
África es una muñeca rusa, una mamushka que esconde otras en su interior y por encima de ella, un personaje ficticio, Oleg, su jefe que, desde las sombras, va escribiendo la vida que la espía debe vivir. Oleg es un demiurgo, un titiritero que maneja los hilos de una mujer que hasta el último momento, creerá en su misión revolucionaria y no se permitirá dudar aun cuando quienes la rodean van cayendo en las purgas stalinistas o en el descreimiento que anticipará la Perestroika.
Como un segundo autor de la historia, Oleg representa la contradictoria sensación del escritor que crea a un personaje y lo va acompañando a medida que vive, involucrándose él también en la historia que cuenta. Oleg, como cualquier narrador, no vuelve a ser el mismo después del acto creati

El escritor singular que fue Felisberto Hernández -elogiado por Cortázar- autor de cuentos surrealistas en los que los objetos y los seres se fragmentan en múltiples pedazos conformando un universo único en la narrativa rioplatense, aparece en la novela de Dujovne genialmente retratado a partir de los misterios de su vida y de su obra. Alguien que escribió: «Yo estaba destinado a encontrarme sólo con una parte de las personas, y además por poco tiempo y como si yo fuera un viajero distraído que tampoco supiera dónde iba». Y así aparece encontrándose sólo con una parte de África, mirando sin ver la otra muñeca que anida en ella.
Una novela fascinante más allá de la historia increíble de una coronela que simula ser modista y ama de casa, fascinante por su lenguaje que juega con la ironía y con el absurdo, que teje un mundo de apariencias y realidades y que mantiene al lector expectante hasta la última página.
1 comentario:
Tiene muy buena pinta, a ver si lo consigo en España.
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