quiroga.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt;">Horacio Quiroga, joven y dandy</span></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div></div><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Si en el viaje de ida se había embarcado como un dandy, con ropa recién comprada, valijas ostentosas y en camarote especial, el regreso fue un desastre. En París dilapidó su dinero, se sintió ajeno a la vida artificial de la capital francesa, empeñó su ropa, pidió préstamos, se deshizo de joyas, valijas y ropas y hasta mendigó monedas para comprar un trozo de pan y queso.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Volvió en tercera, con las solapas levantadas para ocultar que no llevaba cuello y sin equipaje. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Sus biógrafos aclaran que aún en el caso de que Quiroga hubiera ido a París atraído únicamente por el ciclismo, esto no significaría que, a su juicio, la vocación deportiva fuera más poderosa que la literaria.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://cdn1.eldia.com/062020/1593337845466.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="598" data-original-width="800" height="299" src="https://cdn1.eldia.com/062020/1593337845466.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"></div><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">La bicicleta de Horacio Quiroga en la casa museo en Misiones<o:p></o:p></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="background-color: transparent; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Julio Cortázar tenía claras algunas cosas sobre las bicicletas. En <b><i>Historias de cronopios y de famas</i></b> incluye un texto sobre los inconvenientes de portar una bicicleta en algunas circunstancias. Dice en Vietato introdurre biciclette (Prohibido entrar en bicicleta) que en los bancos y casas de comercio se puede entrar con cualquier cosa sin que importe demasiado. Cita tucanes, repollos, chimpancés con tricotas a rayas, gatos y liebres. “</span><i style="background-color: transparent;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Pero apenas una persona entra con una bicicleta se produce un revuelo excesivo, y el vehículo es expulsado con violencia a la calle mientras su propietario recibe admoniciones vehementes de los empleados de la casa. Para una bicicleta, ente dócil y de conducta modesta, constituye una humillación y una befa la presencia de carteles que la detienen altaneros delante de las bellas puertas de cristales de la ciudad. Se sabe que las bicicletas han tratado por todos los medios de remediar su triste condición social. Pero en absolutamente todos los países de la tierra está prohibido entrar con bicicletas. Algunos agregan: «y perros», lo cual duplica en las bicicletas y en los canes su complejo de inferioridad</span></i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">.” Pero advierte que si dos príncipes murieron en una guerra de dos rosas, a las bicicletas también le pueden salir espinas y sus manubrios crecer hasta arrasar las vidrieras de las compañías que les niegan la entrada.</span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Y es más, la bicicleta le sirvió a Julio para explicar su teoría del cuento: “</span><i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">En mi caso, el cuento es un relato en el que lo que interesa es una cierta tensión, una cierta capacidad de atrapar al lector y llevarlo de una manera que podemos calificar casi de fatal hacia una desembocadura, hacia un final. Aunque parezca broma,<strong><span style="border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;"> un cuento es como andar en bicicleta</span></strong>, mientras se mantiene la velocidad, el equilibrio es muy fácil, pero si se empieza a perder velocidad, ahí te caes y un cuento que pierde velocidad<br />al final, pues es un golpe para el autor y para el lector</span></i><i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: "Open Sans", serif; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;">.</span></i><i><span lang="EN-US" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;">”</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: justify;"><i><span lang="EN-US" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;"><br /></span></i></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://i.pinimg.com/originals/b0/d0/05/b0d005413fb3d50b1e78b38addc141bc.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="488" height="400" src="https://i.pinimg.com/originals/b0/d0/05/b0d005413fb3d50b1e78b38addc141bc.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="260" /></a></div><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"></p><p style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"></p><p align="center" class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;">Julio Cortázar</p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">En la Primera Guerra Mundial, Ernest Hemigway, que era un muchacho de 18 años y todavía no había escrito casi nada, se alistó en el frente italiano como conductor de ambulancias. Como era un apasionado de las bicicletas, recorría las calles de Milán repartiendo cigarrillos y chocolates a los soldados italianos hasta que sufrió heridas graves en sus piernas por fuego de mortero. Terminó en el hospital de la Cruz Roja, lo que le permitió reflexionar:</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;"> </span><i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">«Cuando uno se va a la guerra como joven, tiene una gran ilusión de inmortalidad. Son las otras personas las que mueren, no te ocurre a ti. ... Entonces, al estar gravemente herido por primera vez, uno pierde esta ilusión y sabe que le puede pasar a uno mismo»</span></i><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Mucho después daría largos paseos en bicicleta por la campiña francesa en compañía de otro escritor, Scott <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Fitzgerald., con quien tuvo una amistad complicada. Se habían encontrado en París en 1925. Andar en bicicleta era para Hemingway una experiencia especial. Describió en un artículo esta sensación:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">"<i>Pedaleando se aprecian mejor los contornos del país, porque uno primero sube las cuestas bañado en sudor y luego las desciende dejándose deslizar por ellas. De ese modo, el ciclista recuerda las pendientes tal como son, mientras que al automovilista sólo le impresionan las colinas de considerable altura".</i><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://canaltrece.com.co/uploads/ck-uploads/2018/07/11/HEMINGWAY%20BICI.JPG" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="412" data-original-width="600" height="275" src="https://canaltrece.com.co/uploads/ck-uploads/2018/07/11/HEMINGWAY%20BICI.JPG" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><div style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">Ernest Hemigway en la paz y en la guerra<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Otro que se piraba por las bicicletas era Alfred Jarry, creador de la seudociencia que llamó Patafísca y autor de la famosa y escandalosa para la época, obra dramática <b>Ubú rey</b>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Unos días antes del estreno de dicha obra, a finales de noviembre de 1896, Jarry se compró una bicicleta Clement Luxe 96 de pista, que lo llevó y lo trajo por las calles de París hasta su muerte. Cuentan que era tal el amor a su bicicleta que dormía junto a ella aunque nunca terminó de pagarla. Tres cosas mantenía su vida intensa: la absenta, el revólver y la bicicleta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">En sus escritos imaginó delirantes situaciones con la bicicleta: “a Jesús de Nazaret en una competencia a toda velocidad contra Barrabás y en derrapada en ascenso por las 14 curvas en el Gólgota; a Ixión –rey de Tesalia y seductor de la diosa Hera– atado a su rueda de bicicleta por la eternidad; y una quíntupla de ciclistas borrachos y dopados, lanzados en carrera a toda velocidad contra el tren que atraviesa Europa, recorriendo el periplo París-Siberia por exactamente 10.000 millas.”<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Bicicleta%20con%20alas.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[1]</span></span></span></a><o:p></o:p></span></p><div><br clear="all" /><hr align="left" size="1" width="33%" /><div id="ftn1"><p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Bicicleta%20con%20alas.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[1]</span></span></span></a> https://revistapedalea.com/ubu-en-bicicleta-de-alfred-jarry/<span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/4f/Jarry_velo.jpg/300px-Jarry_velo.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="210" data-original-width="300" height="280" src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/4f/Jarry_velo.jpg/300px-Jarry_velo.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><p align="center" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">Alfred Jarry y su bici<o:p></o:p></span></p><p align="center" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;"><br /></span></p></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">El antropólogo Marc Augé en su libro <b>Elogio de la bicicleta</b> nos dice:</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">. “</span><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Nadie puede hacer un elogio de la bicicleta sin hablar de sí mismo. La bici forma parte de la historia de cada uno de nosotros. Su aprendizaje remite a momentos particulares de la infancia y la adolescencia. Gracias a ella, todos hemos descubierto un poco de nuestro propio cuerpo, de sus capacidades físicas, y hemos experimentado la libertad a la que está indisolublemente ligada. Para alguien de mi generación, hablar de la bicicleta es pues evocar, fatalmente, muchos recuerdos. Pero esos recuerdos no son sólo personales; están arraigados en una época y en un medio, en una historia compartida con millones de otros.”<o:p></o:p></span></i></p><br /></div><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><a href="https://malba.s3.sa-east-1.amazonaws.com/wp-content/uploads/2014/12/ladrones-de-bicicletas-750x562.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="562" data-original-width="750" height="300" src="https://malba.s3.sa-east-1.amazonaws.com/wp-content/uploads/2014/12/ladrones-de-bicicletas-750x562.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="separator" style="background-color: white; clear: both; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: center;"><p align="center" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">Ladrón de bicicletas<o:p></o:p></span></p><p align="center" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;"></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Las bicicletas son narrativamente eficaces a la hora de contar historias. Lo demuestra la indispensable bicicleta robada en la película clave del neorrealismo italiano <b>Ladrón de bicicletas</b> (De Sica, 1948), <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">basada en la novela homónima escrita por Luigi Bartolini. En ella se narra la desventura de un trabajador en la pobrísima posguerra italiana. Lo corroboran las bicicletas que salvan al extraterrestre en la escena final del film <b>ET</b> (Spielberg, 1982).<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"></span></p><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://i.blogs.es/eb1ddb/hq98uq9plzpej2p8kg/450_1000.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="259" data-original-width="450" src="https://i.blogs.es/eb1ddb/hq98uq9plzpej2p8kg/450_1000.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><br /><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><br /></span><p></p></div><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; text-align: justify;"><span class="grkhzd"><b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10.5pt; line-height: 16.1px;"> </span></b></span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Steven Spielberg</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"> cuenta sobre esa escena final, la que todos recordamos de su taquillero film, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">la importancia que tuvo la música en el momento en que los chicos pedalean frente a la luna: “Yo hacía despegar las bicicletas de ET” -dice- “pero era la música de John Williams la que las mantenía en el aire”.<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"> </span></p>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-37239393329997953372021-03-23T04:26:00.005-07:002021-03-23T04:26:57.904-07:00Infancias: Narrar la oscuridad<p> </p><h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 22px; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative;"><br /></h3><div class="post-body entry-content" id="post-body-4394650381267706018" itemprop="description articleBody" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: 1.4; position: relative; width: 570px;"><div dir="ltr" trbidi="on"><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">por <b>María Cristina Alonso</b></span></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">¿Cómo se narra la infancia si se ha padecido? Muchos escritores sostienen que, en esos padecimientos nació su literatura. Una recorrida por algunos días de infancia de autoras y autores cuyos primeros años no fueron un paraíso perdido precisamente.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“<i>Pero antes de comenzar esta pequeña historia</i>,- escribe <b>Laura Alcoba</b> en el prólogo de su novela de sesgo autobiográfico, <i><b>La casa de los conejos</b></i>- <i>quisiera hacerte una confesión: si al fin hago este esfuerzo de memoria por hablar de la Argentina de los Montoneros, de la dictadura y del terror, desde la altura de la niña que fui, no es tanto por recordar como por ver si consigo, al cabo, de una vez, olvidar un poco".<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR1FZlIiC9hhmIOV8zRLoaiR_RZYBE-bPAQgiU5Zt8_EUM5MlsdADbpLFgd0KGQvGWlz49eRq61jdsfOkPmllgiLNOw81N0mkgqiDzwrddwayM4TQe_mcpdfZZdVMOdXXmZTotli2OLR8/s1600/la-casa-de-los-conejos-de-laura-alcoba-D_NQ_NP_778274-MLA26109387865_102017-F.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="311" data-original-width="591" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR1FZlIiC9hhmIOV8zRLoaiR_RZYBE-bPAQgiU5Zt8_EUM5MlsdADbpLFgd0KGQvGWlz49eRq61jdsfOkPmllgiLNOw81N0mkgqiDzwrddwayM4TQe_mcpdfZZdVMOdXXmZTotli2OLR8/s400/la-casa-de-los-conejos-de-laura-alcoba-D_NQ_NP_778274-MLA26109387865_102017-F.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Y lo que va a narrar es una infancia vivida en La Plata, en los años previos a la dictadura, cuando comenzaba la violencia institucional. Es 1975 y la madre tiene pedido de captura, por lo tanto deben mudarse de casa y pasar a la clandestinidad. En la nueva vivienda, que está en las afueras se crían conejos. Pero es sólo una fachada, porque en verdad es una casa clandestina de Montoneros y, los que la comparten, van muriendo o desapareciendo en las calles.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La niña que cuenta tiene siete años y con aparente naturalidad nos dice cómo es la vida en la clandestinidad: “<em>“Mi madre se decide finalmente a explicarme, a grandes rasgos, lo que pasa. Hemos tenido que dejar nuestro departamento, dice, porque desde ahora los Montoneros deberán esconderse. Es necesario, ciertas personas se han vuelto muy peligrosas: son los miembros de los comandos de las AAA, la Alianza Anticomunista Argentina, que <<levantan>> a los militantes como mis padres y los hacen desaparecer. Por eso debemos refugiarnos, escondernos; y también resistir. Mi madre me explica que eso se llama <<pasar a la clandestinidad>><o:p></o:p></em></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">A los once años, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Alekséi Maksímovich Peshkov ve a su padre yacer en el suelo de una habitación en penumbras. Parece más largo que nunca envuelto en un lienzo blanco. El niño repara en los discos negros de las monedas de cobre que tapan los ojos. El semblante sombrío lo aterroriza. A su lado, la madre peina el largo cabello del muerto.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Con esa escena comienza <b><i>Días de infancia, </i></b>un relato autobiográfico de Alekséi escrito en 1913, que más tarde firmará sus libros como <b>Máxim Gorki</b>.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0-VqpRnMguANBgxlGX_cuPJ0lcvfz0_NZUMiUs2M1HEXPXVpxLB_R4zV14_OdGeFDaoecRbaKWJGhNnBYAr-OsByRy_pLFq09eWAO7JHEiihv9wdiZROR0FHv14IrG5m5N3mBDla4VE0/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="284" data-original-width="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0-VqpRnMguANBgxlGX_cuPJ0lcvfz0_NZUMiUs2M1HEXPXVpxLB_R4zV14_OdGeFDaoecRbaKWJGhNnBYAr-OsByRy_pLFq09eWAO7JHEiihv9wdiZROR0FHv14IrG5m5N3mBDla4VE0/s1600/images.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Con la muerte del padre, lo que queda de la familia es acogida en casa de sus abuelos. Así transcurre la infancia de este escritor ruso, signada por una madre casi ausente y una familia brutal en una época en la que, lo natural era dirimir las cuestiones a los golpes con los más débiles. Los niños recibían palizas terribles como castigo a sus travesuras y las mujeres eran golpeadas por sus maridos y morían en silencio. En ese mundo cruel, en la casa de sus abuelos donde se dirimen disputas entre hermanos, brilla la abuela Akulina, <i>“Desde esos primeros días</i>- escribe Maxim ya adulto- <i>hice amistad con ella</i>”.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La abuela le pone luz a la oscuridad y a la sordidez de la pobreza con sus relatos: le cuenta historias fantásticas de bandoleros generosos, de ermitaños piadosos, de animales y malignos poderes del infierno.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“Sigue contando”, le pide el nieto que será un futuro revolucionario y se hará amigo personal de Vladimir Lenin y de Stalin. “¿<i>Más aún</i>?”, le responde la abuela, y sigue: “<i>Érase una vez un duende escondido en una chimenea del hogar, que se había clavado un alfiler en la pata y andaba cojeando de un lado al otro y gimiendo</i>”. Y no sólo relata, sino también la mujer interpreta el relato. Recuerda Gorgky “<i>Al decir esto levantó el pie, se lo sujetó con las dos manos, lo movió de un lado al otro y contrajo la cara como si ella misma sintiera dolor.”</i> Y el niño, festejando junto con unos marineros barbudos que escuchan riendo y aplaudiendo volvía a pedir “<i>vamos, abuelita; cuenta algo más”.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><i><br /></i></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAZLMFsA5MZa2cPTur0upj4hVp0OtfihOGIlFK8OjBrJfsukvxcRT1QQ5krdLkV9N2gQhcdf6Rhfs44A2oicjzcfrKsbeKOyrMR7YTnhEat4kGTkknSU6r7IMj_nKPnMZ5VI_v0HF9aGo/s1600/atardecer+Rusia+1907.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="814" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAZLMFsA5MZa2cPTur0upj4hVp0OtfihOGIlFK8OjBrJfsukvxcRT1QQ5krdLkV9N2gQhcdf6Rhfs44A2oicjzcfrKsbeKOyrMR7YTnhEat4kGTkknSU6r7IMj_nKPnMZ5VI_v0HF9aGo/s400/atardecer+Rusia+1907.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="338" /></a></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt;"> Atardecer. Rusia 1917<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La niña flaca y despistada que andaba entre arrozales en los suburbios de Saigón sin horarios, sin modales acostumbrada a contemplar el crepúsculo sobre el río, es rememorada por <b>Marguerite Duras</b> muchos años después, cuando recupera su permanencia en Indochina y reconoce, cuando ya su nombre, es famoso y son incontables sus lectores que su escritura nace de esa infancia no demasiado feliz.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_EE9l4ZavCXEY6DX8WzJ-seYB2I9VEOuZjxD_Jb8lSjKUxsZef5PkZ6CdvSJyzdU28d5ReaXcnRGbe6of9gTAb9ALvczLeJ27hLXH_H5HosgMhfzn4QgFs_fZjebpzua2bqYEs9FlTr8/s1600/2018-01-08-09.24.49-1-1-1032x640.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1032" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_EE9l4ZavCXEY6DX8WzJ-seYB2I9VEOuZjxD_Jb8lSjKUxsZef5PkZ6CdvSJyzdU28d5ReaXcnRGbe6of9gTAb9ALvczLeJ27hLXH_H5HosgMhfzn4QgFs_fZjebpzua2bqYEs9FlTr8/s400/2018-01-08-09.24.49-1-1-1032x640.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Perteneciente a una familia de colonos franceses en Indochina. Permanecerá en ese país desde su nacimiento hasta los 18 años. La brutal explotación francesa transcurre en un país de noches espléndidas, donde no es posible distinguir las estaciones. Los colonos franceses no sólo les roban las tierras a los campesinos sino que los golpean y cambian los ideogramas chinos con que se escribía la lengua anamita por el alfabeto latino.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiocAF3VMZ7Bvx46DlflkRMLGlwqfUsMc4KVFBu92HhfhkkamqsZbrdiCS7uRUcSiFt6mN1Xmsdl1Cd7lkf9eJaSZlS3JP5vIrIsMble_72ictH4AJr-baR7g7O8d-A5a9jhQRXZzPZS6I/s1600/lamant3.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="326" data-original-width="580" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiocAF3VMZ7Bvx46DlflkRMLGlwqfUsMc4KVFBu92HhfhkkamqsZbrdiCS7uRUcSiFt6mN1Xmsdl1Cd7lkf9eJaSZlS3JP5vIrIsMble_72ictH4AJr-baR7g7O8d-A5a9jhQRXZzPZS6I/s400/lamant3.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En ese contexto la niña Maguerite no sólo vive penurias económicas sino que debe soportar los golpes de la madre, directora de la escuela femenina de Sa Déc. También le da feroces palizas el hermano “<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">"<i>Creía que mi hermano iba a matarme</i>". Golpes por partida doble que acaban poniéndola en brazos de un amante chino y empujada a la prostitución por su propia familia que espera del chino dinero y favores.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Esa infancia de desprotección y de abuso da origen, cuando ya está viviendo en Francia a una bella e inquietante novela de impronta autobiográfica <i><b>El amante</b>.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Narrar la infancia es un tema recurrente y universal, y suelen ser los acontecimientos vividos en los primeros años de vida los que fundan el imaginario de muchos escritores. De los miedos de la infancia nacen los monstruos que <b>Maurice Sendak </b>dibujó en su libro álbum <i><b>Donde viven los monstruos</b></i>. El ilustrador, nacido en Nueva York, hijo de una familia judía que había emigrado a Estados Unidos, recordaba su infancia llena de acechanzas: las económicas, -transcurre durante la Gran Depresión- el horror del Holocausto que devoraba a los parientes que quedaron en Europa, la ferocidad de la Segunda Guerra. Y también un acontecimiento de la crónica policial: el secuestro del hijo de un aviador, Charles Lindbergh, un hecho ampliamente difundido por la prensa, llenó de terror su noches. El niño secuestrado era hijo de un héroe nacional que había sido el primer hombre en cruzar el océano Atlántico uniendo Nueva York y París, y tenía sólo veinte meses. Lo buscaba febrilmente media nación, desde el presidente Hoover hasta Al Capone, y apareció muerto dos meses después.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiqlP6K3iOXMmPlwRcv2j8PIm5s49fvUwlmQhsqLa6dzeNrtJZk2vaAEttuQEOw5QGbVGtnCc94OhMsHFTO8v49XmxE7GJb4mnUSRYHf6bdVbhaqvOYsBkSqG8inSkxehurwtEU_Hi0n0/s1600/descarga+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiqlP6K3iOXMmPlwRcv2j8PIm5s49fvUwlmQhsqLa6dzeNrtJZk2vaAEttuQEOw5QGbVGtnCc94OhMsHFTO8v49XmxE7GJb4mnUSRYHf6bdVbhaqvOYsBkSqG8inSkxehurwtEU_Hi0n0/s400/descarga+%25281%2529.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Maurice, que fue un niño enfermizo y nunca develó a sus padres su homosexualidad. <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">"Lo único que quería -dijo en una entrevista el genial dibujante- era ser heterosexual para que mis padres fueran felices". "Ellos nunca, nunca, nunca lo supieron", señaló como una de sus obsesiones la desaparición de los bebés. </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">"<i>Cuando el bebé Lindberg fue secuestrado ya supe con 4 años que algo que le pasó a ese niño podría pasarme a mí. Nadie me consoló cuando el bebé Lindberg fue encontrado muerto. Creo que los niños pequeños saben cosas que no nos gustaría que supieran</i>"<o:p></o:p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjMZ9IoGrPBpXGmMIOnkgNGtfHH8maQTvLf1p_63qotMwNMXgUzI2LzRWsnh2hJBg4Zts3Ghybtz3m2ahPKiAcW3oIN_Sh7AjAhGvkoJ0I7BAF75mPOMurZntdmCDUSSpll7AFDn2S2e0/s1600/sendak_+beb%25C3%25A9.jpeg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="210" data-original-width="280" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjMZ9IoGrPBpXGmMIOnkgNGtfHH8maQTvLf1p_63qotMwNMXgUzI2LzRWsnh2hJBg4Zts3Ghybtz3m2ahPKiAcW3oIN_Sh7AjAhGvkoJ0I7BAF75mPOMurZntdmCDUSSpll7AFDn2S2e0/s400/sendak_+beb%25C3%25A9.jpeg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Escribe la especialista en literatura infantil, Ana Garralón: “<i>Sendak recuerda cómo las historias de su padre siempre incluían niños que se perdían. Un motivo que él retomó como una de las constantes en sus libros, fruto de una inmensa angustia infantil de perderse o ser abandonado. Sendak siempre conecta con ese drama invisible de la infancia: la soledad del niño asaltado por angustias, la cólera, o incluso el miedo a la muerte.</i>”<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20en%20marcha/La%20oscuridad.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 12pt;">[1]</span></span></span></a><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En<b> <i>Informe de interior</i></b><b>, Paul Auster</b> viaja a su infancia para recuperar sucesos que, sesenta años después, todavía siguen siendo el emblema del dolor. En 1952 dice el escritor dirigiéndose a sí mismo en segunda persona, “</span><span class="fontstyle01"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">el año en que cumpliste los cinco, que incluía el verano de Lenny, el comienzo de tu educación oficial y la campaña Eisenhower-Stevenson, una epidemia de polio estalló por toda Norteamérica, afectando a 57 626 personas, la mayoría niños, causando la muerte a 3300 y dejando lisiadas de por vida a un número incalculable de ellas. Eso era miedo. No a las bombas ni a un ataque nuclear, sino a la polio. Deambulando por las calles de tu barrio aquel verano, a menudo te encontrabas</span></i></span><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> <span class="fontstyle01"><i>con grupos de mujeres que hablaban en compungidos murmullos, mujeres que empujaban cochecitos de niño o paseaban al perro, mujeres con miedo en la mirada, miedo en el apagado timbre de sus voces, y la conversación siempre era sobre la polio, el invisible azote que se extendía por todas partes, que podía invadir el cuerpo de cualquier hombre, mujer o niño en cualquier momento del día o de la noche”<o:p></o:p></i></span></span></i></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">No obstante, si de epidemias se trata, dentro de veinte años o más, una escritora o escritor rememorando episodios oscuros de la infancia, escribirá cómo era la vida en tiempos del covid 19.<o:p></o:p></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioIRgh6WlfYlQoWeSRdk6ede4Eq5GcOb31BXhfbB32eLj-Y335Sv9JkNPMsoh84nZCbuSMiYGxpU79M-PzKac00yhs5oO-Nka5hHajvvBjbt3I9AM3ZrqNPV5Rx-FL7bsri85b6cV18hc/s1600/descarga+%25283%2529.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="193" data-original-width="261" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioIRgh6WlfYlQoWeSRdk6ede4Eq5GcOb31BXhfbB32eLj-Y335Sv9JkNPMsoh84nZCbuSMiYGxpU79M-PzKac00yhs5oO-Nka5hHajvvBjbt3I9AM3ZrqNPV5Rx-FL7bsri85b6cV18hc/s400/descarga+%25283%2529.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div><div align="left" class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="fontstyle01"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Alejandra Pizarnik</span></b></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> decía que nació con la oscuridad en su alma. Y fue tejiendo su poesía con los hilos de esa trágica oscuridad. Entre el sueño y la locura, en la trama sutil de sus versos hay niñas que entran en la muerte con los ojos abiertos. Dice en</span></span><span class="fontstyle01"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></i></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><b>Infancia</b>: “</span></span><span class="fontstyle01"><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Hora</span></i></span><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> en que la yerba crece/ en la memoria del caballo./El viento pronuncia /discursos ingenuos/en honor de las lilas,/y alguien entra en la muerte/con los ojos abiertos/como Alicia en el país de lo ya visto</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">.”<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBFbnuse09-bi-I7XJYBTAZlULGopYNYrn70UQZ8AH4TEneflPtHnqGdjNUQiW7HQvGDa79PNctyRzD90QX_i0FYb75onVlmt8mC4uZ34GKyoUYlt1PD16l6fA5W4p1uZ1xB4twHEmhmM/s1600/alejandra.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="338" data-original-width="482" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBFbnuse09-bi-I7XJYBTAZlULGopYNYrn70UQZ8AH4TEneflPtHnqGdjNUQiW7HQvGDa79PNctyRzD90QX_i0FYb75onVlmt8mC4uZ34GKyoUYlt1PD16l6fA5W4p1uZ1xB4twHEmhmM/s400/alejandra.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div align="left" class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></div><div align="left" class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La infancia de Alejandra trascurre en Avellaneda, en una familia de origen ruso-judío que arrastra el dolor de un país marcado por la guerra y el Holocausto.<o:p></o:p></span></div><div align="left" class="MsoNormal"><br /></div><div align="left" class="MsoNormal"><br /></div><div align="left" class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“<i>Estuve en Buenos Aires. Me enfermé. Vómitos y gripe. Cinco días en cama.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Fui a una radio y a la Esma. Me rebautizaron Princesa Peronista y Princesa Rusa. Respectivamente.</i></i></div><i>En la Esma hablé de fantasmas y estaban ahí.<br /><div style="text-align: justify;"><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Vi Infancia clandestina y Mi vida después. Tenía la esperanza de que Infancia clandestina no me gustara/conmoviera, pero no tuve suerte. Fui al teatro dispuesta a llorarme todo apenas la viera a Carla con panza y así fue.</i></div>Festejo las lágrimas como goles. (…)<br /><br /><div style="text-align: justify;"><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">“El día que hablé en la Esma -dije cosas muy sesudas en un congreso muy sesudo- era el aniversario del secuestro de Paty y Jose. Traté de no pensar, pero cuando leí "simbólicamente omnipresentes" se me vinieron encima, ellos y todos sus amigos.</i></div><div style="text-align: justify;"><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Concluido el evento académico, fuimos caminando con Jota y mi amiga Ana hasta el casino de oficiales. No lo había visto en tres días de congreso pero estaba ahí, detrás de los otros edificios y de los árboles, fosforescente. Fuimos, lo miré de frente, se apagó hasta quedar como lo que es, una construcción más bien pequeña a la que le falta mantenimiento, dije algo así como: los recordamos y los queremos mucho, me di vuelta y me fui por la avenida Néstor. Ana tenía medio porro y lo fumamos debajo de la calesita de las Madres. Llovizna</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">ba.”</span></div></i><o:p></o:p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwT72wrSWWTthsQ3zRbNJmSW4d4cN5UzY70cqMA37B9PzTevHl8Fr3RZvB5zUexCklKea_UU1zQP2xHO9E2PS7z_7vEPurCVeKo7QI0c5SMAp_7l3cERyq7UmwgRXkuXn3-EggZ5_oh_o/s1600/descarga+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="317" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwT72wrSWWTthsQ3zRbNJmSW4d4cN5UzY70cqMA37B9PzTevHl8Fr3RZvB5zUexCklKea_UU1zQP2xHO9E2PS7z_7vEPurCVeKo7QI0c5SMAp_7l3cERyq7UmwgRXkuXn3-EggZ5_oh_o/s400/descarga+%25282%2529.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div align="left" class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div align="center" class="mce" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 7.4pt; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"></span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La que escribe es <b>Mariana Eva Pérez</b>, dramaturga e investigadora nacida en 1977 que<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"> fue criada por sus abuelos paternos después de haber sido entregada a ellos por los secuestradores de sus padres (José Manuel Perez Rojo, responsable militar de la Columna Oeste de Montoneros, y su pareja, Patricia Julia Roisinblit, integrante de la Sanidad de esa columna), secuestrados y desaparecidos el seis de octubre de 1978. Escribe primero en un blog que tituló <b>“</b><i><b>Una princesa montonera</b></i>” y luego se convirtió en libro. Es la voz de los hijos de los activistas políticos argentinos desaparecidos. Una voz, como la de muchos hijos desestabilizadora, que propone cruces entre ficción y no ficción poniendo en cuestión lo que se recuerda y por qué y qué vínculos guarda todo ello con la verdad.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYEAMFihUBucMUplixNtZQLr7N89rpWDwO8jB4YeSES7F4YoO3wwfLQ9Br3aeQ2M_qpHQar5GajJppkcNqmMw-gLdZ9R82g77_mLY59rkXZ1xd5NnaFXTK4QVbEKjYvWax3opkMxk8AXA/s1600/x_c3c86c24.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="455" data-original-width="604" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYEAMFihUBucMUplixNtZQLr7N89rpWDwO8jB4YeSES7F4YoO3wwfLQ9Br3aeQ2M_qpHQar5GajJppkcNqmMw-gLdZ9R82g77_mLY59rkXZ1xd5NnaFXTK4QVbEKjYvWax3opkMxk8AXA/s400/x_c3c86c24.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La oscuridad en algunas infancias se viste con golpes, discriminación, terrores inconfesados, contextos políticos hostiles, guerras, muertes, desamparo. De esas infancias complicadas nacen relatos en los que, cuando no puede operar la memoria, lo hace la imaginación. Pero siempre suele haber una abuela </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Akulina, como la de Gorki, que llega con una historia para iluminar la noche destemplada de un niño que sufre y que intenta comprender el mundo en el que le ha tocado vivir.<o:p></o:p></span></div><br /><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"></div><div class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><br /></div><br /><div><br clear="all" /><hr align="left" size="1" width="33%" /><div id="ftn1"><div align="left" class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20en%20marcha/La%20oscuridad.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 10pt;">[1]</span></span></span></a> Garralón, Ana. El juego secreto de Maurice Sendak, en <a href="https://anatarambana.blogspot.com/2019/01/el-juego-secreto-de-maurice-sendak.html?m=1" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;">https://anatarambana.blogspot.com/2019/01/el-juego-secreto-de-maurice-sendak.html?m=1</a></div></div></div></div></div>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-40850937308174436702021-03-23T04:24:00.003-07:002021-03-23T04:24:38.389-07:00Lo pequeño (Seres ínfimos que habitan en la literatura para niños y jóvenes)<p> </p><h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 22px; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative;">Lo pequeño (Seres ínfimos que habitan en la literatura para niños y jóvenes)</h3><div class="post-header" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 10.8px; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 1.5em;"><div class="post-header-line-1"></div></div><div class="post-body entry-content" id="post-body-7698216332227517331" itemprop="description articleBody" style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px; line-height: 1.4; position: relative; width: 570px;"><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <span style="text-align: justify;">Por María Cristina Alonso</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES-AR"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Duendes, gnomos, enanos, hadas pequeñas del tamaño de una mariposa, países de habitantes diminutos pueblan los relatos infantiles. El mundo de lo pequeño dialoga con el tamaño de los juguetes que la industria crea para la infancia, acorde con las manos que los manipulan. En la tierra de los niños y niñas, todo se organiza a una escala acorde a quienes lo habitan. Casas de muñecas, la casa en el árbol, los playmóbil que reproducen oficios, los indios, los transformers, los piratas, los aviones, los autos, los soldaditos de plástico, los camiones en miniatura, los juegos de té del tamaño de un dedal, los muñecos, los animales de plástico…</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnjemWc67xXIfgeAqnJ-2AHvetGXaK-YQHMf9IgG2sl3lEsFhEEzGmDqT_CtytEpyRubPTkqD72-HJ4U9RqKMKS_969mLPx-o-f1N47VgQO8y0XVGw3SgPSMApAlAU6xflDeoXpIaCwrw/s382/descarga+%25281%2529.jpg" style="color: #cc6611; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="132" data-original-width="382" height="174" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnjemWc67xXIfgeAqnJ-2AHvetGXaK-YQHMf9IgG2sl3lEsFhEEzGmDqT_CtytEpyRubPTkqD72-HJ4U9RqKMKS_969mLPx-o-f1N47VgQO8y0XVGw3SgPSMApAlAU6xflDeoXpIaCwrw/w500-h174/descarga+%25281%2529.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 8pt;"> Ilustración de Mark Yyden<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span lang="ES-AR"> </span>Del mismo modo, los relatos destinados a los más pequeños, se han poblado, desde el fondo de los tiempos, de enanos y duendes, de elfos y gnomos, de ínfimas criaturas con alas y sin ellas. </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Niños mineros<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span lang="ES-AR"> </span><span lang="ES-AR" style="line-height: 18.4px;">Por analogía con el tamaño del público al que están destinadas, los enanos son protagonistas de muchas historias. En <b>Blancanieves</b>, uno de los cuentos más famosos recogidos por los Hermanos Grimm, hay siete enanos que brindan ayuda a la princesa cuando se refugia en el bosque huyendo de la madrastra. La amparan con la condición, claro, de que les mantenga todo limpito y ordenado. “</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 18.4px;">-<i>Si quieres hacer la tarea de la casa, cocinar, hacer las camas, lavar, coser y tejer y si tienes todo en orden y bien limpio puedes quedarte con nosotros; no te faltará nada.”</i> Los enanos del cuento no tenían un pelo de tontos. Habían conseguido servicio doméstico completo y en negro.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnHd2ttWxWsfhTmvnvTdVr_MYK5a5NxAIc71-hM1Av3OdpvkOAA4lrgaTQ47rG1YU1tyVj3CiLvlvodnwqIpdLrxrGdl_mfHoeygGC26L8cFNqawkyP17AQlDVbHPIvl-2NR_it3X19A4/s900/Francesca+Dell%25E2%2580%2599Orto.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="900" height="500" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnHd2ttWxWsfhTmvnvTdVr_MYK5a5NxAIc71-hM1Av3OdpvkOAA4lrgaTQ47rG1YU1tyVj3CiLvlvodnwqIpdLrxrGdl_mfHoeygGC26L8cFNqawkyP17AQlDVbHPIvl-2NR_it3X19A4/w500-h500/Francesca+Dell%25E2%2580%2599Orto.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 8pt;"> Ilustración <span style="letter-spacing: 0.25pt;"> </span></span><a href="https://www.francescadellorto.com/" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;" target="_blank"><span face=""Arial","sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1pt none windowtext; color: black; font-size: 8pt; letter-spacing: 0.25pt; padding: 0cm;">Francesca Dell’Orto</span></a><span face=""Arial","sans-serif"" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 8pt;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Lo cierto es que los enanos en cuestión del relato recogido por los Grimm tienen su correlato. Según algunos investigadores, en un hecho real.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Un historiador alemán Eckhard Sander, investigó el origen de Blancanieves y descubrió que se basaba en una figura histórica, la de Margaretha von Waldeck, una condesa del siglo XVI, hija de Felipe, </span>conde de Waldeck-Wildungen, un hombre muy rico que tenía minas de cobre. Muchos de los mineros que trabajaban para extraer el metal eran niños pequeños que vivían solos en una villa cercana. Para no lastimarse con la rugosidad de las piedras, llevaban gorros y abrigos largos. Ese parece ser el origen de los enanos mineros del cuento.</span><span face="Arial, sans-serif" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSJi5AJjlWpsKiJSx2i75xKZiBJWVlNAHYqsf2Un4b5xcJrmHaS5L0WH73PTqflrI53NZCR9UX9Lb05fiEjYImBeM0hhtwYtms3oHYAH0jbOySL29OldToht9uy8b94T4PMzaL589p5HI/s980/Ana+Juan.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="980" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSJi5AJjlWpsKiJSx2i75xKZiBJWVlNAHYqsf2Un4b5xcJrmHaS5L0WH73PTqflrI53NZCR9UX9Lb05fiEjYImBeM0hhtwYtms3oHYAH0jbOySL29OldToht9uy8b94T4PMzaL589p5HI/w500-h408/Ana+Juan.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><p></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif""> </span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 8pt;">Snowhite por Ana Juan<o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 8pt;"><br /></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Otro historiador alemán, <strong><span style="font-weight: normal;">Karlheinz Bartel</span></strong>, rebate el dato de Sander y sostiene que la Blancanieves real fue la joven alemana <strong><span style="font-weight: normal;">María Sophia Margaretha Catharina von Ertha, nacida en 1792 en un pueblo minero de Lohn. Una muchacha bondadosa y caritativa que se pasaba el día rodeada de los desnutridos niños que trabajaban en las minas de Von Waldek.