Miriam
El
universo de los lectores es múltiple, anónimo, inaccesible. ¿Quién lee tu
libro, cuándo, cómo, en qué circunstancia? ¿Has escrito alguna palabra, frase,
historia que le ha cambiado el día a alguien? ¿En qué biblioteca, de qué casa,
de qué ciudad habita un ejemplar de alguno de los libros que escribiste?
¿Algún lector se habrá identificado con tus
personajes? ¿Habrá llorado con alguna de tus páginas? ¿Te habrá odiado, te
habrá amado?
Mientras
tecleas tu historia en la computadora ese
desocupado lector que se sentará en un sillón de terciopelo verde no
existe. No pensás en él. No te preocupa. Te encantaría que Ana Karenina te fuera
leyendo en el tren, o que Madame Bovary
amortigüe el tedio de sus días en la provinciana Tostes con alguna de
tus páginas, o que Don Quijote se vuelva loco con ellas. No estaría mal que el coronel Baigorrita las tenga en su toldo
como al Facundo de Sarmiento o que Guy Montag, el bombero de Bradbury las salve
de las llamas.
Pero por
ahora no sabés a ciencia cierta si alguien te lee, o no se te ocurre pensar en
ello hasta que Miriam irrumpe en el stand de la editorial Comunicarte en la
Feria Infantil y Juvenil de Buenos Aires.
Es un día raro, hace calor y el
tapado me sobra doblado en el brazo. Buenos Aires en vacaciones de invierno
es un lugar insoportable, lleno de gente, de chicos, de autos, de bocinas.
Media hora espero el 61 para ir a Pueyrredón y Figueroa Alcorta, a pleno sol,
pensando cuán diferente es el tiempo en mi ciudad, donde subo a la bicicleta y
estoy en un segundo en cualquier lado. Pero al fin llego. Infierno de payasos,
chicos que saltan sobre camas de utilería, dibujan en paredes y se maquillan con
brillantinas. Suenan bandas, canciones infantiles, voces que buscan a chicos
que se pierden, mamá comprame a Gaturro, no Gaturro no es una buena lectura,
vení a ver este libro de Graciela Cabal, otro chico que se pierde, quiero el
libro del Hombre araña, andá y buscá un folleto y después vemos. Uf.
En el
stand está la mesita con mi nombre, algunos ejemplares de Pasaje a la frontera, novela juvenil que
fue publicada en 2008. La chica que está a cargo del stand es muy amable, me
ceba unos mates y me deja ver todos los libros de los estantes. Me gustan las
ilustraciones de algunas ediciones preciosas. Nadie compra mi libro,
ni pide que lo firme. A veces algún
padre pasa, toma el libro, lo da vuelta, me mira, me sonríe como si yo fuera un
animal exótico dentro de una jaula y sigue al próximo stand. Pero de pronto
aparece Miriam con una sonrisa ancha, feliz de verme, me abraza. Miriam es mi
lectora, la conocí en una Feria del libro hace unos años y de tanto en tanto me
escribe, me pregunta si he publicado algo nuevo, tiene mis libros con mi firma
y lee mi blog. De ella sé que es una maestra de Morón que ama la literatura,
que le gusta hablar con autores, respetuosamente, con admiración. Me dice a
quemarropa, no creas que soy como Misery, que te ando persiguiendo para que
escribas, pero has descuidado tu blog, y todos los días entro pero no encuentro
nada nuevo. Tiene razón, hace mucho que no escribo ninguna entrada. No escribo
con el rigor que deseo, como si una parte de mí, la de la escritura, se hubiera
oxidado y anda necesitando un poco de aceite.
En medio
del bullicio de la feria charlamos mucho con Miriam, me cuenta que le pide al
marido que la traiga un día a Bragado, aunque sea, dice -y a mí los colores se
me suben a las mejillas- para pasar por la escuela donde ella (es decir yo)
daba clases.
Luego se va, tiene un trecho largo hasta su
casa. Ha venido exclusivamente desde Morón para hablar conmigo, porque ha visto
el anuncio de la feria. Miriam, me crea el compromiso de ponerme a escribir,
porque hay una lectora en Morón que espera que yo diga algo, porque lee mis obras
con sus alumnos y ese es el premio, una lectora real, con nombre y apellido,
que me empuja para vencer al cansancio, a la página en blanco, al desaliento.
2 comentarios:
como un anónimo lector sobre su sillón de terciopelo verde me digo que este texto es hermoso
saludos
Que hermoso.. me emocionò mucho y mas por conocer a Miriam y saber que este es un verdadero premio para una maestra que ama la literatura y se la hace amar a sus alumnos!!
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