
Esta novela cuenta el periplo de una existencia, de alguien que deja su patria, sus afectos y construye una vida en otra tierra. Una novela de aprendizaje en la que el personaje, Stefano va creciendo y, mientras lo hace, va construyendo su identidad.
A lo largo de la novela se confrontan dos mundos; el que se abandona -la madre y la patria, Italia, el hambre, el dolor de no encontrar futuro- y la nueva tierra en la que la comida es abundante así como también las posibilidades de crecer y de encontrarle un sentido a la existencia.
Hay dos narraciones que se intercalan y se complementan. La primera es lineal, y está contada por un narrador omnisciente. La historia comienza en el momento en que Stefano junto con Pino, Remo y Hugo dejan su tierra rumbo a Génova para tomar el barco que los llevará a la Argentina, y terminará en Rosario donde encuentra la completud cuando conoce el amor.
El comienzo es desgarrador, como toda historia en la que una madre se despide de su hijo que se va al otro lado del mundo. “Y ella preguntó: ¿Regresarás? Y él contestó: En diez años.”
La otra narración, en primera persona, asume la voz de Stefano y tiene una narratario, Ema, que el lector va descubriendo a medida que avanza el diálogo. Stefano rememora episodios de su vida. Son en esos pasajes en los que el relato adquiere mayor profundidad. Esa voz, la de Stefano que se confiesa: “Sará forse l’addio …para seguir viviendo. Porque para vivir, Ema, hay que aprender a dejar atrás el pasado.” Aquí no hay ningún orden cronológico, los recuerdos aparecen como aparecen en la mente, en forma discontinua, pero agregan y aclaran pasajes de la primera narración.
Dos mundos aparecen irreconciliables. Italia y América. Como otros relatos sobre la inmigración, el dolor del desarraigo se compensa con la búsqueda de una nueva vida, y es ahí en donde aparecen los personajes que ayudarán a Stefano a medrar en un territorio que le propone opciones: la comodidad en casa de Vittorio o el camino que se impone a partir de su encuentro con la tuba, su amistad con Moretti, y su decisión de irse con el circo.
Novela escrita a partir de distintos momentos en la vida de un personaje que se busca en las mujeres que despiertan sus deseos y sus miedos.
La figura de la madre aparece en escenas desgarradoras siempre alrededor de la carencia. Gina es la mujer que conoce en el viaje y la que despierta sus sueños eróticos. Lina la hija del dueño de la tierra donde empieza a trabajar le ofrece seguridad, pero Stefano siente que aún no ha concluido el viaje hacia su madurez y se marcha.
La historia de María Teresa Andruetto plantea cuestiones que tiene ver con el mundo de la adolescencia: la búsqueda de la propia identidad, la relación con la madre, la incertidumbre frente a decisiones profundas, el despertar del sexo, el deseo de ser amado.
Temas bastamente abordados por la novela juvenil, pero Andruetto escribe un texto polifónico, poético, que no hace concesiones, ni apela a golpeas bajos. Muy por el contrario, es una novela compleja, que apuesta a un lector entrenado. De esas obras que enriquecen, que propone múltiples significaciones y que aborda con soltura temas como el sexo y el desarraigo, tan poco comunes en los libros que se escriben para jóvenes.
"Otras veces pienso que el deseo de venir a América, mi madre, tu madre, el viaje a Montenievas y ese circo donde estuve, han existido solo para que te encontrara...
Y a veces pienso que todo lo que pienso, es la misma cosa." Dice Stefano sobre el final de la novela.
A lo largo de la novela se confrontan dos mundos; el que se abandona -la madre y la patria, Italia, el hambre, el dolor de no encontrar futuro- y la nueva tierra en la que la comida es abundante así como también las posibilidades de crecer y de encontrarle un sentido a la existencia.
Hay dos narraciones que se intercalan y se complementan. La primera es lineal, y está contada por un narrador omnisciente. La historia comienza en el momento en que Stefano junto con Pino, Remo y Hugo dejan su tierra rumbo a Génova para tomar el barco que los llevará a la Argentina, y terminará en Rosario donde encuentra la completud cuando conoce el amor.
El comienzo es desgarrador, como toda historia en la que una madre se despide de su hijo que se va al otro lado del mundo. “Y ella preguntó: ¿Regresarás? Y él contestó: En diez años.”
La otra narración, en primera persona, asume la voz de Stefano y tiene una narratario, Ema, que el lector va descubriendo a medida que avanza el diálogo. Stefano rememora episodios de su vida. Son en esos pasajes en los que el relato adquiere mayor profundidad. Esa voz, la de Stefano que se confiesa: “Sará forse l’addio …para seguir viviendo. Porque para vivir, Ema, hay que aprender a dejar atrás el pasado.” Aquí no hay ningún orden cronológico, los recuerdos aparecen como aparecen en la mente, en forma discontinua, pero agregan y aclaran pasajes de la primera narración.
Dos mundos aparecen irreconciliables. Italia y América. Como otros relatos sobre la inmigración, el dolor del desarraigo se compensa con la búsqueda de una nueva vida, y es ahí en donde aparecen los personajes que ayudarán a Stefano a medrar en un territorio que le propone opciones: la comodidad en casa de Vittorio o el camino que se impone a partir de su encuentro con la tuba, su amistad con Moretti, y su decisión de irse con el circo.
Novela escrita a partir de distintos momentos en la vida de un personaje que se busca en las mujeres que despiertan sus deseos y sus miedos.
La figura de la madre aparece en escenas desgarradoras siempre alrededor de la carencia. Gina es la mujer que conoce en el viaje y la que despierta sus sueños eróticos. Lina la hija del dueño de la tierra donde empieza a trabajar le ofrece seguridad, pero Stefano siente que aún no ha concluido el viaje hacia su madurez y se marcha.
La historia de María Teresa Andruetto plantea cuestiones que tiene ver con el mundo de la adolescencia: la búsqueda de la propia identidad, la relación con la madre, la incertidumbre frente a decisiones profundas, el despertar del sexo, el deseo de ser amado.
Temas bastamente abordados por la novela juvenil, pero Andruetto escribe un texto polifónico, poético, que no hace concesiones, ni apela a golpeas bajos. Muy por el contrario, es una novela compleja, que apuesta a un lector entrenado. De esas obras que enriquecen, que propone múltiples significaciones y que aborda con soltura temas como el sexo y el desarraigo, tan poco comunes en los libros que se escriben para jóvenes.
"Otras veces pienso que el deseo de venir a América, mi madre, tu madre, el viaje a Montenievas y ese circo donde estuve, han existido solo para que te encontrara...
Y a veces pienso que todo lo que pienso, es la misma cosa." Dice Stefano sobre el final de la novela.