<o:p></o:p></span></strong></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><strong><span style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></span></strong></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;"></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><strong><span style="font-weight: normal;"><span style="font-size: medium;">Como vemos, los cuentos esconden en sus múltiples pliegues, las violaciones a los derechos de la infancia que se vienen perpetrando desde el fondo de la historia. Sin duda la minería es una de las formas más crueles del trabajo infantil, y no es sólo cosa del pasado. Cuando usamos nuestros teléfonos y computadoras solemos ignorar que, UNICEF,</span></span></strong><span style="font-size: medium;"> calcula que unos 40.000 niños y niñas trabajan como mineros artesanales en el sur de la República Democrática del Congo. Esos niños son los que extraen el cobalto que hace funcionar las baterías de las que dependen nuestros teléfonos y otros dispositivos electrónicos portátiles.</span></span><span face="Arial, sans-serif"><o:p></o:p></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif""><br /></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-LRTaXMMgy0ChvRk9Db06vDorPFA7glpYgUkqA1_GMWkxmGlIDuT6A-2ktWo7MkKvA40rXe71wzEZm0v2G9YTXMB7mZ_RhgdEysK5JOZf1t9eMJuQIFQHQhdU9UONVqiMxAk6EAA6aYg/s1140/Blancanieves-Iban+Barrenetxea-we.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="1140" height="131" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-LRTaXMMgy0ChvRk9Db06vDorPFA7glpYgUkqA1_GMWkxmGlIDuT6A-2ktWo7MkKvA40rXe71wzEZm0v2G9YTXMB7mZ_RhgdEysK5JOZf1t9eMJuQIFQHQhdU9UONVqiMxAk6EAA6aYg/w500-h131/Blancanieves-Iban+Barrenetxea-we.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 8pt;">Blancanieves ilustrado por Iban Barrentxea<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 8pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 8pt;"></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Niños y niñas mineros, algunos de siete años en el Congo, en las minas de Potosí, en Bolivia,<span style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;"> realizando trabajos extremadamente pesados como cargadores, haciendo los orificios para colocar explosivos, en tareas que les insumen más de diez horas al día, niños pequeños en las minas de oro de Tanzania. La minería, uno de las peores formas de trabajo infantil quedó sutilmente registrado en el cuento <b>Blancanieves</b> que recogieron los hermanos Grimm y que Disney se encargó de edulcorar y suavizar.</span></span><span face="Arial, sans-serif" style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; font-size: 12pt; padding: 0cm;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZybOJTqn1q4hjWHzf5Jwn1A-TkocuRtBdknmjFFc459FYXBZNKb7ir5L5SMoDEc_wNI-iYmRVPCG0Tr2o1BzR2Ph5sg4bpkrs7nPB1bAxVU1Mx7YAC3MDguZ5feZGaMfVMuEjro4NYUU/s299/descarga.jpg" style="clear: left; color: #cc6611; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="299" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZybOJTqn1q4hjWHzf5Jwn1A-TkocuRtBdknmjFFc459FYXBZNKb7ir5L5SMoDEc_wNI-iYmRVPCG0Tr2o1BzR2Ph5sg4bpkrs7nPB1bAxVU1Mx7YAC3MDguZ5feZGaMfVMuEjro4NYUU/w299-h168/descarga.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="299" /></a></div><img border="0" data-original-height="380" data-original-width="610" height="159" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx9JjXv_xTQe2ScFdNOjPmZFwGtBixqymx1DCsJTZOcTS25uada-Q6y-O9pWp322riYfVBg5WYsSZ3XieSWLhO6_RoXcqdKZZyj0XFvTl0F1qHjkRdW57fasZTcRCR3SMKD2EUzH7BDTE/w256-h159/ni%25C3%25B1os+Mineros+en+bolivia.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px;" width="256" /><br /><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><strong><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; font-size: 10pt; padding: 0cm;">Niños mineros en el Congo y Perú</span></strong></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><strong><span face=""Arial","sans-serif"" style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; font-size: 10pt; padding: 0cm;"><br /></span></strong></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><strong><span style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">¿Cómo se inventan las historias?</span></span></strong></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><strong><span style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; font-weight: normal; padding: 0cm;"><o:p> </o:p></span></strong><span style="background-color: #fcfcfc;">Gianni Rodari, un escritor y maestro italiano</span><span style="color: red;">,</span><span style="background-color: #fcfcfc;"> vivió y sufrió el fascismo. Tal vez por eso, en sus cuentos siempre se siente un aire libertario. Él pensaba que inventar historias era una cosa seria y, para dar respuesta a la pregunta de cómo se inventan las historias, escribió la Gramática de la fantasía. En ese libro explicó algunos recursos creativos para ayudar a los niños a contar historias.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; font-size: 12pt; padding: 0cm;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaR8-_9D2Dfm8NAYszY6ORacJ-MiBApyq6rtY3XmQbVqfCeeB8rP7v4Jw03e9-MqG5LjnaO23MRZBcZxQleFdiDVR49KgVaoKRmovDNXHW9xonscqiFBpEEJvF4zzdfYyzYtsubcPnd8k/s1600/Rodari.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaR8-_9D2Dfm8NAYszY6ORacJ-MiBApyq6rtY3XmQbVqfCeeB8rP7v4Jw03e9-MqG5LjnaO23MRZBcZxQleFdiDVR49KgVaoKRmovDNXHW9xonscqiFBpEEJvF4zzdfYyzYtsubcPnd8k/w500-h281/Rodari.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Volviendo a los seres pequeños, uno de los cuentos de Rodari tiene como protagonistas a un grupo de enanos que quieren dejar de serlo: <b><i>Los enanos de Mantua</i></b><i>.</i> La historia se despliega en varios niveles. Comienza con la visita de un escritor y un grupo de niños al Palacio Ducal de Mantua, antigua residencia de los Gonzaga. <span style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;">En él hay una serie de habitaciones muy pequeñas, conocidas como </span><i>Appartamento dei nani</i>, diseñadas -según se creía- para albergar a los enanos de la corte. El escritor y los niños al ver una zona con habitaciones en miniatura inventan una historia de enanos y de gigantes, la transcriben y dibujan en cartones. Desfilan con ella por el pueblo como los antiguos juglares.<b> </b>Y entonces, un poco en verso y otro poco en prosa, se despliega el relato de los enanos, humillados por los poderosos duques y sus esbirros, el capitán Bombardo y el bufón de la corte, Rigoletto, robado a la ópera de Giuseppe Verdi.</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzi9EN1enT86PSGjyF11e8O1IWN5tVgqnFmWi-5e11CE2jGa06YZkTTESmsanVV0ANbQNOWXXg2YFCxNahUuyYiPuoyiZvCCNK5r-1VIka5Yp92si41QgusnP5g4mgJHFHffISQHWZSpo/s280/los-enanos-de-mantua-barco-de-vapor-sm-D_NQ_NP_933628-MLA25679879215_062017-F.webp" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="280" data-original-width="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzi9EN1enT86PSGjyF11e8O1IWN5tVgqnFmWi-5e11CE2jGa06YZkTTESmsanVV0ANbQNOWXXg2YFCxNahUuyYiPuoyiZvCCNK5r-1VIka5Yp92si41QgusnP5g4mgJHFHffISQHWZSpo/s0/los-enanos-de-mantua-barco-de-vapor-sm-D_NQ_NP_933628-MLA25679879215_062017-F.webp" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Infelices por ser enanos, intentan mil y una tretas para crecer y siempre son derrotados y humillados. Uno de ellos, Habichuelo, se escapa del palacio para encontrar el secreto que los hará crecer. En el Palacio de Té, construido por los duques en el Renacimiento para descansar, los gigantes de un fresco donde se los muestra</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> derrotados por <strong>Júpiter</strong> y arrollados por las laderas del <strong>monte Olimpo,</strong> le dan al enano una críptica clave: </span><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">“¿Quieres saber por qué tú y tus compañeros sois enanos? ¡Porque vivís en habitaciones de enanos!”</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 12pt;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX8PlLabLZ1zPT-xhPrb2lRJoOVWCOgVQD-RSww1lgThoKdcxA8McsEqODiopCTPmt4eU7YC7m6vgYEoTKqKDiimehR2b9B59D2w0s8Ga2N7WdFPflpfmXXOXcKjcrG4Jto0-P60vZOo0/s1280/IMG298_-_20.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" height="375" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX8PlLabLZ1zPT-xhPrb2lRJoOVWCOgVQD-RSww1lgThoKdcxA8McsEqODiopCTPmt4eU7YC7m6vgYEoTKqKDiimehR2b9B59D2w0s8Ga2N7WdFPflpfmXXOXcKjcrG4Jto0-P60vZOo0/w500-h375/IMG298_-_20.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Como buen maestro, Rodari va dejando en el texto referencias al arte, la literatura clásica, la música, la historia del Medioevo y, de paso una lección de autovaloración y dignidad conseguida por medio del trabajo. Ayudados por los habitantes de los barrios humildes, los enanos terminan venciendo a sus perseguidores: “<i>Huye, capitán Bombardo! Cuéntale a toda la gente que los enanos unidos en gigantes se convierten</i>”.<o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><span style="background: rgb(252, 252, 252); border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><b><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Liliput<o:p></o:p></span></b></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">No es verdad que <b><i>Los viajes de Gulliver</i></b> es una novela dirigida a los jóvenes lectores de aventuras, pero ellos se la apropiaron. No es verdad que Jonathan Swift escribió en 1726 las aventuras del cirujano náufrago Lemuel Gulliver para solaz de los lectores ávidos de mundos exóticos. Lo hizo para denostar a la raza humana de la que pensaba que era “<i>la más perniciosa casta de gusanos que la naturaleza permite que se arrastren por la tierra</i>”. Y aunque es un libro cruel porque encubre una sátira de la Europa de su época, es también una historia llena de fantasía y encanto. De las cuatro partes que conforman el libro, la más recordada, adaptada, convertida en dibujos animados y llevada al cine, es el primer viaje de Gulliver cuando, después de naufragar llega a una costa y despierta rodeado de seres diminutos, de quince centímetros de altura. Y no es del todo amable la recepción recibida en Liliput.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFARywbcizUVWo0hbghVElTl9cgXotOOTqgyukk8uWzj3ZNL_dRdmkP7pmEmTUWUrQ2RvNB6lcAdsNL3dQvd_wpGzvo8G7HlaGpZEwr3ZxwH7xAl_fq9LZt6VDwlrJ51faR2Y9JDf5pFM/s390/editorial-gulliver-2.gif" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="248" data-original-width="390" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFARywbcizUVWo0hbghVElTl9cgXotOOTqgyukk8uWzj3ZNL_dRdmkP7pmEmTUWUrQ2RvNB6lcAdsNL3dQvd_wpGzvo8G7HlaGpZEwr3ZxwH7xAl_fq9LZt6VDwlrJ51faR2Y9JDf5pFM/w500-h318/editorial-gulliver-2.gif" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><br /><p></p></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Prisionero primero, y luego favorito de la corte liliputiense, Gulliver se convierte en un observador de la política del pequeño país. Es que lo Liliputienses están en guerra con un país vecino, Belfuscu, al parecer por una disputa trascendental<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #202122;"> </span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">sobre cómo se cascan los huevos hervidos. Los liliputienses sostienen la postura de que deben ser cascados por el lado más angosto, mientras que los blefuscuenses creen en cascarlos por el lado más grueso<span style="color: #202122;">.”</span></span></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Jonahtan Swift escribe en <b><i>Los viajes de Gulliver,</i></b> una sátira desencantada de la política inglesa de su tiempo, pero para ello abreva en los relatos maravillosos de la imaginería popular que fascina a todas las edades. El tema del personaje diminuto se encuentra en muchas historias populares como <b><i>Pulgarcito</i></b>, el relato recogido por Perrault que cuenta la historia del más inteligente de los hermanos, y el más pequeño.</span><span face="Arial, sans-serif"><o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif""><br /></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf_T7GwULPesn52iB0ho6VVgk7HjIwSdSyH0QUxZZXJ5wrn9yhUDVdx83CIHfVWdO5tyJKrY6RIdo4KIHVkXlnZ33uZsz1J5vp39SApS3VnpaF8wXD67OfdJ9HeCdLEX5G73pYhpSKRao/s564/751396b0a92dc2318007abd33d8caaa6.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="317" data-original-width="564" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf_T7GwULPesn52iB0ho6VVgk7HjIwSdSyH0QUxZZXJ5wrn9yhUDVdx83CIHfVWdO5tyJKrY6RIdo4KIHVkXlnZ33uZsz1J5vp39SApS3VnpaF8wXD67OfdJ9HeCdLEX5G73pYhpSKRao/w500-h281/751396b0a92dc2318007abd33d8caaa6.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En Liliput se opinan cosas que excluirían al libro de la mirada de los niños: “<i>los liliputienses se niegan a aceptar que un niño deba sentir reconocimiento hacia su padre por haberlo engendrado</i>”; “… (los liliputienses) <i>sostienen que los padres son los últimos a quienes corresponde confiar la educación de sus hijos</i>”. Sin embargo Gulliver siguió viajando por los siglos en miles de adaptaciones. El mundo de los seres pequeños siempre es fascinante. Se supone que Swfit se inspiró la descripción de un cuadro que hizo Filóstrato en el siglo III. En él aparecía Heracles rodeado de pigmeos. Los cuadros a los que alude Filóstrato se perdieron, pero sobre la base de sus descripciones, los hermanos Dossi, pintaron el lienzo con Hércules y los pigmeos, diminutos habitantes que ya habían sido mencionados por Homero en la Ilíada.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Los liliputienses triunfaron sobre el mal humor de Jonathan Swift y eso que Swift llegó a escribir: “Para cuando sea viejo: no amar a los niños y evitar que se me acerquen”. No obstante, gracias a él Liliput es propiedad de la literatura infantil de todos los tiempos.<o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><b><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></b></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><b><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Para no crecer nunca<o:p></o:p></span></b></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La cuestión de la pequeñez fue un problema para James Matthew Barrie (1860-1937), el autor de Peter Pan, que apenas llegó a medir de adulto un poco más de metro y medio. Sus biógrafos sostienen que padeció trastornos de crecimiento por un trauma de la infancia. A los seis años su hermano David murió. La madre no pudo recuperarse de la pérdida y, en muchas ocasiones, le hablaba a James como si fuera su hermano. Lo cierto es que desde niño intuyó que el mundo de los adultos era un lugar incómodo y, por eso, inventó a Peter Pan, el niño de diez años que nunca crece y puede volar gracias al polvo que el hada Campanilla -otro ser pequeño- esparce sobre su cuerpo.<o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="color: #202122;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Como Peter, Barrie nos dice con su historia que a veces no es bueno crecer y que, para vivir aventuras en el País del Nunca Jamás hay que olvidarse del mundo de las personas grandes que nunca entienden nada, solo ven un sombrero en lugar de un elefante tragado por una serpiente, como nos contó Saint Exupery.</span><span face="Arial, sans-serif"><o:p></o:p></span></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #202122;"><br /></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihVPBkEmwy9HDDik9DCEloeILbAFcfwPzKS_7TNLnBol4ti_7asS5t_Yibpn-1D-GVgyIQGS4OIKZ9Q9OzkGqwhQUGNeFRStP7mDahWYsWmj5kp2HJ1wUoMLhqCBIu8HR6yWzSzLJcTxc/s510/Antonio+Lorente.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="510" height="343" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihVPBkEmwy9HDDik9DCEloeILbAFcfwPzKS_7TNLnBol4ti_7asS5t_Yibpn-1D-GVgyIQGS4OIKZ9Q9OzkGqwhQUGNeFRStP7mDahWYsWmj5kp2HJ1wUoMLhqCBIu8HR6yWzSzLJcTxc/w500-h343/Antonio+Lorente.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><br /><p></p><p align="center" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #202122; font-size: 9pt;">Peter Pan ilustrado por Antonio Lorente<o:p></o:p></span></p><p align="center" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="color: #202122; font-size: 9pt;"><br /></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="color: #202122;"><span face="Arial, sans-serif">Entre los más pequeños de este relato de gente que no crece, el hada Campanilla no sólo arregla </span><span style="font-family: arial; font-size: medium;">ollas y teteras, sino que es la poseedora del polvo mágico que permite volar. En la obra de Barrie la existencia de las hadas depende de la creencia de los otros. Viven porque nosotros creemos que existen. Pequeña y frágil, Campanilla por su tamaño no puede tener más de un sentimiento a la vez.<o:p></o:p></span></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La obra de teatro Peter Pan y Wendy se estrenó en Londres en 1904 y más tarde se transformó en un libro para niños. En una breve síntesis, es la historia de tres niños ingleses que una noche reciben la visita de Peter Pan, otro chico con poderes mágicos, que los lleva volando a la isla donde vive, el País del Nunca Jamás.<o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrLk_aESLru6R5ktrMb6G1_s87EUFI5v5nboZz7HyPFpeRFW9GpD-arAP7TQoW0b467ZXXos1A78TdBy2OOySqUOdMViv7TWjnwT7qBM3FITX1H5flqTndwtRn_Tpb69hjXaS0wsgEGLk/s564/f61fc9d994c30fd263b4cce9de33632f.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="564" data-original-width="564" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrLk_aESLru6R5ktrMb6G1_s87EUFI5v5nboZz7HyPFpeRFW9GpD-arAP7TQoW0b467ZXXos1A78TdBy2OOySqUOdMViv7TWjnwT7qBM3FITX1H5flqTndwtRn_Tpb69hjXaS0wsgEGLk/w400-h400/f61fc9d994c30fd263b4cce9de33632f.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><br /><p></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 8pt;">Campanilla ilustrada por Antonio Lorente<o:p></o:p></span></p></div><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Peter Pan es una obra que se convirtió en mito y que fue visto por los psicólogos como un síndrome que padecen personalidades que se caracterizan por la inmadurez y el narcisismo, que incluye rasgos de irresponsabilidad, dependencia y negación al envejecimiento. Barrie plasmó en su Peter Pan un personaje válido para todas las épocas como Otelo, Don Juan o Hamlet, un arquetipo básico de la psicología humana.<o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Esta historia inolvidable se le ocurrió a Barrie, en los jardines de Kensington, mientras contaba historias de hadas a los hijos pequeños de un matrimonio amigo.<o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><u><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></u></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif""> </span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif""> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheAmlRDXFqn_AFcgRIu7TAazAkHDBWNcXMAhcsGW-iQsdHTjT0c6nnKVWK4TRxL1VNJmhR0Z9ou8Hjald4eERTJbK8LS43ql0W0E0KzCU7qc15RXChuTqGKEWrqJqIOYNcHTbTP4F57Yw/s640/Robert+Ingpen.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="392" data-original-width="640" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheAmlRDXFqn_AFcgRIu7TAazAkHDBWNcXMAhcsGW-iQsdHTjT0c6nnKVWK4TRxL1VNJmhR0Z9ou8Hjald4eERTJbK8LS43ql0W0E0KzCU7qc15RXChuTqGKEWrqJqIOYNcHTbTP4F57Yw/w500-h306/Robert+Ingpen.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><p></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: center;"><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 10pt;">Ilustración de </span><span face="Arial, sans-serif" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 10pt;"><a href="http://www.melaleuca.com.au/ingpen/" style="color: #cc6611; text-decoration-line: none;">Robert Ingpen</a></span><span face=""Arial","sans-serif"" style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: center;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Adiestrando brownies<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Otros seres pequeños como los Brownies, susurran en el oído de los escritores interesantes argumentos. Tal es el caso de Robert Louis Stevenson, el autor de <b><i>La isla del tesoro,</i></b> que aseguraba haber domesticado a una familia de brownies que se mantenían alejados con prudencia, pero que, en sueños, le sugerían argumentos, entre ellos el de Doctor Jekill y Mr Hyde.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> En su ensayo sobre los sueños escribe Stevenson: “<i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Y en cuanto a esta Gente Menuda, confesaré que no son otra cosa que mis Brownies, ¡Dios los bendiga!, que hacen para mí la mitad de mi trabajo mientras duermo a pierna suelta y que, con toda la verosimilitud humanamente presumible, igual hacen para mí también el resto cuando estoy bien despierto y orgullosamente supongo haberlo hecho por mí mismo</span></i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">.”</span></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif""><br /></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja59TjTOQ60Acb_n3TxaXTo2xd89VZiKT1xMzMb-um-MGeIS0b4JT5YguLgTm8iDXruVajBqontxb1HDa_UQIfK_kjeIKBrJKEts9wPxBTMwGOoW9g6ZO_p4nloZ8pqhvXt_HohSb5Ids/s620/robert_louis_Stevenson_obras.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="372" data-original-width="620" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja59TjTOQ60Acb_n3TxaXTo2xd89VZiKT1xMzMb-um-MGeIS0b4JT5YguLgTm8iDXruVajBqontxb1HDa_UQIfK_kjeIKBrJKEts9wPxBTMwGOoW9g6ZO_p4nloZ8pqhvXt_HohSb5Ids/w500-h300/robert_louis_Stevenson_obras.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="font-size: x-small;">Robert Louis Stevenson</span><span style="background: rgb(244, 204, 204); font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></span></p><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 12pt;"> </span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Y no sin un poco de culpa continúa: “… <i>me siento a veces tentado a suponer que no soy en absoluto un narrador de historias, sino una criatura con no mayor entidad que la de un fabricante de quesos o incluso la de un queso, y un realista hundido hasta las cejas en la actualidad; de suerte que, visto así, mis publicaciones de ficción deberían ser en su totalidad producto de la mano de algún Brownie, algún familiar e invisible colaborador al que mantengo confinado en un desván, mientras yo cosecho todos los elogios y sólo le dejo compartir (pues no puedo evitar que lo coja) un trozo de pudding</i>.”</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: medium;">Provenientes de la mitología celta, también se los llama <b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Brùnaidh</span></b></span><span style="font-size: medium;">, “marroncitos”. Como los enanos y los gnomos son bajitos, visten con harapos y chaquetas gastadas. Llevan botas enormes y botones brillantes en sus chalecos. De todas las criaturas mágicas son las que más a gusto se sienten entre los humanos.</span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><p style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial","sans-serif""><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyPzG9Q4oKSj7fMXe_2iBu1nP5WQ8W1a9oAM9xUxe3rGy5v1ypk6zs5ibxjeU1L1GFQ99bp6e46noRz6Zd2PnsuZXo2fjaHlw6Ob4ylCpekQ10mpwoC8m7kUI0ihj1UMHgOWO-eYZv4Ec/s800/1fbd6644fce6528bdbbfa222520bae42.jpg" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="375" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyPzG9Q4oKSj7fMXe_2iBu1nP5WQ8W1a9oAM9xUxe3rGy5v1ypk6zs5ibxjeU1L1GFQ99bp6e46noRz6Zd2PnsuZXo2fjaHlw6Ob4ylCpekQ10mpwoC8m7kUI0ihj1UMHgOWO-eYZv4Ec/w500-h375/1fbd6644fce6528bdbbfa222520bae42.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="500" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Borges en <b><i>El libro de los seres imaginarios</i></b> los describe así: “<i>Son hombrecillos serviciales de color pardo, del cual han tomado su nombre. Suelen visitar las granjas de Escocia y, durante el sueño de la familia, colaboran en las tareas domésticas. Uno de los cuentos de Grimm refiere un hecho análogo. El ilustre escritor Robert Louis Stevenson afirmó que había adiestrado a sus brownies en el oficio literario. Cuando soñaba, éstos le sugerían temas fantásticos; por ejemplo, la extraña transformación del doctor Jekill en el diabólico señor Hyde, y aquel episodio de Olalla en el cual un joven, de una antigua casa española, muerde la mano de su hermana”</i>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> En esa realidad paralela de la que participa la infancia, en ese territorio imaginario, los seres de pocos centímetros esconden secretos que sólo revelan cuando nos convertimos en adultos y ya hemos sido expulsados del mundo de lo pequeño para siempre.</span></p></div>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-90872615910438138602021-03-23T04:22:00.002-07:002021-03-23T04:22:52.705-07:00Los fósforos que encienden los cuentos de Andersen<p> <span style="background-color: white; font-family: arial;">por María Cristina Alonso</span></p><div class="post-header" style="background-color: white; font-size: 11.88px; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 1.5em;"><div class="post-header-line-1"></div></div><div class="post-body entry-content" id="post-body-3912879413539819327" itemprop="description articleBody" style="background-color: white; font-size: 14.52px; line-height: 1.4; position: relative; width: 570px;"><span style="font-family: arial;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZfNVzv0XjfE7Nm4ujxEJSJjxzdhJtvRJjhO9YiZ57bnTseNEvGVmtNPlNxmo1w-sEhGMv-TEDl02znMtbjUU2fO-Az4czczHKAzHoGofdz8ypXwqHUJcOdSIdKtvrMf3WUdUCgF32cmZR/s1600/43.jpg" style="clear: left; color: #c46c10; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="375" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZfNVzv0XjfE7Nm4ujxEJSJjxzdhJtvRJjhO9YiZ57bnTseNEvGVmtNPlNxmo1w-sEhGMv-TEDl02znMtbjUU2fO-Az4czczHKAzHoGofdz8ypXwqHUJcOdSIdKtvrMf3WUdUCgF32cmZR/s320/43.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(237, 237, 237); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="277" /></span></a></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">1<o:p></o:p></span></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">Confecciona ropa para sus marionetas que viven en el teatrillo que le ha hecho su padre, un zapatero pobre que se irá a la guerra y de regreso lo dejará huérfano. Detrás de esas maderas viejas, los muñecos interpretan múltiples historias. La imaginación del muchacho es un motor encendido las veinticuatro horas, un mecanismo que no para jamás y que casi no necesita combustión.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;"> Canta, recita diálogos con voz de princesa, con ronquidos de ogro, con incesantes parloteos de feria. En el barrio los muchachos le tiran piedras, se burlan de su cuerpo desgarbado, de sus juegos solitarios. Pero él no se siente solo. A su alrededor, los objetos más insignificantes le descubren sin pudor sus corazones emparchados. Y también a ellos les otorga una voz. Muchos años después contará sus vidas melancólicas: un viejo farol a punto de ser desechado, un soldadito de plomo sin una pierna, una tetera arrogante que termina astillada, unos zuecos que hacen viajar hacia sus deseos a quien se los calce, un ruiseñor a cuerda que entretiene a un emperador, un fardo de harapos de distinta procedencia que discurren sobre su lugar de origen, unos zapatos rojos que no paran de bailar. En los primeros años del siglo XIX, en Odense. Dinamarca, Hans Christian Andersen descubre que todo lo que lo rodea, hasta el objeto más insignificante, puede ser narrado. Por eso no lo doblegan los delirios alcohólicos de su madre, ni lo amilanan las burlas y los golpes que recibe en la escuela. Las historias que imagina son una coraza protectora y, como muchos de esos seres que cobran vida por las noches, cuando el sueño no llega, él siente que está destinado a ser un grande, que toda Dinamarca repetirá con orgullo su nombre, pero todavía no sabe por qué.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">2<o:p></o:p></span></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">En el manicomio donde trabaja su abuela cuidando el jardín y su madre lavando ropa descubre a la literatura. Descubre que con una simple cerilla se puede encender la imaginación, engañar al estómago vacío y aliviar al cuerpo aterido de frío. Escucha a las internas que, mientras hilan, cuentan historias, algunas vulgares, otras maravillosas, otras de impactante terror y toma nota.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">En casa ha leído las tragedias de Shakespeare que le ha legado su padre, pobre pero fantasioso, y las ha revivido una y otra vez en el mísero teatrillo. Todavía no es el avezado autor de cuentos de hadas, pero allí, en su infancia, está el germen de un género del que será creador personalísimo. Dirá más tarde cuando ya es un autor consagrado y los públicos diversos aplaudirán sus lecturas públicas refiriéndose a sus cuentos: “Los escribí de la manera en que se los contaría a un niño.” En una época en que la incipiente literatura destinada a la infancia era didáctica y moralizante, el danés contó historias llenas de fantasía pero en las que también habló de la inestabilidad de la condición humana, de la inclemencia de los poderosos, de los que se mueren de frío, de amor, de injusticia. Su mirada clemente de narrador exalta al pobre, a la niña que se sacrifica por librar del hechizo a sus hermanos, al patito más feo de la granja, al soldadito defectuoso al que le falta una pierna por defecto de fabricación. “El pueblo como el niño- dice Graciela Montes_ está en situación social de desvalimiento y se identifica fácilmente con los héroes perseguidos, con los relegados, y se siente reivindicado con el final feliz”<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Proyectos%20en%20construcci%C3%B3n/Andersen.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="color: #c46c10; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="line-height: 18.4px;">[1]</span></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">.<b>3</b><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">Otra cosa que hace durante toda su vida es viajar, viaja como tantos escritores para escribir sus impresiones de viajes y para contar al regreso. También dibuja paisajes en sus cuadernos con trazo diestro. Lleva en su valija el diario de viaje y el cuaderno de dibujo. Como muchos viajeros célebres cultiva el género y escribe en un diario sus impresiones sobre los itinerarios que realiza. Un cosmopolita que visita países que resultan exóticos para su época como España, Grecia, Turquía. Su vida es un viaje que, como sus cuentos, debe ser narrada. Se convierte en un guía experto por los países Nórdicos y Alemania. Ama las torres de Núremberg, se deleita con la exótica melancolía de Málaga.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">En Bratislava dirá de esta ciudad que lo maravilla: <em><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;">“Me esperaba una bienvenida espectacular. Me encanta esta ciudad, es tan viable y llena de colores. Las tiendas parecen como si fueran trasladadas aquí desde Viena. Hay mucho que ver – me dijo un ciudadano – subamos a las ruinas del castillo allí en la roca. Desde allí se puede ver el puente flotante, la ciudad entera y los campos de trigo en sus alrededores” Es junio de 1841 y va en viaje de Estambul a Viena. Entusiasta afirma:</span></em><span class="apple-converted-space"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;"> “</span></span><strong><i><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;">Me piden que les cuente un cuento. ¿Para qué? Si vuestra ciudad es un cuento.”</span></i></strong><strong><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;"> Muchos años después, los habitantes de la capital de Chequia erigirán una estatua del cuentista danés en </span></strong>la plaza <span style="background: rgb(249, 249, 249);">Hviezdoslavovo námestie. Y para que no se sienta solo, lo rodean de los personajes de sus cuentos más famosos.<o:p></o:p></span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="background: rgb(249, 249, 249); line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">4<o:p></o:p></span></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES-AR" style="background: rgb(249, 249, 249); line-height: 32px;">Sus relatos son tristes, muchos de ellos nacen de las historias con que tropieza en la isla de Fionia, en su Odense natal. Cuentos salidos de la boca de rústicas tejedoras, de campesinos, del pobrerío de los barrios bajos. Otros encubren escenas autobiográficas. El patito feo es su propia historia contada en clave animal. El pato más feo termina en cisne y corrobora el síndrome de Aladino que padece Andersen. Tanta confianza tiene en su buena estrella que así como Aladino , hijo de un padre artesano termina colmado de riquezas, él hijo de un zapatero llegará muy lejos.</span><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">En ese viaje que comienza cuando va a Copenhague a probarse como actor, cantante, bailarín y terminará amparado por la burguesía ilustrada lo impulsa la vanidad, el deseo de agradar y su complejo de advenedizo.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">Heinrich Heine lo definió sin piedad: “Parecía un sastre. Su figura revela una especie de servilismo que tanto complace a los príncipes. Es un vivo ejemplo de cómo quieren los príncipes que sea un poeta.”<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">Aunque muchos aman sus historias, la vanidad y el carácter de Andersen lo torna un personaje bastante incómodo. En 1847 Charles Dickens lo invita a<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES-AR" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; line-height: 32px;">Gad Hill Place, cerca de Rochester, una residencia que acababa de comprar y que estaba bastante aislada. Ambos escritores se admiran, pero algo sucede. El danés alarga su estadía y la familia se impacienta. Cuando al fin hace las valijas y parte, Dickens escribe en el espejo: <span class="apple-converted-space"> </span>«Hans Andersen durmió en esta sala durante cinco semanas que a la familia nos parecieron siglos».</span><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">Andersen conoce a los poderosos de cerca. Los frecuenta, los adula, se beneficia de sus contactos y sabe de sus defectos. Sus cuentos hablan del emperador vanidoso que estrena traje nuevo todos los días y que, su ostentación y la adulación de los súbditos lo hacen salir desnudo a la calle o de aquel poderoso de la china que agota a su capricho la vida útil del ruiseñor mecánico.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">Y en casi todos, encontramos la revancha de los débiles. La vendedora de fósforos es recibida por su abuela cuando muere, la sirenita que no ha podido cumplir su sueño consigue el alma eterna. Elisa, la niña de <i>Los cisnes salvajes</i> es recompensada cuando rompe el maleficio de sus hermanos. Todos los personajes son sometidos a duros sufrimientos.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;">En el mundo Andersen cualquier felicidad se consigue después de un largo viaje en el que el viajero debe sortear obstáculos, superar envidas, ser humillado, tocar fondo en los más imaginativos infiernos y, si algo tiene claro el lector, es que la nieve termina derritiéndose y los duros corazones acaban ablandándose, porque en los cuentos de hadas que este desgarbado soñador de galera escribe para deleitar a los chicos y a los grandes, en este o en el otro mundo siempre hay revancha.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 26.4px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 32px;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br clear="all" /></span><hr align="left" size="1" width="33%" /><div id="ftn1"><div class="MsoFootnoteText" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.52px;"><span style="font-family: arial;"><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Proyectos%20en%20construcci%C3%B3n/Andersen.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="color: #c46c10; text-decoration-line: none;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="line-height: 15.3333px;">[1]</span></span></span></span></a><span lang="ES-AR"> Montes, Graciela, nota preliminar a El cuento infantil, CEAL, Buenos Aires, 1977</span></span></div><div class="MsoFootnoteText" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.52px;"><span lang="ES-AR"><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></div><div class="MsoFootnoteText" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.52px;"><span lang="ES-AR"><span style="font-family: arial;"><b>Ensayo que obtuvo el Primer Premio en el concurso de relatos de la Fundación El Libro 2018</b></span></span></div><div class="MsoFootnoteText" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.52px;"><span lang="ES-AR"><span style="font-family: arial;"><b><br /></b></span></span></div><div class="MsoFootnoteText" style="color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.52px;"><span style="font-family: arial;"><b>Texto tomado del blog de la Hormiguita Maestra María Cristina Alonso: "La biblioteca de Cristina". (</b></span><span style="font-family: arial;"><b>https://labibliotecadecristina.blogspot.com/)</b></span></div><div><span style="font-family: arial;"><b><br /></b></span></div></div></div></div>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-15110464330166595762021-02-07T04:00:00.000-08:002021-02-07T04:00:19.249-08:00<p> </p><h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 22px; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: normal; line-height: normal; margin: 0.75em 0px 0px; position: relative;">Escribir en la infancia. Maestros de escritura</h3><div class="post-header" style="font-size: 10.8px; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 1.5em;"><div class="post-header-line-1"></div></div><div class="post-body entry-content" id="post-body-3274032523960392545" itemprop="description articleBody" style="font-size: 13.2px; line-height: 1.4; position: relative; width: 570px;"><p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Por María Cristina Alonso</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">En la soledad de una habitación un niño, una niña escriben. Cuentan cómo es el mundo que los rodea y al que recién comienzan a aventurarse. Dejan testimonio con frescura de recién llegado. Las escrituras infantiles que perduran por haberse publicado, en general, merodean el género del diario íntimo. El diario de vida es un refugio, un espacio donde se cuela la realidad</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">y donde</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">el escritor deja testimonio de las vicisitudes personales.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirvkzOwdTtps-ioB-pRAy99gX5b7RHFgUNncytT1oJ4YT1yWtvlZ1Y7UQUSf3V8xI6iw8ly-MvMN-p_mjfoKDish1owiZyS0-bhKxwRIQezek4O-7FMediPb8ALhA9sG1SwjVi1QaDzhs/" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img alt="" data-original-height="309" data-original-width="461" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirvkzOwdTtps-ioB-pRAy99gX5b7RHFgUNncytT1oJ4YT1yWtvlZ1Y7UQUSf3V8xI6iw8ly-MvMN-p_mjfoKDish1owiZyS0-bhKxwRIQezek4O-7FMediPb8ALhA9sG1SwjVi1QaDzhs/w419-h281/image.png" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="419" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Ivonne Bordelois en un fascinante libro titulado <b><i>La palabra amenazada</i></b> escribe: “Nada más injusto que el nombre de <i>in-fante</i>, que significa que el niño no puede o no sabe hablar –como el soldado de infantería, llamado así porque carece de derecho a réplica. Todos sabemos que en innúmeros casos, es la frescura de una primera aproximación al lenguaje la que hace de los niños maestros del habla”. Maestros del habla y, en muchos casos, maestros de escritura.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">A los 15 años, Arthur Rimbaud lee a escondidas de la madre <i>Los miserables</i> de Víctor Hugo y edita su primer poema “</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">El aguinaldo de los huérfanos” en la revista “Revue pour tous” en enero de 1870. El poema habla de la tristeza de dos niños pequeños en una habitación fría el día de año nuevo. Se ha muerto la madre y evocan otros momentos del pasado en los que recibían juguetes y dulces. Es un poema triste. “<i>Ya vuestro corazón lo entiende todo: /ellos no tienen madre./¡No hay una madre en casa y su padre está lejos!/ Una criada vieja se ha ocupado/ de los niños. Los pobres/ están solos en una estancia helada,/ huérfanos de cuatro años solamente,/ y he aquí que despierta/ en sus mentes un recuerdo alegre…”</i></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="background-color: transparent; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Carrera meteórica la de Arthur Rimbaud, una vida apasionada. A los 21 años da por finalizada su carrera de poeta y se convierte en traficante de armas, esclavos y marfil en el corazón de África.</span></p><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaVgtpMK1EMihm-24t1bSaA85_Mxq5eaKGc7WG61etXfd7lLXHyJD6nIZujIulSDy8WRqLk6JeQ1edEAwT1PiA16GmPp30pAacZj4oAWJfq2SG2WEweFfuHKkxqFNRGYAmIkn19C1IEls/s610/rimbaud-claima20130117-0177-14-7609558240.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="499" data-original-width="610" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaVgtpMK1EMihm-24t1bSaA85_Mxq5eaKGc7WG61etXfd7lLXHyJD6nIZujIulSDy8WRqLk6JeQ1edEAwT1PiA16GmPp30pAacZj4oAWJfq2SG2WEweFfuHKkxqFNRGYAmIkn19C1IEls/s320/rimbaud-claima20130117-0177-14-7609558240.