martes, 11 de marzo de 2008

Reflexiones sobre el crimen, la violencia y la locura



Esa tarde, la del terrible crimen de Juanita Garri, caminábamos por la calle Santa Fe con mi hijo en busca de un libro. Manuel me había pedido que le sugiriera una novela compleja y apasionante, algo que se relacionara con su mirada escéptica sobre el mundo que plasma casi todos los días en su fotolog. Como yo creo que en el único lugar donde se aprende a escribir es en los libros, le dije que debía leer a Juan José Saer, que podíamos buscar una edición de una novela engañosamente policial titulada La pesquisa. Mientras viajábamos en el 39 para ir a El Ateneo le conté algo del argumento. La pesquisa narra una zaga de crímenes de ancianas inocentes en París, ancianas de vida acomodada pero terriblemente solas cuya dilucidación está a cargo del comisario- detective Morvan que tiene perturbaciones psicológicas y es víctima de pavorosas pesadillas. Atardecía en Buenos Aires y yo contaba esa trama novelesca con el convencimiento de que esos crímenes sólo podían ocurrir en las novelas o en las crónicas policiales de los diarios de las grandes ciudades.
A esa hora, a pocos metros de mi casa de Bragado, asesinaban a una anciana parecida a las del relato de Saer. Una anciana digna y solitaria que cerraba la puerta de su casa confiada en que vivía en un barrio en el que todos los vecinos la conocíamos desde hacía una vida y muchos la protegían y estaban pendientes de ella.
La novela de Saer que yo le estaba recomendando a mi hijo en Buenos Aires reflexiona sobre eso que estaba pasando a escasos metros de mi casa de Bragado: el crimen, la violencia y la locura. El autor santafesino nos dice que de por sí, esa locura – la del criminal que aplica su violencia sobre el cuerpo de la víctima inerme- nos es extraña porque la rechazamos con la razón, aunque tiene su propia lógica. Y esa lógica se encuentra en el sistema de inseguridad de una sociedad basada en la corrupción y en la injusticia.
En ese entretejido que hoy todos debaten y nadie da con una explicación - porque el asesinato en sí mismo es una aberración y nos deja a la intemperie y sin respuestas- pienso en Juanita que siempre ha estado ligada a la historia de mi barrio y a la mía propia. Una mujer inteligente que había llegado a los ochenta con una lucidez admirable, una lectora que siempre me dedicaba hermosas palabras cuando pasaba por su casa. Una mujer de avanzada, una maestra que siguió trabajando para la comunidad después de su jubilación. Una dama digna que fue tejiendo su historia con la de sus vecinos.
Cuando me enteré de la noticia en Buenos Aires no dejé de pensarla- aún lo hago- con el estupor que todos hemos sentido en Bragado.
Prefiero recordarla, para que no me duela tanto, en aquellos veranos de mi infancia, cuando yo tenía seis años y ella me llevaba junto a su hijo Roberto a la pileta del Bragado Club. Insistentemente necesito recuperar aquellas viejas imágenes. Verla junto a la pileta atenta, mientras chapoteábamos en el agua con una malla amarilla, feliz, bronceándose al sol, llena de vida. Eran tiempos en que Bragado era un pueblo donde todos teníamos las puertas abiertas y los chicos jugábamos en la vereda por las tardes y, por las noches, cuando en su casa se abrían las ventanas, Oscar –su hijo mayor- se sentaba al piano y la música inundaba la calle mientras todos en el barrio lo escuchábamos ahuyentándonos los mosquitos. Era magnífico, y Juanita sabía que su hijo nos regalaba la felicidad de su música. Nadie temía a nada porque el pueblo era un lugar seguro en el que la gente se quedaba en las veredas conversando amablemente hasta más allá de la medianoche.
Pero mientras pienso en esa otra época feliz, vuelvo al libro de Saer que recomendaba a mi hijo esa tarde en que Juanita se iría de este mundo en manos de la demencia, de la bestialidad y de la locura. Morvan, el comisario- detective de La pesquisa, después de trabajar más de veinte años interrogando a terribles criminales reflexiona que esos actos criminales “nos espantan y nos sublevan, pero no nos está permitido aplicarles el Talión, para no confirmarlos en sus métodos y también para no ser, como ellos, fieras.”

5 comentarios:

Hebe Solves dijo...

Recuerdo que en el 2005 murieron muchísimas ancianas en Francia, por el calorincreíble que huo aqule verano. Solas, nadie las atendía, los parientes estaban veraneando y ni siquiera fueron a recoger los cadáveres. Sin violencia, con olvido, indiferencia, es posible morir de abandono antes de morir de verdad.
Aparte, tu blog, Cristina, es una especie de ambulancia para solitarios, un puente que compartimos, como los libros que nos dan calor. Felicitaciones...

Marcelo Jurisich dijo...

Felicitaciones, Cristina. Hace tiempo que no nos comunicábamos, pero este blog es una buena manera de hacerlo.
Saludos,

Christian dijo...

Excelente, en un mundo de fieras que en cierto sentido nos hace acordar al que plantea Aldous Huxley ,los más desprotegidos son víctimas fáciles de estas fieras sobre todo si los que administran la justicia nunca leyeron el contrato social de Rousseau, o no conocen el codigo penal y su contenido que por otra parte esta demodee sobre todo cuando la gente que debe aplicar su contenido lo utiliza para sostener la cama con su amante de turno. Espero que a la justicia la sigan REPRESENTANDO CON LOS OJOS TAPADOS porque cuando caiga la venda ya serÁ demasiado tarde, como lo es para JUANITA Y SU HERMOSA VEREDA .
Que en paz descanse y que estas pequeñas notas sirvan para aliviar el dolor de su violenta partida....Para las fieras que la arrebataron,castigo,castigo,castigo,castigo...

Marta dijo...

Me sumo a aquellos que admiran tu labor literaria felicitándote y haciéndo extensivo el saludo de mi hijo Emanuel ,ex alumno del Normal que me indujo a leer tus artículos con profunda emoción ,raro en un adolescente hoy en día ,no? Bellísimo Cattolica pero Anarquisto.

Nancy Mansur dijo...

Hola María Cristina.
Soy una docente de nivel primario, de Marull, Córdoba,Argentina. Hoy en un Seminario sobre la producción de textos, discutimos un poco en el grupo, porque una de las docentes decía que no son compatibles internet con la lectoescritura, yo estoy persuadida de que no es así...hablamos de los bloggs, y una de las disertantes, muy brillante y clara, me dejó la dirección de tu blog. Es hermoso. No he podido leerlo todo, pero seguiré entrando hasta poder hacerlo. Dejo acá la dirección del mío, muy pequeño y humilde en comparación con el tuyo, quiero seguir creciendo, me apasiona leer y ecribir, pero tengo que aprender mucho, y sé que debo aprender de los que más saben.
¡Felicitaciones! Y gracias por compartir tus saberes y tu sabiduría.
Nancy Mansur.

Mis blogs:http://con-los-ojos-del-alma.blogspot.com/

http://reflexionesentreaulas.blogspot.com/