viernes, 27 de agosto de 2010

Escrituras desde el encierro. Víctor Segovia, el minero chileno escribe y espera


En las profundidades de la mina chilena de San José, uno de los mineros, Víctor Segovia, escribe diariamente lo que va ocurriendo desde el día del derrumbe.
Registrar la vida en situaciones límite, cuando se está impedido de volver al mundo y a la libertad es un antídoto contra la desesperación, una manera de registrar lo vivido a través de la palabra escrita para que la experiencia sobreviva al tiempo. Escribir para dejar testimonio, para que esa vivencia extrema tenga un sentido, para sobrevivir a la claustrofobia.
Ana Frank, la chica judía que vivió casi dos años encerrada junto a su familia en el ático de la calle Prinsengrach en Ámsterdam inició su diario para tener un receptor amigo a quien confiarle sus sueños y problemas de adolescente, y terminó escribiendo uno de los testimonios más conmovedores de del Holocausto.
“El papel es más paciente que los hombres” anotó Ana en la entrada del sábado 20 de junio de 1942, cuando aún estaba en libertad y buscaba en las páginas del diario al amigo a amiga que pudiera leerlo y entenderla.
Víctor Segovia, cuando toma el papel y la lapicera para narrar la vida cotidiana de los 33 mineros encerrados, dibuja entre las sombras, las letras que devuelven a la experiencia su significación. Todo suceso, por pequeño que sea, amerita un relato. Somos seres narrativos por excelencia, nuestras vidas están tejidas con narraciones, con historias que nos contamos y nos cuentan. A partir de ellas dejamos huellas de nuestro estar en el mundo.
En la oscuridad del submarino ruso Kursk, hundido el 12 de agosto de 2000, refugiado en el compartimento 9 y sabiendo que ya no había remedio y morirían todos los tripulantes, el teniente Dimitri Kolesnikov de 27 años escribió apresuradamente una carta a Dora, su mujer, para registrar sus sentimientos frente a la muerte inminente: "Cuando llegue la hora de morir, pese a que intento no pensar en ello, querría haber tenido tiempo para decirte querida, te amo”. Y agrega "Escribo esta nota en la oscuridad". Luego envolvió el papel en un nylon para que no se mojara y perduraran sus palabras.
Toda escritura es siempre una forma de la libertad. Mientras escribe, Víctor Segovia acorta los días que lo devolverán a la luz.

1 comentario:

Roxana D'Auro dijo...

Antídoto contra la desesperación .., ¿acaso alguna vez no te pusiste a garabatear sin estar en una mina u oculta en un sótano? y sin embargo encerrada tanto como aquellos.
Siempre tus palabras me hacen reflexionar tanto . Lindo el cambio de estética del blog...sanguíneo!