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="320" /></a></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><p></p><h1 style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; position: relative;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Uvas amargas y cenizas </span></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><span style="font-weight: normal;"><div style="text-align: justify;">Una niña de nueve años escribe en 1890 una novela en una libreta, con lápiz y con algunas faltas de ortografía. La titula The Young Visiters (Los jóvenes visitontos, lo escribe incorrectamente en inglés y esta es una traducción aproximada). Uno de los personajes dice “Sin ti, mi vida serán uvas amargas y cenizas”. El argumento se desgrana en torno a un triángulo amoroso en el que la niña ridiculiza a la aristocracia inglesa. La pequeña escritora se llama Daisy Ashford (Inglaterra 1871-1972), e inventa historias desde los cuatro años que, su padre, pasa en limpio respetando su peculiar gramática y su lenguaje. Es un relato cómico y agridulce. Les niñes tienen la capacidad de ser incisivos humoristas. Extrae sus argumentos de las novelas que sus hermanas dejan a mano. Y les pone su toque personal.</div></span><div style="text-align: justify;"><br /></div><span style="font-weight: normal;"><div style="text-align: justify;">A los 14 años -en 1890- escribe su última obra, The Hangman’s Daughter, una historia de crímenes e identidades cambiadas. Después la internan en una escuela de monjas y deja sus cuadernos olvidados en la casa de la infancia.</div></span></span><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 24pt;"> </span></b></p></h1><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA4nAg0sRgb8R3LqGbG9kGifwltm33CpHCyiGqZJz1zR9lXevAHwEgy5O6D_RqVh3qwMxDBxxxz9tj2GF_5kwlZUggZ2ohh5GGKzopHJRithxO7JVCROvU0Z-IMsLRO7uFZK5T5JJiupY/s1260/2DEA4UPA4BDPXCQQSTFE5ORSZA.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="840" data-original-width="1260" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA4nAg0sRgb8R3LqGbG9kGifwltm33CpHCyiGqZJz1zR9lXevAHwEgy5O6D_RqVh3qwMxDBxxxz9tj2GF_5kwlZUggZ2ohh5GGKzopHJRithxO7JVCROvU0Z-IMsLRO7uFZK5T5JJiupY/w373-h248/2DEA4UPA4BDPXCQQSTFE5ORSZA.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="373" /></a></div><div><br /></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Daisy no se dedicó a la escritura, se mudó a Londres y trabajó como secretaria hasta 1912, año en que murió su padre y tuvo que regresar al hogar para cuidar a la madre que murió en 1917. Al desmantelar la casa, Daisy encontró en un cajón lleno de polvo sus escritos infantiles. Por intermedio de una amiga llegó con el manuscrito a interesar a un editor y el libro Los jóvenes vistontes fue publicado en 1919. El famoso James Barrie, el autor de Peter Pan, escribió el prólogo. Obtuvo un éxito arrasador, se convirtió en una comedia musical y en una película.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: small;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcFiqZBZa7gt2lLlGGh-Tq3q9yFn7PgjdPkb_Tk48QJAVlP9hznMoxkmKLwF9TIhYTkbQo5CYtb7VPQOmvy9YzS0dWmsW_ip7NCwyjnxh1BaFxvOOkg2rZbbZ2RhivH0z38NwT4UgOJfU/s274/6c16f95e5837b7a15cc22a32eb72fad8_S.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="274" data-original-width="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcFiqZBZa7gt2lLlGGh-Tq3q9yFn7PgjdPkb_Tk48QJAVlP9hznMoxkmKLwF9TIhYTkbQo5CYtb7VPQOmvy9YzS0dWmsW_ip7NCwyjnxh1BaFxvOOkg2rZbbZ2RhivH0z38NwT4UgOJfU/s0/6c16f95e5837b7a15cc22a32eb72fad8_S.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 13.5pt;">En ese 1919, la gripe española hacía estragos y el público necesitaba un poco de humor. Lo dice el escritor y traductor Guillermo Piro en un artículo dedicado a la novela de Daisy<b>: “</b><i>A finales de 1919 nadie estaba de humor para grandes celebraciones. La I° Guerra Mundial y después la gripe española habían diezmado a la población y su capacidad de ver más allá de su propia tragedia. Hasta que una niña de nueve años recordó a todos los adultos lo estúpidos que eran, y con su inocencia, su candor, un sentido del humor endiablado, y un montón de faltas de ortografía publicó una novela, “Los jóvenes visitontes” que devolvió un poco de ligereza y felicidad a la vida.</i></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidB4sPKWVf35uLI-m6oqjvc4Zl162sDr3vkzRR-o439krRcLKzvEe8X07sVFSc2yss3fjlXPmTyZ_lgzQksv8s0jAK_WFlJX2mJ-2euB1SGoNHIeirxMEuyRoW8IWh9o6S68MUdzagUdE/s420/Daisy+Ashford.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="280" data-original-width="420" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidB4sPKWVf35uLI-m6oqjvc4Zl162sDr3vkzRR-o439krRcLKzvEe8X07sVFSc2yss3fjlXPmTyZ_lgzQksv8s0jAK_WFlJX2mJ-2euB1SGoNHIeirxMEuyRoW8IWh9o6S68MUdzagUdE/w422-h281/Daisy+Ashford.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="422" /></a></div><div style="text-align: center;">Familia duarnte la gripe española, 1919</div><div style="text-align: center;"><br /></div><p></p><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">A pesar del éxito de su novela, Daisy no volvió a escribir. Intentó con una autobiografía, pero no pudo concretarla. La escritora había quedado en la infancia. Tuvo tiempo, hasta 1972 cuando murió a los 90 años, para recordar la época lejana en la que podía poner la lupa en el mundo que la rodeaba, descubrir lo que traman los adultos y además contarlo. Un tiempo en el que, la niña escritora aseguraba: “Me encantaban los días de lluvia porque eso significaba que me podía quedar en casa leyendo y escribiendo”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Deseaba que no hubiera pianos en el mundo</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Parecen ser los diarios, y no la ficción, el género que los niños y niñas prefieren. Un diario pensado como una especie de amigo invisible, alguien al que se le pone nombre, un lugar que es refugio y consuelo. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los niños y niñas que escriben diarios nos demuestran que esa inocencia que los adultos les atribuyen no es tan real. Que en la infancia se mira el entorno con más realismo del que puede suponerse y, al narrarlo, los pequeños escritores van dejando la marca de su mirada y su juicio al mundo adulto. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Qué leemos en un diario íntimo? ¿Una obra de ficción, un testimonio, un documento escrito? Entre los géneros discursivos referenciales, en el que coinciden autor y narrador, el diario personal contiene anotaciones que se van haciendo a diario y que sitúan al autor en un determinado contexto histórico. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un diario de vida es un texto flexible, abierto a multiplicidad de discursos. En él tienen cabida dibujos, reflexiones, anécdotas cotidianas, fotos. Una manera de atrapar la vivencia que es tan frágil en la memoria y dejar testimonio de lo que se vive. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“En la actualidad me levanto algo lento, ya que temprano hace bastante frío. Sin embargo, tenemos un mayo perfectamente verde. Si no fuera sordo, me levantaría temprano para escuchar al ruiseñor.” Escribe Otto van Eck a los 10 años en su diario, el más antiguo que se conoce escrito por un niño. Lo comenzó en 1790 y llegó a tener más de 1500 páginas, lo que lo convierte en el diario más completo escrito por un niño y que nos permite escuchar la voz de un chico del pasado, cuando la infancia no se pensaba como se la piensa ahora y los niños eran considerados adultos en miniatura.</div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_k0u_4UWJhyphenhyphenLJuBz-kdEL4MjpzDlQDGlSnEO0zO8sqoqOjM7AZTBH29Cnho28hJx-Tlbz5gWqAl3-1kroLkfAD62L8Hp2fL9wulemmY_z8kpQdKhU5YSU5zzpdNs8n1IllbcXt0-VwkY/s240/11030619_medium.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="176" data-original-width="240" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_k0u_4UWJhyphenhyphenLJuBz-kdEL4MjpzDlQDGlSnEO0zO8sqoqOjM7AZTBH29Cnho28hJx-Tlbz5gWqAl3-1kroLkfAD62L8Hp2fL9wulemmY_z8kpQdKhU5YSU5zzpdNs8n1IllbcXt0-VwkY/w400-h293/11030619_medium.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Otto inició su diario a instancias de sus padres que pusieron en práctica una estrategia educativa de los pedagogos del siglo XVIII que recomendaba la escritura de un diario para acrecentar los conocimientos del niño y seguir de cerca su crecimiento. Por lo tanto Otto es un niño de la Ilustración, educado con las teorías pedagógicas de Rousseau.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Sus padres esperaban escudriñar meticulosamente su educación a partir de esas páginas. El niño escribe sobre paseos a caballo, sus enojos con las hermanas menores y cuenta anécdotas, pero también nos informa extensamente sobre los progresos de su enfermedad.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Como todo niño, no puede ocultar su mal genio o sus comentarios desagradables. “<i>Deseaba que no hubiera pianos en el mundo</i>”, escribe en su diario cuando era obligado a repetir su práctica de piano. A pesar de ello, los críticos sostienen que el diario refleja el mundo optimista de la ilustración holandesa a través de los ojos de Otto. El diario se acaba en noviembre de 1797, cuando su salud empeora. Otto sufría de tisis y muere</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> a los 18 años.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> Una chica de avanzada</span></b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> En ocasiones, la publicación del diario de un niño o joven a raíz ocurre a raíz de su muerte. Es el caso del diario de <span style="background: white;">Marie Bashkirtseff (Imperio ruso 11 de noviembre de 1858 - París, 31 de octubre de 188</span>4)<span style="background: white;"> que comenzó su diario a los 15 años y, cuyas 19.000 páginas fueron publicadas por su madre luego de su muerte por tuberculosis, a los 25. Fue pintora y escultora famosa. Su diario fue considerado un modelo en su género por Simone de Beauvoir. Una chica de avanzada para su época: “<i>Lejos de querer ser un hombre estoy contenta con lo que soy. Mi manera de entender una mujer puede ser tan útil a su país y a la humanidad como un hombre, si solo hubiera (no hay) una diferencia en la educación. No puedo vivir ignorada y perdida en la multitud, tengo que distinguirme</i>”, escribió Marie.</span></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p><div class="separator" style="clear: both;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXzforv8QB92iUjeh00Tt3qzs_Dl5B4IXy1nluFWVwcArFClHhdftoZEAgRLY5-OG0xj1Abez0ZNGeZPdAJtQyNQXggc5qTwpq3lM5ZG8dKIW3za0NukTcJFLKP2jgZg0QYSOnjxEoLDc/s1084/marie-bashkirtseff-crop-edit-2.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="788" data-original-width="1084" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXzforv8QB92iUjeh00Tt3qzs_Dl5B4IXy1nluFWVwcArFClHhdftoZEAgRLY5-OG0xj1Abez0ZNGeZPdAJtQyNQXggc5qTwpq3lM5ZG8dKIW3za0NukTcJFLKP2jgZg0QYSOnjxEoLDc/w410-h299/marie-bashkirtseff-crop-edit-2.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="410" /></a></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Su diario fue víctima de la censura de su madre. Retocó, edulcoró y suprimió pasajes –a su parecer- no eran convenientes para su reputación.</span><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Aunque Marie llegó a exponer sus obras en el Salón de París y llevó una vida mundana, con viajes y visitas a estaciones termales cuando su salud comenzó a quebrantarse, no dejó de expresar sus ideas feministas: escribió artículos denunciado la discriminación que sufrían las mujeres a las que se le impedía formarse en L’Ecole des Beux-Arts.<b><o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> Después de la muerte de la madre pudo leerse el diario de Marie sin censuras. Sirvió de inspiración para otras escritoras que incursionaron en el género: Katerine Mansfield y Anais Nin.</span></p></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKwGPKkgWN0TqjkeTpz5RbnAwoBRuyKL0UZRGwE7665YxALoQECzg49gS2wcCGqEGfQg7VhquiPD23zquy8otvBcJuLcOtt0L8ahDpwgBGDA4YknYWXxNqOzMDOaTTX6KY0NlBH_dnDVk/s1038/Marie+Bashkirtseff%252C+En+el+estudio+%25281881%2529.+Bashkirtseff+se+ha+retratado+a+s%25C3%25AD+misma+como+la+figura+central+sentada+en+primer+plano+-.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="850" data-original-width="1038" height="328" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKwGPKkgWN0TqjkeTpz5RbnAwoBRuyKL0UZRGwE7665YxALoQECzg49gS2wcCGqEGfQg7VhquiPD23zquy8otvBcJuLcOtt0L8ahDpwgBGDA4YknYWXxNqOzMDOaTTX6KY0NlBH_dnDVk/w400-h328/Marie+Bashkirtseff%252C+En+el+estudio+%25281881%2529.+Bashkirtseff+se+ha+retratado+a+s%25C3%25AD+misma+como+la+figura+central+sentada+en+primer+plano+-.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /><h1 style="background: white; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; position: relative; text-align: center;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; font-weight: normal;">Marie</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt;">Bashkirtseff, <em>En el estudio</em> (1881). Bashkirtseff se ha retratado a sí misma como la figura central sentada en primer plano</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h1></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><b>Querida Kitty</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Otra niña escritora tiene una vida breve. Mientras escribe su diario en “la casa de atrás” sueña con convertirse en escritora cuando termine la guerra, sin saber que ya lo es. Para que los abrumadores días pasen en el estrecho espacio que debe compartir con sus padres, hermana y una familia amiga, no deja de hacer observaciones sobre las relaciones cotidianas, la persecución a la que son sometidos los judíos durante el nazismo, las lecturas que hace, el despertar del amor adolescente, la esperanza de que algún día vuelva la paz. Una muchacha corriente que se convierte, sin saberlo, en la voz de seis millones de personas víctimas del Holocausto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es la mundialmente leída Ana Frank, que le escribe a Kitty, como llama a su diario. Lo hace durante el encierro voluntario para salvar la vida desde junio de 1942 hasta agosto de 1944, fecha en que los escondidos fueron detenidos y enviados a campos de concentración.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La niña pasó dos años escondida en el número 263 de la calle Prinsengracht, en Amsterdam. En extremas condiciones, con comida racionada y obligación de hacer silencio para no ser escuchada. En la parte delantera del edificio funcionaban las oficinas de la empresa donde trabajaba su padre, Otto Frank.</div></span><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhixHS28Xv7JJjCNfdXXJpVOyh71DBaTCJhVhhDQoo81UNWVAJaS74S8ygdVjm2gDDzmY4E-SSDalAb7xGNe7KkW_dVKunMNDGoogc28PyRnhYI8rQ2YQhsCTIYnNqYOtD_umjjN7Tx-ko/s728/diario-anna-frank-revelaciones-20180517-308510.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="728" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhixHS28Xv7JJjCNfdXXJpVOyh71DBaTCJhVhhDQoo81UNWVAJaS74S8ygdVjm2gDDzmY4E-SSDalAb7xGNe7KkW_dVKunMNDGoogc28PyRnhYI8rQ2YQhsCTIYnNqYOtD_umjjN7Tx-ko/w400-h275/diario-anna-frank-revelaciones-20180517-308510.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los Frank eran una familia de comerciantes judíos alemanes que, con el triunfo del nazismo, habían emigrado a Amsterdam en 1933. Se creyeron seguros hasta que Hitler invadió Holanda. Todo lo va registrando la niña con precisión y conciencia de que está gestando un documento histórico. Desde las primeras restricciones hasta los acontecimientos que deciden desaparecer a la familia. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“Querida Kitty- le cuenta Ana a su diario el jueves 9 de julio de 1942- Así anduvimos bajo la lluvia torrencial, papá, mamá y yo, cada cual con una cartera de colegio y una bolsa de la compra, cargadas hasta los topes con una mezcolanza de cosas. Los trabajadores que iban temprano a trabajar nos seguían con la mirada. En sus caras podía verse claramente que lamentaban no poder ofrecernos ningún transporte: la estrella amarilla que llevábamos era elocuente.</div><div style="text-align: justify;">Solo cuando ya estuvimos en la calle, papá y mamá empezaron a contarme poquito a poco el plan del escondite. Llevaban meses sacando de la casa la mayor cantidad posible de muebles y enseres, y habían decidido que entraríamos en la clandestinidad voluntariamente, el 16 de julio.”</div></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjegY8a4-UnQRdZWq7_6SGsvoziyV_OvzonAm-kx54a4MjtK0FfqFQM5zIH9Adi7IyNcryB4XTCEOdliaATlzurFsyC_lxzqy8TYkeCZQbYB45yfnVXvEyX7ZDfiunBbaHYQ79bsG1Njmc/s317/cover-Ana-Frank-_634x350.png" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="317" data-original-width="317" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjegY8a4-UnQRdZWq7_6SGsvoziyV_OvzonAm-kx54a4MjtK0FfqFQM5zIH9Adi7IyNcryB4XTCEOdliaATlzurFsyC_lxzqy8TYkeCZQbYB45yfnVXvEyX7ZDfiunBbaHYQ79bsG1Njmc/s0/cover-Ana-Frank-_634x350.png" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Su diario, fue hallado por Miep Gies -secretaria de Otto Frank quien los asistió durante el encierro- después de que la Gestapo detuvo a los habitantes de la casa y se convirtió en testimonio contundente de uno de los horrores más insoportables del siglo 20.</span></div><h1 style="background: white; margin: 0cm; position: relative; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></h1><h1 style="background: white; margin: 0cm; position: relative; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Te hablo de la guerra<o:p></o:p></span></h1><h1 style="background: white; margin: 0cm; position: relative; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></h1><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">La guerra es un suceso incomprensible, aún para los adultos que sabemos de cuánta crueldad es capaz el ser humano. Por eso los que más sufren en las guerras son los niños y niñas que deben atravesarlas. El sitio de Sarajevo fue uno de los más prolongados en la historia de la guerra moderna. Duró desde el 5 de abril de 1992 hasta el 29 de febrero de 1996, durante la guerra de Bosnia y Herzegovina cuando se desintegró la ex Yugoslavia.</div></span><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3x6mkQs_zALylE3p3gonBoWartU-kPhXD37lsO5LYGOPRYo-XaMhkOUwoAd6G9cDV0YuCszXTyLrY4b8rl42pGzpIaOIkgc_TkeqrId1busl0QR7gYEKeBZXEtegVVzQs4HhDTOXBGXs/s564/zlata.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="272" data-original-width="564" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3x6mkQs_zALylE3p3gonBoWartU-kPhXD37lsO5LYGOPRYo-XaMhkOUwoAd6G9cDV0YuCszXTyLrY4b8rl42pGzpIaOIkgc_TkeqrId1busl0QR7gYEKeBZXEtegVVzQs4HhDTOXBGXs/w400-h193/zlata.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div><br /></div><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Desde las colinas, una lluvia de fuego se batió sobre Sarajevo, los francotiradores tomaron la ciudad y la vida se tornó insoportable.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> Zlata Filipovic (Sarajevo, 1980) había leído el diario de Ana Frank, tenía 12 años, y escribía en el suyo la vida cotidiana de una adolescente que va a la escuela, toma vacaciones con su familia, se encuentra con amigas.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> Pero de pronto la guerra irrumpe en su diario sin pedir permiso. El miércoles 23 de octubre de 1991 escribe: “<i>En Dubrovnik ha estallado la guerra. Terribles bombardeos. La gente están en refugios, sin agua, sin luz. El teléfono está cortado. En la tele se ven imágenes horribles</i>.”</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> Escribir es el acto organizador en la vida de la adolescente. Y, al cabo de varias entradas, así como Ana llama a su diario Kitty, Zlata, le escribe a Mimmy: “<i><span style="background: white;">Dear Mimmy: ¿Recuerdas el 2 de mayo de 1992, el día más infernal de esta vida miserable? A menudo me digo que seguramente no era el día más duro sino el primero, el primero verdaderamente duro, y por eso lo recuerdo como el peor. No logro expulsar de mi cabeza el hedor del sótano, el hambre, los cristales que saltaban en pedazos por los obuses. Estuvimos doce horas sin comer ni beber; pero lo peor era el miedo, tener que permanecer pegados en un rincón del sótano si saber lo que iba a suceder</span></i><span style="background: white;">.” Y más adelante, en ese diálogo que va trazando la escritura, el diario es interpelado y se convierte en refugio, en el lugar donde los acontecimientos del mundo se hacen propios: “<i>Dear Mimmy, Yo no te hablo nunca de mí. Te hablo de la guerra, de la muerte, de las heridas, de obuses, de penas Y TRISTEZAS. Casi todos mis amigos se han ido. Pero incluso, si estuvieran aquí, ¿quién sabe si podríamos vernos? El teléfono no funciona, ni siquiera podríamos hablarnos</i>.”</span></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU5lTBciK4rljXurbqXXqkoWrkIsODYLR-zD7h2vk2jnxD486qgsSE4n2bW8KUihzSQXM1VhVR7zq5ivO3hnNMUC6lZSgfDcEIuhTLtjR7SPmpaZRs_FCf6MMEhsSMGSYCyPlsK2VGKd0/s579/diario+de+zlata.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="339" data-original-width="579" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU5lTBciK4rljXurbqXXqkoWrkIsODYLR-zD7h2vk2jnxD486qgsSE4n2bW8KUihzSQXM1VhVR7zq5ivO3hnNMUC6lZSgfDcEIuhTLtjR7SPmpaZRs_FCf6MMEhsSMGSYCyPlsK2VGKd0/w400-h234/diario+de+zlata.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Zlata reflexiona y se sabe testigo de un acontecimiento y, en su registro diario se vuelve una crítica notable: “He vuelto a ver el mercado al ir a clase de música. A Sarajevo no le falta nada. La gente vende de todo para poder comer. No está bien robar cosas, pero todavía peor venderlas a cambio de divisas fuertes…Y hay que ver lo que comemos. Cuando se tiene hambre, vale todo. ¿Cómo vas a comprar un huevo que vale 5 marcos alemanes, o el chocolate a 20 marcos, las galletas a 40 marcos, el café a 120 marcos, etc? ¿Quién puede pagar eso? La gente común como nosotros, no. La gente común, como nosotros recibe un paquete, y ahora, para SOBREVIVIR se cultivan verduras donde y como sea. Las ventanas y los balcones se han convertido en huertas. En lugar de flores crecen lechugas, cebollas, perejil, zanahorias, remolachas, tomates y no sé cuántas cosas más.” </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El diario de Zlata comenzó a circular en fotocopias puesto que muchos consideraron que era un testimonio importante para que el mundo conociera lo que estaba sucediendo en las Balcanes. La prensa internacional lo difundió e interesó a una editorial francesa que lo publicó. Zlata junto a su familia, fue refugiada en París, a finales de 1993 con la ayuda de las fuerzas de la ONU y de las autoridades francesas gracias a la popularidad obtenida por su diario. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“Ayer vino un equipo de la televisión canadiense con Janine para ver cómo aguantábamos esta locura de los bombardeos. Un hermoso gesto. Humano.(…) Y cuando vimos a Janine con los brazos cargados de provisiones, estallamos en sollozos. La gente humanitaria se preocupa por nosotros, piensa en nosotros, y gente inhumana quiere destruirnos. ¿Por qué? Siempre me hago la misma pregunta. ¿Por qué?” </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Voy a poner todas las órdenes que se han dado </b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una niña chilena, Francisca Márquez de 12 años también lleva un diario cuando Pinochet da el golpe de estado contra la Unidad Popular y sume a su país en un despiadado régimen militar. Se publicó recién en 2019. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Así cuenta Francisca en su diario ese 11 de septiembre de 1973: </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">"Son las 11:45 am. El ejército, la marina y la aviación han decidido echar a (Salvador) Allende y a sus ministros. Allende está en La Moneda y el ejército, la marina y la aviación le dijeron a Allende que se rindiera porque, si no se rendía, iban a atacar por tierra y por aire. Resultado: Allende no se rindió y bombardearon La Moneda". Y continúa: “"No he podido saber nada más porque por la radio no dicen mucho. En mi calle, todas las casas pusieron una bandera chilena en la ventana. Y unas personas sacaron una mesa para la calle. Y empezaron a dar café. En la esquina viven unos UP (Unidad Popular) y su casa está llena de personas UP. Ahora tenemos un nuevo gobierno. Junta militar de gobierno. Espero que todo llegue a ser como antes".</div></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><p class="paragraph-k859h4-0" style="background: rgb(253, 253, 253); margin: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2019/06/25/actualidad/1561482460_479196_1561483447_sumario_normal.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="360" src="https://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2019/06/25/actualidad/1561482460_479196_1561483447_sumario_normal.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><p></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El diario de Francisca tuvo que esperar 46 años para salir a la luz cuando su autora, la antropóloga y académica de la Universidad Alberto Hurtado decidió publicar los textos que escribió desde agosto de 1973.<br /><br />Entre dibujos, recortes de revistas y papeles de golosinas Francisca, va relatando los acontecimientos que terminaron con el derrocamiento de Salvador Allende y la instauración de un régimen de terror.</span><p class="paragraph-k859h4-0" style="background: rgb(253, 253, 253); margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvhr3KjqgwDewRocjw0hnI8DEhGBXSp_0tCaE4GJHPWlxqw53Oc8Hy1c6g5MHjLx9aNZ3ZtyekncbgbMaK3wy-Z0PEnpBxEqNO8TZZTPXiEObVKXXDc_SUolU0J3SBXUPhzBA13lkwIVY/s700/diario-de-francisca-03.jpg" imageanchor="1" style="color: #cc6611; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="386" data-original-width="700" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvhr3KjqgwDewRocjw0hnI8DEhGBXSp_0tCaE4GJHPWlxqw53Oc8Hy1c6g5MHjLx9aNZ3ZtyekncbgbMaK3wy-Z0PEnpBxEqNO8TZZTPXiEObVKXXDc_SUolU0J3SBXUPhzBA13lkwIVY/w400-h220/diario-de-francisca-03.jpg" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 1px solid rgb(238, 238, 238); box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.1) 1px 1px 5px; padding: 5px; position: relative;" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /><span style="font-size: 14.6667px;"><br /></span></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El relato escrito ese 11 de septiembre continúa así:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“Parece que el incendio en La Moneda es inmenso, porque desde mi ventana se ve el humo. El papá cree que Allende y sus ministros iniciaron el incendio y así pudieron arrancar por algún túnel secreto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Voy a poner todas las órdenes que se han dado por el nuevo gobierno.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">1. Está prohibido salir a la calle en grupos. A todos los que no obedezcan se les disparará.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">2. No se podrá salir a la calle a partir de las tres de la tarde.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">3. Los trabajadores no deben abandonar su trabajo. Se castigará al que lo haga.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">4. Todos los extranjeros que estén ahí y no tengan sus papeles en orden deben presentarse en una comisaría.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">5. No se deben hacer manifestaciones como: poner banderas en las ventanas, gritar en las calles, etc.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">6. Prohibido portar armas de cualquier tipo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">7. Hay que quedarse en sus casas calmados y dejar que la Aviación, Marina y Ejército actúen.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">8. Antes de las seis de la tarde deben estar todos los trabajadores, obreros o profesionales en sus casas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Todo es bastante espantoso porque los bombardeos, los disparos y los aviones pasan a cada rato, igual el helicóptero.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A mí me da pena que maten o destierren a Allende, él pensaba solo en lo mejor para los pobres. Yo creo que Allende es bueno, y que puede pensar lo que quiere y hizo lo que creía mejor para Chile.”</div></span><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Maestros del habla, como señala Bordelois, las escrituras infantiles desnudan un mundo que a veces, los adultos, no queremos ver.</span><p class="paragraph-k859h4-0" style="background: rgb(253, 253, 253); margin: 0cm; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></p><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br style="background-color: white; color: #222222;" /></span></div></div></div></div>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-75855201750340250432020-10-03T06:08:00.000-07:002020-10-03T06:08:11.577-07:00Un conejo en los cuadernos de Hawthorne<p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Un conejo
en los cuadernos de Hawthorne<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Por
María Cristina Alonso<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Si papá no escribiera, ¡qué bien la pasaríamos todos</i>!”, recordó
Julián Hawthrone que había dicho su hermana Una.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ese papá que escribía era nada menos que el
autor de la novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La letra escarlata</i></b>, cuya primera edición -que había salido en
1850- se agotó en diez días y de muchos cuentos, como “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Wakefield”</b> que, un siglo después, conmovió a Borges y lo llevó a
decir que en él encontró “sabor a Kafka”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="Beatrix Potter y su conejo de chaqueta celeste - Fundación La Fuente" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1029" style="height: 291pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 405.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Beatrix Potter y su conejo de chaqueta celeste - Fundación La Fuente" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcSAsduZ4U00UoSSxscHn_YErKqi0qars5GOpQ&usqp=CAU" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="298" src="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcSAsduZ4U00UoSSxscHn_YErKqi0qars5GOpQ&usqp=CAU" width="399" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;"> Ilustración de Beatrix
Potter<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cuando no escribía
sus obras memorables, Nathaniel Hawthrone (Salem, 1804- Plymouth, 1864) llenaba
cuadernos en los que anotaba argumentos de posibles cuentos: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Unos gnomos diminutos viven dentro de un
diente hueco. Uno descubre que el diente fue empastado en oro y lo explotan
como si fuera una mina</i>”. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un hombre
muere dentro de una chimenea y acaba ahumado, como un trozo de tocino. Podría
mencionarse de paso, al consignar los destinos de los personajes de un cuento</i>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Llegó a redactar tres volúmenes de diarios que
abarcan los años 1935 a 1852. Hoy los conocemos como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuadernos norteamericanos
(American Notebooks)</i></b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape id="Imagen_x0020_4" o:spid="_x0000_i1028" style="height: 283.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="4ab89616-ab94-4039-94a2-ec87d1b4e44c" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image002.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Pero en la casa de
los Hawthorne había otros cuadernos en los que su esposa Sophia y los hijos,
Julián y Una, anotaban rutinas domésticas, dibujos y garabatos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En 1951 la familia
dejó Salem y se trasladó a Lenox, en el condado de Berkshire, a una granja con
una casa de paredes rojas a la que Hawthorne denominó Taglewood, como una de
sus obras, nombre que perdura hasta la actualidad asociado a un festival de
música. Se instalaron en la casita roja -propiedad de una amiga de su esposa
Sophia- con la intención de encontrar un lugar tranquilo y agreste.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aunque el escritor calificó de horroroso (“<span class="fontstyle01"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Detesto Berkshire con toda mi alma, y vería con placer
que sus montañas fueran</span></i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black;"><br />
<span class="fontstyle01"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">allanadas</span></i></span></span></i><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">”) en ese
lugar pasó días felices. Estaba casado con Sophia </span></span><span style="background: white;">Peabody</span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> que era una mujer inteligente con la
que compartía ideas progresistas sobre la educación<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de los hijos, jugaba con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los niños, cultivaba hortalizas y daba de
comer a las gallinas.<o:p></o:p></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><span class="fontstyle01"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcQPwM9t2EgTFZ09Q0e1jw8Ri3bj6L_UrK-XYQ&usqp=CAU" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="191" data-original-width="264" height="245" src="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcQPwM9t2EgTFZ09Q0e1jw8Ri3bj6L_UrK-XYQ&usqp=CAU" width="339" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape id="Imagen_x0020_5" o:spid="_x0000_i1027" style="height: 256.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 354pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="B3mHMj-IcAEiJqx" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image003.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Llevaba
una vida retirada y solo iba a la ciudad a recoger el correo a la Oficina
Postal. Pero en ese aislamiento recibía la visita de quien escribiría la gran
novela americana, nada menos que Herman Melville, con quien entabló una
inspiradora amistad, intercambiaron cartas y hablaron de sus respectivos
trabajos. Melville, que era más joven, veía en Hawthorne a un maestro. Le hablaba
de la ballena que iba creciendo en sus escritos. Según Paul Auster que dedicó un
ensayo a esta amistad, Moby<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dick estaba
pensada como una novela de aventuras pero, por influencia de Hawthorne, dio un
giro hasta el punto de convertirse en la más rica novela del siglo XIX. Se la
dedica a su amigo admirado: “</span></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En señal
de admiración por su genio, este libro está dedicado a Nathaniel Hawthorne</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Mientras
tanto, en los cuadernos de Hawthorne se van llenando de sus observaciones sobre
las actividades de sus hijos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">« </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Una dibuja una vaca y dice: “Con una patada
voy a hacer que mueva un pie”</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hay una feliz energía en esta expresión. En su calidad de creadora. Una
se identifica por completo con la vaca, consciente de ejercer plenos podres
sobre cada uno de sus sentimientos</i></span><span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">» </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">.</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">« </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Julián, tras haber recogido el otro día un
puñado de hojas de arce, todas rojas: “Mira papá: un ramillete de fuego”</span></i><span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"> »</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">. Y su hijo nuevamente: “Julián me ha
preguntado si la noche está encerrada en el dormitorio de tía Elizabeth</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El 26 de
julio de 1851 Sophia Hawthorne se fue de viaje a visitar a sus padres que
vivían en West Newton, en las afueras de Boston, en compañía de sus hijas -Una
y la bebé Rose- y su hermana mayor, Elizabeth Peabody. Dejó a Julián, de cinco
años, al cuidado de su padre en la granja de Lenox hasta el 16 de agosto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><v:shape alt="descarga (2).jpg" id="_x0031__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_s1028" style="height: 208.7pt; left: 0; margin-left: 1.45pt; margin-top: -.05pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 135.6pt; z-index: 1;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="descarga (2)" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image004.jpg">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Durante ese período el
escritor famoso que, según sus críticos ya había escrito las mejores páginas,
queda a cargo de la casa y del niño y decide registrarlo en un cuaderno aparte
que lleva por título <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Veinte días con Julián y conejito</i></b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">El texto de Hawthrone está compuesto de múltiples instantáneas de
su hijo en esos días en que están solos en la casita roja.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Registra juegos: arrojan piedras al agua, Julián talla<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>escarbadientes con una navaja, juegan a la
guerra con los cardos imaginándose que “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">son
dragones de</i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">múltiples
cabezas e hidras, y que tenían vástagos tan altos</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">que
pasaban por gigantes</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">.” Hawthorne arma un bote
que tiene un trozo de periódico por vela, juntos recogen grosellas.</span><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Nada pasa casi en el
relato, pero el paisaje, minuciosamente descripto desfila por el cuaderno de
Hawthorne como un bordado de momentos intrascendentes: se desplazan las pesadas
nubes, discurre el agua en el lago, aparecen las protuberancias azules de las
montañas lejanas, el sol se refleja en el lago. El paisaje va variando por los
efectos de la luz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Julián reflexiona sobre lo que ve y su padre lo anota: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Entre otras cosas, durante la recolección
de grosellas, estuvo especulando sobre los arco iris, y me preguntó por qué no
los llamaban arcos de sol (sun-bows) o arcos de lluvia solar (sun-rain-bows).
Después me explicó que la cuerda de su arco estaba hecha de hilos de araña, y
que esa era la razón por la que no podíamos verla.</i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">De a
ratos lo oía recitar poemas, con énfasis y buena entonación. Jamás se enfurece
ni desanima, y ciertamente es tan feliz como largo es el día”</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El padre
amoroso y paciente con su hijo deja, por momentos, escapar comentarios irónicos
propios de quien no está acostumbrado a que caiga todo el peso del cuidado del
niño sobre sus hombros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">“Julian se divirtió mucho hoy con mi navaja, que por tener</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">el filo
de una azada le di para que se pusiera a tallar. Así que</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hizo lo
que él llamó un bote, y manifestó su intención de hacer</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">escarbadientes
para su madre, para él, para Una y para mí.</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Cubrió
dos veces el piso del tocador con virutas, y encontró en</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">eso un
entrenamiento tan inagotable que pienso que compensaría con creces la pérdida
de uno o dos de sus dedos”</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcT41m8HqYlh_kkbF4ZnZQaLUpuZSADCZZ1feg&usqp=CAU" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" height="307" src="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcT41m8HqYlh_kkbF4ZnZQaLUpuZSADCZZ1feg&usqp=CAU" width="307" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">También el Conejito del título tiene un espacio en las anotaciones
de Hawthorne. Si al principio no parece interesar mucho al niño puesto que solo
come y duerme: “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">A primera
vista es más bien imponente y aristocrático</span></i><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">;- dice de él- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pero al examinarlo más de cerca aparece
vagamente risible. Julián ahora le presta muy poca atención, y deja que sea<br />
yo quien le junte sus hierbas; de otra forma, la pobre bestia<br />
moriría de hambre. Me siento profundamente tentado por El<br />
Maligno a asesinarlo a escondidas, y deseo con todo mi corazón que la señora
Peters pueda por fin ahogarlo</i>”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Pero
páginas más adelante,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Conejito aparece
de mejor aspecto, sobre todo cuando sale afuera de la casa y se sobresalta con
el más mínimo ruido, oportunidad que aprovecha para saltar al regazo de Julián.
Se intranquiliza en espacios abiertos. Sobre el final de las anotaciones, nos
enteramos que Conejito aparece muerto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><v:shape id="Imagen_x0020_8" o:spid="_x0000_s1027" style="height: 278.25pt; left: 0; margin-left: 1.45pt; margin-top: .1pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 220.15pt; z-index: 2;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="220px-Sophia_Peabody_Hawthorne" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image005.png">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">“Conejito parece estar
intranquilo en los espacios abiertos y soleados; y su primer impulso es buscar
la sombra -la sombra de una mata de arbustos, o la de Julian, o la mía-. Da la
impresión de sentirse en grave peligro -él, un personaje tan importante- en el
jardín abierto, y aprovecha toda oportunidad para saltar al regazo de Julian”.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los días pasados juntos
quedaron para siempre en los cuadernos del escritor norteamericano. Mucho
tiempo después, Julián recordará en su libro <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nathaniel Hawthorne and his wife</i></b>
los días idílicos pasados junto a su padre, aunque admite que, para un hombre
de mediados de siglo XIX, la tarea debería haber <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>resultado bastante pesada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nathaniel y Sofía fueron
influidos por las ideas trascendentalistas profesadas por Emerson y Thoreau, y
la educación que propiciaron para sus hijos no fue para nada ortodoxa, en un
tiempo en que la severidad y los castigos físicos eran moneda corriente. Ambos
creían que se educaba teniendo infinita paciencia, mucha ternura y magnanimidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esas ideas emanan de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Veinte días con Julián y
Conejito:</i></b> mucha paciencia y comprensión. Hawthorne refrena su ira
cuando el niño lo saca de quicio, aunque en general se muestra tolerante y
afable y se alegra de ver feliz a su hijo “¡<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Disfruta
tanto de esta libertad</i>!”, escribe. Y casi al final, cuando la nostalgia por
su esposa Sophia lo embarga: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Permítaseme
decir claramente, por una vez que es un niño dulce y encantador, y que se
merece todo el cariño que soy capaz de darle. ¡Gracias a Dios por habérmelo
dado! Que te bendiga por ser la mejor esposa y madre del mundo</i>!”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El relato de los veinte días
de camaradería es un libro en sí mismo y fue ignorado por mucho tiempo. Después
de la muerte de su marido Sophía se negó a publicar este relato junto con los
apuntes de los cuadernos: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hawthrone
jamás habría deseado que se hiciera pública una historia tan íntima y doméstica
como ésa</i>”. Recién vio la luz en 1932.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcRn2mQTZ-RGR9hUT4iefRYjdboSfyFFN9pV2A&usqp=CAU" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="252" height="233" src="https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcRn2mQTZ-RGR9hUT4iefRYjdboSfyFFN9pV2A&usqp=CAU" width="294" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Stockbridge Bowl and Shadowbrook Lenox Mass – Vintography" id="Imagen_x0020_9" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 150pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 189pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Stockbridge Bowl and Shadowbrook Lenox Mass – Vintography" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image006.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 6.1pt; mso-outline-level: 1; text-align: center;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 18.0pt;">Stockbridge
Bowl y Shadowbrook Lenox Mass 1902<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El paisaje registrado con
sus cambios transporta al lector a esos días lejanos en que un padre y un hijo
escriben la historia de una aventura juntos. Son instantáneas de una vida sencilla,
de cuestiones domésticas que un hombre del silgo XIX difícilmente era proclive
a dejar constancia. Hawthorne oficia de padre y de madre, siente terror cuando
deja de ver a Julián por una hora - “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">tengo,
sumadas a las mías, todas las inquietudes de su madre</i>”- debe atender una
picadura de abeja, dolores de panza, peinarlo sin mucho éxito y cambiarlo
cuando se hace pis: “…<i style="mso-bidi-font-style: normal;">le oí gritar cuando
estaba a cierta distancia detrás de él, y, al acercarme, vi que caminaba
separando las piernas- ¡Pobre hombrecito! Tenía completamente empapado los
calzones</i>”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://http2.mlstatic.com/D_NQ_NP_689211-MLA40015064585_122019-V.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="246" src="https://http2.mlstatic.com/D_NQ_NP_689211-MLA40015064585_122019-V.jpg" /></a></div><br /><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="descarga (1).jpg" id="_x0031_2_x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 201pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 141pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="descarga (1)" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image007.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la correspondencia de Sophia y en los
textos de Julián aparece un Hawthrone menos sombrío que el que emana de sus
relatos. Asoma un compañero de juegos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>divertido que sube a los árboles, hace de Mago y se deja tapar con hojas
de hierba por sus hijos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Veinte días de Julián y Conejito es el álbum
de momentos mínimos. Un texto lleno de poesía y ternura, escrito por un hombre
que se obsesionó con el bien y el mal y con la idea de pecado pero que, en sus
cuadernos de trabajo bordó con palabras esos días en los que el sol fue girando
sobre la casa roja, mientras él se instalaba a tiempo completo en el mundo de
su hijo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><v:shape id="Imagen_x0020_12" o:spid="_x0000_s1026" style="height: 185.85pt; left: 0; margin-left: 1.5pt; margin-top: -11.9pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 153.05pt; z-index: 3;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="descarga" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image008.jpg">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Bibliografía:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Auster,
Paul, Hawthorne en familia, Ensayos completos, Buenos Aires, Planeta, 2013<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Schierloh, Eric,<span class="fontstyle01"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-font-size: 8.0pt; mso-bidi-font-size: 8.0pt;"> </span></span>HAWTHORNE,
Nathaniel, prólogo a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Veinte días con Julián
& Conejito. / Nathaniel Hawthorne. 1ra ed. Buenos Aires: Barba de Abejas,
mayo de 2013.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Berti, Eduardo, prólogo a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuadernos
nortemaericanos</i>, Bogotá, Norma, 2007.</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-17726513278354060002019-05-10T12:56:00.000-07:002019-05-10T12:56:03.717-07:00Escritores y, a la vez, libreros <br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: large;"><b>Un lugar como un jardín contra la soledad</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">por María Cristina Alonso</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“La
verdadera razón por la que no quisiera pasar mi vida vendiendo libros es que,
cuando lo hice, perdí el amor que les tenía. Un librero se ve obligado a mentir
sobre los libros, y esto le provoca aversión hacia ellos”, escribe George
Orwell en 1936, en su libro <i>Recuerdos de
una librería</i>. En las antípodas, Mary Ann Shaffer le hace decir a Juliet, la
protagonista de su única novela <i>La Sociedad
literaria del pastel de piel de patatas de Guernsey</i>: “Me encanta ir a las
librerías y conocer a los libreros. Realmente los libreros son una raza
especial. Nadie -en su sano juicio- aceptaría trabajar de dependiente en una
librería por el sueldo, y ningún propietario en sus cabales querría ser dueño
de una, porque el margen de ganancias es demasiado bajo. Así que tiene que ser
un amor a la lectura lo que les empuja a hacerlo, junto con ser los primeros en
hojear las novedades.”</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjrCFBZDO1DE3GsEXpapQ3u9gimD1Xt4s1Vs5QlHFszwN_hifWCpItw9rJ-vmxSDYL4mZ9jgJLexfbKWlAzHPzaB44MD3dVdGkQKxO6NT7bSP-_FEw6pQXXQ_XYK2qWrZIdovAvbt_h7Il/s1600/20190412_133403.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjrCFBZDO1DE3GsEXpapQ3u9gimD1Xt4s1Vs5QlHFszwN_hifWCpItw9rJ-vmxSDYL4mZ9jgJLexfbKWlAzHPzaB44MD3dVdGkQKxO6NT7bSP-_FEw6pQXXQ_XYK2qWrZIdovAvbt_h7Il/s320/20190412_133403.jpg" width="240" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Acaso
esa pasión por hojear las novedades sea el origen de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La fabulosa</b>, la librería de la escritora, traductora y librera Ana
Garralón<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Libreros%20y%20escritores.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, que se especializa en
libros de literatura infantil y juvenil hispanoamericana. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La fabulosa</b> está en la calle Santa Ana del barrio La Latina, en
Madrid. Ana es autora, entre otros libros, de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia portátil de la literatura infantil</i> (Anaya, 2001), <strong><i><span style="background: white;">Leer y saber. Los
libros informativos para niños</span></i></strong><strong><span style="background: white;">, (Tarambana Libros, 2013)</span></strong> y de un blog que es un
referente para los escritores y promotores de literatura: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Anatarambana. Literatura infantil</b> (<a href="http://anatarambana.blogspot.com/">http://anatarambana.blogspot.com/</a>)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Aunque
se especializa en libros álbum y es una autoridad en la materia, Ana advierte
sobre el abuso de los libros que sólo tienen bellas imágenes y sostiene que hay
que volver a las narraciones, que los niños y jóvenes -que ya de por sí viven
en un mundo de imágenes- necesitan recuperar la palabra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4ksjK-byhJACbf_PWu05szg2Jmxi77OxlSqx789GLaBcnfuBgNV0JIe66RkcxgMLL2C5sWkyPZpi0TLKb3rfaus2HJAtiXP1kqj0jmbSoYosORJpDW1CRy-yRGjCy9b7gDUNjTQj47LkS/s1600/20190412_130331.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4ksjK-byhJACbf_PWu05szg2Jmxi77OxlSqx789GLaBcnfuBgNV0JIe66RkcxgMLL2C5sWkyPZpi0TLKb3rfaus2HJAtiXP1kqj0jmbSoYosORJpDW1CRy-yRGjCy9b7gDUNjTQj47LkS/s320/20190412_130331.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La fabulosa</b> no sólo ofrece
libros de Literatura Infantil y Juvenil, sino que organiza presentaciones de
autores e ilustradores, como la del viernes 12 de abril. Ese día, un ilustrador
chileno, Matías Prado, habló ante un público de ilustradores y diseñadores que
eran sus seguidores por las redes, sobre las decisiones estéticas que tuvo que asumir
al planear sus ilustraciones del libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De
cuento en cuento</i> (Amanuta, 2018).<u> </u>Se trata de un libro constituido
por fragmentos de cuentos populares acompañados de sus obsesivos hombrecitos,
que recorren cada una de las páginas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En
su blog, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Anatarambana,</b> Ana Garralón
desarrolla el tema del abuso del libro álbum por parte de editoriales y
mediadores de lectura. Hay una carencia enorme de lecturas- explica- para un
público que ya domina la lectura. Sólo se ofrece a los niños libros bien
ilustrados, pero los niños quieren leer mucho y sentirse identificados como
lectores. Y arriesga, que no es de extrañar que, con el abuso de los libros
ilustrados, muchos adultos leerán novelas juveniles porque no habrán superado
la etapa infantil de lectura y buscarán un libro “gordo y que se lea de un
tirón.”<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Escribir
sobre una librería porque antes se ha estado al frente de ese negocio fue lo
que impulsó a Penélope Fitzgerald a concebir, en 1978, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Thebookshopp</i> (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La librería</i>,
Impedimenta, 2010). La novela-que fue adaptada al cine por Isabel Coixet- fue
escrita en épocas muy duras para la autora inglesa, cuando debió trasladarse
con su familia a Southwold, un lejano pueblo costero de Inglaterra, y conseguir
un trabajo a tiempo parcial en una librería del lugar, Sol BayBooks.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Florence Green, la protagonista de su novela,
es una mujer valiente que decide abrir una librería con libros para acercar los
mundos de ficción a una comunidad cerrada y claustrofóbica que le pone
inconvenientes para desarrollar su negocio. Valiente porque mantiene su
decisión de abrir una librería en un lugar lleno de mezquindades y poco vuelo
intelectual, que no apreciaba su intento.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Penélope
Fitzgerald, escritora tardía, comenzó a los 61 años su carrera de escritora y
escribió ocho novelas antes de su muerte.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYP1O8eB255BYUa95BfUe4xupuithyG893VP2tER-xtpwSN3Fbog1Uo4my2E0dNyY2vmHwdNkksd_2wTrGxj1HXUWXtgqJlB0pj0qcab2oQS6MxLRZOrNjDOXDKoMcd0OwmYPA8Ev-dihn/s1600/20190413_100437.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYP1O8eB255BYUa95BfUe4xupuithyG893VP2tER-xtpwSN3Fbog1Uo4my2E0dNyY2vmHwdNkksd_2wTrGxj1HXUWXtgqJlB0pj0qcab2oQS6MxLRZOrNjDOXDKoMcd0OwmYPA8Ev-dihn/s320/20190413_100437.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Con el
mismo afán de demostrar que el lugar donde circulan los libros crea lazos y
acerca a la gente, la escritora Laura Riñón Sirena<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Libreros%20y%20escritores.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
abrió -en la calle Pelayo 60,del barrio de Chueca, en Madrid- la librería <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Amapolas en octubre</b>. Laura derriba las
fronteras entre realidad y ficción, dado que su librería se denomina como su
novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amapolas en octubre</i> (Espasa,
2016) y, como Carolina, la protagonista, rinde culto al libro que ha sido
fundante en su vida de lectora, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas,</i>de
Luisa MayAlcott. Uncoqueto rincón de la librería, con un sillón y una lámpara
que esparce una luz tenue, evoca las reuniones de la familia March compartiendo
historias en las noches de invierno, tal como lo sugiere una antigua
ilustración de la novela de Alcott.<u><o:p></o:p></u></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRaFinvdXOxtwcdWxzPiplaHC7HcOuTgMvqDOv03vkQ-Rh-CNDU4E98G9anEBVFmCGi3w0_yxvKqUndsEFZC6QNL5jidj8-GnwW1pRk74MdY4hvitVM7FAaBX5MWv7r-l7-gRsILSuqtDm/s1600/20190413_095101.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRaFinvdXOxtwcdWxzPiplaHC7HcOuTgMvqDOv03vkQ-Rh-CNDU4E98G9anEBVFmCGi3w0_yxvKqUndsEFZC6QNL5jidj8-GnwW1pRk74MdY4hvitVM7FAaBX5MWv7r-l7-gRsILSuqtDm/s320/20190413_095101.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Como
la autora sostiene, <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white;">Mujercitas</span></i><span style="background: white;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fue el libro que le dio la bienvenida al</span><br />
<span style="background: white;">mundo de la literatura, y la primera vez que
vivió una historia que no era la</span><br />
<span style="background: white;">suya</span>. Librera y escritora, quien lee su
novela y visita su librería pasa como Alicia a través del espejo y se pregunta
de qué lado de la frontera está. Paredes cubiertas con cuadros con fotos de los
escritores que Laura lee y admira;una frase que asalta al visitante desde la
blanquísima pared y que ha escapado de su novela-“Erase una vez una puerta cerrada,
una ventana abierta y una mujer valiente. Fin”- componen un espacio que no es
una librería clásica, sino -como su dueña lo pretende- un lugar de encuentro en
el que el centro de todo son los libros. <o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi70mw9ao8raZiBreA-hqXtBPg7FMctoHCWRIsrPZPab-zU_Rl7nchhcC90Qdk0ouzSg3dHLU7hw3sEnKi_YEK0a_XYYwjOG96IaUJHxNf4vdFaORxJn-lkg_OpF8ztw-dRq8ryT5ZMRlaC/s1600/20190413_095121.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi70mw9ao8raZiBreA-hqXtBPg7FMctoHCWRIsrPZPab-zU_Rl7nchhcC90Qdk0ouzSg3dHLU7hw3sEnKi_YEK0a_XYYwjOG96IaUJHxNf4vdFaORxJn-lkg_OpF8ztw-dRq8ryT5ZMRlaC/s640/20190413_095121.jpg" width="640" /></a></span></div>
<br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“Los libros nos eligen a nosotros -
reflexiona la autora en su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amapolas
en octubre</i>-, las obras esperan su turno hasta que estamos preparados para
hacerlas nuestras. Frases o párrafos que se quedan para siempre en los lectores
y personajes a los que damos vida, que habitan en nuestro interior y que
convertimos en confidentes espontáneos y en compañeros incondicionales.Las
novelas se escriben gracias a la vida de los escritores, todo lo relatado
resulta real. Y nada lo es. El lector decide, porque es él el que terminará de
escribir la historia”.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlOeAmChFJGBDPRXWlcywAW_dkii-qlQAmhliaJmYWl2R7Rztf9u80WAgXhQlL4lRBfyYUN8P56BrNbI8mUMwP7ZUDTbB-_v04Ng6Fh9nluN2aTwNdaQtA1X_BJ0GtKFn3ZhGDudk9H3k6/s1600/20190430_124152.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlOeAmChFJGBDPRXWlcywAW_dkii-qlQAmhliaJmYWl2R7Rztf9u80WAgXhQlL4lRBfyYUN8P56BrNbI8mUMwP7ZUDTbB-_v04Ng6Fh9nluN2aTwNdaQtA1X_BJ0GtKFn3ZhGDudk9H3k6/s320/20190430_124152.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero hay que llegar a Vic, un
municipio español <span style="background: white;">de la provincia de Barcelona,
para encontrar <u>-</u>en Carrer de la Fusina 17- una librería dedicada a la
literatura infantil. Su propietario es<u> </u>un escritor uruguayo, Germán
Machado<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Libreros%20y%20escritores.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="background: white; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La ciudad, que tiene
un templo romano, una plaza del mercado cuyos pórticos datan de los siglos XII
y XIII, y es famosa por el salchichón, ha sido el lugar que Germán Machado
encontró para llegar, instalarse y seguir escribiendo sus cuentos para niños,
sus poemas y su literatura para adultos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="background: white;">El PetitTresor</span></b><span style="background: white;"> es una librería especializada en literatura infantil y
concebida como lugar de encuentro para autores, docentes, mediadores de lectura
y -desde luego- niños y niñas.<o:p></o:p></span></span></div>
<h3 style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="background: white; font-weight: normal;">En su más reciente libro álbum, ilustrado
por Anna Aparicio </span><span style="background: white; font-weight: normal;">Català, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; font-weight: normal;">Amaryllis</span></i><span style="background: white; font-weight: normal;">, Germán Machado
narra, acaso en clave autobiográfica, la historia de una flor que decide
abandonar su soledad y su encierro y salir al camino para conocer a otros seres
con quien compartir experiencias y aprender nuevas historias. Es un relato de
camino, cuyo texto breve y poético es acompañado por las ilustraciones
sugestivas y ambiguas en las que el mundo vegetal acecha y se distiende según
las etapas que Amaryllis transita en su largo camino hasta llegar a “un lugar
como regazo de esperanzas. Un lugar como un jardín contra la soledad”.<o:p></o:p></span></span></h3>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrRlLIkuo-zy0LH6YklHapcDtknKZe_ozsl6T8wh_hsYB__OfNCMqviBsFuLcGeJXF58b3nDG29qzdPMvDvL6j21sTmxRfkwCWfb5W2jZZHklj5ddOx7jSz_g3KVi89EnHwyhxuPvi-S31/s1600/20190430_121717.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrRlLIkuo-zy0LH6YklHapcDtknKZe_ozsl6T8wh_hsYB__OfNCMqviBsFuLcGeJXF58b3nDG29qzdPMvDvL6j21sTmxRfkwCWfb5W2jZZHklj5ddOx7jSz_g3KVi89EnHwyhxuPvi-S31/s640/20190430_121717.jpg" width="640" /></span></a></div>
<div>
<span style="background: white; font-weight: normal;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Dice Germán-mientras toma mate y saluda a un amigo en catalán
que irrumpe en su librería- que ser librero conlleva un baño de humildad para
un escritor, que estando detrás del mostrador se entiende mejor qué difícil es,
para un libro, llegar a manos de un lector y qué milagro cuando esto sucede.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">George Orwell, el autor de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">1984</i>, escribe -en sus recuerdos del tiempo en que era un librero-:
“Durante su largo turno de trabajo, debe encargar raros ensayos que nadie
vendrá a recoger, rechazar kilos de novelas que un señor con olor a rancio le
intenta vender, o encontrar un libro —del que no sabe ni el título ni el autor—
que una adorable viejecita leyó hace cuarenta años. “<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrtgFxFz5__jwrzSaYeim4XQQXTLhPiLf-Iob02zC9x7jkGN7BPpjwuFeXc2Rk7-VyGoFo-_PmgubfClaYHd0JEpdGduZHTCG6fdnE7llS2aPpgAjZlricvIkDWO79X0ndoPJsjCfnv_dG/s1600/20190430_122415.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrtgFxFz5__jwrzSaYeim4XQQXTLhPiLf-Iob02zC9x7jkGN7BPpjwuFeXc2Rk7-VyGoFo-_PmgubfClaYHd0JEpdGduZHTCG6fdnE7llS2aPpgAjZlricvIkDWO79X0ndoPJsjCfnv_dG/s320/20190430_122415.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Germán Machado, en cambio, relata a sus lectores de Facebook
algunas cuestiones del oficio. Dice que la gente cree que un librero se la pasa
leyendo, pero son muchas otras tareas las que debe realizar, como romperse las
pestañas interpretando planos para montar los expositores que envían las
editoriales, desembalar libros y demás. Germán da cuenta, cada tanto, a sus
lectores de este costado menos glamoroso de la actividad. No obstante, es
evidente que hay algo más –para estos escritores devenidos en vendedores de
libros- que los hace persistir.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Seguramente vender libros no es uno de los negocios más
rentables, pero por algo estos escritores, lectores incorregibles, han pensado
sus librerías por amor a la lectura, para que la gente y los libros se encuentren
en ese viaje a la vuelta de las páginas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Libreros%20y%20escritores.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt; line-height: 115%;">Ana
Garralón e<span style="background: white;">s escritora, traductora, librera y una
autoridad en el libro informativo (hace unos años publicó <strong><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Leer ysaber. Los libros informativos
para niños, </span></i></strong><strong><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-bidi-font-style: italic;">Tarambana Libros, 2013</span></strong><em><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">)</span></em>, pero también es un
referente <u>si se quiere</u>para descubrir un libro álbum de ficción bien
construido o algún proyecto de edición inusual. Sus textos tienen una dimensión
histórica y social poco común en el medio.<u>(</u>Con una beca de la Biblioteca
Internacional de Munich, Ana Garralón realizó la concienzuda investigación que
sustenta su libro <em><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Historia
portátil de la literatura infantil, (Anaya, 2001)</span></em>, escrito en un
tono crítico y libre con el que desata discusiones, provoca curiosidad y gana
seguidores.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Libreros%20y%20escritores.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES-AR;">Laura Riñón Sirena, escritora española, h</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt; mso-bidi-font-style: italic;">a publicado
el libro de relatos <i>Dueño de tu destino</i> y las novelas <i>Todo lo que
fuimos</i> y <i>Amapolas en octubre</i>.Este último ha sido traducidoal
italiano y al búlgaro<u>. </u>Colabora en diversos medios, escritos o
radiofónicos.</span><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"> </span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Libreros%20y%20escritores.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Germán Machado nació <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en Montevideo, Uruguay, en 1966, y reside en
Vic, Barcelona, donde creó la librería <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El PetitTresor</b>, Germán Machado es un autor que escribe tanto para
adultos como para niños y adolescentes. En el año 2009 creó el blog </span><a href="https://machadolens.wordpress.com/"><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Garabatos y Ringorrangos</span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 8.0pt;">Entre los
títulos de narrativa y poesía que Germán Machado ha publicado para los lectores
más jóvenes se encuentran <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">¡Baja
de esa nube!</span></em> (Ekaré), <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Salir
a caminar</span></em> (A buen paso), <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Suerte de colibrí</span></em> (Edelvives), <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Breve historia de una pompa de
jabón</span></em>(SavannaBooks), <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">El
señor Dino Hache y el canario dorado</span></em> (Amargord), <i>TamanduáKiller </i>(Fin
de Siglo) y <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Ver
llover</span></em>, <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">La
Escuela de Gatos de la Señorita Cara Carmina</span></em> y <em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">La jaula</span></em> (Calibroscopio).
Este último libro ha<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sido ilustrado por
Cecilia Varela y fue uno de los ganadores del Premio Fundación Cuatrogatos 2019.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
</div>
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-7655756672127138552019-04-09T04:32:00.000-07:002019-04-09T04:32:11.531-07:00Niños y jaulas<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Por María Cristina Alonso<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpzB2qcRYKX2yxY_De7j8vkA8BZIk9HHjl4Sa2ZjsH4VZxI1ZLQz7kaJfwXe_755MljwMcmW8Y-4kPAc3hPVlGm6QNsEu3jSReMB5Nqoi_MpICBGAvjOSPVPcxIMjNgW9g5-3aBC5iZEUb/s1600/jaula.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="249" data-original-width="202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpzB2qcRYKX2yxY_De7j8vkA8BZIk9HHjl4Sa2ZjsH4VZxI1ZLQz7kaJfwXe_755MljwMcmW8Y-4kPAc3hPVlGm6QNsEu3jSReMB5Nqoi_MpICBGAvjOSPVPcxIMjNgW9g5-3aBC5iZEUb/s1600/jaula.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Lo bueno de los libros es que nos llevan de unos a
otros y, en ese viaje, resignificamos ideas y revisamos páginas leídas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Eso ocurre al leer el libro álbum cuya historia
escribió Germán Machado<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Sobre%20ni%C3%B1os%20y%20jaulas.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> e
ilustró Cecilia Varela<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Sobre%20ni%C3%B1os%20y%20jaulas.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
Se titula <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La jaula</b> (Calibroscopio,
2018) y recibió el Premio Fundación Cuatro Gatos. La Fundación otorga este
premio a los 20 mejores libros, a los que recomienda por sus valores literarios
y plásticos.<u><o:p></o:p></u></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">La jaula </span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">narra un episodio en la vida de un niño llamado Nil.
Un episodio de esos que dejan huella. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Todo empieza con una jaula hallada en el cuarto de los
trastos y, como dice la voz narradora, “el que tiene una jaula siempre
encuentra un animal para encerrar dentro de ella”. Nil entonces exige, porque
así aparece representado en el dibujo y en los diálogos, un hámster a sus
padres. La madre y el padre son, en esta historia, políticamente correctos.
Manifiestan su desagrado por los animales enjaulados, y desgranan razones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">El niño se pone caprichoso como cualquier niño e
insiste, promete cuidarlo y acude a todos los argumentos que suelen esgrimir
quienes quieren que sus deseos sean satisfechos al instante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">El abuelo aparece con el hámster deseado que quedará
encerrado en la jaula hasta su inevitable final.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Lejos de ser complaciente, el autor nos deja entrever
a un niño enojado, caprichoso, intolerante y la tipografía de los diálogos con
sus grandes mayúsculas subrayan la firmeza del pedido del pequeño. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">La realidad, no obstante, siempre nos deja a la
intemperie y nos da las primeras lecciones, como ocurre en este cuento. Nil
termina reflexionando sobre su error y se desprende de la jaula, emblema de la
opresión y la falta de libertad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQyV26utRgbxtO0ge_7GQuWbJit0uKxtjGWd1_q2LQFM932m1pgF76y9wrUFdxfbcuUucvE-7-G33FkuEAzkfUTUrWwTvCcKanN7absJDb6l-hQ8jxDZfi1T992IsQWlcGC_jIEIklZ-LD/s1600/volviendo-kafka-L-O0v2d9.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQyV26utRgbxtO0ge_7GQuWbJit0uKxtjGWd1_q2LQFM932m1pgF76y9wrUFdxfbcuUucvE-7-G33FkuEAzkfUTUrWwTvCcKanN7absJDb6l-hQ8jxDZfi1T992IsQWlcGC_jIEIklZ-LD/s1600/volviendo-kafka-L-O0v2d9.jpeg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">En uno de los aforismos escritos en un cuaderno con
tapas de hule, Franz Kafka dice: “Una jaula salió en busca de un pájaro”. La
jaula en el cuarto de Nil, acecha, desde el principio, al pájaro, en este caso
al hámster, hasta que lo consigue. En el aforismo kafkiano aparecen dos conceptos
que no sobreviven uno sin el otro. La jaula no es una jaula sin algo que
contener en ella. Pero Kafka estaba hablando del futuro, como muchas veces en
su obra, cuando toda Europa se convertirá en una enorme jaula llena de campos
de exterminio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">El mismo Jaques Prevert, en su poema “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Para hacer un retrato de un pájaro</i>”,
pide pintar primero una jaula con la puerta abierta y luego algo bonito y útil
para el pájaro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR;">Inevitablemente, este cuento nos lleva de viaje a la
novela de Haroldo Conti, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Alrededor de la
jaula</b>. Novela de iniciación que narra la historia de otro chico, Milo, y de
su cuidador, Silvestre, un anciano al que ama y con el que maneja </span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">los
juegos mecánicos instalados en la costanera de Buenos Aires, frente al
balneario municipal. Todas las semanas van al zoológico para visitar a los
animales en cautiverio. Se hacen amigos de una mangosta que los mira desde una
jaula demasiado pequeña. El viejo Silvestre reflexiona mientras ve al chico
acercarse a la jaula: “La mangosta parecía más resignada a su suerte. Había
encontrado a un compañero de encierro. Porque la verdad es ésa. La jaula podía
ser bastante más grande, pero de cualquier manera uno se daba contra los
barrotes.”<span style="background: white;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCSbcTVqlx2UrhyphenhyphenaGzYoBpgQAQhetf-eHEPtZzBxtWEVhANazTP40PRiO-VPBFT_TCQXsj2FbQP7Pv-QbaINUCNUvlVlmRRXzW-dq6ZhsEPTPbwgwK8dRHoMrRgtN9AwudmLYnQpbKKKR_/s1600/conti.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1006" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCSbcTVqlx2UrhyphenhyphenaGzYoBpgQAQhetf-eHEPtZzBxtWEVhANazTP40PRiO-VPBFT_TCQXsj2FbQP7Pv-QbaINUCNUvlVlmRRXzW-dq6ZhsEPTPbwgwK8dRHoMrRgtN9AwudmLYnQpbKKKR_/s320/conti.jpg" width="214" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Tras la muerte de Silvestre, Milo se rebela contra la
injusticia, roba a la mangosta y es detenido por la policía. La rebeldía
individual contra el sistema, parece decirnos Conti, no conduce a ninguna
parte. No obstante, Milo, en esta historia de pérdida de la infancia, puede
sostener la mirada para enfrentar su futuro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Como en el cuento de Machado ilustrado por Varela, aquí
también aparece la jaula como símbolo del encierro, que señala lo vulnerable
que es la libertad de los seres vivos y cuán fácil es caer en la trampa de los
barrotes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc_8pmXyFLq7OucP3_di4i93wtw8g3RN2yOstLOiIcsH5TnQTvvzWQqP1is-7nu5NrBZGA4KeqHrPHWOBrbud1XfSJT2D2YMNWKkZ4js8AbT2mXVx5cql_YyKY-X9_gH7PEhMZbcQRwNRA/s1600/german.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="212" data-original-width="202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc_8pmXyFLq7OucP3_di4i93wtw8g3RN2yOstLOiIcsH5TnQTvvzWQqP1is-7nu5NrBZGA4KeqHrPHWOBrbud1XfSJT2D2YMNWKkZ4js8AbT2mXVx5cql_YyKY-X9_gH7PEhMZbcQRwNRA/s1600/german.png" /></a><span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Es que estar en la jaula, como nos dice Alejandra Pizarnik,
es también morir un poco. Escribe en un poema </span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“los pájaros dibujaban en mis ojos /
pequeñas jaulas” y, en otro: <span style="background: white;">“la jaula se ha
vuelto pájaro. Qué haré con el miedo.”</span> (Pizarnik, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Poesía completa</b>) <span style="background: white;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En el cuento de Germán
Machado, Nil reflexiona sobre su empeño cuando se enfrenta con la muerte. La
muerte de mascotas suele ser el primer encuentro de un niño con el propio
destino. Hay un poema de Roberto Themis Speroni que cuenta este primer
acercamiento del niño a la muerte. Se trata de “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Soneto a la paloma que maté de niño</i>”. Un niño mata a un pájaro y el
recuerdo de su último estertor persigue al poeta: “</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Todavía
conservo entre las manos/ el pequeño temblor de tu agonía…” y, sobre el final,
en el último terceto, nos cuenta de ese íntimo y singular momento en el que
sentimos que la infancia se nos escapa porque la muerte nos ha rozado con su
ala:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">“La
infancia se me fue con el asombro:</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">por eso,
cuando en pájaros te nombro</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">tu corazón
regresa con el mío.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como la
mayoría de los libros álbum, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La jaula</b>
es un texto inquietante y disruptivo<i style="mso-bidi-font-style: normal;">, </i></span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">que no escapa a los
temas difíciles. ¿Es la muerte un tema para un libro infantil? <span style="background: white;">Fanuel Hanán Díaz (2015) sostiene -en su ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Variaciones sobre el tratamiento del tema de
la muerte en la literatura infantil</i>-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">:</i>
“La muerte ha sido en la literatura infantil la gran ausente, la eludida, la
disfrazada. Es difícil encontrar textos que aborden con naturalidad esa
problemática. Detrás de ese fenómeno se esconde la sombra de una actitud
sobreprotectora hacia la infancia, un celo de adulto que todavía no ha
solventado su propio enfrentamiento con esta experiencia.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Como todo buen libro, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La
jaula</b>, de Germán Machado, ilustrado por Cecilia Varela, nos ha llevado de
viaje hacia otros textos, hacia autores que arman ese gran diálogo que es la
biblioteca del mundo.<o:p></o:p></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Sobre%20ni%C3%B1os%20y%20jaulas.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="color: black; font-family: "Georgia","serif";">Germán Machado (Montevideo,
Uruguay, 1966), es escritor, gestor cultural y librero especializado en libros
para niños y jóvenes en “El PetitTresor”. Ha publicado libros de poesía y de
narrativa en Uruguay, Argentina, Brasil, México y España. Actualmente está
radicado en Vic, Cataluña. Ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y
libros álbum. Obtuvo premios en Uruguay y en Argentina, por ejemplo, con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Ver llover</b> obtuvo el premio de poesía
de los Destacados de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de
Argentina (sección IBBY - Argentina) en 2010. Entre otras muchas actividades
relacionadas con la Literatura Infantil y Juvenil, ha conducido talleres y ha
dado conferencias sobre distintas temáticas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Sobre%20ni%C3%B1os%20y%20jaulas.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Georgia","serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "Georgia","serif";"> </span><span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Ilustradora y profesora de dibujo y pintura.
Estudió en la ENBAPP en la ciudad de Buenos Aires (actual Instituto
Universitario Nacional de Arte). Residió en la Ciudad de México durante cerca
de una década, donde recibió el primer lugar del Catálogo de Ilustradores de
Conaculta (2007). Su trabajo ha sido publicado en medios y editoriales de
México, Argentina, Chile, Brasil, Canadá y España. Ha participado en
exposiciones en Italia: 29 Le immagini della fantasia, L’incanto del Teatrio, y
Il Colori del Sacro. Actualmente vive en Argentina, en la provincia de Córdoba<span style="background: #F3ECE2; color: #777777;">.</span></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Georgia","serif"; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-83360245558610256502019-03-09T09:48:00.002-08:002019-03-12T05:11:22.597-07:00Revistas infantiles argentinas: entre la escuela y la casaNota extraída de la página Premio Nacional y Latinoamericano de LIJ La Hormiguita viajera, Biblioteca Virrey del Pino, La Matanza.<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">Por María Cristina Alonso</span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; font-size: 11.5pt; line-height: 115%;">1.</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR">Quién es quién en la esquina de tu casa</span></b><span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCKOPhp6tqiKz1QMRfqs51DVO5XdvMT8JLgG2eppLb0m1eiikDK5uQfBiMwj0c0Ti7hy1nS8t5uhZpL0NYVtjW7lAjZlX71rOR_A2Y49mwei1mTLYsX9Hcg8Ie3YobSihFLMbQA0O-XJWC/s1600/descarga+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="254" data-original-width="198" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCKOPhp6tqiKz1QMRfqs51DVO5XdvMT8JLgG2eppLb0m1eiikDK5uQfBiMwj0c0Ti7hy1nS8t5uhZpL0NYVtjW7lAjZlX71rOR_A2Y49mwei1mTLYsX9Hcg8Ie3YobSihFLMbQA0O-XJWC/s320/descarga+%25281%2529.jpg" width="249" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Los
recientes despidos en la Editorial Atlántida pronostican el fin de una de las
revistas para niños con más historia de la Argentina: “Billiken”. Su sola
mención evoca la infancia de muchas generaciones porque esta revista, que salió
a la venta en 1919 dirigida por Constancio C Vigil, interpeló durante un siglo
a los niños y niñas que buscaban en esta publicación no sólo entretenimiento,
sino también una herramienta para las tareas escolares.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Pensar las
revistas infantiles que se fueron sucediendo a lo largo del siglo XX y que muy
pocas sobrevivieron a la tecnología en las puertas del siglo XXI, es pensar en
cuál es la representación de la infancia que una sociedad tiene y plasma en las
publicaciones destinadas a ese sector.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Sin lugar a dudas, todas las que vamos a mencionar
tienen un carácter instrumental, promocionan en sus páginas materiales para la
escuela, pero también incluyen cuentos, historietas y leyendas de autores
argentinos y universales creando un espacio de formación del niño lector.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Si bien no fue la primera revista destinada a los
niños, ya que hubo un intento previo de Constancio C. Vigil -fundador de la
Editorial Atlántida- con la creación “Pulgarcito y Germinal”, es “Billiken”,
nacida el </span><span style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">17 de noviembre de 1919,</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"> la que estuvo destinada a permanecer en el mercado y
a dejar una huella en el recuerdo de tantos lectores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Muchos factores contribuyeron a su dilatada
trayectoria: la aparición semanal tan esperada, los recortables, las figuritas
de próceres que terminaban pegadas en los cuadernos escolares, los paisajes
estereotipados de un país que siempre tenía un sol naciente y banderas que
flameaban con el aire de la patria, las batallas que congelaban la imagen de
aguerridos soldados, la casita de Tucumán y el Cabildo… Todo conformando la
arquitectura ideal de un pasado que siempre se contaba desde la ideología del
poder dominante. Al respecto, </span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Paula Guitelman, en su libro “La
infancia en dictadura” (Prometeo, 2006) señala que “Durante la dictadura,
¨Billiken` –en tanto medio de entretenimiento y de educación al mismo tiempo–
actuó en sintonía y complementariedad con otras instituciones de formación como
son la familia y la escuela”. Y analiza cómo la revista presenta una versión
purificadora de la historia, reinventada y vinculada al objetivo de
disciplinamiento de la sociedad que se proponía la dictadura.” Entre los muchos
ejemplos que propone la autora sobre las secciones de “Billiken” en el período
estudiado, están las notas tituladas “Quién es quién en la esquina de tu casa”,
que “remite al orden, la localización y la importancia que se da a la
identificación de objetos y sujetos diferentes para luego segregarlos”, <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyMYJUvzqDeaH2BRL9Kg_9bafX23PtXQ8JadDSyi5ISrbZ8LzSkcWkOVCAFVHlJvgb8bbLC2NyK0vYDjHpW9eDHaufCaTgs0i4vJV1Mnw-EzIK19N9fw8RrlzXCsEEEqjBKxifklwJtXVR/s1600/3991f3f12f374342924ceb3aaf9892da--tapas-lino.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="324" data-original-width="236" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyMYJUvzqDeaH2BRL9Kg_9bafX23PtXQ8JadDSyi5ISrbZ8LzSkcWkOVCAFVHlJvgb8bbLC2NyK0vYDjHpW9eDHaufCaTgs0i4vJV1Mnw-EzIK19N9fw8RrlzXCsEEEqjBKxifklwJtXVR/s320/3991f3f12f374342924ceb3aaf9892da--tapas-lino.jpg" width="232" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYB3QZXGydj34FlryhpTdLdPqLBwNnPindYdR5aJPL3TwTISoosJxzk9m0mkEYxayjaT-CVt-0_jBsa3UnFiriHUNgeO247FSbLktngDi_ytd4ck-_LX-wExynWp5KJQYH45JiYaovsFUu/s1600/83f3df6379554143020699cf692f425e--lino-magazine-covers.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="464" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYB3QZXGydj34FlryhpTdLdPqLBwNnPindYdR5aJPL3TwTISoosJxzk9m0mkEYxayjaT-CVt-0_jBsa3UnFiriHUNgeO247FSbLktngDi_ytd4ck-_LX-wExynWp5KJQYH45JiYaovsFUu/s320/83f3df6379554143020699cf692f425e--lino-magazine-covers.jpg" width="232" /></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Pero ¿quiénes eran esos
niños que poblaban las páginas del “Billiken” y a quién estaba dirigida la
publicación? se pregunta Paula Bontempo en su ensayo “Los niños de ´Billiken´. <span class="fontstyle01"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; line-height: 115%;">Las infancias en
Buenos Aires en las primeras décadas de siglo XX”. </span></span><a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20en%20marcha/Revistas%20infantiles/Revistas%20infantiles%20entre%20la%20escuela%20y%20la%20casa.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; line-height: 115%;"> Para la autora, el
éxito de la revista residió en la heterogeneidad de intereses y matices de la
infancia que intentó construir: niños escolares pulcros, de guardapolvos
almidonados, y chicos que se escapaban de la casa para jugar en el potrero, que
soñaban con juguetes y comían golosinas. Claro que siempre niños que iban a la
escuela, es decir aquellos que se diferenciaban de los menores, que eran los
niños pobres, abandonados, marginales que transitaban el circuito
calle-instituto.</span></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-weight: normal; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="fontstyle01"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">La escolarización fue un fenómeno constitutivo
de la sociedad y de la cultura moderna, y el </span></span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Estado
-en un intento de regular y ajustar la infancia a las normas- recurrió, por un
lado, a la obligatoriedad escolar, y por el otro, al encierro de los menores en
asilos e instituciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">El inspirador de “Billiken”, Constancio C. Vigil,
autor de cuentos populares como El momo relojero, La hormiguita viajera, Misia
Pepa, tenía una postura pacifista que se fundaba en la regeneración moral a
través del amor al prójimo, a la naturaleza y a los animales. De esta manera,
en los cuentos y narraciones que aparecían en la publicación, encontramos dos
tipos de niños: el pobre y el benefactor. El niño pobre era frecuentemente
huérfano, no tenía casa, estaba forzado a trabajar, y el niño benefactor acudía
en su ayuda cambiando la vida del niño pobre. Claro que no existían -en estas
páginas- la lucha de clases y la injusticia social, pero sí injusticias
puntuales que la bondad de las personas podía enmendar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Si “Billiken” es una revista hija de la ley de
Educación 1420 (que promulga la obligatoriedad de la educación primaria)
aparecida en el marco de una política cultural que incorpora a los hijos de
inmigrantes al sistema educativo, “Anteojito”, nacida en 1964, </span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">llega
al mercado y se dirige a un niño lector que conoce la primera imagen televisiva
en blanco y negro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">2<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">. Caótica, alucinada, decididamente psicótica</b></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghE9xMvlLYm1g7uwmF9xcpw2mNyLbO7J0IZxrta87ageZ0vAHeAp9as0OwkWHyPJOkU6h_8LQBLAxdJe02GTfmR6ypjxi1E-MYYSQFzqD-wbsZ6VLE5GlKGhqse1d_zIKhM9GZGQwPYPvB/s1600/revista-anteojito-y-trapito-nro-1473-solo-las-revistas--D_NQ_NP_776474-MLA26984374556_032018-F.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="913" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghE9xMvlLYm1g7uwmF9xcpw2mNyLbO7J0IZxrta87ageZ0vAHeAp9as0OwkWHyPJOkU6h_8LQBLAxdJe02GTfmR6ypjxi1E-MYYSQFzqD-wbsZ6VLE5GlKGhqse1d_zIKhM9GZGQwPYPvB/s320/revista-anteojito-y-trapito-nro-1473-solo-las-revistas--D_NQ_NP_776474-MLA26984374556_032018-F.jpg" width="243" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 267.75pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">“</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Anteojito” se diferencia de “Billiken”
porque hace referencia, desde el comienzo, al lenguaje televisivo tanto en su
gráfica en las publicidades como en las secciones. Pertenece a Manuel García
Ferré Producciones,que relaciona todos los aspectos de la industria cultural
del momento: revista, discos, programa de televisión, revista de historietas y
dibujos animados en televisión. En su tapa siempre está Anteojito, un niño con
unas gafas descomunales, un niño personaje que emplea un discurso pedagógico
por ser un alumno destacado, que propone una relación directa con el niño
lector de la revista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 267.75pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Además
de los temas escolares presentes en este tipo de revistas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Anteojito” dio cabida a grandes ilustradores
como </span><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Luis_Salinas" title="José Luis Salinas"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%; text-decoration: none;">José Luis Salinas</span></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">, </span><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Arancio" title="Juan Arancio"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%; text-decoration: none;">Juan Arancio</span></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">, </span><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Roume" title="Carlos Roume"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%; text-decoration: none;">Carlos Roume</span></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"> y </span><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Oswal" title="Oswal"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%; text-decoration: none;">Oswal</span></a><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">,
Jorge de los Ríos, Hugo Casaglia, entre otros.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Luego
de permanecer en los kioscos del país y países limítrofes durante 37 años, la
revista dejó de publicarse como consecuencia de la crisis del 2001. Habían
aparecido en total 1925 números y su última edición fue el 28 de diciembre del
2001.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">A
“Anteojito” se la llevó la crisis del 2001, como a “Billiken” se la está
llevando la crisis que atraviesa la Argentina con las políticas neoliberales de
Macri en 2019.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Rodrigo Fresán, en un
artículo publicado a partir de la noticia de la desaparición de “Anteojito”,
define de este modo a las dos revistas infantiles argentinas más conocidas: “A
mi modesto entender, ´Anteojito´ y ´Billiken´ tendrían que desaparecer juntas
porque son dos caras de una misma moneda. Durante mi lejana infancia, la de
Constancio C. Vigil era prolija, burguesa, bastante desabrida, perfecto
material de lectura para chicos que querían ser los mejores alumnos y su parte
más lúdica buscaba emparentarse con la estética progre-aristocrática de María
Elena Walsh. La de García Ferré (quien paradójicamente le debe su último gran
éxito a la walshiana Tortuga Manuelita) era caótica, alucinada, decididamente
psicótica, dedicando páginas al Día de la Bandera entre visiones del planeta
Marte o instrucciones para construir alguna ideíta de Leonardo Da Vinci. Los
lectores de ´Billiken´ calzaban Adidas y empuñaban lapiceras Parker, los de
´Anteojito´ metían sus quesos adentro de zapatillas Flecha y mordían plumas Scheaffer.”
(“</span><a href="https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/6-54-2002-01-13.html"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%; text-decoration: none;">Por el camino de
´Anteojito</span></a><span class="MsoHyperlink"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%; text-decoration: none;">´”</span></span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">, Página /12,domingo, 13 de
enero de <span style="text-transform: uppercase;">2002).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">Aquella crisis desbastadora
fagocitó a personajes entrañables que habitaban las páginas de la revista
“Anteojito”, entre otros, el niño espantapájaros Trapito, el superhéroe
Hijitus, la Bruja Cachavacha, el pollo sheriff Pío Pío, el chico científico
Calculín.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">3. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La advertencia de <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Nyoka, la
muchacha de la jungla</span></b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg4WZQpLC6s1UYCkj7Vsh3lxFgF3-QX-XwjO8tXfwmd1xmnhKEeAbF_31xvfWA8u30ieFc4-47_wuW7AeVTduysOUIBlhFQo3Uv4a9f38bRkT3qBHUHD35Db_56ZY9zdY8BbeVpdna9btc/s1600/revista-mundo-infantil-julio-de-1951-D_NQ_NP_892522-MLA26271440211_112017-F.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="864" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg4WZQpLC6s1UYCkj7Vsh3lxFgF3-QX-XwjO8tXfwmd1xmnhKEeAbF_31xvfWA8u30ieFc4-47_wuW7AeVTduysOUIBlhFQo3Uv4a9f38bRkT3qBHUHD35Db_56ZY9zdY8BbeVpdna9btc/s320/revista-mundo-infantil-julio-de-1951-D_NQ_NP_892522-MLA26271440211_112017-F.jpg" width="230" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">El peronismo tuvo su propia
publicación destinada a los niños, fue “Mundo infantil”, que comenzó a
publicar, en 1949, la editorial de Haynes de Carlos Aloé, dirigida por Oscar
Rubio. Su tirada era semanal y salió entre los años 1949 y 1952.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">“Mundo
Infantil” transmitía un mensaje político e ideológico que intentaba apuntalar
el proyecto nacional y popular que se sustentaba en las “Veinte verdades
peronistas”, entre las cuales estaba la de que “en la nueva Argentina los
únicos privilegiados son los niños”.</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> Si en la segunda década del siglo XX aparece la idea de que la infancia
debe ser considerada como un período autónomo de la vida adulta y que el niño
es sujeto de derechos, durante el peronismo se constituye al niño como sujeto
ciudadano.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">No
obstante, la revista -que contenía materiales escolares, cuentos, gran cantidad
de páginas dedicados a las obras de la Fundación Eva Perón y a los Torneos
Infantiles Evita, otras con contenidos acordes a cada grado y láminas y
maquetas para armar, con motivos patrios- no escapaba a los estereotipos de
género propios de la época.<o:p></o:p></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJL0tzUKHTaOpaJBtnlk9ooho3TSp_OK9HKmy99gH7-n5MMu2Lzp4DE1SlUKAHwBQg7Fvc-3IXCIVFiiHDQNJVY9-m-2TmMVVskjKCq-KkBDGJ7rjXZ3BU61qTGzIjqQC61pgJTnK1WBgv/s1600/s-l300.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJL0tzUKHTaOpaJBtnlk9ooho3TSp_OK9HKmy99gH7-n5MMu2Lzp4DE1SlUKAHwBQg7Fvc-3IXCIVFiiHDQNJVY9-m-2TmMVVskjKCq-KkBDGJ7rjXZ3BU61qTGzIjqQC61pgJTnK1WBgv/s1600/s-l300.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><br /></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="background: #FCFCFC; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">El peronismo había propiciado cierto
empoderamiento de la mujer y -durante el segundo gobierno- se había conquistado
el acceso al voto femenino; sin embargo, en las páginas de la revista se
repiten muchos de los estereotipos de infancia y de género. María Eugenia
Bordagaray y Anabela Gonza, en su ensayo “</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Mundo Infantil y la socialización de género
en la infancia del primer</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">
peronismo </span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">(1950-1952)”<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20en%20marcha/Revistas%20infantiles/Revistas%20infantiles%20entre%20la%20escuela%20y%20la%20casa.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, sostienen que, por
momentos, la revista parece dirigida sólo a los varones. Mientras que a las
niñas se destinan secciones donde se habla de modas y de labores, los niños se
divierten y arman aviones y barcos de madera balsa o leen artículos destinados
sólo a ellos -sobre todo en la promoción de carreras técnicas</span><span class="MsoHyperlink"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; text-decoration: none;">, como </span></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">un medio para
promover las escuelas técnicas, de reciente creación-.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="background: #FCFCFC; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Las niñas debían
evitar el ocio, ayudar a la madr</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">e en las tareas domésticas, hacer las tareas
escolares y no molestar al padre cuando regresaba cansado del trabajo. No
obstante, desde las páginas de “Mundo infantil”, Nyoka, la muchacha de la jungla, creación de </span><span style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif;">Edgar Rice Burroughs,
el de Tarzán,</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> desparramaba trompadas y hacía guiños a las
“lectorcitas” avisando que había un territorio de luchas que todavía no se
habían dado y que las tendrían como protagonistas.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbG7pRa5xQF7Jr61WmMDesALhUFiC-ZsB46JIX1_H2dfY7absbWAyw1FbkJ35GWJd1F2BJy_TOx60Vy1OJrvW1Pxi3i-ZT98nq6EpAFAgrAfhX3s8amDSd-hrepL56JH7WzsL4R8RqxTeR/s1600/20831685.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtkqaYcV1lcNsNDTENxTEDO34pL3FLfL0CG-g_FRNC4Rkbds7BVBVU5J6tMMNgHhWe9gaW9aUTSjJh_IKNSuLIF8t6kBcJiMdjVJkh2QyphjC9MaazG1yvUlrCSkF1a7nkosdVsDjYK7rB/s1600/pepincascaron7.jpg" imageanchor="1" style="background-color: transparent; clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="644" data-original-width="450" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtkqaYcV1lcNsNDTENxTEDO34pL3FLfL0CG-g_FRNC4Rkbds7BVBVU5J6tMMNgHhWe9gaW9aUTSjJh_IKNSuLIF8t6kBcJiMdjVJkh2QyphjC9MaazG1yvUlrCSkF1a7nkosdVsDjYK7rB/s200/pepincascaron7.jpg" width="139" /></a><img border="0" data-original-height="509" data-original-width="358" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbG7pRa5xQF7Jr61WmMDesALhUFiC-ZsB46JIX1_H2dfY7absbWAyw1FbkJ35GWJd1F2BJy_TOx60Vy1OJrvW1Pxi3i-ZT98nq6EpAFAgrAfhX3s8amDSd-hrepL56JH7WzsL4R8RqxTeR/s200/20831685.jpg" width="140" /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Otras revistas
infantiles menos longevas alimentaron esa doble funcionalidad que las constituía:
ayuda escolar y a la vez fuente de lecturas recreativas, actividades manuales y
consejos útiles. “Selecciones escolares”, de la editorial Codex (1959-1964),
que se presentaba en un formato pequeño y atractivo y se autoproclamaba </span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">como “Revista mensual de divulgación
y actualidades para la juventud”; “Pepín Cascarón” –solo dieciséis ejemplares
publicados a partir de 1960- representado por un huevo de ancha sonrisa
dibujado por Dante Quinterno y, más adelante, la abortada “Mega”, que fue
robada por el grupo Clarín y publicada con el nombre de “Genios” (1998). Pero
este artículo quedaría incompleto si no recordáramos una publicación dedicada a
la infancia, que marcó la diferencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">4. Humi,
ollas populares para los pajaritos<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRMoPTWQVjlYSRyJ7tp7iUAXqLEg-rFNddJN6D0vhuFZu-zuN1dWPD0uh-pjbBzmIqrtzjFJAoptck9l99-OpkWIthrSgUue44Q-Q0QDEs66OszJ3HUqx-OwTZH2osjIkJxGsqAOLhcjXS/s1600/35d465a06ee07b2ad617ecb154faf96e.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="909" data-original-width="665" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRMoPTWQVjlYSRyJ7tp7iUAXqLEg-rFNddJN6D0vhuFZu-zuN1dWPD0uh-pjbBzmIqrtzjFJAoptck9l99-OpkWIthrSgUue44Q-Q0QDEs66OszJ3HUqx-OwTZH2osjIkJxGsqAOLhcjXS/s320/35d465a06ee07b2ad617ecb154faf96e.jpg" width="234" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Nacida en la
editorial La Urraca, la misma que publicó “Humor”, la revista que hizo frente a
la dictadura militar vio la luz durante el período 1982-1983. Destinada a los
hijos de los lectores de esa revista, su nombre “Humi” </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif;">le hace guiños al lector adulto que lee “Humor”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif;">A diferencia de la estereotipada “Billiken”, “Humi” mantiene una actitud
transgresora, remite permanentemente al contexto político y social porque es
tiempo de restablecer los lazos entre el adulto y el niño, destruidos por la
dictadura. Por eso la escuela ya no es un lugar sacrosanto, sino que se la mira
con desconfianza, ha sido el aparato ideológico de la dictadura. En sus páginas
se cuenta la otra historia, la revisionista y, permanentemente, se estimula al
niño lector a participar escribiendo cartas, mandando dibujos porque es, según
la publicidad, “una revista infantil para crear y aprender”. Baste como ejemplo
la sección “La pelela de la pulga”, en donde se promociona un Concurso de
chistes malos, se publican dibujos de los lectores, una lista de insufribles
(“los grandes que dicen “es igual a la madre…”), nombres graciosos (Abraham
Lapuerta), adivinanzas enviadas por los chicos (¿Cuál es el mar más tonto? El
mar mota”) o un recortable para armar una olla popular para los pajaritos y
ayudarlos a pasar el invierno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif;">“Humi” fue la fascinación de los lectores adultos de “Humor”, pero no lo
fue de la mayoría de los niños. Estos ya tenían formateado el género “revista
infantil” en sus cabezas. Por lo tanto, no podían extasiarse con las tapas de
Nine o los dibujos de Tabaré</span><span style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif;"> Gómez
Laborde, </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , sans-serif;">que propiciaban otra estética. Estética que no
encontraría lugar en las tradicionales aulas argentinas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 50.25pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20en%20marcha/Revistas%20infantiles/Revistas%20infantiles%20entre%20la%20escuela%20y%20la%20casa.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "arial" , sans-serif; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES-AR;">Bontempo,
Paula</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"> Los niños de
Billken<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">. </b></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">Las
infancias en Buenos Aires en las primeras décadas de siglo XX. </span></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Anuario del Centro de Estudios
Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti” Córdoba (Argentina), año 12, n° 12,
2012, pp. 205-221. ISSN 1666-6836</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20en%20marcha/Revistas%20infantiles/Revistas%20infantiles%20entre%20la%20escuela%20y%20la%20casa.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span style="font-size: x-small;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "calibri" , sans-serif; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="font-size: x-small;">Bordagaray, María Eugenia
y Gorza, Anabella, <i>Mundo Infantil y la socialización de género en la
infancia del primer peronismo </i>(1950-1952)I Jornadas CINIG de Estudios de
Género y Feminismos Teorías y políticas: desde el Segundo Sexo hasta los
debates actuales 29 y 30 de octubre de 2009</span>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "timesnewromanpsmt" , "serif"; font-size: 11.0pt;"><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--></span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-83970081106972422832019-02-04T02:53:00.000-08:002019-03-12T05:11:54.159-07:00Pobreza e infanciaNota extraída de la página Premio Nacional y Latinoamericano de LIJ La Hormiguita viajera, Biblioteca Virrey del Pino, La Matanza.<br />
<div align="left" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 9.0pt; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3; text-align: left;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 9.0pt; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3; text-align: center;">
<b><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Narrativas
sobre la crueldad<span class="fontstyle01"><b><span style="mso-ansi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></b></span></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 9.0pt; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3; text-align: right;">
<span class="fontstyle01"><span style="font-size: 10.0pt;">Por María
Cristina Alonso<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtOqc_KUDn5cI57r-klucG_ML1OIv3H68Fa-XJRwYlTwAdH5nTsheVtR5PnGJknnb0f5Vt32ZC4bVWUwsqxzSnbQDBVEX1aCwWLzOGEsamXevNXDQ7-bf2AGzE6LenMB_SQ9wCJ1r55lDQ/s1600/2-bbefd1933e.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="678" data-original-width="904" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtOqc_KUDn5cI57r-klucG_ML1OIv3H68Fa-XJRwYlTwAdH5nTsheVtR5PnGJknnb0f5Vt32ZC4bVWUwsqxzSnbQDBVEX1aCwWLzOGEsamXevNXDQ7-bf2AGzE6LenMB_SQ9wCJ1r55lDQ/s400/2-bbefd1933e.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape id="_x0000_i1030" style="height: 318.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 425.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="2-bbefd1933e" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Los
libros destinados a los niños que nos muestran escenas de la infancia nos dicen
más sobre los adultos que sobre los chicos, precisamente porque esas narrativas
se construyen a partir de la realidad. Una sociedad inmersa en la violencia y
en la que se vulneran los derechos de los más débiles se verá reflejaba, de una
manera u otra en las historias que pensamos y escribimos para los niños.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Pero no todo lo que
les ocurre a los niños es pasible de ser ficcionalizado, al menos en relatos
destinados al público infantil. Pienso en la historia de la niña jujeña que fue
obligada a tener un hijo fruto de la violación de un hombre de 60 años y que,
además de negársele la posibilidad de interrumpir el embarazo -como lo disponen
los protocolos para estos casos de menores de 15 años- el gobernador de la
provincia ya había digitado que una “buena familia” iba a adoptar al bebé. ¿Y
la niña? La niña sólo quería que todo terminara para volver a jugar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Tan difícil de
convertirla en historia para el público infantil como la de cientos de niños y
niñas que hoy viven en las calles de casi todas las ciudades del mundo,
huérfanos de escuela, de juguetes, de protección, de acompañamiento del Estado
que, por otro lado -y en los discursos- proclama su interés por la infancia y
dice considerar al niño como sujeto de derecho.<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3; text-align: center;">
<span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Resultado de imagen para struwwelpeter heinrich hoffmann" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1029" style="height: 234pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 330pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Resultado de imagen para struwwelpeter heinrich hoffmann" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image002.gif">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; mso-outline-level: 3;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La crueldad y la violencia
ejercida sobre los niños y niñas, sin embargo, impregna a toda la literatura
infantil desde los albores del género.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Un médico alemán, <span style="background: white;">Heinrich Hoffmann, escribió y dibujó en 1845 un libro
con historias para su hijo que tituló: <em><span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial" , "sans-serif"; padding: 0cm;">Struwwelpeter
(Pedro Melenas). Consciente de que las imágenes tienen un efecto aleccionador, Hoffmann
cuenta relatos de advertencia sobre niños desobedientes que sufren
ejemplificadores castigos: Gaspar, el melindroso, se niega a tomar la sopa y,
al quinto día de su negativa, muere. Hoffmman no ahorra en detalles macabros;
va dibujando al personaje cada vez más flaco hasta que, en la última imagen,
aparece la tumba del niño con </span></em></span></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -0.5pt;">la cruel imagen de la sopera como
epitafio</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -0.5pt;">. </span><em><span style="background: white; border: none 1.0pt; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; padding: 0cm;">Pero verdaderamente horripilante es la historia de</span></em><span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">l<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Pequeño Chupadedo. </i>Para evitar que
continúe con el hábito de chuparse los dedos aparece el sastre con unas enormes
tijeras y le corta los pulgares<i style="mso-bidi-font-style: normal;">: “</i></span><i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cuando mamá vuelve al hogar, /Se lo
encuentra -¡puro llorar!-/¡Sin pulgares se quedó,/el sastre se los cortó!” </span></i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Nada
comparable con la historia de Paulita, que se prende fuego por jugar con los
fósforos.Claro que la historia cuenta, al pasar, que a Paulita la dejaron sola
en su casa. No obstante, si se prendió fuego de pies a cabeza a pesar de que los
gatos le advertían el peligro y su madre le había recomendado no hacerlo, se
deduce que la culpa, además, recae sobre la niña, que -como la pequeña de Jujuy
de la historia real- fue abandonada por los adultos y, de víctima, pasa a ser
culpable y desobediente.</span><i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"> “</span></i><i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La niña -¡qué gran tristeza!-/ardió de pies a cabeza./ Quedaron sólo ceniza,/
y rojas, dos zapatillas.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<v:shape id="Imagen_x0020_2" o:spid="_x0000_s1028" style="height: 139.15pt; left: 0; margin-left: 1.7pt; margin-top: -.05pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 185.4pt; z-index: 1;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="1-3cb428fc67" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image003.jpg">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9SrCs-M4LKO6BhQMUqHd80Bn9KvoBufyCm81-3tMF1pz6BWiFVr5PN8B-Q3mFrWMHQgJAYUIe19WtW216Wl899UsZzXN7J-aiHL5LCfOg4XAU2vTNpvCDg4ekL5biNthTPBOZmCO9lczh/s1600/9-6e3c504c61.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="678" data-original-width="904" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9SrCs-M4LKO6BhQMUqHd80Bn9KvoBufyCm81-3tMF1pz6BWiFVr5PN8B-Q3mFrWMHQgJAYUIe19WtW216Wl899UsZzXN7J-aiHL5LCfOg4XAU2vTNpvCDg4ekL5biNthTPBOZmCO9lczh/s320/9-6e3c504c61.jpg" width="320" /></a></div>
<v:shape id="Imagen_x0020_2" o:spid="_x0000_s1028" style="height: 139.15pt; left: 0; margin-left: 1.7pt; margin-top: -.05pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 185.4pt; z-index: 1;" type="#_x0000_t75"><br /></v:shape><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La indiferencia también es crueldad. Con mucha sutileza, las autoras
del libro álbum <i>Hugo tiene hambre</i>, de Silvia Schujer y Mónica Weiss, nos
narran esa violencia silenciosa que es el hambre de los niños que están en la
calle. Niños que nadie mira, que parecen invisibles pero que, con su sola
mirada, nos dicen que vivimos en un mundo que va perdiendo su humanidad. En
este cuento, Hugo está enojado, el hambre inevitablemente nos pone irascibles.
Anda con los labios apretados porque en una ciudad llena de colores, él solo
puede mirar: gentes, plazas, calles, negocios, todo lo ve con la forma de su
deseo: las plazas son soperas, los árboles alcauciles, y la gente y las cosas
se vuelven platos de comida, golosinas, frutas y verduras.<o:p></o:p></span><br />
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Hugo
recién se distiende y sonríe cuando encuentra a un perro hambriento como él,
porque “<i>cuando uno tiene un amigo, la panza hace menos ruido</i>.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Dice
Mónica Weiss, la ilustradora de este libro álbum conmovedor: “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cuando me puse a trabajar en él, enseguida reparé en que -<span style="mso-bidi-font-weight: bold;">en los cuentos clásicos- el niño pobre que
deambula solo y tiene hambre era un personaje corriente<b>, </b></span>pero
como estaba “en el pasado”, parecía no doler tanto. En cambio, en los libros
para chicos que transcurrían en aquel momento (2005), los niños pobres casi no
aparecían. En mi biblioteca, entre cientos de libros donde los chicos tienen
casa y comida asegurada, sólo contaba con </span></i><i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">De noche en
la calle</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">, de Ángela Lago. Así
que había como un <span style="mso-bidi-font-weight: bold;">ocultamiento</span>
de algo que todos veíamos a diario en nuestra vida cotidiana. Aunque ´ver´ era
una manera de decir.”<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Pobreza%20e%20infancia.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Resultado de imagen para hansel y gretel ilustraciones antiguas" id="Imagen_x0020_3" o:spid="_x0000_i1028" style="height: 415.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 347.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Resultado de imagen para hansel y gretel ilustraciones antiguas" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image004.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu64Rmd9dcUamJUe0PTRSq7h4P6W61KnQTm8XTQexd-H4KWqSxD841r155kdWBVufTBNz_NYmovjMSy5jzRbyxIS5RlIB26NrIDFQcX0ENj6TqfMwFf7M8X8Eu8YV0vKjyDtIe6PCkI96a/s1600/Hansel+y+Gretel.+Casita+de+Chocolate.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="268" data-original-width="400" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu64Rmd9dcUamJUe0PTRSq7h4P6W61KnQTm8XTQexd-H4KWqSxD841r155kdWBVufTBNz_NYmovjMSy5jzRbyxIS5RlIB26NrIDFQcX0ENj6TqfMwFf7M8X8Eu8YV0vKjyDtIe6PCkI96a/s320/Hansel+y+Gretel.+Casita+de+Chocolate.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En la literatura infantil
el tema del hambre es recurrente, como en los cuentos de hadas recogidos por
los hermanos Grimm. Los niños de esas historias deben enfrentar, como los
reales en los que están inspirados, el secuestro, el abandono, la esclavitud,
el abuso y hasta el asesinato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Como el Hugo del que
hemos hablado, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hansel y Gretel</i> el
tema del hambre proyecta una realidad histórica. En la Edad Media, la escasez
de comida por el crecimiento demográfico y las malas cosechas producía
hambrunas. Por lo tanto, el abandono de los niños –y hasta el infanticidio-
eran frecuentes, ya que no podían ser alimentados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Resultado de imagen para hansel y gretel ilustraciones antiguas" id="Imagen_x0020_4" o:spid="_x0000_i1027" style="height: 201pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 300pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Resultado de imagen para hansel y gretel ilustraciones antiguas" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image005.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 12pt;">Hansel y Gretell es uno de los
cuentos más crueles que se puedan contar. Es la historia de dos hermanos
abandonados por el padre y la madrastra en el bosque, con la excusa de que no
tienen nada para darles de comer. Cuando se encuentran con la engañosa casa de
chocolate, aparece la bruja que enjaula a Hansel para comérselo crudo, y encima
lo engorda lentamente. Para compensar tanta crueldad, Gretel logra tirar a la
bruja al horno encendido y la quema viva. Como los chicos regresan con una
bolsa llena de oro, los padres los reciben contentos. ¿Tiene un final feliz
este cuento? Según esta historia, hay que llevar un tesoro a casa para ser
amado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<v:shape alt="Resultado de imagen para pinocho collodi y el zorro y el gato" id="Imagen_x0020_9" o:spid="_x0000_s1027" style="height: 144.4pt; left: 0; margin-left: 3.45pt; margin-top: 9.1pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 153.95pt; z-index: 2;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Resultado de imagen para pinocho collodi y el zorro y el gato" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image006.jpg">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">En los
cuentos de hadas aparecen todo tipo de crueldades dirigidas a los niños. A
Caperucita Roja se la come un lobo, Cenicienta tiene que soportar todo tipo de
desprecios y burlas de sus hermanastras; a Blanca Nieves, la madrastra la manda
a matar y pide que le arranquen el corazón; a Pulgarcito y sus hermanos, el
Ogro los anda buscando para cortarles la cabeza y, en Pinocho, de Carlo
Collodi, el Zorro y el Gato se abusan de la ignorancia del muñeco de
madera: le roban las monedas de oro y lo cuelgan de una encina.</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 8.5pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="background: white; font-family: "helvetica" , "sans-serif"; font-size: 6.5pt;">.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpObFIwR_9DGfuPYStEcA5dCLmr_aD4J09R8AJRHLxoWleSfvqhRMYn3AvjnSI7GilBnWPC7oyao7bOH3DMEc_2NODvqz06yxC5YZeAe_pynobQ50QRxVIZA0_cunK9v7uwEHSnCPpl71O/s1600/descarga+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpObFIwR_9DGfuPYStEcA5dCLmr_aD4J09R8AJRHLxoWleSfvqhRMYn3AvjnSI7GilBnWPC7oyao7bOH3DMEc_2NODvqz06yxC5YZeAe_pynobQ50QRxVIZA0_cunK9v7uwEHSnCPpl71O/s1600/descarga+%25281%2529.jpg" /></a></div>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; font-family: "helvetica" , "sans-serif";"><o:p></o:p></span></i><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Resultado de imagen para De noche en la calleâ de Angela Lago" id="Imagen_x0020_12" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 189.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 373.5pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Resultado de imagen para De noche en la calleâ de Angela Lago" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image007.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El
libro álbum de la escritora e ilustradora brasileña Ángela Lago, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De noche en la calle</i> quiere ser un
testimonio de los niños de la calle. Hay un niño que ofrece tres pelotitas con
los colores del semáforo ante la indiferencia de los automovilistas. En el cómodo
interior de los autos donde nos ubica la autora, la gente mira con ferocidad al
niño solo, le teme, lo amenaza. Lo exterior y lo interior no se comunican,
salvo en el momento en que el niño roba una caja del asiento trasero de un auto
donde encontrará tres nuevas pelotas, que seguirá ofreciendo en una rueda
infinita de un destino que no podrás modificarse. La crueldad y la indiferencia
también aquí son tematizadas. Volvemos a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hugo
tiene hambre</i> (Shujer-Weiss). Mónica Weiss escribe -refiriéndose a los niños
de la calle-: “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Siempre me impresionó
la naturalidad con que, en las paradas de los semáforos de las grandes
ciudades, los conductores pasan por alto el hecho de que esos que están
pidiendo monedas son niños. Imagino que, si vieran en esa misma esquina a uno
de sus hijos o vecinitos, saldrían inmediatamente del coche y tratarían de
ampararlos y de llevarlos a sus casas o con sus adultos. Sin embargo, los
chicos como Hugo parece que fueran parte del paisaje urbano: con el mismo valor
simbólico de una silla de plaza, un cesto, un semáforo. Como sin entidad
humana, propia. <a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Pobreza%20e%20infancia.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">[2]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8ykgRYWh3PjlCv-ec07P41hFKhEaJZlzZGI60ZSWbt5I_stcyLHCgtGmbOhL_hhNe9kCqPyP2hOUnfEsWdDia4lg6uXIhenkH1Ypl-GkAXrutVsIFvAeuGdMkU4VH75kVTbapD4nezIM8/s1600/publicaciones-06-Lago.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="442" data-original-width="400" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8ykgRYWh3PjlCv-ec07P41hFKhEaJZlzZGI60ZSWbt5I_stcyLHCgtGmbOhL_hhNe9kCqPyP2hOUnfEsWdDia4lg6uXIhenkH1Ypl-GkAXrutVsIFvAeuGdMkU4VH75kVTbapD4nezIM8/s320/publicaciones-06-Lago.jpg" width="289" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<v:shape alt="Imagen relacionada" id="Imagen_x0020_15" o:spid="_x0000_s1026" style="height: 162.75pt; left: 0; margin-left: 3.45pt; margin-top: 8.15pt; mso-position-horizontal-relative: text; mso-position-horizontal: absolute; mso-position-vertical-relative: text; mso-position-vertical: absolute; mso-wrap-distance-bottom: 0; mso-wrap-distance-left: 9pt; mso-wrap-distance-right: 9pt; mso-wrap-distance-top: 0; mso-wrap-style: square; position: absolute; text-align: left; visibility: visible; width: 135pt; z-index: 3;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Imagen relacionada" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image008.jpg">
<w:wrap type="square">
</w:wrap></v:imagedata></v:shape><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Niños pobres
y maltratados deambulan por muchos relatos infantiles de todos los tiempos. Lo
hacen David Copperfield y Oliverio Twist, los personajes de las respectivas
novelas del escritor inglés Charles Dickens, que no dudó en contar la crueldad
de la sociedad del siglo XIX en la que le tocó vivir. Tanto David como
Oliver se quedan huérfanos, reciben palos de los maestros, desprecios de
sus padrastros y sienten hambre.</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 8.5pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">También medio muerto de hambre anda
por los tres primeros tratados <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lazarillo de Tormes</i></b>, el protagonista
de la novela picaresca española del siglo XVI. Lazarillo es un chico que queda
solo en el mundo. Cuando el padre se muere, su madre le dice esta crueldad: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Criado te he, válete por ti</i>” y lo manda
a que se las arregle por los caminos. Por suerte el chico es vivo y se las
ingenia para ir de amo en amo aunque siempre, con hambre.</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 8.5pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La orfandad es una constante en los
relatos para niños y jóvenes. El héroe casi nunca tiene padres, por lo tanto,
tiene que reinventarse. Los padres de Harry Potter fueron asesinados por el
mago <span style="background: white;">Voldemor</span> una noche de
Halloween. Tom Sawyer vive con su tía Polly en un pueblito junto al Missisippi,
y el Principito, está en su planeta con la sola compañía de una rosa.</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 8.5pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxf98AJd0rCmun0rySXBKKf0FW5lqDavE4_rJUBkDVjw4Gm-Y1f1f-tjr3srla4B1SRkMhLxj0AuX6J_FIvpcuHVB6mOBJI4CW-3aqwOu6ugDmXhh6_1pOrv4NMZ11LLjuLGiv1pGrolVE/s1600/descarga+%252823.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxf98AJd0rCmun0rySXBKKf0FW5lqDavE4_rJUBkDVjw4Gm-Y1f1f-tjr3srla4B1SRkMhLxj0AuX6J_FIvpcuHVB6mOBJI4CW-3aqwOu6ugDmXhh6_1pOrv4NMZ11LLjuLGiv1pGrolVE/s1600/descarga+%252823.jpg" /></a></div>
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1; text-align: center;">
<span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shape alt="Imagen relacionada" id="Imagen_x0020_18" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 211.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 369pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Imagen relacionada" src="file:///C:\Users\Cristina\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image009.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La pobreza y el hambre siempre
determinan que estos personajes niños inicien un largo viaje, vivan una
aventura, obtengan una riqueza o realicen una hazaña. Así Charly, el de la
película “La fábrica de Chocolate”, de </span><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Roald_Dahl" title="Roald Dahl"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; text-decoration: none;">RoaldDah</span></a><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">l, se somete a los caprichos del excéntrico Willy
Wonka; <span style="background: white;">Bastián Baltasar Bux, el
protagonista de “La historia sin fin”, que es un chico huérfano de madre, viaja
-a través de un libro- al mundo de Fantasía, para compensar sus días
solitarios. </span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 8.5pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Los chicos y las
chicas de<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a> la literatura infantil y juvenil tienen m</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">aestros que pegan coscorrones en la
cabeza a los que se portan mal, tienen padres que los abandonan o los olvidan,
y andan por caminos embarrados y muertos de frío. La literatura cuenta, sin
disimulo, lo que les sucede a los niños pobres en la vida real. Como la
historia de la niña de Jujuy, los relatos de ficción siguen contándonos de qué
manera las sociedades lejos de combatirla, abominan de la pobreza</span><span style="background: #f4f4f4; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">.</span><span style="background: #f4f4f4; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 8.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-background-themecolor: background1;">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Pobreza%20e%20infancia.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 10.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="color: black; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;">Weiss, Mónica</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 9.0pt;">Ilustrar ¿para
niños, jóvenes, adultos? </span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 9.0pt;">Curso
introductorio para mediadores de lectura literaria juvenil del CAEU / OEI</span><span lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div align="left" class="MsoNormal" style="background: #F9F9F9; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Escritos%20terminados/Libro%20LIJ/Pobreza%20e%20infancia.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="color: black; font-size: 10.0pt;">Weiss, Mónica</span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 9.0pt;">Ilustrar ¿para niños, jóvenes, adultos? </span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 9.0pt;">Curso introductorio para mediadores de
lectura literaria juvenil del CAEU / OEI<span style="background: white;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: #F9F9F9; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
</div>
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-44518366329454027012018-10-08T06:04:00.002-07:002021-08-09T04:41:13.723-07:00150 aniversario de la publicación de Mujercitas de Louisa May Alcott Nota extraída de la página Premio Nacional y Latinoamericano de LIJ La Hormiguita viajera, Biblioteca Virrey del Pino, La Matanza.<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 150%;"><span face=""arial" , sans-serif" style="font-size: large;">Todas fuimos Jo</span></span><br />
<span lang="ES-AR" style="line-height: 150%;"><span face=""arial" , sans-serif" style="font-size: x-small;">por María Cristina Alonso</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Las lecturas de infancia nos
marcan a fuego, quedan en el recuerdo de forma fragmentaria, como barcos
encallados que van perdiendo su aspecto pero que siguen evocando su destino
viajero. A 150 años de la primera publicación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i> de Louisa May Alcott, varias lectoras adultas son
convocadas para recuperar lo que quedó en su imaginario de ese libro de chicas
que marcó la infancia de muchas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span face=""arial" , "sans-serif"" lang="ES-AR" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2_XLA6AOCiklemI9iY7oBgmLEyD-EspoAODczWz_lK23KeoM0jwAwbLG0Fml3nMim0O8jzlGeZFmWDzMHtFINGjD8mWGe7fGXAEdJs9E9u1ygnQCBBS3Ogxmla1nExE_PD2M0uFLFvqk9/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="640" data-original-width="1140" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2_XLA6AOCiklemI9iY7oBgmLEyD-EspoAODczWz_lK23KeoM0jwAwbLG0Fml3nMim0O8jzlGeZFmWDzMHtFINGjD8mWGe7fGXAEdJs9E9u1ygnQCBBS3Ogxmla1nExE_PD2M0uFLFvqk9/" width="320" /></a></div><br />Louisa
May Alcott, (1832-1888) una escritora norteamericana que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vivió en Concord, Massachusetts, cuando ya
era una autora consolidada, recibió la propuesta de su editor de escribir un
“libro para chicas”. Y, aunque se resistió en un primer momento, porque </span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;">nunca le habían caído
bien las muchachas ni había conocido a muchas, salvo a sus hermanas, se puso
manos a la obra y así escribió <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i>,
publicada en 1868</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: red; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;">,</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;"> que se convirtió
rápidamente en un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">best sellers </i>leído
más tarde, por varias generaciones. Partió de la idea de acompañar a las
mujeres de la familia March a lo largo de un año mientras el padre estaba en la
Guerra de Secesión. Y, como Alcott consideraba que el estímulo económico era la
mejor motivación para escribir profesionalmente, su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i> tuvo una segunda parte que se convirtió a su vez en éxito
explosivo.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;">A<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Mujercitas </i>le siguieron continuaciones: </span><i><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Little Men</span></i><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> (Hombrecitos) y <i>Jo's
Boys</i> (Los muchachos de Jo), en las que se muestran a hijos, sobrinos y
alumnos de las hijas de los March armando sus propias vidas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="textbox" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" lang="ES-AR" style="mso-ansi-language: ES-AR;">Robert Louis Stevenson</span><span face=""arial" , "sans-serif""><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sostenía<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>buen<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>relato “debía<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>comunicar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>anécdota,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>incidente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>actuara<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sobre<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>imaginación<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sobreviviera<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>más<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>claramente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>memoria<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>los<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ínfimos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>detalles<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>novela<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>pretendidamente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>social”. Hay una
escena de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i>, que se reitera
cuando les pido a mis amigas –mujeres todas entre cincuenta y setenta años- que
traten de recordar la lectura infantil de la novela<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para escribir esta nota con la excusa de que
se cumplieron 150 años de su publicación en <a href="https://www.blogger.com/u/1/null" name="_GoBack"></a>septiembre de
1868.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La escena memorable, como
Robinsón<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Crusoe<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>retrocediendo<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>ante<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>huella<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ulises<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>doblando<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>arco, es ese momento en que Jo
se saca la gorra y muestra su pelo corto. Ha vendido sus hermosas trenzas por
25 dólares para ayudar a Marmee que viaja a Washington a ver al padre enfermo.
Ese gesto de automutilación para realizar un acto generoso ha quedado indeleble
en el recuerdo de varias generaciones de lectoras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="textbox" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span face=""arial" , "sans-serif"">Jo es, según
señalan los críticos, el gran personaje femenino de la literatura
norteamericana del siglo XIX, y su innovadora construcción ha quedado inalterable
en el imaginario femenino porque asume la rebeldía que tantas mujeres quisieron
y no pudieron expresar para sacudirse la opresión de la sociedad patriarcal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="textbox" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; mso-themecolor: text1;">En uno de sus recuerdos de la lectura, Adriana, una
profesora de Ciencias Naturales, dice que</span><span face=""arial" , "sans-serif"">,
si la historia de Alcott estuviera ambientada en esta época<span style="color: red;">,</span> las mujercitas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>llevarían el pañuelo verde y estarían a la
cabeza reivindicando derechos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="textbox" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span face=""arial" , "sans-serif"">En los mails
y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>audios de whatssap, mis amigas
responden entusiasmadas a mi requerimiento. El título de la novela más leída
por las chicas de varias generaciones atrás es un talismán, un pasaje, un
boleto de regreso a esa patria, a esa tierra incógnita que es la infancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Lectoras con distintas
profesiones y recorridos vitales me cuentan recuerdos fragmentados de una
novela que les quedó grabada en forma indeleble. Para muchas, la evocación del
libro viene unida al adulto que lo regaló. “</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Mi
tía Chicha, una maestra frustrada, nos regalaba libros muy a menudo. Mujercitas
vino de su mano</span></i><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">”<span style="color: red;">,</span> cuenta
Marta, que pasó su infancia en un pequeño pueblito lechero. Y Marita, que hizo
la primaria en una escuela rural<span style="color: red;">, </span>evoca al
maestro de séptimo grado, un comunista deseoso de que todos los chicos
estudiaran, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que le regaló un ejemplar de
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i> a fin de año, dándole de
leer, así, la primera novela de buena literatura que superó las manoseadas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>historietas y novelitas rosa<span style="background: rgb(241, 240, 240);">.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Las
muchachas March eran mujeres que se animaban a todo, “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">mujeres que trataban de salir por sus propios medios adelante</i><span style="color: black; mso-themecolor: text1;">”, define María Elena, una profesora
de historia y voraz lectora que ad</span>mira a esa comunidad femenina
autosuficiente en que se convierte el hogar de los March<span style="color: red;">,</span> con el padre en la guerra<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">.
</b>Lasque han tenido hermanas sostienen que jugaban a identificarse con los
personajes que inventó Alcott en la segunda mitad del siglo XIX. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Con los trapos nos armábamos esos trajes
largos que las vestían a las hermanas March<span style="color: red;">,</span> en
las tapas duras de aquella edición amarilla cuyo nombre no recuerdo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y entonces, yo me convertía en Meg (que era
la más responsable y fina y elegante, como yo aspiraba ser) y mi hermana<span style="color: red;">,</span> en Jo (tan machona y mal hablada como el personaje).
Y así pasábamos toda la tarde reproduciendo las escenas que más nos habían
gustado</i>”, recuerda Marta<span style="color: red;">,</span> arrancando ese
recuerdo de una infancia pasada en un pueblo rural en los años cuarenta.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Capítulo
aparte merece el personaje más nombrado por todas las lectoras que evocan esta
novela. Y es Jo, que con su masculinidad expresa<span style="color: red;">:</span>
silba, se sienta como un muchacho, habla desmañadamente, no le preocupan los
vestidos y dice sin ruborizarse: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ya me
parece bastante malo ser una chica cuando lo que me gusta son los juegos, los
trabajos y la forma de comportarse de los muchachos</i>” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i>, El juego de los peregrinos, Primera parte).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Es
que Jo, como su autora, armó su vida con la tensión entre la obligación
femenina de formar un hogar, atender a padres e hijos y la libertad creadora.“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Si tengo que mencionar un hecho de
Mujercitas es cuando se encierra a escribir y cuando logra la primera
publicación”</i>, me mensajea Silvia, una autora de novelas históricas, confirmando
que muchas de las escritoras de su generación son hijas de esa Jo que se ponía
ropa especial, se calzaba un gorro rojo con una pluma para encerrarse en la
buhardilla a escribir, comer manzanas y hablar con un ratón.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Me identificaba plenamente con Jo March y
detestaba a Amy por vanidosa y superficial </i>–escribe Norma, una amiga de
Facebook que vive en La Plata- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jo era
independiente, imaginativa, tomaba decisiones, como cuando vendió su pelo para
que su madre llevara dinero en el viaje al hospital de campaña en donde estaba
el padre. Resumiendo, adoraba ese libro y me frustré mucho con el matrimonio de
Laurie con Amy ¡Qué injusticia!</i>”<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Leí Mujercitas durante mi infancia. El libro
pertenecía a la colección Billiken tapas rojas y duras, tamaño ideal. Escasas
ilustraciones, para ver más imágenes releía cada tanto una versión resumida de
Mujercitas pero en un libro grande de tapas duras con más ilustraciones que
textos que tenía mi prima. Inmediatamente me identifiqué con Jo, era la
rebelde, la machona, poco femenina, no se callaba nada, era la distinta en su
época</i>”, dice Silvia, una profesora de arte y fan del Club Atlético de Lanús<span style="background: rgb(241, 240, 240);">.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Y
no sólo Jo aparece<span style="color: red;"> </span><span style="color: black; mso-themecolor: text1;">reiteradamente en la memoria de estas lectoras puestas a
evocar un libro fundacional. También</span> el objeto libro es mencionado una y
otra vez: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas fue mis siestas de
verano, leído en la colección Billiken que comprábamos con esforzados ahorros</i>”,
evoca Graciela desde la orilla del río Paraná<span style="color: red;">,</span>
en una ciudad entrerriana. La misma edición que recupera la lanusense Silvia.
Tal vez la misma de ese libro llave que un maestro comunista le regaló a Marita
frente a la tranquera de la escuela<span style="background: rgb(241, 240, 240);">.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">He
leído muchas notas sobre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i>
escritas para este aniversario. Pero he querido hacer el experimento de releer la
novela con la paciencia de la primera vez. Para mi sorpresa, la prosa de Alcott
en la traducción de Gloria Méndez sigue siendo fresca e invita a continuar con
su lectura. Claro que esta versión, tomada de la original publicada el 1 de
octubre de 1868, no fue la que leímos en la infancia sino la de 1880. La propia
Louisa Alcott<span style="letter-spacing: 0.4pt;"> permitió que apareciera con
varios cambios textuales, y la prosa vigorosa fuera reemplazada por una más
trivial y propia de una dama, simplificando<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>las alusiones literarias para que llegaran a un público más amplio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;">Y mientras avanzaba por las más de quinientas páginas,
trataba de acordarme cómo fue esa primera lectura, dado que, como me lo cuentan
mis amigas, por aquel entonces vivíamos lo que leíamos.</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la hora de la siesta</i><span style="color: red;">-</span>me cuenta Marta<span style="color: red;">-</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">, mi hermana –la segunda- y yo, aprovechando
que los demás dormían, sacábamos colchas y telas de la habitación y las
llevábamos al galpón. Allí espantábamos a las gallinas, apretábamos las bolsas
y el espacio se convertía rápidamente en el cuarto de las mujercitas</i>.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Mujercita<span style="color: black; mso-themecolor: text1;">s</span></span></i><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">ha sido una lectura inspiradora.
</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hay un libro en el que creí ver
reflejado mi futuro: Mujercitas, de Louisa May Alcott. Yo quería a toda
costa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ser Jo, la intelectual. Compartía
con ella el rechazo a las tareas domésticas y el amor por los libros. Jo
escribía, y para imitarla empecé mis primeros cuentos cortos”</i>, escribe
Simone de Beauvoir en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Memorias de una
joven formal</i>, su autobiografía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Leída por feministas que vieron en la historia la tensión entre la
obligación femenina y a creación artística, lo cierto es que la obra de Alcott
sembró ideas renovadoras en varias generaciones de mujeres. Fue</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;"> una escritora que <span style="color: black; mso-themecolor: text1;">abrevó en las ideas del trascendentalismo tomadas de los grandes hombres
del círculo de su padre, el pedagogo Amos Alcott</span><span style="color: red;">;</span><span style="color: black; mso-themecolor: text1;"> Emerson, Nathaniel Hawthorne, el
predicador Theodore Parker y Thoreau, </span></span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fue
partidaria fervorosa de la causa abolicionista y de la lucha por el voto
femenino</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: red; font-size: 12pt; line-height: 150%;">. </span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Ella</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: red; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="background: white; color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">supo inocularnos con la
creación de esa muchacha desgarbada y laboriosa, la idea de </span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la
escritura era un acto</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> de rebeldía capaz de atravesar la dura
cáscara del patriarcado. Tal vez por eso, casi todas las chicas que han leído y
leen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujercitas</i> quieren ser, para
siempre, Jo.</span><span face=""arial" , "sans-serif"" style="font-size: 12pt; letter-spacing: 0.4pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span face=""arial" , "sans-serif"" style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 150%;">(Publicado en </span><a aria-describedby="u_48_1" aria-owns="" data-hovercard-prefer-more-content-show="1" data-hovercard-referer="ARS4-340lNUIN1nSy2NihMi-zNBwvuMBtRxUPySEs_U9aRiXiUaOgFNiPGbCIiG0o6w" data-hovercard="/ajax/hovercard/page.php?id=1464362093873099&extragetparams=%7B%22__tn__%22%3A%22%2CdkC-R-R%22%2C%22eid%22%3A%22ARBIUPm5fITTiNc2xhttQc2guzEOp3sCJRSl_Wzog9WipWQjNpOjPJu5JRW4bGN32qn_c88oWs7cuZgY%22%2C%22hc_ref%22%3A%22ARS4-340lNUIN1nSy2NihMi-zNBwvuMBtRxUPySEs_U9aRiXiUaOgFNiPGbCIiG0o6w%22%2C%22fref%22%3A%22nf%22%7D" href="https://www.facebook.com/premio.lahormiguitaviajera/?__tn__=kC-R&eid=ARBIUPm5fITTiNc2xhttQc2guzEOp3sCJRSl_Wzog9WipWQjNpOjPJu5JRW4bGN32qn_c88oWs7cuZgY&hc_ref=ARS4-340lNUIN1nSy2NihMi-zNBwvuMBtRxUPySEs_U9aRiXiUaOgFNiPGbCIiG0o6w&fref=nf&__xts__%5B0%5D=68.ARBzAoDxnC7dNeUkT5ye1vsgcwKqasiFA3GiECaYcl-cCdVMk4H1HGIvuYP4g5ubEzAAM-ZMzAV5PJYXqdp-43K-gPVLkmSpLvLLuZ-n3HyNq_vdv0l_2snezSkrajibEsaT-fFZ0MDjZdMWeAoLUWAN6z4biXT5O804XKgW541Gd6GCJLi8Lg" id="js_2xt" style="background-color: white; color: #365899; cursor: pointer; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-weight: 600; text-decoration-line: none;">Premio Nacional y Latinoamericano de LIJ: La Hormiguita Viajera</a>)</div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-53045593360461603822018-10-03T11:41:00.002-07:002018-10-03T11:41:57.092-07:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7mmva906Cqbh1nbYdr0nCyNOAI3sRpIDwHaLZW4tgNj0eH8vADILL-4t1xpEvAsv_d2UUE0BqtBb86fDAfZHclbBQ69Mn2jxelAZz6GAohcnR5sYucrCgcK3PejsEdjrvpxKQDwBPz0nS/s1600/29694406_1838025509840087_8357437279506667896_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="850" data-original-width="623" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7mmva906Cqbh1nbYdr0nCyNOAI3sRpIDwHaLZW4tgNj0eH8vADILL-4t1xpEvAsv_d2UUE0BqtBb86fDAfZHclbBQ69Mn2jxelAZz6GAohcnR5sYucrCgcK3PejsEdjrvpxKQDwBPz0nS/s320/29694406_1838025509840087_8357437279506667896_n.jpg" width="234" /></a></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">PREMIO NACIONAL Y LATINOAMERICANO DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL</span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“LA HORMIGÜITA VIAJERA”</span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Edición 2018</span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">AUSPICIADO POR ABGRA (ASOCIACION DE BIBLIOTECARIOS GRADUADOS DE LA REPUBLICA ARGENTINA)</span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN DE LA LIJ: MARÍA CRISTINA ALONSO</b></span></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em;">
<b><br /></b></div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-53644615568709053022018-08-07T08:55:00.000-07:002018-08-07T08:55:00.691-07:00El mundo de Andersen en la 11° Feria del Libro de BragadoEl sábado 4 de agosto, en La Feria del libro de Bragado recreamos el mundo de Hans Christian Andersen teatralizando el cuento El traje nuevo del emperador. La puesta y actuación de Estefanía Etulain y Betiana Grosso Cosentino.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPoNVOPR-1bOJkVisCS5wIldg_70-yLB7sQFOuWOWAWaIGfcgYLZ8dKXIIKGj1egToYSvtA1AhK3xBwu-IpQK0IC1agEDKJcuMCBf8I6U8J0NdNZKqMiGZZwyaMo0hbzBYEWanYzUtYvFh/s1600/38458013_1725388244175090_844501208751144960_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="960" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPoNVOPR-1bOJkVisCS5wIldg_70-yLB7sQFOuWOWAWaIGfcgYLZ8dKXIIKGj1egToYSvtA1AhK3xBwu-IpQK0IC1agEDKJcuMCBf8I6U8J0NdNZKqMiGZZwyaMo0hbzBYEWanYzUtYvFh/s320/38458013_1725388244175090_844501208751144960_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisZvcPfoPZ44jDXHyKLJ84S03KhLWqzOgdxc0IlUrvnFhB807P8ArSIlyY3tcV4aD_3C4L33LilLWX6GozQGi0PEj1g9uk_Ri4F1YhwtfLexvIIyGqnceNWkrM6S4VQ_xCg7bNXHwcBuOS/s1600/38494729_1725385627508685_2210975647025594368_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="960" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisZvcPfoPZ44jDXHyKLJ84S03KhLWqzOgdxc0IlUrvnFhB807P8ArSIlyY3tcV4aD_3C4L33LilLWX6GozQGi0PEj1g9uk_Ri4F1YhwtfLexvIIyGqnceNWkrM6S4VQ_xCg7bNXHwcBuOS/s320/38494729_1725385627508685_2210975647025594368_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim8bAIdmY9m_hI5oiLY0RU1Gj-_DkvybGJ8frl5XYsENuXrjSGKwJ7SyIYVA-VKeuSuLxYICYkzSxDL_20Jw2Vro4loxuzMvUzfGGD-wksxukO6A1EWzf0aCDu4J0OQAKgzp5LLE3uq3wZ/s1600/38509172_1724697950910786_4638896680651980800_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="960" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim8bAIdmY9m_hI5oiLY0RU1Gj-_DkvybGJ8frl5XYsENuXrjSGKwJ7SyIYVA-VKeuSuLxYICYkzSxDL_20Jw2Vro4loxuzMvUzfGGD-wksxukO6A1EWzf0aCDu4J0OQAKgzp5LLE3uq3wZ/s320/38509172_1724697950910786_4638896680651980800_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_31LrlJKDy5hWohy79u6fbEEuJH2qh72WJrkt7ODona8N1ZvH13YYWdok8_H2zqejLSyJkeCx5khV3VQBy2mJAlf5a9eTE-caP0Qq0SWHDncvKM67K80kfjqN3wnOrzRFG9N-TXnngXO2/s1600/38495635_1725384900842091_5062199088158605312_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="960" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_31LrlJKDy5hWohy79u6fbEEuJH2qh72WJrkt7ODona8N1ZvH13YYWdok8_H2zqejLSyJkeCx5khV3VQBy2mJAlf5a9eTE-caP0Qq0SWHDncvKM67K80kfjqN3wnOrzRFG9N-TXnngXO2/s320/38495635_1725384900842091_5062199088158605312_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6jGSx1BAGizHSH63sy3UaaxZeg8TJ5fTcE6pkJNmkJR1nZvKIJQvRYCVu39_6GCkAEZJ-s7D4CkD01vUKmbX5S1kOKwQpUukQMyXKd3hA6DOQyLzLj3-D2h1ziz8l2-8vXfyS0SzWO69a/s1600/38498625_1725387114175203_305881626586382336_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="960" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6jGSx1BAGizHSH63sy3UaaxZeg8TJ5fTcE6pkJNmkJR1nZvKIJQvRYCVu39_6GCkAEZJ-s7D4CkD01vUKmbX5S1kOKwQpUukQMyXKd3hA6DOQyLzLj3-D2h1ziz8l2-8vXfyS0SzWO69a/s320/38498625_1725387114175203_305881626586382336_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-03uU0M-4YnYW2xrxaEfXJ9eV7Z0B6MYELtruMB4Gp1W6O6Y9fTMVqSXafBM_QnI3M8fcwhWOPVNpYqSaCTq7cT_wvHgsjo_6CXfYYIp_H-h_LhMbE7D-KsH3ti12rFHur_ZL0r5431S8/s1600/38498829_1725387890841792_2693681317706465280_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="960" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-03uU0M-4YnYW2xrxaEfXJ9eV7Z0B6MYELtruMB4Gp1W6O6Y9fTMVqSXafBM_QnI3M8fcwhWOPVNpYqSaCTq7cT_wvHgsjo_6CXfYYIp_H-h_LhMbE7D-KsH3ti12rFHur_ZL0r5431S8/s320/38498829_1725387890841792_2693681317706465280_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcgwFwhKh7dZEZxXJnbc4XNOuF6_4WszvDsWymBjENhG4egyJZI3zEb6GP_ciR9QdE-VfZxHPLudowYrfqQIfgB7TGya1KqklsZRJVFEaOo70T38Ol2S-VA-SuoaRA-dNhupsB8htI-9yw/s1600/38500089_1724697800910801_1618491192079548416_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="960" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcgwFwhKh7dZEZxXJnbc4XNOuF6_4WszvDsWymBjENhG4egyJZI3zEb6GP_ciR9QdE-VfZxHPLudowYrfqQIfgB7TGya1KqklsZRJVFEaOo70T38Ol2S-VA-SuoaRA-dNhupsB8htI-9yw/s320/38500089_1724697800910801_1618491192079548416_n.jpg" width="320" /></a></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br />
<header style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #333333; font-family: "pt serif", serif; font-size: 16px;"><div class="text-center" style="box-sizing: border-box; text-align: center;">
<h1 style="box-sizing: border-box; color: inherit; font-family: inherit; font-size: 1.6em; font-weight: 500; line-height: 1.1; margin: 22px 0px 11px;">
El traje nuevo del Emperador</h1>
Hans Christian Andersen</div>
</header><hr style="background-color: white; border-bottom: 0px; border-image: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top-color: rgb(238, 238, 238); border-top-style: solid; box-sizing: content-box; color: #333333; font-family: "pt serif", serif; font-size: 16px; height: 0px; margin-bottom: 22px; margin-top: 22px;" />
<div class="text-justify" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #333333; font-family: "pt serif", serif; font-size: 16px; text-align: justify;">
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el Consejo”, de nuestro hombre se decía: “El Emperador está en el vestuario”.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos extranjeros, y una vez se presentaron dos truhanes que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente estúpida.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Deben ser vestidos magníficos! -pensó el Emperador-. Si los tuviese, podría averiguar qué funcionarios del reino son ineptos para el cargo que ocupan. Podría distinguir entre los inteligentes y los tontos. Nada, que se pongan enseguida a tejer la tela-. Y mandó abonar a los dos pícaros un buen adelanto en metálico, para que pusieran manos a la obra cuanto antes.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban; pero no tenían nada en la máquina. A pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad, que se embolsaron bonitamente, mientras seguían haciendo como que trabajaban en los telares vacíos hasta muy entrada la noche.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
«Me gustaría saber si avanzan con la tela»-, pensó el Emperador. Pero había una cuestión que lo tenía un tanto cohibido, a saber, que un hombre que fuera estúpido o inepto para su cargo no podría ver lo que estaban tejiendo. No es que temiera por sí mismo; sobre este punto estaba tranquilo; pero, por si acaso, prefería enviar primero a otro, para cerciorarse de cómo andaban las cosas. Todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular virtud de aquella tela, y todos estaban impacientes por ver hasta qué punto su vecino era estúpido o incapaz.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
«Enviaré a mi viejo ministro a que visite a los tejedores -pensó el Emperador-. Es un hombre honrado y el más indicado para juzgar de las cualidades de la tela, pues tiene talento, y no hay quien desempeñe el cargo como él».</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
El viejo y digno ministro se presentó, pues, en la sala ocupada por los dos embaucadores, los cuales seguían trabajando en los telares vacíos. «¡Dios nos ampare! -pensó el ministro para sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. ¡Pero si no veo nada!». Sin embargo, no soltó palabra.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Los dos fulleros le rogaron que se acercase y le preguntaron si no encontraba magníficos el color y el dibujo. Le señalaban el telar vacío, y el pobre hombre seguía con los ojos desencajados, pero sin ver nada, puesto que nada había. «¡Dios santo! -pensó-. ¿Seré tonto acaso? Jamás lo hubiera creído, y nadie tiene que saberlo. ¿Es posible que sea inútil para el cargo? No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela».</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¿Qué? ¿No dice Vuecencia nada del tejido? -preguntó uno de los tejedores.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Oh, precioso, maravilloso! -respondió el viejo ministro mirando a través de los lentes-. ¡Qué dibujo y qué colores! Desde luego, diré al Emperador que me ha gustado extraordinariamente.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-Nos da una buena alegría -respondieron los dos tejedores, dándole los nombres de los colores y describiéndole el raro dibujo. El viejo tuvo buen cuidado de quedarse las explicaciones en la memoria para poder repetirlas al Emperador; y así lo hizo.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Todo fue a parar a sus bolsillos, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando en las máquinas vacías.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Poco después el Emperador envió a otro funcionario de su confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al primero; miró y miró, pero como en el telar no había nada, nada pudo ver.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¿Verdad que es una tela bonita? -preguntaron los dos tramposos, señalando y explicando el precioso dibujo que no existía.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
«Yo no soy tonto -pensó el hombre-, y el empleo que tengo no lo suelto. Sería muy fastidioso. Es preciso que nadie se dé cuenta». Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y ponderó su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Es digno de admiración! -dijo al Emperador.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Todos los moradores de la capital hablaban de la magnífica tela, tanto, que el Emperador quiso verla con sus propios ojos antes de que la sacasen del telar. Seguido de una multitud de personajes escogidos, entre los cuales figuraban los dos probos funcionarios de marras, se encaminó a la casa donde paraban los pícaros, los cuales continuaban tejiendo con todas sus fuerzas, aunque sin hebras ni hilados.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¿Verdad que es admirable? -preguntaron los dos honrados dignatarios-. Fíjese Vuestra Majestad en estos colores y estos dibujos -y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás veían la tela.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
«¡Cómo! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tan tonto? ¿Acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso».</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Me gusta, la apruebo-. Y con un gesto de agrado miraba el telar vacío; no quería confesar que no veía nada.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Todos los componentes de su séquito miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en limpio; no obstante, todo era exclamar, como el Emperador: -¡oh, qué bonito!-, y le aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela en la procesión que debía celebrarse próximamente. -¡Es preciosa, elegantísima, estupenda!- corría de boca en boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
El Emperador concedió una condecoración a cada uno de los dos bribones para que se las prendieran en el ojal, y los nombró tejedores imperiales.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Durante toda la noche que precedió al día de la fiesta, los dos embaucadores estuvieron levantados, con dieciséis lámparas encendidas, para que la gente viese que trabajaban activamente en la confección de los nuevos vestidos del Soberano. Simularon quitar la tela del telar, cortarla con grandes tijeras y coserla con agujas sin hebra; finalmente, dijeron: -¡Por fin, el vestido está listo!</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Llegó el Emperador en compañía de sus caballeros principales, y los dos truhanes, levantando los brazos como si sostuviesen algo, dijeron:</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-Esto son los pantalones. Ahí está la casaca. -Aquí tienen el manto… Las prendas son ligeras como si fuesen de telaraña; uno creería no llevar nada sobre el cuerpo, mas precisamente esto es lo bueno de la tela.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Sí! -asintieron todos los cortesanos, a pesar de que no veían nada, pues nada había.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¿Quiere dignarse Vuestra Majestad quitarse el traje que lleva -dijeron los dos bribones- para que podamos vestirle el nuevo delante del espejo?</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Quitose el Emperador sus prendas, y los dos simularon ponerle las diversas piezas del vestido nuevo, que pretendían haber terminado poco antes. Y cogiendo al Emperador por la cintura, hicieron como si le atasen algo, la cola seguramente; y el Monarca todo era dar vueltas ante el espejo.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Dios, y qué bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaban todos-. ¡Vaya dibujo y vaya colores! ¡Es un traje precioso!</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-El palio bajo el cual irá Vuestra Majestad durante la procesión, aguarda ya en la calle – anunció el maestro de Ceremonias.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-Muy bien, estoy a punto -dijo el Emperador-. ¿Verdad que me sienta bien? – y volviose una vez más de cara al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Los ayudas de cámara encargados de sostener la cola bajaron las manos al suelo como para levantarla, y avanzaron con ademán de sostener algo en el aire; por nada del mundo hubieran confesado que no veían nada. Y de este modo echó a andar el Emperador bajo el magnífico palio, mientras el gentío, desde la calle y las ventanas, decía:</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Qué preciosos son los vestidos nuevos del Emperador! ¡Qué magnífica cola! ¡Qué hermoso es todo!</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo o por estúpido. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como aquél.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.</div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 11px;">
Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola.</div>
</div>
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-39128794135398193272018-08-07T08:42:00.000-07:002018-08-07T08:42:03.343-07:00Los fósforos que encienden los cuentos de Andersen por María Cristina Alonso<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZfNVzv0XjfE7Nm4ujxEJSJjxzdhJtvRJjhO9YiZ57bnTseNEvGVmtNPlNxmo1w-sEhGMv-TEDl02znMtbjUU2fO-Az4czczHKAzHoGofdz8ypXwqHUJcOdSIdKtvrMf3WUdUCgF32cmZR/s1600/43.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="375" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZfNVzv0XjfE7Nm4ujxEJSJjxzdhJtvRJjhO9YiZ57bnTseNEvGVmtNPlNxmo1w-sEhGMv-TEDl02znMtbjUU2fO-Az4czczHKAzHoGofdz8ypXwqHUJcOdSIdKtvrMf3WUdUCgF32cmZR/s320/43.jpg" width="277" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">1<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Confecciona
ropa para sus marionetas que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>viven en el teatrillo que le ha hecho su
padre, un zapatero pobre que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se irá a la
guerra y de regreso lo dejará huérfano. Detrás de esas maderas viejas, los
muñecos interpretan múltiples historias. La imaginación del muchacho es un
motor encendido las veinticuatro horas, un mecanismo que no para jamás y que
casi no necesita combustión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Canta, recita diálogos con voz de princesa,
con ronquidos de ogro, con incesantes parloteos de feria. En el barrio los <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muchachos le tiran piedras, se burlan de su
cuerpo desgarbado, de sus juegos solitarios. Pero él no se siente solo. A su
alrededor, los objetos más insignificantes le descubren sin pudor sus corazones
emparchados. Y también a ellos les otorga una voz. Muchos años después contará
sus vidas melancólicas: un viejo farol a punto de ser desechado, un soldadito
de plomo sin una pierna, una tetera arrogante que termina astillada, unos
zuecos que hacen viajar hacia sus deseos a quien se los calce, un ruiseñor a
cuerda que entretiene a un emperador, un fardo de harapos de distinta
procedencia que discurren sobre su lugar de origen, unos zapatos rojos que no
paran de bailar. En los primeros años del siglo XIX, en Odense. Dinamarca, Hans
Christian Andersen<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>descubre que todo lo que lo rodea, hasta el
objeto más insignificante, puede ser narrado. Por eso no lo doblegan los
delirios alcohólicos de su madre, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ni lo
amilanan las burlas y los golpes que recibe en la escuela. Las <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>historias que imagina<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>son <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una
coraza protectora y, como muchos de esos seres que cobran vida por las noches,
cuando el sueño no llega, él siente que está destinado a ser un grande, que
toda Dinamarca repetirá con orgullo su nombre, pero todavía no sabe por qué.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">2<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En
el manicomio donde trabaja su abuela cuidando el jardín y su madre lavando ropa
descubre a la literatura. Descubre que con una simple cerilla se puede encender
la imaginación, engañar al estómago vacío y aliviar al cuerpo aterido de frío.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Escucha a las internas que, mientras hilan,
cuentan historias, algunas vulgares, otras maravillosas, otras de impactante
terror y toma nota.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En
casa ha leído las tragedias de Shakespeare que le ha legado su padre, pobre
pero fantasioso, y las ha revivido una y otra vez en el mísero teatrillo.
Todavía no es el avezado <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>autor de
cuentos de hadas, pero allí, en su infancia, está el germen de un género del
que será creador personalísimo. Dirá más tarde cuando ya es un autor consagrado
y los públicos diversos aplaudirán sus lecturas públicas refiriéndose a sus
cuentos: “Los escribí de la manera en que se los contaría a un niño.” En una
época en que la incipiente literatura destinada a la infancia era didáctica y
moralizante, el danés contó historias llenas de fantasía pero en las que
también habló de la inestabilidad de la condición humana, de la inclemencia de
los poderosos, de los que se mueren de frío, de amor, de injusticia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Su mirada clemente de narrador exalta al
pobre, a la niña que se sacrifica por librar del hechizo a sus hermanos, al
patito más feo de la granja, al soldadito defectuoso al que le falta una pierna
por defecto de fabricación. “El pueblo como el niño- dice Graciela Montes_ está
en situación social de desvalimiento y se identifica fácilmente con los héroes
perseguidos, con los relegados, y se siente reivindicado con el final feliz”<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Proyectos%20en%20construcci%C3%B3n/Andersen.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">3</b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Otra cosa que hace durante toda su vida
es viajar, viaja como tantos escritores para escribir sus impresiones de viajes
y para contar al regreso. También dibuja paisajes en sus cuadernos con trazo
diestro. Lleva en su valija el diario de viaje y el cuaderno de dibujo. Como
muchos viajeros célebres cultiva el género y escribe en un diario sus
impresiones sobre los itinerarios que realiza. Un cosmopolita que visita países
que resultan exóticos para su época como España, Grecia, Turquía. Su vida es un
viaje que, como sus cuentos, debe ser narrada. Se convierte en un guía experto
por los países Nórdicos y Alemania. Ama las torres de Núremberg, se deleita con
la exótica melancolía de Málaga. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En Bratislava dirá de esta ciudad que lo
maravilla: <em><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; mso-themecolor: text1; padding: 0cm;">“Me esperaba una bienvenida espectacular. Me
encanta esta ciudad, es tan viable y llena de colores. Las tiendas parecen como
si fueran trasladadas aquí desde Viena. Hay mucho que ver – me dijo un
ciudadano – subamos a las ruinas del castillo allí en la roca. Desde allí se
puede ver el puente flotante, la ciudad entera y los campos de trigo en sus
alrededores” Es<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>junio de 1841 y va en
viaje de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Estambul a Viena. Entusiasta
afirma:</span></em><span class="apple-converted-space"><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-border-alt: none windowtext 0cm; mso-themecolor: text1; padding: 0cm;"> “</span></span><strong><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; mso-themecolor: text1; padding: 0cm;">Me piden que les cuente un cuento. ¿Para qué? Si
vuestra ciudad es un cuento.”</span></i></strong><strong><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-border-alt: none windowtext 0cm; mso-themecolor: text1; padding: 0cm;"> Muchos años después, los habitantes de la capital de Chequia
erigirán una estatua del cuentista danés<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>en </span></strong><span style="color: black; mso-themecolor: text1;">la
plaza <span style="background: #F9F9F9;">Hviezdoslavovo námestie. Y para que no
se sienta solo, lo rodean de los personajes de sus cuentos más famosos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-AR" style="background: #F9F9F9; color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-themecolor: text1;">4<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="background: #F9F9F9; color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-themecolor: text1;">Sus relatos son tristes, muchos de ellos nacen de las
historias con que tropieza en la isla de Fionia, en su Odense natal. Cuentos
salidos de la boca de rústicas tejedoras, de campesinos, del pobrerío de los
barrios bajos. Otros encubren escenas autobiográficas. El patito feo es su
propia historia contada en clave animal. El pato más feo termina en cisne y
corrobora el síndrome de Aladino que padece Andersen. Tanta confianza tiene en
su buena estrella que así como Aladino , hijo de un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>padre artesano termina colmado de riquezas,
él hijo de un zapatero llegará muy lejos.</span><span lang="ES-AR" style="color: black; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%; mso-themecolor: text1;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En ese viaje que comienza cuando va a
Copenhague a probarse como actor, cantante, bailarín y terminará amparado por
la burguesía ilustrada lo impulsa la vanidad, el deseo de agradar y su complejo
de advenedizo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Heinrich Heine<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo definió sin piedad: “Parecía un sastre. Su
figura revela una especie de servilismo que tanto complace a los príncipes. Es
un vivo ejemplo de cómo quieren los príncipes que sea un poeta.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Aunque muchos aman sus historias, la
vanidad y el carácter de Andersen lo torna un personaje bastante incómodo. En
1847 Charles Dickens lo invita a <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="background: white; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Gad Hill Place, cerca
de Rochester, una residencia que acababa de comprar y que estaba bastante
aislada. Ambos escritores se admiran, pero algo sucede. El danés alarga su
estadía y la familia se impacienta. Cuando al fin hace las valijas y parte,
Dickens escribe en el espejo: <span class="apple-converted-space"> </span>«Hans
Andersen durmió en esta sala durante cinco semanas que a la familia nos
parecieron siglos».</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Andersen conoce a los poderosos de
cerca. Los frecuenta, los adula, se beneficia de sus contactos y sabe de sus
defectos. Sus cuentos hablan del emperador vanidoso que estrena traje nuevo
todos los días y que, su ostentación y la adulación de los súbditos lo hacen
salir desnudo a la calle o de aquel poderoso de la china que agota a su
capricho la vida útil del ruiseñor mecánico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Y en casi todos, encontramos la revancha
de los débiles. La vendedora de fósforos es recibida por su abuela cuando
muere, la sirenita que no ha podido cumplir su sueño consigue el alma eterna.
Elisa, la niña de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los cisnes salvajes</i>
es recompensada cuando rompe el maleficio de sus hermanos. Todos los personajes
son sometidos a duros sufrimientos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En el mundo Andersen cualquier felicidad
se consigue después de un largo viaje en el que el viajero debe sortear
obstáculos, superar envidas, ser humillado, tocar fondo en los más imaginativos
infiernos y, si algo tiene claro el lector, es que la nieve termina
derritiéndose y los duros corazones acaban ablandándose, porque en los cuentos
de hadas que este desgarbado soñador de galera escribe para deleitar a los
chicos y a los grandes, en este o en el otro mundo siempre hay revancha. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Cristina/Documents/Proyectos%20en%20construcci%C3%B3n/Andersen.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES-AR"> Montes, Graciela, nota preliminar a El cuento infantil, CEAL,
Buenos Aires, 1977</span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span lang="ES-AR">Ensayo que obtuvo el Primer Premio en el concurso de relatos de la Fundación El Libro 2018</span></div>
</div>
</div>
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-45601800988429708682018-07-29T12:48:00.001-07:002018-07-29T12:48:25.527-07:00Infernales de Laura Ramos<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Una biografía gótica <o:p></o:p></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; line-height: 115%;"><span style="font-size: x-small;">por
María Cristina Alonso</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtbldY4U2aA69F2GR1kNYK78Rf_hD0JJsUn0Ojqq9jI03svhy9-BYy5XGmeqoZaPskzRTDe1IRsRkqK_L1h4oga_3iuQb3TuZslZTs1NUvZkQViAuf27NcWNlrxl3qMA6pn4SDfmFKXNqI/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="201" data-original-width="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtbldY4U2aA69F2GR1kNYK78Rf_hD0JJsUn0Ojqq9jI03svhy9-BYy5XGmeqoZaPskzRTDe1IRsRkqK_L1h4oga_3iuQb3TuZslZTs1NUvZkQViAuf27NcWNlrxl3qMA6pn4SDfmFKXNqI/s1600/descarga.jpg" /></a></span></div>
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVj2Aq645JX7SYSq5896TVLF980zbCME1C8xbx-SgtFl5oOt-m4DFOOs6e-aDGDcX7RghxGHe0-CW95_NynfXZRegADBya6koBNRrNBs7XXvmyZJieHM86G2M1oKMpbYfBaK3_sjeylbqB/s1600/9789877370355.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12pt; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="337" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVj2Aq645JX7SYSq5896TVLF980zbCME1C8xbx-SgtFl5oOt-m4DFOOs6e-aDGDcX7RghxGHe0-CW95_NynfXZRegADBya6koBNRrNBs7XXvmyZJieHM86G2M1oKMpbYfBaK3_sjeylbqB/s320/9789877370355.png" width="215" /></a> </span><br />
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así como James
Boswell, para escribir la biografía de Samuel Johnson, partió de la
correspondencia, de los testimonios orales, de la frecuentación directa
puntillosa y obsesiva del biografiado, fundando la biografía moderna como
género, Laura Ramos arma en su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infernales</i>
(Taurus, 2018) -con la misma obsesiva indagación en anteriores biografías, en
relatos de viajes al corazón de Haworth y en lecturas meticulosas de las obras
ficcionales- las fantasmales y productivas vidas de los hermanos Brontë.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hay mucho
de novelista en un biógrafo que crea un mundo y debe poblarlo alrededor de sus
personajes, con la diferencia de que la biografía exige basarse en testimonios
más o menos fiables.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Laura Ramos
nos lleva con su libro de viaje a la región de Yorkshire en la primera mitad
del siglo XIX y nos deja instalados en un páramo cruzado por los vientos que da,
entre sus mejores frutos, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>escritores. Y
no cualquier escritor: tres novelistas formidables que encendieron la
curiosidad y despertaron devociones en los lectores de todas las épocas, y un
poeta que hubiera sido brillante si el opio, los amores desdichados, el alcohol
y la decisión de sus hermanas de ignorarlo, no lo hubieran casi borrado de la
historia. Tales son las vidas de Charlotte, Emily, Anne y Bradwell Brontë.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La
reconstrucción del mundo Brontë no puede ser más minuciosa, y a la vez
fascinante. Tiene la virtud de incitar al lector que se inicia en la
reconstrucción de esa factoría donde se forjaron novelas inolvidables como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jane Eyre</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cumbres borrascosas</i>, a completar el repertorio de ficciones que
estas inglesas de Yorkshire legaron a la humanidad. Biografía, entonces, que no
sólo reelabora los pensamientos de estos escritores e imagina opciones de ese
pasado cuando era presente, sino que nos insta a releer sus textos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infernales</i>
encontramos la explicación y el origen de una de las literaturas más potentes
del siglo XIX. Desde los juguetes que inspiraron los primeros textos literarios
de los hermanos, como la caja de soldaditos de madera que el padre les llevó de
Leeds, pasando por la literatura edificante que se leía en las escuelas para
hijos de clérigos pobres a las que asistían. Cuentos poblados de niños
sufrientes -que mantenían la fe pese a las adversidades- como los que
integraban <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El amigo de los niños</i> del reverendo Wilson. Y los fantasmas que
escapaban de los cuentos que Tabby, la cocinera, les contaba junto al fuego
hasta el clima melancólico del cementerio junto a la rectoría donde vivieron,
los efluvios de El Toro negro, la taberna sobre cuyo mostrador Brandwell
escribió algunos versos, y el otro fantasma inevitable, el de las enfermedades
que fueron diezmando a la familia impiadosamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Qué tiene
de nuevo este libro sobre unas escritoras bastamente visitadas por biografías y
películas? La autora, las páginas finales, nos comparte su plan de trabajo. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Me apropiaría de todas las investigaciones
hechas hasta el momento, haría la ruta Brontë británica, la irlandesa y la
belga, pero también abrevaría en las fuentes desacreditadas chismes, videntes,
farmacéuticos, borrachos, fantasmas, la cuñada del guardia</i>.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sobre el
final de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infernales</i>, Laura Ramos nos
cuenta el origen de esta obsesión Brontë, de “su trauma” como ella misma lo
denomina, que le llevó diez años de investigación y escritura. El
descubrimiento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jane Eyre</i> en la
edición española<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>titulada Juana Eyre de
Carlota Brontë, hallada en el banco de la iglesia del colegio donde estaba
pupila una vecina. Libro cuya lectura le borró el mundo hasta que las monjas la
rescataron,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y el incumplido deseo del
padre, Abelardo Ramos, de que su hija visitara el Museo Británico<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para ver el escritorio de Carlos Marx. Ella,
en su lugar, se fue a Haworth, a casa de las hermanas Brontë.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y lo nuevo
que trae este libro es el rescate del hermano ignorado, despejando la leyenda
maldita de Patrick Brandwell Brönte, un romántico<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>poeta<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>cultísimo que escribió poemas en prosa y fue el primero de los hermanos
editados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">También
devela aspectos de las tres hermanas -que comenzaron a publicar bajo
seudónimos, como Curren, Ellis y Acton Bell- desmintiendo la imagen de
solitarias muchachas virginales perdidas en un páramo escribiendo novelas. Nos
presenta a Charlotte, Emily y Anne como mujeres cultas, que viajaron, que se
educaron en Bruselas, como Charlote y Emily, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se enamoraron,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Charlotte de dos hombres casados), que
fueron egoístas con su hermano cuando decidieron utilizar la herencia de la tía
muerta para financiar sus obras, que despreciaban el único trabajo que las
mujeres cultas y pobres podían hacer, el ser institutrices y gobernantas, y que
abandonaron sus sueños modestos de crear una escuela para convertirse en escritoras
profesionales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Laura Ramos
nos revela la génesis de estas escritoras que fueron feministas cuando nadie
tenía conciencia de la igualdad de género, que decidieron no casarse y hacerse
cargo de sus vidas, que escribieron una obra que limita con las pasiones
humanas más salvajes, más tenebrosas. Nos lleva a los tiempos en que, siendo
niñas, escribieron pequeños libros en retazos de papeles contando historias de
mundos como la Confederación de la ciudad de Cristal, Angrial o Gondal, y los
poemas escritos a la luz de las velas mientras pelaban papas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Infernales</span></i></b><span style="background: white; font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> es una biografía gótica que se propone deconstruir el mito
Brontë con una escena fundante: la noche en que Charlotte y Emily se presentan
ante George Smith, de la librería y editorial Smith & Elder, en Londres,
para dejar en claro que ellas eran las autoras de las famosas novelas firmadas
con los seudónimos de Currel, Ellis y Acton Bell. “Somos tres hermanas”, dijeron
al editor y terminaron en la Ópera donde daban <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El barbero de Sevilla</i>. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Capítulo introductorio <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que concluye con los puntos suspensivos con
que la autora invita al lector a visitar los páramos de Yorkshire y no
abandonarlos más hasta la última página.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<br />
<br />María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-40925348332421467582017-08-05T05:21:00.000-07:002017-08-05T05:21:26.388-07:00Subiendo por la escalera del libro álbum: charla sobre el proceso creativo Presentación de ¿Quién dibujo a Toribio? de Celina Guzmán y Cuento con cuentos de Cristina Alonso<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqiQ0h9GsEai-WeMu8V6ZUlMsoy14EZ_EeKm2a1KxPr_sUNP4jL0c8lh4smHNX_QJAne01fj5EOQ9IBbvXVULTYNoyNLUWCFfnwnHq3-AE_0my5kiqlS_ePng0lsj2_TY7AR0Sfz33Vhvp/s1600/DSC_2473.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1064" data-original-width="1600" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqiQ0h9GsEai-WeMu8V6ZUlMsoy14EZ_EeKm2a1KxPr_sUNP4jL0c8lh4smHNX_QJAne01fj5EOQ9IBbvXVULTYNoyNLUWCFfnwnHq3-AE_0my5kiqlS_ePng0lsj2_TY7AR0Sfz33Vhvp/s320/DSC_2473.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 38.4pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Symbol; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> }</span></span></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 38.4pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Symbol; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Times New Roman"; font-stretch: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Primer
escalón: De cómo lo libros álbum llegaron al taller del ilustrador Marcelo Sosa<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Queremos contarles nuestro
encuentro con los libros álbum y cómo, a partir de su lectura y análisis,
surgieron estas dos historias, la de Toribio y Alina en el taller del
ilustrador Marcelo Sosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Los libros álbum con los que
trabajamos fueron los que distribuyó el Ministerio de Educación de la anterior
administración a todas las escuelas
públicas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">En primer lugar, nos
encontramos con Celina con un interés común, por ser docentes, en la literatura
infantil y más precisamente en los libros álbum que tienen características
peculiares.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Por lo tanto, el proceso de
creación de nuestros libros surgió de un trabajo en conjunto, de aprender en
compañía, de compartir saberes, discutir ideas y estimularnos en nuestros
proyectos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Y Marcelo entendió
rápidamente cuál era nuestra búsqueda porque él, además de ser un ilustrador y
maestro increíble, es también un lector de literatura y nos ayudó a encontrar
las claves para contar nuestras historias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">¿Cómo lo hicimos? Sin
proponérnoslo fuimos llevando al taller los libros álbum que tenían las
bibliotecas de las escuelas. Así, sobre la mesa del taller, fuimos desplegando
las páginas de los libros de Antony Browne, de Isol, de Satoshi Kitamura, de
Itsvansch, de Sendak, y de otros autores menos conocidos. Tratamos de
entenderlos, viendo, ayudadas por Marcelo, la línea, el color, la textura, la
perspectiva, la composición, la relación texto/ imagen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Segundo
escalón: Qué vimos en los libros álbum<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxW3Ew3q0zftCTPwoRLtSoFdJqLtJVcarnyzHHkowGvUEmsw2m-bl_mEErNpLNhGfulw2Lhyd-NKmqNuvbzCl_u__zx1lCUNrUSzoAb_svMIXe8zR_NfG4hjZhAaih9jCG2w_jvrmEUyPl/s1600/descarga+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="179" data-original-width="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxW3Ew3q0zftCTPwoRLtSoFdJqLtJVcarnyzHHkowGvUEmsw2m-bl_mEErNpLNhGfulw2Lhyd-NKmqNuvbzCl_u__zx1lCUNrUSzoAb_svMIXe8zR_NfG4hjZhAaih9jCG2w_jvrmEUyPl/s1600/descarga+%25281%2529.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Los libros álbum nos
proponen una forma nueva de leer y <b>nos
invita a revisar nuestro propio concepto de lectura.<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">En el pasado, las
ilustraciones que acompañaban a los cuentos no eran nada atractivas ya que el
contenido estaba por encima de las imágenes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Recién en el siglo XVIII se
empezó a cuidar las ilustraciones de los cuentos y se comenzó a considerar a la imagen como una herramienta ideal para que los niños
leyeran, de tal manera que esos libros iban perdiendo el carácter didáctico
moralizante de las etapas anteriores y se proponían como lo que debían ser, <b>juegos del lenguaje y juegos con las
imágenes</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Y a partir del siglo XIX se colorearon
las ilustraciones gracias al avance de
las nuevas tecnologías. Es aquí cuando comienzan los libros a parecerse a lo
que conocemos por libro ilustrado en la actualidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Es a partir de la década del
60 del siglo pasado cuando las editoriales se atreven a publicar lo que vamos a
llamar <b>libro álbum</b>, este tipo de <b>portadores</b> a partir de la idea de <b>texto e imagen en íntima colaboración</b>,
como un solo proyecto que se formula en simultáneo y donde ambos lenguajes construyen
significados y argumentos.</span><span style="background: white; color: #111111; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #111111; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">El álbum, tal como lo entendemos actualmente, es un <b>producto postmoderno</b>: surgió gracias al abaratamiento de la
reproducción de imágenes, a los cambios en la educación y a la vocación por la
imagen de la cultura actual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #111111; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> Los álbumes contribuyen a la <b>educación
literaria</b>. Exponen a los lectores que se inician a <b>discursos complejos</b>, y a aspectos de la narración y de la
comunicación literaria con los que se encontrarán más adelante al leer
literatura. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Texto e imagen hacen una
síntesis; no se apoyan una en el otro. Generan <b>distintas posibilidades de lectura</b> y es <b>el lector el que construye y enhebra el sentido de la decodificación de
ambos y su interpretación</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1KUGEoyZtWRP_cDP29hIv6VJjYDajoeICWWBrikPM91NCcRD6cd18L2NH-oqvWqqHgGbk_YlwVwktZYj3gUsZfbfqQEfEmaHLHNlkzLQrUgXOW4ekzpJ_J-OAAiIeIqoVHmOp7aIIhDOK/s1600/Brownie.jpg2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="215" data-original-width="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1KUGEoyZtWRP_cDP29hIv6VJjYDajoeICWWBrikPM91NCcRD6cd18L2NH-oqvWqqHgGbk_YlwVwktZYj3gUsZfbfqQEfEmaHLHNlkzLQrUgXOW4ekzpJ_J-OAAiIeIqoVHmOp7aIIhDOK/s1600/Brownie.jpg2.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Por un lado, el texto obliga
a seguir adelante. Por el otro, las ilustraciones invitan a detenerse, a mirar
cuidadosamente, a fijarse en los detalles, a descubrir signos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Los libros álbum en general se
caracterizan por utilizar el recurso de la <b>metaficción,</b></span><span style="background: white; font-family: Cambria, serif; line-height: 115%;"> </span><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">es decir, donde el propio
libro aparece como objeto dentro del relato </span><b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> </span></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> e introducir referencias <b>intertextuales</b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">La <b>metaficción</b> es un
tipo de ficción que desmonta las convenciones de la ficción y llama la atención
del lector sobre la idea de que lo que está leyendo es un <b>artefacto</b>, una creación y no la realidad. Este tipo de ficción es
muy frecuente en la literatura postmoderna; para crear este distanciamiento,
los autores se valen de técnicas diversas tales como narradores en los que no
se puede confiar, salto de los niveles de la comunicación narrativa, préstamos
de otras obras, cesión de la autoridad al lector</span><span style="background: rgb(244, 244, 236); font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; mso-background-themecolor: background1; text-align: justify;">
<b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Los álbumes metaficcionales</span></b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> exigen una <b>lectura distanciada</b>, muy diferente a la
del lector romántico que se mete en la trama y sufre con sus personajes</span><span style="background: rgb(244, 244, 236); font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">En <i>Las pinturas de Willy</i>, de Anthony Browne, además de realizar un
homenaje a las obras cumbres de la pintura occidental a través de la parodia,
deja abierta una nueva historia cuando en su última página podemos ver que el
protagonista, Willy, el chimpancé, abandona la habitación donde estuvo pintando
y deja tras de sí una máscara de mono y su chaleco multicolor, ¿Quién es
Willy?¿Quién es el autor de esta obra? <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_bnXE2Qnr9wVX-srwZynKvgDnH7NXppKvB8-yXEz81xoF7rDlywHZHidUARfxiYJgb1-P8eZYWk2KCFf6-9b4RmibjmBY7R8uYkCzu_NLrpwiAaPAtewM2gyi_USdT0cNewr7xGUIkczF/s1600/descarga+%252812%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="193" data-original-width="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_bnXE2Qnr9wVX-srwZynKvgDnH7NXppKvB8-yXEz81xoF7rDlywHZHidUARfxiYJgb1-P8eZYWk2KCFf6-9b4RmibjmBY7R8uYkCzu_NLrpwiAaPAtewM2gyi_USdT0cNewr7xGUIkczF/s1600/descarga+%252812%2529.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">A su vez, las imágenes
evocan y dialogan con otras imágenes: Así como en la literatura se habla de <b>intertextualidad</b> cuando el texto se
relaciona con textos anteriores, en el mundo de la imagen podemos hablar de
intertextualidad visual: detrás de una imagen, podemos encontrar muchas otras
con las cuales el ilustrador dialoga, cuestiona, imita, ridiculiza, etc. Por
ejemplo en <b>En el bosque</b>, de Anthony
Browne<span style="background: white;">. Este libro tiene un intertexto
ineludible: </span></span><a href="http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/perrault/caperuci.htm"><span style="background: white; color: windowtext; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%; text-decoration-line: none;">Caperucita
Roja</span></a><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">, pero ni los personajes ni la situación que introduce la
historia son las mismas. El ruido por la noche y el silencio de la mañana le
anuncian que algo ha cambiado en su hogar: papá se ha ido. No lo menciona
explícitamente pero imágenes y texto lo dan a entender. Mientras que en la
historia tradicional, la protagonista es una hermosa niña, en el libro de
Browne el protagonista es un niño que está asustado ante la ausencia de su
padre. Aparece en la imagen otro intertexto: </span><a href="http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/folclor/hansel.htm"><span style="background: white; color: windowtext; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%; text-decoration-line: none;">Hansel
y Gretel,</span></a><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> dos niños perdidos en el bosque.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">La
lectura de un libro álbum convoca a una red de significación donde se ponen en
juego elementos del cine, la historieta, la publicidad, en este contrapunto que
generan el texto y la imagen</span></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">. Este género abre un camino
más para la formación <b>de lectores
activos</b>, y no hay edad para su lectura. Desafía a quienes quieran hojearlo,
una y otra vez, reflejando en cada interpretación, en cada significado que le
da el lector, <b>su propia historia con la
literatura.<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Tercer
escalón: Cómo leen los niños los libros-álbum<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhJQ-8WN4QIVq7ehRC1vFbkv3JDKiDcc-pS366ekpmG3s5emGcess80Y_cGlhxkTynCd9Wk6fJ3eGUDTWn_4sG9vgeLj122UBPbkhS5tYXo6E5fUevi7qAH9Oc7mVkGw2asMq5Adr47rgh/s1600/descarga+%252819%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="176" data-original-width="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhJQ-8WN4QIVq7ehRC1vFbkv3JDKiDcc-pS366ekpmG3s5emGcess80Y_cGlhxkTynCd9Wk6fJ3eGUDTWn_4sG9vgeLj122UBPbkhS5tYXo6E5fUevi7qAH9Oc7mVkGw2asMq5Adr47rgh/s1600/descarga+%252819%2529.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Es
interesante probar junto con los chicos textos que desordenen las estrategias, la
comodidad conocida para leerlos. En ese sentido, a través de nuestro trabajo
como mediadores y del de los chicos como lectores, se generarán nuevos recursos
para nuevas lecturas palpitantes, desafiantes y visibles.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Es
interesante que nos animemos a correr riesgos con los textos. Y es precisamente
lo que proponen los libros álbum. Ejemplo, la hipótesis que realizan los niños
cuando se les muestra la tapa de </span></span><span class="fontstyle21"><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">La
escoba de la viuda</span></span><span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">, de Crhis Van
Allsburg, por ejemplo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">El
libro-álbum sostiene un tramado minucioso entre sus partes. Tapa, contratapa,
guardas, ilustraciones, texto, todo es concebido como una unidad, lo que da
paso a una obra de arte visual.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="fontstyle01"><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Estos
libros, entonces, rompen la linealidad de una historia mediante el diálogo que
las imágenes establecen con el texto. Y esta complejidad narrativa se pone al
alcance de los chicos del Nivel Inicial a partir de la interacción del texto con
la imagen y generan una lectura por parte de ellos antes de que sepan leer las
letras. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Según un ilustrador,
especialista en libros Álbum, Martín Salisbury, los niños valoran a los
ilustradores, y con frecuencia intentan entender cómo consiguen los efectos y
qué significan. Los jóvenes lectores son sensibles al color y al tono e incluso los más pequeños interpretan el lenguaje
corporal que probablemente aprenden en los dibujos animados. A los niños les
encanta divertirse con los libros álbum pero también quieren desafiar los retos
que éstos proponen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Cuarto
escalón: De cómo aparecieron las historias y los dibujos<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Entonces, después de leer
sobre libros álbum, de experimentar con ellos en el aula, como en el caso de
Celina que trabaja en el nivel inicial -casi sin proponérnoslo- en el taller de
Marcelo empezamos con los primeros bocetos y a barajar ideas para armar
nuestros propios libros álbum.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Como todo trabajo creativo
el proceso es largo y arduo. Pensar en una historia en primer lugar que en los
dos casos llevaría texto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Y así escribimos la <b><span style="background: white; color: #222222;">storyboard</span></b> o guión gráfico,
hicimos bocetos, desechamos ideas que al principio nos parecíamos geniales y
que después se iban debilitando, trabajamos con borradores. Los personajes
fueron mutando. Tanto Toribio como Alina fueron sufriendo transformaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Pensamos mucho en las
técnicas, en el color que predominaría, el barrio y la casa de Alina imponían
grises y azules porque la historia comienza cuando Alina se aburre porque nadie
le lee los libros que hay en la biblioteca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Toribio, en cambio, juega
con los espacios en blanco, con las líneas inacabadas que expanden los objetos.
Dialoga con las formas, deconstruye, arma y vuelve a armar, simplifica objetos.
En cambio el mundo de Alina dialoga con la literatura universal, intertextualiza
imágenes que remiten a Pinocho, a los cuentos de los hermanos Grimm, a Italo
Calvino, a las Mil y una noches.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Las dos trabajamos con
acuarelas y microfibras.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhby6NPjFb_cNSP3YwBuahd3l7jUF0ERMPwbQAM3XhH7nYuoqKuvl6VmLBboqGm3trhTpE75pBOm0MdEE06Ov2uPdPzI_PIiMAEt4klTosoF5p4rV97uURgP2EHLZGCxcRlC_YZd-qgViX/s1600/tapa+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1252" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhby6NPjFb_cNSP3YwBuahd3l7jUF0ERMPwbQAM3XhH7nYuoqKuvl6VmLBboqGm3trhTpE75pBOm0MdEE06Ov2uPdPzI_PIiMAEt4klTosoF5p4rV97uURgP2EHLZGCxcRlC_YZd-qgViX/s320/tapa+2.jpg" width="250" /></a></div>
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif;">¿Quién dibujo a Toribio? de María Celina Guzmán</span></b><span style="font-family: Calibri, sans-serif;"> </span><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">es un libro álbum que fue pensado como
un regalo de Celina para su sobrino Lautaro,
que tiene un perro de raza big llamado, como el personaje, Toribio.<o:p></o:p></span><br />
<div class="MsoNormal" style="background: white; mso-background-themecolor: background1; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">El
cuento propone el tema universal del doble. El del doppelgänger -literalmente
"doble que camina"- es uno más de los mitos engendrados por la idea
de dualidad con la que el hombre percibe su entorno. Todo tiene su antónimo: el
día en la noche, el fuego en el agua, la vida en la muerte. <br />
<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">El doble es
un tema recurrente en la literatura, la tradición y el folclore popular.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">El perro Toribio se queda
solo en la casa y, robando los fibrones de la mochila de su dueño, se dibuja
sobre la pared. Como en todas las historias fantásticas, el dibujo cobra vida
y, al salir de la pared se desordena. Hocico por un lado, patas por el otro, cabeza
y ojos en el cuarto, orejas en el baño. Ante tal prodigio, Toribio tiene miedo
y se mete bajo un sillón. No obstante, se sobrepone y, antes de que llegue
Lautaro trata de juntar las partes que forman otro animal muy distinto al que
era en origen. Desmontar para resignificar,</span><span style="background: white; line-height: 115%;"> </span><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">es entender que en el fondo todo puede ser de
otra manera</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">. El dibujo que se desarma se rearma propiciando otra
lectura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">Mientras tanto, el lector,
irá recorriendo la casa, descubriendo personajes misteriosos que se ubican como
espectadores, para seguir el juego que propone la historia. Buscar las partes
de ese doble de Toribio que, es, si se lo vincula con la literatura bíblica,
una especie de Golem. En<span style="background: white; color: #222222;"> la
cultura moderna y, particularmente, en el marco coloquial, el Golem es
una </span></span><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Met%C3%A1fora" title="Metáfora"><span style="background: white; color: windowtext; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%; text-decoration-line: none;">figura
metafórica</span></a><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;"> estrechamente relacionada con el
autó<span style="color: #222222;">mata, el ser descerebrado o el hombre
masificado que, controlado, sirve desde un plano de conformismo, pero podría,
bajo ciertas circunstancias, rebelarse.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">El dinamismo de la historia, en la que texto e ilustración se
complementan, propone a los niños leer entre líneas y “leer” las imágenes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 115%;">El dibujante, el artista, parece decirnos esta historia, es como
Toribio, se ve, no como lo ven los otros, sino como es en la realidad de su
creación y nos habla, además de la necesidad de estar acompañados aunque nos
guste la soledad. El lector, como el Lautaro de la historia, parece un cómplice
de la travesura puesto que intuye que algo “extraño” va a pasar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><span style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJf1TsvCPZyKOiDTt9BBZlGOvNZZb8lJyZrFkQyep8VrHw-QydPNjXBnY-GAqVM-vuhneecGGW8usDAKI4fIjgyLNLmHTAwqEKVedMz3-5K0kO8DkosBqNbquwa3ZjV5PbnIS6e8iiyoO_/s1600/tapa1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1226" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJf1TsvCPZyKOiDTt9BBZlGOvNZZb8lJyZrFkQyep8VrHw-QydPNjXBnY-GAqVM-vuhneecGGW8usDAKI4fIjgyLNLmHTAwqEKVedMz3-5K0kO8DkosBqNbquwa3ZjV5PbnIS6e8iiyoO_/s320/tapa1.jpg" width="245" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><span style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, sans-serif;">Cuento con cuentos de María Cristina Alonso </span></b><span style="background: white; color: #222222; font-family: Arial, sans-serif;">nació a partir de un tema recurrente que atraviesa sus escritos,
esa sutil frontera que delimita la ficción de la realidad en el espacio de la
biblioteca. Las bibliotecas como las entiende Borges, como un universo </span><span style="background: white;">compuesto de un número
indefinido e infinito de libros que remiten a otros libros. Un receptáculo
donde siempre están ocurriendo los sucesos que conforman las historias que
narran. Un lugar donde se vive la ficción, que contiene todos esos seres
creados por la imaginación a lo largo de la literatura universal y que
acompañan al lector.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; line-height: 115%;">En ese sentido, la historia de
Alina está atravesada por intertextos diversos que remiten a la literatura
universal y en especial a los relatos tradicionales para niños.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="background: white;">Alina vive en una ciudad
que no está en ningún mapa y en una casita chiquita y gris. Se aburre -así lo
cuenta la primera página donde se la ve sentada con su perro en la puerta de la
casa- pero en ese mundo silencioso hay una biblioteca que nadie lee. Una
biblioteca llena de libros siempre es una posibilidad y en ella ocurren cosas:
está habitada por navíos, personajes del desierto, animales ruidosos y ciudades
colgantes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="background: white;">Los padres, como muchos
adultos, no tienen tiempo de compartir lecturas con Alina (que dicho sea de
paso tiene el nombre de la protagonista de <i>Lejana</i>,
un cuento de Cortázar). Entonces, como en todo cuento fantástico, los planos se
mezclan y de los libros salen las voces de personajes muy conocidos por el
público infantil: Gepetto, el creador de Pinocho, el Patito feo, la madrastra
de Blanca Nieves. Su parloteo es convocante y Alina se anima a bajar los libros
y ponerse a leer. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="background: white;">El cuento nos habla de la
inconmensurable compañía que nos hace la literatura, de cómo los lectores nunca
estamos solos y la ficción nos ayuda a </span><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif;">hacer frente a
la soledad, la indiferencia, la incomprensión.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSXYS_92VbWVTPDUbr2Cg4lNHVA0ImfJsM519hJNqSu9qEsDb4aPW57_gXx3WxlUc9BRvfpq1dbWMroA8_RntjFiVX866TUFyYz61sxiIWChCkCuOcVtygjxqdirzcXHeKlE_dZHpXOEz4/s1600/DSC_2459.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1064" data-original-width="1600" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSXYS_92VbWVTPDUbr2Cg4lNHVA0ImfJsM519hJNqSu9qEsDb4aPW57_gXx3WxlUc9BRvfpq1dbWMroA8_RntjFiVX866TUFyYz61sxiIWChCkCuOcVtygjxqdirzcXHeKlE_dZHpXOEz4/s320/DSC_2459.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif;">Como dice el escritor español Muñoz Molina:</span><span style="background: white; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif;"> </span><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif;">“Como el agua y el pan, como la amistad y el amor, la
literatura es un atributo de la vida y un instrumento de la inteligencia, de la
razón y de la felicidad.” <span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-50694085184987220052017-07-16T15:26:00.002-07:002017-07-16T15:29:32.371-07:00Profesores que escriben<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-left: 21.3pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 14.0pt;">Heme
aquí, ya profesor (de Mientras duren los libros)<o:p></o:p></span></b></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf2VzfOl80w2hBlfdmFsrcYdER8G8fXM897ZjgTjNiKdheek24zU2QcEssWzgq5ownYxu9iPtRmbb0aIOpwMZ5AvEmDj9rRkdFNceBploppH4venZukWQJe7iCEIhjgNYi_ppP3Tk78yFB/s1600/_caricaturamachado_309ce842.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1273" data-original-width="800" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf2VzfOl80w2hBlfdmFsrcYdER8G8fXM897ZjgTjNiKdheek24zU2QcEssWzgq5ownYxu9iPtRmbb0aIOpwMZ5AvEmDj9rRkdFNceBploppH4venZukWQJe7iCEIhjgNYi_ppP3Tk78yFB/s200/_caricaturamachado_309ce842.jpg" width="125" /></a></div>
<span style="font-size: x-small;"> </span><i><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif; text-align: justify; text-indent: 47.2667px;">Me pregunté durante mucho tiempo: ¿se puede escribir y ser una profesora de secundaria? Pienso en Haroldo Conti, dando clases de latín mientras escribía Mascaró,</span><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif; text-align: justify; text-indent: 47.2667px;"> </span><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif; text-align: justify; text-indent: 47.2667px;">en Cortázar en las escuelas de Bolívar y de Chivilcoy, en la década del 40, o</span><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif; text-align: justify; text-indent: 47.2667px;"> </span><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif; text-align: justify; text-indent: 47.2667px;">en Antonio Machado y sus cursos de francés en la España de la Segunda República. Sobre estas cosas trata este capítulo de <b>Mientras duren los libros</b></span></i><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY-TYtm2vUOiWGoUFSbOp8SPWgOPcwka7uuAmucNULmM_0GXCU5rYDG2QVW0S9lJDATYccuhpaDmqxqBdOXcxQVC96qhT0FmAy7XIm7RRCweDKQOfYiSJkPI05BDAXxokPuQNzOhnEemQx/s1600/Primer-Cortazar-Bolivar-Chivilcoy-Paris_CLAIMA20150911_0171_39.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="296" data-original-width="526" height="112" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY-TYtm2vUOiWGoUFSbOp8SPWgOPcwka7uuAmucNULmM_0GXCU5rYDG2QVW0S9lJDATYccuhpaDmqxqBdOXcxQVC96qhT0FmAy7XIm7RRCweDKQOfYiSJkPI05BDAXxokPuQNzOhnEemQx/s200/Primer-Cortazar-Bolivar-Chivilcoy-Paris_CLAIMA20150911_0171_39.jpg" width="200" /></a><br />
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUUBtaiZfr2EWyL6jboVyrMubky_eKZQnF5YRRSwN1_kOD2NtBxeCotjMarQToRpf_KLaBZTr-WuacmF17TJeSscDsOAtswo8ps6P5P7YS44w9Lwup6O6Wa5CkJsSWVT3lo_bSVNmI6SIg/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="112" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUUBtaiZfr2EWyL6jboVyrMubky_eKZQnF5YRRSwN1_kOD2NtBxeCotjMarQToRpf_KLaBZTr-WuacmF17TJeSscDsOAtswo8ps6P5P7YS44w9Lwup6O6Wa5CkJsSWVT3lo_bSVNmI6SIg/s200/images.jpg" width="200" /></a><span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Durante
mucho tiempo soy una profesora que anda a los tumbos y apenas si puede
orientarse en el salón de clase. La juventud nos llena la cabeza de sueños. El
mío es el de convertirme en escritora y en poder leer sin que nadie me
interrumpa durante horas. Pero no hay caso. No hay tiempo para nada. Además de
las horas que paso frente a alumnos, en dos turnos, tengo que asistir a
reuniones, hacer planificaciones, escribir discursos para los múltiples actos
que se suceden a lo largo del año y corregir parvas de evaluaciones y trabajos
escritos.<o:p></o:p></span></span><br />
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Corregir,
esa es la condena del profesor. Los chicos escriben como si estuvieran colgados
de una ventana mirando el precipicio. Letras de múltiples formas con biromes de
todos los colores pero nunca escritura legible. Un profesor es un criptógrafo,
un aspirante a Champollión, un descifrador de jeroglíficos. Pasa horas mirando
las hojas de carpeta intentando dilucidar lo que han querido escribir sus
alumnos y, cuando lo logra, en general no hay nada consistente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Horas
de corrección. Me instalo frente a la ventana con el mate, pongo música, me
reclino sobre almohadones, pero la pila de escritos no avanza. Cuando ya tengo
cinco corregidos me acuerdo de que hay que ir a descolgar la ropa porque va a
llover o pienso que el cubo del agua del perro estará vacío. Me levanto
incontables veces para consultar libros de la biblioteca que me vienen a la
cabeza, los abro, leo unos párrafos y los vuelvo a colocar en los estantes. Me
digo que, para corregir los cinco cursos que se apilan sobre mi mesa, debería
atarme a la silla con una cadena. Me muero de aburrimiento. No soy buena
profesora, odio corregir siempre las mismos errores, esas largas oraciones sin
puntos ni comas, esos errores ortográficos que horrorizan, esas diez palabras
que conforman casi todo el vocabulario de los adolescentes que tiene siempre
cosas más interesantes que hacer que dedicarse a escribir una página decente
para la prueba de lengua.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Sueño
con hojas de carpeta Rivadavia garabateadas con birome, con los extremos
doblados, con florcitas dibujadas en los extremos, con la marca de agua con esa
R estirada y llena de firuletes que atraviesa la hoja. Justo Rivadavia, un tipo
que no me cae para nada simpático. Y trato de no hacer la cuenta de los
trabajos escritos que corrijo en el mes, en el año, al cabo de los años. Por
suerte, de tanto en tanto, algún adolescente escribe una historia interesante o
incurre en errores graciosos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Me
pregunto ¿se puede escribir y ser una profesora de secundaria? Pienso en
Haroldo Conti, dando clases de latín mientras escribía Mascaró, en Cortázar en las escuelas de Bolívar y de
Chivilcoy, en la década del 40, o en
Antonio Machado y sus cursos de francés en la España de la Segunda República. Y
me respondo que se puede. Entonces corro las evaluaciones agobiantes y pongo
una hoja en la Olivetti Lettera 32 anaranjada o más adelante enciendo la
computadora y escribo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Una
mañana llevo un libro de poesías completas de Antonio Machado a clase. Él
también fue profesor. Un reposado profesor que escribe mientras camina por los
campos de Castilla bordados de olivares polvorientos: </span></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">"Heme aquí ya,
profesor/ de lenguas vivas (ayer maestro
de gay-saber, /aprendiz de ruiseñor)/ en un pueblo húmedo y frío,/ destartalado
y sombrío, / entre andaluz y manchego". Es Antonio Machado que, en 1912, después de la muerte de su amada
Leonor, se traslada a Baeza, en Jaén, a casa de su madre y, hasta 1919, </span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES;">enseñará
Gramática Francesa en el Instituto de Bachillerato instalado en la Antigua
Universidad baezana</span>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Sus ex alumnos lo
recordarán como un hombre benevolente y un tanto ausente del mundo cotidiano.
Su cabeza estaba llena de poesía pero también preocupado por el clima político
que se respiraba durante la Segunda República. Le inquietaban los males
nacionales y les decía a sus alumnos: </span><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">No
aceptéis la cultura postiza que no pueda pasar por el tamiz de vuestra
inteligencia. Hay que aprender a pensar, a razonar, a utilizar el cerebro; a
distinguir “los valores falsos de los verdaderos y el mérito real de las
personas bajo toda suerte de disfraces”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La pena por la
pérdida de Leonor, que había muerto a los 18 años, se notaba en su desaliño. Solía decir: <i>Un hombre mal vestido, pobre y desdeñado, puede ser un sabio, un héroe,
un santo</i>. E<i>l birrete de un doctor
puede cubrir el cráneo de un imbécil</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Escribe el hispanista
Ian Gibson que Machado fue catedrático por casualidad pero que, una vez que
ganó la cátedra de Lengua Francesa en el Instituto de Soria, en 1907, se aplicó
muy en serio a su profesión y a sus obligaciones. Había pensado trabajar en un
banco, y también había querido ser actor. Fue su maestro Francisco Giner de los
Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien lo encaminó hacia la
docencia y le propuso opositar a una cátedra en el Instituto. Sabía francés como su padre y abuelo, le
interesaba la literatura francesa contemporánea, había estado en París. Por lo
tanto, ya que como escritor no iba a poder ganarse la vida, comenzó a dar clases. Y no fue un profesor
convencional. Aunque su misión era enseñar francés con los libros de textos
oficiales –por aquel entonces el francés era considerado una materia “de
adorno”, como la gimnasia- se las ingeniaba para que sus clases fueran
entretenidas y dinámicas. Aligeraba el aburrimiento de la gramática enseñando
la lengua a través de la literatura, no sólo francesa, sino también española.
Tampoco, parece, suspendía a ningún alumno. <i>Podemos
imaginar que en aquellas “lecturas comentadas” </i>– dice Gibson<i>- habría frecuentes alusiones a la
literatura española, e incluso a poetas amigos del catedrático. Y lo más
grande, era que los alumnos sabían que, pasara lo que pasara, el bueno de don
Antonio nunca los iba a suspender</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Leo en voz alta <i>Canciones y cantares</i>, leo “A un olmo
seco”. Un chico de pecas me mira soñoliento, una que no puede dejar tranquilos
a sus rulos encendidos bosteza, desde el último banco se escucha el ruido de un
sacapuntas. Las virutas van cayendo sobre el piso y me alejan de los campos de
Castilla, de Antonio Machado exiliándose en Coilleur, de su melancolía. Suena
el timbre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Tampoco suspendía a
sus alumnos Haroldo Conti, que
desapareció el 4 de mayo de 1976, secuestrado por una patota en los comienzos
de la dictadura. En ese entonces daba clases en el Liceo Nacional N° 7 “Domingo
Faustino Sarmiento”, de Buenos Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Un
profesor diferente, como lo recuerda una ex alumna, Ramy Alvarez Freita, cuyo
testimonio está registrado en el libro <i>Haroldo
Conti, biografía de un cazador</i>, de Néstor Restivo y Camila Sánchez: “No era
lo que se dice un profesor común. En absoluto. A nosotros nos dictaba latín, en
segundo año, en el 72”. “No hablaba mucho de sus libros. Tanto que muchas
compañeras, creo, ni siquiera sabían que al frente de la clase estaba un
escritor de muy alto nivel.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Y
la directora del Liceo donde Conti enseñaba recordó con horror que una noche
encendió el televisor y lo vio a Haroldo Conti entrevistado por Julio Lagos,
que decía: “Sí, yo dicto en una escuela latín…la verdad es que cumplo la mitad
del programa.” Y pensó que al día siguiente iba a tener que llamarle la
atención. Como cuando faltaba y ella le decía: “Conti, no me haga tener que
pasarle una observación escrita.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El
mismo Conti dirá, en un reportaje publicado en el diario La Opinión del 15 de
junio de 1975:”Ingresé a la Facultad de Filosofía y Letras y hubo una época de
silencio en la que me dediqué a estudiar y, voluntariamente, dejé todo ese tipo
de inquietudes (se refiere a sus deseos de ser escritor). Por ese camino acabé
siendo un triste profesor de escuela secundaria. Hace veinte años que enseño
latín.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Y,
reflexionando sobre su situación económica: “Miren mi caso personal; tengo seis
o siete premios internacionales y sin embargo mi ingreso fijo siguen siendo los
doscientos mil pesos mensuales que gano como profesor de latín en una escuela
secundaria. Otros halagos económicos no tengo. Me gusta viajar. Creo que para
mi oficio es imprescindible conocer lugares y gentes. Viajaría eternamente,
pero los viajes me los tengo que financiar yo, generalmente. De modo que un
viaje hacia lo desconocido y maravilloso puede ser irme a mi pueblo, a
doscientos kilómetros; es toda una hazaña, pero cuesta muchos pesos.”<br />
Conti se desempeñó como profesor de latín en el Liceo N°7, de Buenos Aires,
desde 1967 a 1976. Luego de su desaparición, durante dos años, se le siguieron
computando las ausencias y, recién a mediados de 1979, el Ministerio de
Educación, envió al establecimiento una notificación que lo declaraba cesante
por "abandono de tareas".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Escritores
que enseñan, que dan clases para vivir pero que andan por los pasillos de las
escuelas con sus ficciones a cuestas. Mientras van pasando los años y escribo
libros, mientras transcribo notas a planillas cuadriculadas, corrijo
evaluaciones y asisto a interminables reuniones de profesores cuya finalidad es
hacernos sentir siempre en falta y culpables, pienso en Cortázar enseñando
Instrucción Cívica en la escuela normal de Chivilcoy entre 1939 y 1944 y
escribiendo cuentos en la pensión Varzilio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Chivilcoy
está a cincuenta kilómetros de la ciudad donde vivo. Envidio a los
chivilcoyanos por haberlo tenido a Cortázar vagando por sus calles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Leo
un prólogo que Cortázar escribe para una edición de los cuentos de Felisberto
Hernández -“Carta en mano propia”- y puedo entrar, guiado por sus palabras a la
pensión Varzilio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Para
envidia del resto de los pensionistas, la habitación de Cortázar da a la calle
y parece que es la mejor de la casa aunque el futuro escritor se queje no sólo
de ella, sino de la aplastada ciudad de la pampa bonaerense.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Cuando
no está en la escuela, Julio escucha discos que pasa en una victrola rasposa,
según la descripción que hace a un Felisberto que ya no puede leerlo porque
está muerto. Por la ventana de la
pensión Varzilio salen aires de Mozart, de Bach, tangos de Gardel, los blues de Jelly Roll Morton y las
canciones de Bing Crosby. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La
vida de Cortázar en Chivilcoy se reparte así: cada tanto un concierto en el
club social y de lunes a miércoles,<b> </b>cinco
horas de geografía, nueve de historia y dos de instrucción cívica. Los
almuerzos compartidos en la larga mesa con viajantes de comercio y empleados
bancarios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">El
joven Cortázar se está volviendo un experto en pueblos, antes de Chivilcoy ha
estado en Bolívar, “ese peldaño del infierno que se llama Bolívar”, le escribe a una amiga, describiendo las
ventajas de Chivilcoy: <i>De no existir la inapreciable ventaja de escaparse
cada fin de semana, acaso habría más problemas de vida aquí que en aquel pueblo
sin alma. No sabe usted las cosas que me han ocurrido... y que me ocurren: la
suma de miserias y torpezas que caracterizan a una ciudad del interior</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="mobile-post" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";"> Lo cierto es que antes de Rayuela y el boom latinoamericano,
antes de Cuba y de su hermano, el Che, </span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES;">que iba por los montes mientras él dormía y
Nicaragua tan violentamente dulce, Cortázar es un docente que enamora a
alguna de sus alumnas y debe abandonar el pueblo acusado, en 1944, de
comunista, anticlerical, anarquista y trotskista por no besar el anillo del
obispo de Mercedes, que visita la institución.<o:p></o:p></span></div>
<div class="mobile-post" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><b><br /></b></span></div>
<div class="mobile-post" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES;"><b>María Cristina Alonso</b></span></div>
<div class="mobile-post" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Obras
mencionadas en este capítulo:<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Mascaró,</span></i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";"> de Haroldo Conti. “Campos
de Castilla”, “A un olmo seco”, de <i>Canciones
y cantares</i>, de Antonio Machado.<i>
Haroldo Conti, biografía de un cazador,</i>
de Néstor Restivo y Camila Sánchez. <i>Rayuela,</i>
de Julio Cortázar, “Che” en “Carta a Adelaida y Roberto Fernández Retamar” de <i>Cartas 1964-1968, </i>de Julio Cortázar en</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR;"> Edición a cargo de Aurora
Bernárdez.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<br /></div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-55387143903059661652017-07-09T11:33:00.004-07:002017-07-09T11:36:52.518-07:00Gendarmes y niñeras (Capítulo 3 de Mientras duren los libros)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="background: white; clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<img alt="Resultado de imagen para gendarmes y niñeras" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1BwxEILHhrdR5yaEDXn7uQpv2kpT8f8SHNYIS5-YAHsulV27RvsM4H5K5FqSYYoG3gEaTpT2TqrnqBSQDbvRK-0HjXquUX3D-6OWKsv5H4Ntvm91jOaWaOGBrskPruPEX3oK7bTQe413a/s320/cortazar.jpg" style="background-color: transparent;" width="320" /></div>
<div style="background: white; clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; margin-top: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: 18.6667px;"><i><br /></i></span></span></div>
<div style="text-align: justify; text-indent: 47.2667px;">
</div>
<br />
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Cuando
empecé a estudiar Letras en la facultad de Humanidades de La Plata no pensaba
en ser profesora de secundaria. Elegí la carrera porque… ¿qué otra cosa podía
estudiar alguien a quien sólo le interesaba leer? Llegué a la facultad en
tiempos revueltos. Era 1973, la primavera camporista. Yo venía de un pueblo y
lo primero que recuerdo de aquellos pasillos de la facultad que ya no
existen son las paredes con imágenes del
Che y pintadas con fusiles atravesados por lanzas haciendo la V de la victoria.
Después, en el 76, cuando el golpe militar, las paredes se limpiaron y sólo
corría por los pasillos el miedo y las noticias terribles de compañeros que desaparecían. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">En
el último año hice mis prácticas en Bellas Artes, colegio que dependía de la
Universidad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">La
Profesora de Prácticas era una mujer de sonrisa fácil, parecía comprensiva.
Ingenuamente propuse un poema de Cortázar para trabajar con los alumnos del segundo año que me habían asignado: “El niño
bueno”. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">“No sabré
desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies<br />
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.<br />
Acepto este destino de camisas planchadas,<br />
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.<br />
El largo desarreglo de los sentidos me va mal. Opto<br />
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.<br />
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente<br />
para traerte un pescadito rojo<br />
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.<o:p></o:p></span></i></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><i><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">De ninguna manera</span></i></span><span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;"> -dijo la Profesora
de Prácticas- <i>A los alumnos hay que
darles siempre textos positivos, que hablen de acciones correctas y no de
rebeldías estériles</i>. Era septiembre de 1976, la dictadura se ensañaba con
los jóvenes militantes, los secuestros se multiplicaban y proliferaban los
centros clandestinos de detención. El 16 fue la famosa <i>Noche de los lápices</i>. Un grupo de estudiantes secundarios que
habían participado de marchas por el Boleto Escolar Secundario y que eran militantes
políticos, de la UES, fueron secuestrados por grupos de tareas conducidos por
el general Ramón Camps</span></span><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=7920228438305286224#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">. Eran estudiantes
secundarios como los alumnos con los que yo debía hacer mis prácticas, que
asistían a escuelas secundarias de La Plata, entre ellas al Colegio de Bellas
Artes. Es decir que, mientras mi Profesora de Prácticas </span></span><span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , "sans-serif";">me</span></span><span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;"> rechazaba un poema que no era “moral”, en aulas cercanas
a la mía quedaban bancos vacíos de los chicos que ya estaban en campos de
concentración sufriendo torturas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">El
niño bueno que Cortázar describe en su poema significará para siempre aquella
época. Tiempo en que nadie podía desatarse los zapatos, ni emborracharse, ni
ser impuntual porque siempre había gendarmes y niñeras que nos decían todo el
tiempo lo que debíamos leer, lo que debíamos escribir, lo que debíamos enseñar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Cuando
obtuve el título volví al pueblo y transité muchos años pensando que daba
clases para vivir, pero que mi destino estaba en la escritura. Me alentaba
pensar que otros escritores tuvieron que dar clases para sobrevivir.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">A fines de 1977
conseguí unas horas en cuarto año del bachillerato en un Colegio Nacional. Año
duro, terrible. Muerte, desapariciones, censura. Ese era el pesado bagaje que llevaba en mi portafolio de docente
principiante. Porque en mis primeras clases me compré un portafolio de esos
serios de maestra aplicada. Después no lo usé más. Preferí llevar los libros en
la mano o en una bolsa, como si estuviera de paso. Los portafolios son objetos
feos, se llenan de papeles que después uno nunca saca, de pelusas, de pedazos
de tiza, de planillas ajadas que debieran haber sido entregadas en tiempo y
forma. Y, además, van sufriendo transformaciones a lo largo del día. El cuero
parece brillante y lustroso en la primera hora, pero va cambiando a medida que
las clases se suceden. El portafolio se va blanqueando con la tiza, se le pelan
los extremos al rozar con los bancos, se va inflando a medida que recibe las
hojas con las evaluaciones de los alumnos. Al final de la jornada es una
especie de hipopótamo intoxicado que pesa como si uno llevara a todo el curso a
su casa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Así que dije basta a
los portafolios y me colgué una bolsa
colorida al hombro que, si bien cumplía la misma función que el portafolio
era más informal, me hacía sentir que no iba a estar cinco horas seguidas en la
escuela con todo lo que significa de horarios, normas, estatutos, acuerdos
disciplinarios y burocracia sino que iba a charlar sobre libros en una tertulia
imaginaria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Pero no era verdad.
La escuela es una de las tantas instituciones de encierro, como las cárceles y
los hospitales. La literatura es, como todas las artes, un espacio de libertad.
“Mientras leo -escribió una vez Andrés Rivera- no hay censores, no hay
celadores que vigilen nuestra mente”. Eso fue para mí lo paradójico de enseñar
literatura. Leer no resiste el imperativo, y sin embargo siempre estamos
diciendo: “tenés que leer”, “¿no leíste para hoy?” “¿dónde está tu libro?”, “Prestá
atención”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Los alumnos se
resisten a leer por imposición. Siempre me dio resultado hablarles de los
libros que leo por gusto propio y de los que pienso que podrían interesarles.
Mantener a la literatura como algo vivo que circula entre los bancos, como algo
deseable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">La literatura sucede
cualquier día, en cualquier trimestre, en cualquier estación. Estoy en un salón
de clases. Hay treinta o más adolescentes que me escuchan. Hablamos de los
géneros, el policial y sus claves, el terror y sus marcas. Los miro, he mirado
a mis alumnos muchas veces con cierta consternación. Adelante suele sentarse el
Mejor Alumno, ese que tiene las respuestas antes que uno formule las preguntas; más allá el Distraído,
orbitando en su mundo; la Más Linda, mirándose disimuladamente en un espejito;
y también la Feminista, la que cuenta que en su familia su abuela, madre y
hermanas siempre se las arreglaron solas; el Solitario, ese que jamás dice una
palabra y baja la cabeza cada vez que uno pronuncia su nombre. En el fondo se
sienta el Chistoso, ese que dice
cualquier cosa para llamar la atención. Están los Resentidos, los
Quisquillosos, los Simpáticos, los Burlones, la más Estudiosa, la Imaginativa,
el Tapado. Alumnos. Siempre me gustaron más los rebeldes que los aplicados, los
contestatarios que los conformistas, los que se pintan la cabeza de verde a los
que lucen ropa de marca. No voy a idealizarlos románticamente. Pero algunos me
gustaron mucho, me encanta escucharlos, leer sus escritos, confrontar ideas.
Con ellos realizamos muchos viajes: hacia islas solitarias, a pueblos
caribeños, al futuro distópico, al
pasado lejano. Gracias a los libros hemos traspasado los límites del tiempo y
del espacio, hemos viajado también al interior de nosotros mismos. Porque, como
dice el escritor Muñoz Molina “<i>La
literatura nos enseña a mirar dentro de nosotros y mucho más lejos del alcance
de nuestra mirada. Es una ventana y también un espejo. Quiero decir: es necesaria.”<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Obras
mencionadas en este capítulo:<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">“El niño bueno”<i>, </i>de <i>Salvo
el crepúsculo,</i> de Julio Cortázar. “La disciplina de la imaginación”,
conferencia de Antonio Muñoz Molina. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">María Cristina Alonso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal;">
<br /></div>
<div>
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=7920228438305286224#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 10.0pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-AR" style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 10.0pt;">El 16 de septiembre es una fecha que ha sido fijada en el calendario escolar por diferentes
legislaciones, debe su impulso a quienes la sintieron como propia desde la
recuperación de la democracia: los estudiantes. Entre los jóvenes secundarios
que fueron secuestrados por las Fuerzas Armadas estaban: Francisco López
Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel
Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo
Calotti y Emilce Moler.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
</div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-41335812361392304832017-06-26T12:01:00.003-07:002017-06-26T12:02:56.044-07:00 Un temporal en una taza de té<div class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-left: 0cm; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><span style="font-size: 18.6667px;"><b>(De mi libro <i>Mientras duren los libros)</i></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Resultado de imagen para lectores pinturas ilustracion" height="320" src="https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/fd/72/82/fd7282b2cc0ada2832262c2f1601bfa6--basset-hound-hound-dog.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="258" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;">Suena el timbre del recreo. Es una mañana de cualquier
día de 1981, en cualquiera de las escuelas donde trabajo. Estamos en dictadura
y la literatura, como otras cosas en el país, está rigurosamente vigilada.
Salgo del aula con una bolsa llena de
libros colgada del hombro. Los pasillos se llenan de alumnos, de voces, de
gritos. Paso por delante del despacho de la directora que hace que lee unas
planillas, pero vigila detrás de sus anteojos. Sonrío. Su trabajo es vigilar.
El mío, el de no levantar sospechas. Llevo conmigo a unos tipos impresentables
que no serían de su agrado y que -si los descubriera- serían invitados a
abandonar el establecimiento inmediatamente.</span></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Uno, por ejemplo, es un loco que, de tanto leer libros de
caballería se cree un caballero andante, confunde molinos con gigantes y anda liberando
galeotes. Otro se despierta convertido en insecto con el vientre abombado y
parduzco, moviendo las patas sobre el cobertor. Va también Long John Silver, el
Largo, un marinero aparentemente trabajador y honrado que es, en verdad, un
pirata feroz al que le falta una pierna y lleva un loro posado en su hombro. También
llevo a dos gauchos que se exilian -uno de ellos ha roto la guitarra y tiene dos lagrimones que le ruedan por la
cara- en las tolderías. Hace barra con ellos una mujer adúltera, natural de Tostes, compradora compulsiva que
terminará sus días ingiriendo arsénico en polvo. Y una muchacha suicida que
escribe poemas desesperados y dice “Alejandra, Alejandra/ debajo estoy yo/
Alejandra” y sentencia que “una mirada desde la alcantarilla puede ser una
visión del mundo”. Y, para empeorar las cosas, también estoy con otro tipo que
se la pasa vomitando conejos y es imparable. Yo no sé qué voy a hacer si la
escuela se llena de conejos, que no se culpe a nadie. Pero, por momentos, lo
imagino: conejos saltando sobre la mesa de la sala de profesores, escondiéndose
en los mapas enrollados, saltando sobre los ficheros, saliendo desde dentro del
cajón de la secretaria que pierde los anteojos con la impresión. Y ni hablar si
suelto a los leones que han estado agazapados en la pradera artificial del
cuarto de los niños.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">No quiero que la directora me llame. Seguro que me pedirá
que le haga un informe sobre el rendimiento de los alumnos, que pase notas en
huidizos casilleros, que llene una declaración jurada con toda mi carga horaria.
Y yo ando con mi bolsa, de aula en aula, tratando de que el capitán Ahab deje
por un rato su obsesión por la ballena blanca y que los gitanos de Lorca no
griten tan fuerte dentro de la fragua.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">A pesar de que siento la mirada helada que me lanza tras
sus anteojos de miope, paso por delante de sus narices con todos esos
indisciplinados que llevo adentro de mi bolsa, que hablan a mis alumnos con el
discurso revulsivo de la literatura. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"> A veces he
intentado explicárselo cuando me agobia con reuniones de departamento y de
padres. No puedo hacerle entender que, más allá de los programas oficiales y
las recomendaciones pedagógicas, un profesor de literatura es un guía de
lecturas, alguien que da de leer sus textos preferidos, que habla sobre lo que
lee o escribe, que expone ante sus alumnos su biblioteca personal, los
personajes que lo han marcado, las páginas que lo han emocionado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Soy la suma de los libros que leo y doy de leer, tengo la
armadura de mi biblioteca para soportar los embates de una profesión signada
por las palabras. Con ese caudal me visto para afrontar las incontables horas
de clase, los humores diversos de los alumnos y colegas, ese universo kafkiano
que es una escuela cuyo mejor espacio es el aula de clase cuando todo está por
inventarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Ser profesor y además un lector apasionado es complicado.
La rutina de las horas interminables, el cansancio, la voz que se vuelve ronca,
la parva de ejercicios para corregir vuelve a la tarea bastante poco atractiva
para quien solo quiere tirarse a leer todo lo que -sospecha- no tendrá tiempo
de leer en esta vida y ni hablar si además, quiere escribir. Ser escritor y profesor se
vuelve complicado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El poeta chileno Nicanor Parra se queja de la profesión
en su poema titulado <i>Autobiografía</i>.
Es profesor en un liceo oscuro, su pobreza lo lleva a vestir como un fraile
mendicante. Pierde la voz y la vista dando clases cuarenta horas semanales, “</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Para
ganar un pan imperdonable/ Duro como la cara del burgués/ Y con olor y con
sabor a sangre.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Parra, nacido en 1914 perteneciente a una familia de
miembros vinculados a la música y al arte popular, hermano de Violeta, la que
escribió ese bello poema, “Volver a los diecisiete”, es -además de poeta-
profesor de física y matemática, tarea que ejerció en Chillán, en el Liceo de hombres y en
Santiago mientras leía a Walt Whitman y comenzaba a gestar la antipoesía. “¿Qué
es la poesía?”, se pregunta un uno de sus poemas. Y se responde: “Vida en
palabras/ Un enigma que se niega a ser descifrado/ Por los profesores/ Un poco
de verdad y una aspirina/ Antipoesía eres tú”. Y en <i>Canciones rusas,</i> escrito entre los años 1964- 1967, nos conmina en su poema titulado “Test”: “</span><em><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Subraye la frase que considera correcta./ Qué es la
antipoesía: </span></em><span class="googqs-tidbit1"><i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Un temporal en una taza de té?/ </span></i></span><em><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Una mancha de nieve en una roca?</span></em><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-ansi-language: ES;">Es un poeta reconocido, recibió el Premio Nacional de
Literatura de Chile y el Premio Cervantes, entre otros, de tal manera que las
cuarenta horas semanales de clase le permitieron, además, escribir una obra completamente original.
Parra, con su obra, trascendió la
vanguardia, se convirtió en antipoeta, artista visual, ecologista, creador de
antidicursos y realizador de<i> Artefactos</i></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">, poemas visuales para los
que utilizó objetos de consumo y los resignificó con una frase. Por ejemplo,
una cruz con una leyenda: “Voy & vuelvo” o una zapatilla con la
inscripción: “Mensaje en una zapatilla: levántate y anda”. Hizo antipoesía en
las célebres bandejas de pastelitos, en una serie que tituló “Trabajos
prácticos”. Las bandejitas descartables sirven de soporte, en un caso, para que
un suicida escriba una carta y se despida: “Chao, no soporto la música
ambiental”<span class="MsoHyperlink"><span style="color: windowtext;">.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">¿Qué diría mi directora si encontrara uno de los
“Artefactos”, de Nicanor Parra, en mi bolsa de libros? Ay, Cristina, qué cosa
rara son los escritores.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Lo cierto es que la literatura exige del profesor, y aún
más si es un escritor, que plantee a sus alumnos las cuestiones del tiempo que
le toca vivir. Porque la literatura no es inocente, y se despliega en múltiples
interpretaciones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Una clase de Literatura no es más que un entramado de
voces que pugnan por interpretar las distintas maneras en que los hombres
cuentan el mundo en que viven. Voces que se sublevan frente a las injusticias o
que pasean su melancolía por las páginas de un cuento o de un poema.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Entre mis primeros trabajos tuve que dar clases en una
escuela técnica. Cuarto de técnicos mecánicos. Eran todos varones, yo muy joven.
El director me acompañó para presentarme. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Los chicos me miraron. Treinta pares de ojos posados sobre
mí con desconfianza. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">El director dijo mi nombre y les contó que yo iba a llevar
la clase de Literatura.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">-Sé- dijo confidente- que la Literatura no les sirve para
nada, ustedes van a ser técnicos. Pero esta materia está en el programa y
tienen que aprobarla.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Y me dejó con la tiza y el pizarrón lleno de fórmulas de
la materia anterior.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">-¿Saben para qué sirve la literatura? – pregunté con voz
quebrada.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Se hizo silencio. Una tiza voló por los aires. La mayoría
de los chicos bajó la cabeza. Uno se rió y emitió un sonido parecido al de un
pájaro. Desde el fondo, un chico de cara alargada y llena de granos le tiró una
munición de papel al compañero con una cerbatana. Si ellos no contestaban, yo
tenía que dar la respuesta. Pero no pude. En ese tiempo había que seguir el
programa oficial, Literatura hispanoamericana y argentina. Comenzar con el Inca
Garcilaso y sus <i>Comentarios Reales</i>.
Sé algunas cosas que aprendí a lo largo de mi larga carrera como profesora de
secundaria, una de ellas es que no hay nada más aburrido que leer al Inca
describiendo las maravillas de su raza extinguida. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Como había
comenzado con unas clases ya empezadas por la profesora saliente, los<i> Comentarios</i> estaban sobre el pupitre de
algunos alumnos. Yo había preparado la clase, había escogido el capítulo. Comencé a leer “El templo del sol”. El Inca
seguramente entretenía en su tiempo, pero no a mis flamantes alumnos de un
cuarto año de técnicos mecánicos. Me empeñé con dos páginas pero, la clase estalló en carcajadas cuando el que
estaba sentado en el fondo del salón, vaya a saber por qué pirueta que
intentaba hacer, se desparramó en el piso.
En ese momento pensé que el director tenía razón, la literatura del Inca
Garcilaso no les iba a servir para nada. Así que busqué en mi bolsa de libros
que llevaba por las dudas y, cuando volvieron a hacer silencio les dije:<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">-Vamos a empezar por las instrucciones- les mostré <i>Historias de cronopios y de famas de Julio
Cortázar</i> y luego lo abrí en la parte del “Manual de instrucciones”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Los miré uno por uno, sobre todo al que se había caído de
la silla y ahora estaba acomodándose la camisa que se le había escapado del
pantalón. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">-¿Podrías explicarnos cómo hiciste para caerte de la
silla?- le pregunté.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">El chico bajó la cabeza. El resto de la clase milagrosamente
hizo silencio. Seguramente esperaban el reto al que estaban acostumbrados. En
la escuela siempre pasan dos cosas, te explican y te retan. Pero yo no tenía
ganas. Demasiado habían gritado y
perseguido y eliminado a nuestra generación y no había estudiado para policía
sino para enseñar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">-Lo que te pido es que expliques, paso a paso, cómo
hiciste para caerte de la silla, una especie de instrucción para alumnos que
quieran imitarte. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Porque Julio Cortázar me había dado la gran idea. En <i>Historias de Cronopios</i> escribe instrucciones para cosas tan comunes
como subir una escalera o dar cuerda a un reloj. Un libro que nos propone mirar
con ojos nuevos las cosas de todos los días. Deconstruir los gestos que hacemos
a diario y que ni siquiera pensamos, esa es la propuesta de Cortázar y la que
le hice a mi alumno, sólo que él no estaba preparado, porque el Inca Garcilaso
y las crónicas de Hernán Cortés no preparan para eso. Les leí las “Instrucciones
para subir una escalera” y después les pedí que escribieran instrucciones para
lo que quisieran. Salieron muchos textos sorprendentes y otros anodinos. A uno
se le ocurrió escribir instrucciones para realizar machetes para copiarse en
los exámenes, otros pensaron cómo encender la luz o abrir persianas. El que se
había tirado de la silla escribió una serie de instrucciones para molestar a
los profesores, y la clase terminó en algarabía.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Después volví al programa oficial y nos aburrimos todo el
resto del año. Me había recibido hacía poco tiempo y aún no estaba preparada
para plantear innovaciones. No eran
tiempos propicios porque el mismo Cortázar estaba en la lista negra de los
escritores censurados. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="MsoHyperlink"><span lang="ES-AR" style="color: windowtext; font-family: "arial" , sans-serif;">Tampoco volvimos a tener la visita del director que no
había leído un libro en su vida y no podía saber que, a partir de sus palabras
de desautorización, la literatura se convirtió en una manera nueva de mirar el
mundo, capaz de desatar una tormenta en
una taza de té.</span></span><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="background: white; line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Obras
mencionadas en este capítulo:<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha</span></i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif";">, de Miguel de Cervantes. <i>La isla del tesoro, </i>de Robert Louis
Stevenson. <i>Martín Fierro,</i> de José
Hernández. <i>Madame Bovary,</i> de
Flaubert. <i>Poemas,</i> de Alejandra
Pizarnick. <i>No se culpe a nadie,</i> de
Julio Cortázar. “La pradera”, de <i>El
hombre ilustrado, </i> de Ray Bradbury. <i>Moby Dick,</i> de Melville. “Romance de la
luna luna<i>”, </i>de <i>Romancero Gitano,</i> de Federico García Lorca. <i>Poemas y antipoemas</i>,, <i>Artefactos,</i> de Nicanor Parra. <i>Comentarios
reales,</i> de Inca Garcilaso de la Vega. <span class="MsoHyperlink"><i><span style="color: windowtext;">Historias de cronopios y de famas, </span></i></span><span class="MsoHyperlink"><span style="color: windowtext;">de Julio Cortázar.</span></span><o:p></o:p></span></div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-17569030451753738702017-06-17T17:02:00.001-07:002017-06-17T17:05:35.731-07:00Mientras duren los libros<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: left;">
<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "georgia" , serif; font-size: 13px;">Como Cervantes escribe en el prólogo de El Quijote," desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse". Pero sólo surgió del recuerdo de mis prácticas docentes a través de tres décadas en las que estuve enseñando literatura a estudiantes secundarios. Pasen y lean.</span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 28.0pt; line-height: 200%;">Mientras
duren los libros <o:p></o:p></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 28.0pt; line-height: 200%;"> </span></i><span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 24px;">María Cristina Alonso</span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; text-align: right;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 3.0cm; mso-layout-grid-align: none; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 3.0cm; mso-layout-grid-align: none; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">“<i>La
lectura ha sido el principal entretenimiento. Mientras duren los libros no hay
que temer!” </i>Lucio V. Mansilla, <i>Diario
de viaje a Oriente. <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 3.0cm; mso-layout-grid-align: none; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 3.0cm; mso-layout-grid-align: none; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-autospace: none;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">“El
aula es un lugar de mucho dramatismo. Nunca sabrás lo que les has hecho a, o
qué has hecho por, los cientos que vienen y van. Los ves salir del aula:
soñadores, insulsos, despectivos, maravillados, sonrientes, perplejos. Después
de unos años desarrollas antenas. Sabes cuándo llegaste a ellos, cuándo te los
pusiste en contra. Es química. Es psicología. Es instinto animal. Estás con los
chicos y, mientras quieras seguir siendo profesor no hay escape. No esperes
ayuda de los que han escapado del aula, los superiores. Están ocupados yendo a
almorzar y pensando pensamientos superiores.”</span></i><span lang="ES-AR" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"> Frank Mc <i>Court, El profesor.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 3.0cm; mso-layout-grid-align: none; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoListParagraph" style="line-height: 200%; margin-left: 0cm; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: center; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 200%;">1.<span style="font-family: "times new roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></b><!--[endif]--><b><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 200%;">Los
rusos y las estufas de kerosene<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img alt="Resultado de imagen para dostoievski" src="data:image/jpeg;base64,/9j/4AAQSkZJRgABAQAAAQABAAD/2wCEAAkGBxQTEhQUExQUFRQVFRQUFhgVFRUVFBQVFBQWFhQVFBQYHCggGBwlHBUUITEhJSkrLi4uFx8zODMsNygtLisBCgoKDg0OGhAQGCwkICQsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLCwsLDcvLCwsLCwsLCwsLCwsLP/AABEIANwAsAMBIgACEQEDEQH/xAAbAAABBQEBAAAAAAAAAAAAAAABAAIDBAUGB//EADgQAAEDAgMGBAMIAgIDAAAAAAEAAhEDIQQSMQVBUWFxgRMikbGhwfAGMkJScpLR4RQjB/EzYoL/xAAZAQADAQEBAAAAAAAAAAAAAAAAAQIDBAX/xAAgEQEBAQEAAgIDAQEAAAAAAAAAAQIRAyESMQQyQVFx/9oADAMBAAIRAxEAPwDw8oIlBAFBJFAJJJJIEkikgAkilCAQSRSQARSSQZJIwkEAEk6EoQDUpRhKEAUkoSCQMKCcU0pkSSSKACKQRQChKEkQgwSRCJQAhKEYSQCShEJIABEIgIwkASShEBACEoShFABKEYRhAQlBEpJkEIpJIBJJJIMkkkUAkQgpaFAuMBAMhENPArotnbELjYSeUErebsGqG+VnqYWOvNmNs+HVefhCF2WKwNYiH0hlvqQQPX3XOY3CFs2gDmCOxVZ3NI347lRCeE0BEBWgnIgIwpGiyAjDUoUwCDm2QECIRKAQEBSSKSYJJJJAJJJFAJJJJAEL0T/jLYzXtdVeAZJa3kG7xzkrztevfYTDmnh6YdYkA/uuFzfk65hv+PnunV0NksBkMHGTr1nepMcwNAA4cOKVB0HUdzZV9pVIBJ0AJPQBeb/Xdyuc+0dAFhcAJb5o4jSOS81xWPLxEBswTG/qu52/jopucRYkDoN08F562rqNb/Mrv/Gnpy/kX2qwjCL9UgF1uQQFK1qa0KQIAIFqeUCxAQOQAUjxKa1qAqlBEoJgkkkkAUUEUAkkkEA5ei7EZifBoVGOaJYCZLpIkhlhY6QvOgvQ/wDj7H5qJY82pOMWJIaRmHaZXP8Akd+HY3/Hs+XG1tV2LFVzKTqYhodBJzGfwg8e3FMpbRrf+MsqkuBkPa2W7rlryJUmztuU61QmnmcPNm8pAY0cSeK1au0BTGbUazMdN11watnq5d/O+5XN4/DzQc14ykgyDoTPDsuD2fgnOeBTBc8kgNyzA0Lid2upW/t7abq1QxMST14wstu0zSbUAualg4/lGo5912eGamf+uXy3Py9/xmYloD3AaBxAi4sYsU1oSDYtwT2BdTjEBPATRrCkHBBmwmuJUpconhBGEoNCcQg0ICmU1OKCYBJFJAJEIIoBItbJgXJ3C59EaTMxDRqTC67BYJrJgXaGAnf5g689lOtfFWc9YuD2I513nI31d/S1sOzwCBRkF4aDJkuHyF1bqMkBv5ru/QIMd1X8eKjHzBac3Qh0rn1q6b4zJV3C1sRSe3ykbnAOdlt+eRB6rQOOFQ5D5TmAPA+UnTt8VSwm3fDc95E5gbHzb9eqxcbtEvc5wGU6dZ5blhPHdX646NbmZ9n4l4Eho33vzWLi3bvq4Vmg4kEkyTccec/BVniSfT4Ltxnjj8muo6ZOkT79ipC3lH8K9s/DEvaQOXDeth+zQRcJa8kl4WfHbHMqVpkfW5XcXslzZy3+aoiY6K5ZfpNln2SY4J8WTSE0oiYRDkSE1oQFUoIlJABBFJMEkEkoQGtsHDS7OdG2HM7/AEXRMsJ4tjuwz81Vw1ANGUbhA6g3U1JznaCwIMnSd89lz7va3zORZcIc48AG+lz8lhYqtDwBw6LacbHeZn5LGxrLg84J+vqyjH2u9P8AE+UfXdVg0aToLkcJJn2Uj5Hf+pQw9Elw52H10haT0d9iKf4oki3S3/aOCwckTPH+1o1cOPuAb+O68LQw+GytlRfJ6L4TqLB4fKRbV0egJKvuZaUqDId+huXlnfd3oA31Qa8OknSY6x/awt7Vo6tI6RO+29ZO0NnTeCDz3/yujpwG6ax+p3U/hCz8WbmwnedfdXjVlTqdclVpkGDqmRwVnGAh5m8jMD8FXfZdkrms4gITYUkJkJpVgEE6UigGoFFJABOpDzDqPcJq0tkYeTnOgsOZ3+iLeCTrfZqeOv7rqXDuEZSLgEg95mPgVELRyEdkaH3ncQ2R+665q6V1glZG2H5Cy8eYG+gEHX4LboNsd9hHQ6H5LE+0hyupuLQ4TcHQgi45Wm6jxftw9X0Wzr5w6xA4XFyDff8A0tKjg4io+4bFvzGbN5XCy/s5XYyswOeDRe51N3FmYeV5HDTuF2O2KTG1PCY7OyjYuGlSoR5o5AWHMlV5fVGb6ZNGmGNzP3mdCZJ0sOavOzA/dIOozW7wJPayhc8zO+Qe4NuydjqxDZH49ORJuOxlY/akGIqlrIbdxdlaTve8+Z56a9AhRALy1p/10Whn6nka+keqhxNYMJdEtoNsPzVH6D091Ns2hkptz/eJL3Xu57rnsNFf1E/1amVWrRF7AXKmCx9v4kwGN1JvzjQJZnbw7eMPHYrNUc4aaDpoFFmlS43AmnEuku5aEblTa72XbOc9ObXe+05CYQpKZkJrkyUUJSKQQQpJJzGEkAalAGjSLiB9QuipUw1rWgWUeBwLWgRJO88egVrwmNJNyd8lZa11rnPEr79YQyuzS0T5gJtAjWe25RvxFrC31vVmmzLTDeRJPM3Pusr6aLOAPljhbtJIWft1kmmeZ7WN1fw1iPrVUPtIYY0nc8exSx+43+romf4lXBtb/iU31APDdWfLD4p8xDA0TUyi5JgCWi82iDYtu/oKrs9zhRpgi7WmB+XMczu5MT0HBQV9qU2zL5jcy57u0Ciy28hz0vVPfTn0ChrUyG5zZrLmbenPRU8Fja1Y/wCpjaLN73DxKjv0zaVn4+l4ldtMvc4ZhmLiSSAbnhoCqzi95SuvTTawOLGuuG/7ngfic4+Rs8NPRXHukyf+uiz9kjNneBDS4Bv6GSB7ladoulv7OGE2VBmGl+Z2giFbr4r8LRJUbaWQZn/0OgRPRsL7SP8AMzkCfUj+FkE/FWdr4nO4u3aDoFUJ0XXmckc2r7S0SpnqvRVtzbJiTsZbkAE5wRATSatLZNC+c6Cw5nes86Lo6FLKGgi4AF93OFOr6Vmdo1i4xfKNdJJHHkjaIzD0IU/hC5cSe+/qo30gRLTBk8wYtHrKy7GnAa0SBM3A9SAr9QSVlCt5qbS2HZ2zH3bGbei1S7zFTtWTwBKrbaiWZxIa4vcPzBrSQPXKrVMSqe26012gbqZ13nytB+BUZ/ZV+lTEYeo+TVeWyPuC4HIib91PgNntJsJiNfkFYdRL3k6An16K7TpxYafWpT1u84XxiWo8MbbcLLm8LT8SuRMDKZI1iwt1+a2sYS7yt13nc0cU3Z+DbTzXnMZJ06NPJGbM5v8Aos7VhpGgGUAQBwA0Ty2Ux7Y6eyLVmaTK1gkxK5va2NdWdlbJ3ADf/S0totL3BoMTqpsHhm0wSNRN1eeZ9nZ6cbjqeXynUE/BMfopNpOl/cn1UO5dblv2nw+/srJUFAa9fr3VyQptXmemQ5yTQi5qQCtmmwQ87ZuAZ/bcLfaIje7eeJOoCxtlsl/QT8vmum/wnZRlbmdlDgIMa6udbL6d1l5NSVr482s7E4prLGZM6coty113KvQxj37gG8ptyCrbWw9Wm6KzS07p0iTpHNRUy86THO3wCqSc6m294uUCTWaPyZie8fXdbzWHguUNN4vb4yjXLtS8k8Q4z7qdY+X9POufx1tWs2mJcY62XOUMT4td5/MIb0bcKnRpF5hoLzxF46u3LWw2xw0hznPDhp4cQ3uRdKZzj7vs/ldfUbB8Xc30MpuaobGWjn/RunNNoDnQNx/kIX1BKwapaTsu6eJJglFzt8R8UmVAbFDFn2Cn+mnykaXHBACAgyr5QiXSEBA8XlVsfifDpOO82E8SrVSBvsuX27jw9waNG/Ela+PPajeuRl1HEm90SfkgUWNuupzr1EKaVGDATws62n0z3pqHRODN60YrWyZzuDRJLXAXAgneSV6DSrsylrjUZ92SWAid2oiQea82wk+I2+UzM36x8F32y8U+kMpruok/hqNzMdGpDgR81zfkTvHV+P8AVXmuYARnoPDoLgWRPM+Yws+tsrC1crGhlN782R9F05ssT9QtVm07jO7D1gTbOMg9TICqYfbdMk+G1jXS5phrAQQYIzbxbXeuadnuOjXL9uQ2psh1E+Zpc06EAz0cEzZezPEPnY9rRpLcrXH8ubcvQ9nbWa05XyTMiADfnGqW1ttUYcxwLybFotE7idN+mq1nn3ZzjG+HPe9c/QZl8jWhsbgIQqGLn4qOrXIy3BGUEH8UH8LuYt6qs+tKJnqD6lQos5KFqnpmFVhxMVBiiSRdPJTMkmSlDOpVoCY7GXgBGrUa0SSI3ysrG7UABDRE7zr2CvOe/wATbxX2vtEkxoBw3rHJScZTmhdEnI57ejuT8MJdyTG6q1h2EdZhFEntaaNya529HU2HD5/XZMazjdQ2U/gmwiE129aMDSuv2Vtb/XDK7csAup1mhz28ckmHdFyD9Fdp7ZrgZS4Pbaz2tcBGkSFHkx8o08e5m+3T4mthy2c2UuaS3PhwA8gaNIAJnkqWExbQwOLWU/8A1II9jKxnbVrFhpl/ldFtcsH8M/d7KsWA3+8TxKieL1ytNeb/ACN/F/aSG5Wkf/LRP7ibJuxqOIxZc3DsDiLmXXANpjeFiOyjmeAUNGu5rg9hLXA2LSQRxuLiRZXPHmT0zvk1a6+o3JShxAykCZsSLEg7xrdUa+IDTdYZ8NzZJcHafmHabwji8ZmItoAJ4wISmBdtgY8SphtIcPVc3SdcK07CG6LiCbrZqbUbGon19lVqbWjS/C0KgygnCiOCJjMO+TRtbGFxn6HRVHcVc8Ac0qlDTqr9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style="margin-left: auto; margin-right: auto;" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Añadir leyenda</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="clear: right; float: right; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 200%; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;">-Cuando sea grande jamás tendré un trabajo que me obligue
a madrugar - le dije a mi madre una mañana helada de invierno, a las siete,
sentada en la cama y a punto de ponerme las medias. Estaba tan somnolienta que no me encontraba
los pies.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Todavía me faltaba terminar la secundaria y los años de
universidad pero, paradójicamente y contra ese deseo primigenio -desde que me
recibí de profesora en letras y durante treinta y cuatro años- me levanté a la madrugada para ir a mis clases, no emboqué de primera
intención las medias en mis pies y escuché bramar al despertador como un animal
acorralado. Así, desde el principio, supe que, la literatura y las madrugadas
eran dos cosas que nunca se llevarían bien en mi vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">No obstante, el olor del café con leche aquel día de mi
infancia en que pronuncié la sentencia incumplida, inundaba la casa y yo terminaba de salir de la
cama pensando en que más frío -porque hasta que la estufa de kerosene agarraba
viaje la casa tardaba en calefaccionarse -más frío había pasado Fiedor Dostoievski en
la cárcel de Omsk, en Siberia, experiencia que contaría tiempo después en su libro <i>Recuerdo de la casa de los muertos</i> y que
yo había encontrado en una caja en el galpón, medio roído por las lauchas,
entre muchos otros que resumían la biblioteca de un tío lejano que había muerto
y cuyas escasas pertenencias habían ido a parar a mi casa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Ese libro y otros autores rusos que leí después
consolaron mis inviernos. Porque yo estuve muchas veces en San Petersburgo,
caminé por la avenida Nevsky con Gogol y sin capote, y vi las cúpulas de San Isaac
desde el canal con las luces de las farolas proyectándose sobre el río
Neva. Seguí recordando ese paisaje
cuando un alumno, muchos años después, me dijo -en una primera hora de la
secundaria, una mañana muy fría y
destemplada- que había leído <i>El jugador</i> de un tirón durante una noche
de insomnio. No era de los más aplicados, pero leía lo que le caía en las manos
y escribía mejor que cualquiera de los que seguían mis clases aplicadamente. Un
alumno que lee a Dostoievski sin que nadie se lo pida es una especie de
felicidad inexplicable para una profesora de Literatura. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Vuelvo a aquella mañana del tiempo de la escuela
secundaria. Mi madre me miró con un poco de lástima y mucha paciencia y me
anudó el cinturón del guardapolvo con un moño primoroso y arrepollado que yo
desataría unos segundos antes de entrar en la escuela. Dos cuadras me separaban
del enorme edificio de la Escuela Normal. Dos cuadras, sólo una chica
privilegiada puede tener la escuela a dos cuadras de su casa. Pues a mí, esa
ventaja, la de llegar muy rápido -por lo tanto levantarme un poco más tarde- no
me gustaba. Yo quería vivir lejos para poder atravesar el pueblo y ver cómo se
desperezaba, cómo era la gente que iba a trabajar, cómo barrían las calles y la
veredas, cómo era el mundo fuera de ese
microcosmos que envuelve a un niño y luego a un adolescente en una especie de
cápsula espacial que siempre está orbitando lejos de la vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">La vida no era la enorme escalera de granito que llevaba
al segundo piso donde estaba la secundaria, ni las paredes con afiches
coloreados con escenas de próceres en campos de batalla, el rumor de miles de
voces en los recreos y ese timbre taladrante que anunciaba el momento de entrar
a clase.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"> La vida era el
aroma a pan recién salido del horno de la panadería de la esquina y las
facturas exhibidas en la vidriera, esos sacramentos chorreados con fondant y
las tortas negras con la costra de azúcar dorado. La vida estaba en la casa de
mis vecinos que tenían un mueble donde guardaban celosamente las revistas “Life”
de toda la década del 60 con las de la muerte de Kennedy y Martin Luter King incluidas.
La vida circulaba entre las letras en tinta china que mi padre trazaba sobre
los planos que dibujaba en un tablero junto a la ventana. En la oficina de mi padre
la vida, a veces, tenía el nombre de amigos lejanos o de parientes que
irrumpían después de veinte años de silencio y contaban anécdotas con las que
se reían mucho y a mí me parecían absurdas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En cambio, la escuela
tenía una mezcla de olores indescifrables. El de unas pastillitas de goma
multicolores que vendían en el kiosco, el de la tiza y el de los sudores de los
recreos. También olía a kerosén, como casi todas las casas de ese tiempo en que
todavía la red de gas no se había extendido en el pueblo, y el portero entraba
en el aula que estaba más fría que la tumba de Drácula con una estufa de velas
a la que, de tanto en tanto, había que darle fuelle para avivar la llama. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Llegaba, entonces, a la escuela en un santiamén para escuchar
Aurora Lo hice durante cuarenta y siete años. Los trece que abarcaron desde el jardín
de infantes, hasta la secundaria, sumados a los treinta y cuatro como
profesora. Casi medio siglo recorriendo esas dos cuadras por las que pasaba el
otoño, castigaba el invierno, despuntaba
la primavera y el sol de comienzos del verano no daba tregua para escuchar el
aria que compuso Héctor Panizza plagada de expresiones tan herméticas como
“azul un ala”, “aurora irradial” o “forma estela al purpurado cuello”. Un
verdadero martirio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Breve
recorrido pero lleno de aventuras. </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Había una vereda, en la primera cuadra, que nadie pisaba porque traía
mala suerte, es decir, pisarla significaba que a uno lo llamaran a dar esa lección que no había
estudiado o que recibiría un reto inesperado. La brujería andaba suelta por ese
entonces y había que conjurarla bajando a la calle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;"> El itinerario terminaba siempre en el edificio
en el que</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Calibri;"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">esperaban los griegos y los romanos, las reglas ortográficas, los
mapas que dibujaban regiones ignotas de Asia y de África, los gorros rojos de
la mazorca, las imágenes de Sarmiento extraídas del “Billiken” y las maestras
con guardapolvos blancos inmaculados. Porque en la escuela de antes, las
maestras se abocaban a almidonar sus guardapolvos casi con el mismo empeño con
el que enseñaban las primeras letras. Sus guardapolvos eran tan tiesos que
crujían cuando ellas doblaban el codo para escribir en el pizarrón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">¿Por qué el tiempo es tan
lento en la infancia? Nunca tuve respuesta para eso, pero lo cierto es que en
la escuela, repitiendo lecciones, la mañana no se terminaba nunca. Una chica
viaja de aula en aula con su portafolio, año tras año como si saltara de un
casillero a otro, en un juego diseñado por un maestro aburrido. ¿El gran Sarmiento,
maestro ejemplar, habría delineado ese juego? Yo lo creía por aquel entonces.
Sarmiento, en su escritorio atestado de libros, mientras presentaba el proyecto
de reforma de la ortografía adoptada más tarde por el gobierno de Chile,
imaginaba miles de niños saltando de casillero en casillero, de un salón a
otro. El que pierde retrocede uno, como en el juego de la Oca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">De salón en salón no
pasaba mucho, eran todos iguales, pero la escuela </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">atesoraba
maravillas increíbles en la opacidad de sus cuartos. Los desnudos cuerpos de
yeso abiertos en el vientre por los que se veían los órganos, el corazón
palpitante de tintura, los sinuosos intestinos, el hígado marrón. Mientras, en
el fondo oscuro de la mapoteca, el esqueleto acechaba con su humor torvo y
áspero en las mañanas de invierno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Por el intrincado laberinto de pasillos y aulas fui
viajando a través de los libros. Por los
insípidos de lectura con tantos próceres y dibujos de chicos huérfanos y madres
abnegadas, por el <i>Manual Estrada</i>,
cuyas tapas grises desalentaban cualquier entusiasmo, y por los otros, los que
fui traficando con maestras y compañeras, los que fueron construyendo ese
objeto del deseo que es la lectura. En ellos, todo lo humano y lo divino se
concentraba en sus páginas y me hacían temblar de emoción. En la escuela -además
de las batallas por la independencia y las invasiones inglesas- entraba el odio
de Ahab por la ballena blanca, el misterioso capitán Nemo de Verne, las chicas
Marchs de <i>Mujercitas</i>, los liliputienses de Swift y el detestable
Kurtz de <i>El corazón de las tinieblas</i>.
Más allá de las ventanas de las aulas, tras sus vidrios escarchados o
empañados por la lluvia, yo sabía que latía el desierto con sus arenas
resplandecientes o la selva de Quiroga acechaba con sus yararás y sus hombres
malditos por el alcohol. La escuela me dio esas visiones que emanaban de las
páginas de los libros leídos muchas veces a escondidas. Hay un poema de
Stevenson que cita Alberto Manguel, un lector empedernido, en su <i>Historia de
la Lectura</i>, que explica estas antiguas sensaciones que me propiciaban los
libros: “Así era el mundo y yo era el rey:/ Para mí zumbaban las abejas,
volaban para mí las golondrinas”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">De niña era aficionada a los álbumes. Me gustaba armarlos
con fotos o con recortes de revistas, poemas arrancados al suplemento literario
de La Nación o de las revistas de modas que recibía mi madre. A veces pegaba
figuras imaginarias. En una de ellas está la imagen de la Escuela Normal recortándose
en el atardecer sobre un cielo rojizo o palpitando en la noche con su cuerpo de
monstruo marino.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">-Cuando sea grande, jamás tendré un trabajo que me
obligue a madrugar- le dije a mi madre aquella vez mientras Akakiy Akakievich
buscaba su capote por las calles de San Petersburgo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">He sido una lectora precoz de los rusos. Encontré la
historia de Akaky Akakievich, de Gogol,
en una antología que estaba en el
mismo cajón donde saqué a Dostoievsky.
Se ve que aquel tío, que había sido un lector, se empeñaba en llevarme de viaje
a San Petersburgo sin proponérselo, porque los viajes de los libros son
insondables. De este modo, el invierno y los autores rusos se asocian
inevitablemente a las primeras lecturas que suplantaron los cuentos infantiles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El capote</span></i><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">,
de Nikolai Gogol, es un cuento inolvidable. Por algo Dostoiesvky escribió
refiriéndose a él: “Todos crecimos bajo el capote de Gogol”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El cuento relata la historia de Akakiy Akakievich, un
insignificante funcionario de un departamento ministerial del imperio zarista,
cuya tarea era copiar documentos. Humillado por sus compañeros de oficina, su mundo
se constreñía a esa tarea y a una vida
llena de privaciones. Los hechos transcurren en San Petersburgo, a mediados del
siglo XIX, y este dato es fundamental para entender el relato. El frío de esa
zona es lo que da sentido a las penurias de este personaje, puesto que el
conflicto comienza cuando el funcionario descubre que su antiguo capote, casi
una bata, está tan roto que su sastre, Petrovich, ya no puede arreglarlo, y
debe encargar uno nuevo que le costará ochenta rublos. Con enormes privaciones,
conseguirá juntar el dinero para la nueva prenda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Finalmente, el capote está terminado:<span class="boxv131"><span style="line-height: 200%;"> “Por fin, Petrovich le trajo el capote. Esto
sucedió..., es difícil precisar el día; pero de seguro que fue el más solemne
en la vida de Akakiy Akakievich”, escribe Gogol.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="boxv131"><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Fascinado con su capote, acepta ir a una
fiesta que organiza un superior. Será una ocasión para lucir el abrigo. Pero
Akakiy Akakievich no disfruta de la reunión y decide volver a su casa. Hace
frío y las calles están desoladas. Así describe Gogol la noche petersburguesa:
“<i>Pronto se extendieron ante él las calles
desiertas, siendo notables de día por lo poco animadas y cuanto más de noche.
Ahora parecían todavía mucho más silenciosas y solitarias. Escaseaban los
faroles, ya que por lo visto se destinaba poco aceite para el alumbrado; a lo
largo de la calle, en que se veían casas de madera y verjas, no había un alma.
Tan sólo la nieve centelleaba tristemente en las calles, y las cabañas bajas,
con sus postigos cerrados, parecían destacarse aún más sombrías y negras.
Akakiy Akakievich se acercaba a un punto donde la calle desembocaba en una
plaza muy grande, en la que apenas si se podían ver las cosas del otro extremo
y daba la sensación de un inmenso y desolado desierto</i>.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="boxv131"><span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Y entonces unos hombres le roban el
capote. La desesperación por la pérdida lo enferma y muere. El cuento no
termina ahí, <i>Akakiy </i> re</span></span><span class="font-georgia"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">aparece por las calles de San Petersburgo como fantasma
que se dedica a despojar de su abrigo a los viandantes en busca del que le
robaron.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span class="font-georgia"><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Leído como una metáfora
del deseo, este cuento nos habla del insignificante Akakiy que logra
apasionarse por algo; su vida en pos de un nuevo capote le devuelve el sentido.
Los libros que leía a hurtadillas de las
tareas escolares eran mi capote. Desde entonces nada me ha alejado del
paraíso de mi biblioteca.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">-Cuando sea grande jamás tendré un trabajo que me obligue
a madrugar- me repetí muchas veces mientras arrastraba mi portafolio por las
calles que en invierno me parecía, como a <span class="boxv131"><i><span style="line-height: 200%;">Akakiy</span></i></span>
<span class="boxv131"><i><span style="line-height: 200%;">Akakievich,</span></i></span> un inmenso y
desolado desierto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Un día estuve del otro lado del mostrador, dando clases
de Literatura a adolescentes que, a
veces, no se apasionaban con los libros que incluía en el programa. En
ocasiones <span class="boxv131"><span style="line-height: 200%;">creí
ver a la niña que fui, </span></span> sentada en el anteúltimo banco con el pelo enrulado
atado en una cola. De vez en cuando me
miraba. Tenía un libro entre las manos. Intentaba no reparar en ella y culpaba
al cansancio que me hacía ver visiones. Pero ella, juiciosa y atenta, me pedía
cuentas. Y yo, mientras recorría las estrofas
del <i>Martín Fierro</i> o hablaba de la locura
de Don Quijote, empezaba a tener miedo de haberla traicionado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; line-height: 200%;"> Tenía cinco años cuando mi padre me llevó de
la mano y me dejó en la puerta del aula de jardín de infantes. Empezaban los
años sesenta y esto que estoy contando se lee con las canciones de Elvis Presley
y más tarde con las de los Beatles de fondo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; line-height: 200%;"> En la escuela aprendí a sobrevivir al
aburrimiento. Porque no siempre era repetir las tablas, hacer carteles con las
reglas ortográficas o escribir monografías sobre la cuenca del Amazonas. Hubo
pequeños e imperceptibles milagros. Una profesora inolvidable me regaló la
lectura del primer Cortázar, un compañero de banco me enseñó a reír a
carcajadas y me habló por primera vez de Maiakosvky. Con algunos maestros
desaprendí; con otros, escribí mis primeros cuentos. A los diecisiete me fui
con la cabeza llena de esperanzas y de deseos. Más tarde volví con mi título de
profesora y descubrí que muchas cosas no habían cambiado. No cambió, por ejemplo, la canción <i>Aurora</i>
que se entona en la escuela todas las mañanas, en ese preciso instante de la <i>rosada
aurora</i> que se describe en el
Quijote. A ese cielo rojizo sobre el que la escuela se recorta, me entregué
cuando el cansancio me vencía, cuando el timbre acechaba como un animal marino
que llamaba y llamaba. Y entonces yo no entraba a la escuela de verdad, sino a
la otra, a la ficticia, a la que seguía recorriendo la chica de doce años que
fui. Porque había una escuela dentro de otra cuyos contornos se iban diluyendo
sobre el cielo, en ese preciso instante en que Don Quijote de la Mancha subía a
Rocinante y comenzaba a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel.
Justo en ese momento en que el rubicundo Apolo anunciaba la venida de la rosada
aurora, se iniciaban las aventuras. Sin embargo, la escuela se tragaba el
manchego horizonte y, en sus aulas, don Quijote y yo bostezábamos de
aburrimiento. Confirmábamos que la literatura y las madrugadas eran,
definitivamente, dos términos antagónicos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 200%; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 200%;">
<b><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 200%;">Obras
mencionadas en este capítulo: </span></b><i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 200%;">El jugador</span></i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 200%;">, de
Fiedor Dostoievesky.<i> Moby Dick</i>, de
Herman Melville<i>, Veintemil lenguas de
viaje submarino,</i> de Julio Verne, <i>Mujercitas</i>,
de Luisa May Alcott, <i>Los viajes de
Gulliver</i>, de Jonathan Swift. <i>El
corazón de las tinieblas</i>, de Joseph Conrad. <i>Historia de la lectura</i>, de Alberto Manguel, <i>El capote,</i> de Gogol, <i>Martín
Fierro,</i> de José Hernández<i>, El
ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha</i>, de Miguel de Cervantes
Saavedra.<b><o:p></o:p></b></span></div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7920228438305286224.post-79164204027841463552015-10-26T08:02:00.002-07:002015-10-26T08:02:51.418-07:00VICER<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeUgI_H9J-zfCKqa1iDdxXYsK-zTwHOIZ22RP1o16K0CeAoCEIOwFPsi94qv5GH9T1LDAZ5Fmv-b5jXa5BrQeNjl3xNvEGsLAgZ86YXpZdq8qmIne2ysADZJ_j0AGbbv3xBUsgTxdWKjed/s1600/026.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeUgI_H9J-zfCKqa1iDdxXYsK-zTwHOIZ22RP1o16K0CeAoCEIOwFPsi94qv5GH9T1LDAZ5Fmv-b5jXa5BrQeNjl3xNvEGsLAgZ86YXpZdq8qmIne2ysADZJ_j0AGbbv3xBUsgTxdWKjed/s200/026.JPG" width="200" /></a> <span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">No lo compré- nunca lo haría- ni me lo regalaron. Simplemente se lo dejaron olvidado en mi casa. Venía con un nombre que jamás hubiera elegido, Vicer, parece que inspirado en la marca de unos cigarrillos. Un día su ex dueño lo dejó en una visita y Vicer expandió su enorme cuerpo peludo por toda la casa.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">Salir de paseo con él era un lujo, recogía piropos a su paso. Tenía un pelo hermoso y una cola que enarbolaba como un plumero. Le gustaba la luna y las milanesas, se dejaba querer porque era un sencillo perro de pueblo, un perro que le tenía miedo a los cohetes de navidad y odiaba la sirena de los bomberos, pero le gustaban los chicos, los otros perros, los gatos y el aire de primavera.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvtI0STVDLpf6hZqW27aJsvWOXeZ4KcUZKxBMeHq_7-fgYqG5wo68jcoa8RQGwUUc-mDLnu_Tm_GySRPg_ao7dgsiwfcY8K8TWY3ZbQ0yinymwKmKGzoUe9nmbrAlvC1TVwEqoQWoNUJS7/s1600/598497_488185317942090_1342106937_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvtI0STVDLpf6hZqW27aJsvWOXeZ4KcUZKxBMeHq_7-fgYqG5wo68jcoa8RQGwUUc-mDLnu_Tm_GySRPg_ao7dgsiwfcY8K8TWY3ZbQ0yinymwKmKGzoUe9nmbrAlvC1TVwEqoQWoNUJS7/s320/598497_488185317942090_1342106937_n.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Vícer no era un cocker spaniel como Flush con “ojos
atónitos color avellana” -el perro protagonista de la historia homónima de
Virginia Woolf, ni sesudo como Cipión y
Bergara los perros que Cervantes dotó de habla durante las noches para poder
contar sus experiencias con amos distintos del famoso <i>Coloquio</i>. No era capaz de
ver a la muerte (aunque no se sabe) como los fox terrier de <i>La insolación</i>, el cuento de Horacio
Quiroga. Acaso si, como Mister Bones, el perro que Paul Auster crea en su
novela <i>Tombuctú</i>, fue cambiado de
nombres al correr de los amos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Definitivamente nadie lo elegiría para orbitar el espacio
como a la perra Laika, una vagabunda de las calles de Moscú que pasó a la
celebridad y a mejor vida en su breve viaje en el Spunik 2. Ni sería capaz de
guardar la puerta del Hades como el can Cerbero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Como el Perro salchicha de María Elena le hubiera gustado
tomar solcito a la orilla del mar, si lo hubiera conocido, pero era un perro de
llanura, al que le quedaba lejos el océano y por eso no podía ponerse “sombrero
de marinero y ni siquiera un collar”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Vícer era más bien un perro nacional y popular, un
siberiano que le gustaba husmear en la
basura y, en otros tiempos, había hecho cola en la puerta de las carnicerías
para ligar un hueso desplumado o una patada según el humor del carnicero y, no
muchas veces, se había mezclado con los
desarrapados perros vagabundos de la Terminal.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hoy le dijimos adiós. Un desconsolado 26 de octubre de
2015. <o:p></o:p></span></div>
María Cristina Alonsohttp://www.blogger.com/profile/11486033589462849599noreply@blogger.com1